¿Por qué me siento peor cuando afronto la verdad personal?

[Actualizaciones últimas:
26 de agosto, 2023: he cambiado un poco, para mayores aclaraciones, el texto del pdf 2 (no he trasladado la nueva versión a la «versión formato web» que se encuentra aquí abajo, de dicho texto, aparte del pdf)
]

En estos audios y en los textos (abajo están los textos en formato web y en pdf):

Enlaces a los dos primeros audios:

– audio 1: descarga // en ivoox // en spotify
– audio 2: descarga // en ivoox // en spotify

Enlace al texto correspondiente a esos dos audios:

pdf 1  (versión 1.02, 13 agosto, 2023)

Enlace al tercer audio:

– audio 3: descarga // en ivoox // en spotify

Enlace al texto correspondiente al audio 3:

pdf 2  (versión 1.02. 26 de agosto, 2023)

(Nota importante:
estos textos y audios están muy relacionados con este otro reciente, con lo que se completa el asunto a tratar, en relación a cómo nos sentimos al afrontar la verdad personal y el pecado
(tal como lo tratan Jesús y María Magdalena en las dos partes de la sesión 5 que estamos viendo aquí):
- "¿Por qué me siento peor al reconocer un pecado?"
unplandivino.net/reconocer-pecado-y-sentirse-peor/)

… en estos audios y en los textos… decíamos…
… vemos algunas cosas básicas sobre cómo nos sentimos cuando se nos presenta, cuando se nos dice, alguna de nuestras «verdades personales» (errores emocionales, etc., en el alma).

Seguimos pues al hilo de los comentarios que Jesús y María Magdalena hacen sobre la compensación, el pecado (desarmonizar el alma), el perdón y el arrepentimiento, etc.

En los audios leo estos textos (enlazados arriba en pdf), que coloco también abajo (aunque a veces los pdf’s pueden tener versiones un poco más actualizadas).

En el primer audio leo hasta el apartado sobre «sentirme peor debido al apego a la fachada» (inclusive), en el «índice 1». En el segundo audio leo los dos últimos apartados de ese «índice 1».

En el tercer audio leo lo correspondiente al segundo índice abajo (correspondiente al segundo de los pdf’s arriba enlazados).

Índice 1
– Introducción
– “Transcripción”: Sentimientos sobre el pecado, y desear la verdad personal
– ¿Por qué me siento peor cuando afronto la verdad personal?
– Sentirme peor debido a una nueva sensibilidad a la compensación y al pecado
– Sentirme peor debido al apego a la fachada
– Sentirme peor debido a que las adicciones ya no se ven satisfechas
Sentirme peor debido a que el deseo de pecar sigue dentro de mí
– Notas
____

Índice 2 (correspondiente al texto bajo el anterior)
– ¿Por qué a veces me siento emocionalmente confuso al dejar de pecar?
– ¿Por qué podría sentirme peor al dejar de pecar?
– ¿Por qué podría sentirme mejor cuando dejo de pecar?
– Notas del texto 2

Introducción
En este texto vamos a ver una especie de transcripción-traducción que he preparado. Es de una conversación entre Jesús y María Magdalena. Está algo transformada desde el formato de la conversación original, para hacer un texto con un discurso casi continuo, digamos, como si fuera casi un monólogo. (nota 1) En el texto hay algunos paréntesis que son añadidos míos para, por ejemplo, aclarar, parafrasear, completar, etc. (aunque el texto en sí ya puede contener a veces una pequeña elaboración o parafraseo, pero en general es muy literal).
En general, en los audios que casi siempre acompañan estos textos, comento, remarco y repito cosas que parecen realmente importantes, etc.

“Transcripción”: Sentimientos sobre el pecado, y desear la verdad personal

Hasta ahora en nuestra conversación, hemos empezado a ver que muchas de nuestras recompensas compensatorias y penalizaciones compensatorias, giran en torno a nuestras emociones y sentimientos, incluso aunque no seamos sensibles a ellos en el momento. Pero una vez que nos empezamos a abrir emocionalmente un poco a nosotros mismos, podemos empezar a sentir algunas emociones; y a veces nos sentimos bien, a veces mal, otras veces nos sentimos confusos… Continuar leyendo «¿Por qué me siento peor cuando afronto la verdad personal?»

La enorme incultura de la gente de ciudad: lo que (no) se hace con la basura orgánica

Hay muchos cubos de basura dedicados sólo a materia orgánica, pero la gente, por lo poco que veo en la embrutecida Madrid, desprecia bastante eso.

El «reciclaje en general» lleva más tiempo, pero por lo poco que veo (ya que me relaciono poco) veo que a la gente nos pilla más desprevenidos esto de pensar en separar lo orgánico, lo biológico (cáscaras, mondaduras, restos orgánicos…) del resto de residuos.

Somos unos brutos, bestias.

Independientemente de que luego haya todo el cinismo que sea, en las autoridades… y en realidad no hagan nada con lo supuestamente reciclado.

De hecho, como hemos visto, eso es lo que nos muestra la ley de compensación:

– trayéndonos una literal guerra en forma de «proyectar el miedo» en las pandemias (subiéndose las mascarillas, todavía hoy… la gente… al pasar cerca de algunas personas…)…

– es decir, trayéndonos, entre muchas otras cosas (y a resultas de proteger nuestros miedos…) trayéndonos los engaños de las «pandemias televisadas», que no son sino invitaciones a viralizar el miedo (o sea, a la guerra… a sembrar semillas de guerra, que van como amplificándose «misteriosamente» (pero nada misteriosamente en realidad), como vemos en lo de Ucrania, etc.).

Vimos que «tener miedo de» alguien (en vez de simplemente sentirlo y tenerlo humildemente) ES UN ACTO DE VIOLENCIA.

Por eso, y como ya comentamos muchas veces…: «ya estábamos en guerra».

Lo que no sabemos es cuánto ni cómo se hará para conseguir que no hagan falta muchos encierros más, ni muchos engaños más… para que la gente nos sensibilicemos aunque sólo sea «con el amor natural» (que no pidamos peras al olmo de nuestra arrogancia… o sea, no pidamos que además seamos tan simples e infantilmente sanos como para pedirle amorcito a nuestro verdadero Padre, nuestra verdadera Madre: Dios)

En la ciudad no podemos ser más brutos y estultos: Somos, en acto, los verdaderos «paletos», hoy en día… paletos organizados via pantallas, videojuegos, netflix, youtube, etc.

Tontos orgullosos, pero tontos del bote.

Y recordemos, en realidad también muchas de las personas que viven en los pueblos más pequeños son así de insensibles, igualmente, pues ahora casi todo el mundo es «de ciudad».