En este audio:
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… nos reunimos para charlar un poco al hilo de lo que llevamos viendo…
Se trató de relacionar un poco estas cosas:
– dificultades con el pis «por sistema», y ciclos naturales,
– dinero y sistema «entrometiéndose» en los ciclos,
– parto anti-natural, placenta, etc.,
– coches… y ciudad-madre (símbolos de cierto «trauma»: el conducir unidireccional, etc…)
Hace un tiempo hice un audio sobre este tema del «pis y las mujeres», que es tan relevante para entender nuestro mundo y el tratamiento del cuerpo físico y de las vergüenzas (según el sexo, el dinero… y lo que las familias han de hacer en una especie de «educación» obligatoria e «inconsciente», etc.)
Comentario-resumen (archivo)
El cuerpo-espíritu, sería en donde seguimos viviendo, como almas que contienen o son esa vida que aviva nuestros cuerpos.
Tendría su propio ámbito «físico», pero en otras dimensiones del llamado mundo espiritual (aunque nada más morir casi todos seguimos en la primera dimensión de ese mundo, que es donde por ahora en general estamos todos como «condición de alma», en una condición bastante baja).
En el cuerpo-espíritu salimos todas las noches al dormir, aunque aún sigue enlazado mediante el «cordón» al cuerpo físico que descansa (pues si no el cuerpo físico moriría).
El sexo sigue existiendo, como «intercambio energético» de algún tipo, pues además somos la mitad de un alma completa (junto a nuestra alma gemela).
Dios tiene la misma cantidad de amor para todos, infinita. Pero hay que pedirlo.
El Dios del que se habla en el video sería una abstracción más, de grupos de espíritus que cosechan almas.
En el mundo espiritual hay más religiones y tipos de espiritualidades, etc., que aquí.
Muchos grupos, personas en esos grupos… no necesariamente tienen una relación personal de amor con Dios, aunque hablen de Dios, aunque sean cristianos, etc…. y aunque sientan la verdad a través de la conciencia (ese «órgano» del alma para sentir a Dios y su verdad absoluta ─conciencia sin la «ese», no consciencia─).
Dios creó las almas (almas completas), que se dividen en dos para encarnar (para avivar y alojar el crecimiento del cuerpo físico y del cuerpo-espíritu en el útero de la madre biológica).
El sentido último de la vida, potencialmente realizable, pero no obligatorio, pues el amor no es obligatorio… ese sentido último es conocer a Dios (en un sentido álmico-amoroso de «conocer»), pues así es como más nos conocemos a nosotros mismos.
Dios creó las leyes naturales, nuestras almas, etc.
«Conocerse uno mismo», en el marco universal, sería el sentido natural de la vida, pero en el sentido meramente natural (si quitamos a Dios, que es a lo que tendemos, a quitar a Dios… debido simplemente a la inercia desde aquello que llamaron «el pecado original», cuando se rechazó una relación de amor con Dios).
El amor natural y la perfección en él (dimensión 6) son algo que siempre hemos tenido, por defecto, en la Tierra, y en el mundo espiritual.
Lo nuevo de Jesús es que por primera vez en la Tierra y en el mundo espiritual Dios pudo empezar a volver a dar su amor divino, diferente al natural. Así se abrieron nuevas dimensiones más allá de la 6.
En ese amor de Dios podemos «resucitar», «nacer de nuevo», pues transforma el alma ─y la transforma del todo si lo recibimos todo el rato─.
Ese sería el sentido de «resucitar», pues todo el mundo seguimos vivos en el cuerpo-espíritu tras morir, y eso no es resucitar (eso es lo que desde siempre se sabe, pues siempre en la humanidad se habló de espíritus más elevados, dioses, desencarnados en general, etc.).
Seguimos vivos tras morir, y con la misma condición de alma, más o menos degradada, aunque muchos espíritus puedan intentar ayudarnos en la transición hacia la vivencia cruda, directa, de nuestra condición álmica más o menos oscurecida por el miedo que impera en la Tierra.
Otros espíritus pueden querer engañarnos de muchas maneras para que nos unamos a ellos en las partes de las dimensiones donde estén.
Vivimos de hecho una batalla por el alma humana pues las almas son necesitadas para poblar las dimensiones.
Pero el alma de cada cual es más grande que cualquier dimensión, que cualquier cosa finita… pues aunque el alma sea finita (a diferencia de Dios), el alma tiene potencialmente, si quiere, esa relación personal con nuestra Madre o Padre infinito, con Dios… y eso sería desplegable en la eternidad.
Comentario resumen-archivado:
La indeterminación humana no es «genética», como dice Mosterín, sino «álmica». Es decir, nuestra alma tiene libre albedrío, intrínsecamente perteneciente a ella, a su ámbito o «sustancia» de lo que llamamos ánimo/alma.
El alma perdura tras dejar el cuerpo físico, pero este cuerpo tampoco es el cuerpo-espíritu.
El cuerpo-espíritu ya lo tenemos, como almas que animan estas cosas… y todas las noches lo usamos para «volar» lejos del cuerpo físico mientras descansa el cuerpo físico.
