¿Qué quería decir eso de «un niño perfecto»?

De la entrevista del 2012 (12 de enero), a Jesús (Miller), algo que ya hemos visto un poco, y que coloco abajo.

Salta a la vista lo absurdo que es el comportamiento humano, con la idolatría de Jesús… y toda la locura que se ha montado durante estos 2000 años, como vemos; es una tontería mayúscula, viendo este dato que nos da, tan simple.

Y es que, como muchas veces cuenta Miller, Jesús… lo único en que Dios «cambió» su alma es al nacer, limpiándole en el alma todo el error emocional absorbido desde la concepción hasta el nacimiento.

3.3. El niño perfecto

Entrevistador: Bien. Las canciones de Navidad hablan de un niño perfecto. ¿Eras un niño perfecto?

Jesús: Sí, lo fui. Obviamente ocurrió en el momento de mi nacimiento, y puedo explicar el proceso de lo que ocurrió, pero todavía no soy completamente consciente de por qué Dios tomó esa decisión. Pero en el momento de mi nacimiento, después de que se cortara el cordón umbilical, Dios me quitó todas las heridas emocionales de mis padres. [00:16:46.00]

Entrevistador: Esa era mi siguiente pregunta, porque hoy dices que muchas de nuestras emociones parentales están ahí, antes de nacer, y que tenemos que trabajar con ellas. ¿No tuviste que superar eso?

Jesús: No. Sin embargo, eso no significa que no haya tenido algunas experiencias estresantes a lo largo de mi vida debido a de la Ley de la Atracción de mis padres. En otras palabras, la condición de su alma afectó a diferentes experiencias, lo que significa que a veces fui atacado y abusado, a veces golpeado… a veces también me ocurrían otras cosas, pero no tenía un sentimiento personal de que fuera por mi culpa de alguna manera, ni tenía un sentido pobre de mi autoestima. Una de las cosas que sucedió fue que desde muy pequeño tuve un buen sentido de mi propio valor o de mi propio yo. De hecho, tenía un sentido mucho mejor de mi propia valía o autoestima de lo que lo tengo actualmente, con las heridas que aún arrastro.

Asimilar la verdad después de eso me resultó bastante fácil. Podía darme cuenta de los momentos en que cualquiera a mi alrededor no estaba bien, cuando existía una emoción que ellos tenían en funcionamiento, y que yo no pensaba o no sentía, pero que a ellos les hacía pensar o sentir de cierta manera. En ese sentido, estaba básicamente limpio de “pecado paternal”, si quieres usar ese término bíblico, o de falta de amor emocional paternal, o de experiencias emocionales de desamor de parte de los padres, que es lo mismo. Cualquier cosa que no esté en armonía con el amor es pecado, y yo fui limpiado de ese pecado. Pero eso no impidió que en mi vida ocurrieran eventos que no eran muy amorosos hacia mí, y los cuales tuve que permitirme sentir y lidiar con ellos mientras sucedían.