El ámbito del alma también está sujeto a leyes, a verdad. Y esa era la búsqueda de Sócrates, por cierto. Es decir, es la certeza que él tenía (así lo cuentan los propios manuales de filosofía); y esa intuición y búsqueda era algo correcto. Era la certeza de que también existían, para estos temas ético-morales, verdades universales, absolutas.
Y, efectivamente existen; y diciéndolo con ejemplos simples, se expresan por ejemplo en este tipo de razonamiento:
«matar degrada el alma de aquella persona que realiza ese acto»;
o por ejemplo: «degradar el cuerpo bebiendo alcohol degrada el alma de la persona que accede a realizar ese acto en desarmonía con el AMOR por uno mismo», etc.
Esa verdad también el alma la puede «absorber» como conocimiento, y el alma puede así ser y por tanto «comportarse» en armonía con esas leyes, esa verdad.
El ámbito del comportamiento físico y el del comportamiento en el mundo espiritual (como cuerpo-espíritu) está sujeto al «comportamiento» que como almas tomamos o somos al tener más o menos heridas emocionales, bloqueos… o bien, por contra, al tener más o menos verdad realmente absorbida en nosotros como almas.
Esa verdad nos libera en ese nivel causal, el álmico, y eso por tanto redunda en liberación y sanación de los niveles que dependen del nivel álmico (el espiritual de las dimensiones y subdimensiones, y el físico).
Hay 6 dimensiones básicas en el mundo espiritual, siempre las hubo. En el nivel del mundo físico podemos estar en ellas, como almas, pues dimensión es igual a «condición de alma».
Esas 6 dimensiones «básicas» siempre existieron en la Tierra y en el mundo espiritual, como condición posible básica y natural de las almas.
Sólo existieron estas dimensiones hasta hace unos 2000 años que esto cambió, gracias a la novedad del amor directo de Dios (amor de Dios, a secas). Y como el amor divino transforma el alma (un amor que Dios no había podido dar antes, en función de las leyes que rigen el alma y estos temas…)… como ese amor de Dios transforma realmente (no sólo sana), decíamos… entonces eso cambió las potencialidades del alma humana ─en el sentido de que por ejemplo ahora hay más dimensiones a partir de la sexta, que es meramente la de la perfección en amor natural─.
El amor de Dios no sólo tiene ese efecto aparentemente anecdótico de aumentar el número de dimensiones donde las almas pueden conocerse a sí mismas y conocer a Dios y sus leyes… sino que el amor de Dios nos hace ser «realmente eternos», y no «provisionalmente inmortales», tal como lo somos ya ─provisionalmente inmortales─, y lo ha sido, todo ser humano que haya nacido en la Tierra, y que va, que vamos, como «inmortales», al mundo espiritual.
Es decir, no es sino hasta hace unos 20 siglos que se efectuó la eternidad para las almas de esta Tierra (que por cierto, parece que siempre han de nacer aquí físicamente, por muy poco que duren sus vidas físicas ya sea porque son abortadas, etc.; y, por cierto, el tema del aborto es clave para entender muchas cosas sobre el mundo espiritual, ley de compensación, etc.).
entre cuerpo y alma está el cuerpo-espíritu, que también vive gracias a esa alma o ánimo, que vitaliza ambos cuerpos, físico y espíritu.
La barrera de la que hablan al principio es la de nuestras heridas emocionales (miedos, etc.), que absorbemos muy intensamente del ambiente de almas adultas (luego estas heridas son afianzadas por nuestro comportamiento desarmónico).
Esto hace que el sentir de Dios se vea suplantado por emociones bloqueadas en nosotros. Estas son emociones de nuestros adultos en el entorno, que al no soltarlas es como si las absorbiéramos (y son errores, pues todo miedo, etc., es un error, ya que no hace falta infundir miedo para educar, por ejemplo).
El órgano llamado «conciencia» nos comunica con cómo se siente Dios acerca de cualquier cosa. Toda alma tiene ese órgano (no es la autoconsciencia o consciencia). Pero la conciencia es sustituida por CÓMO SE SIENTE la madre, o el padre, etc., sobre las diversas cosas de la vida.
La concienca es una parte del alma que nos conecta con cómo se siente Dios acerca de todas las cosas.
Entonces, nuestra voluntad herida, es decir, la condición actual del alma de cada cual ─una condición con muchas heridas emocionales─ es lo que nos saca de la posibilidad de sentir más la conciencia (entre otras cosas porque reforzamos las heridas al cometer actos desarmónicos con la verdad y el amor).
Y de esas desarmonías viven en gran medida muchas instituciones dentro de lo que llamamos «civilización», «sistema», «madurez»… (viven de su gestión, para bien y para mal, una gestión más o menos controladora).
Vivimos una época de intensa cosecha de almas en la Tierra; hay una batalla por el alma humana. En el mundo espiritual, las diversas dimensiones que tienen sus propias tradiciones, creaciones, etc…., necesitan nutrirse de almas para subsistir.
comentario resumen archivado:
Es falso que el primer impulso del hombre sea siempre malo.
Lo que sucede es que:
– no soltamos ese impulso tal como lo harían los niños más puros, cuando aún están más puros (es decir, no lo soltamos sin hacer daño, y sin desarmonizar más el alma por ejemplo con promiscuidad desatada, etc.),
– y no permitimos que el alma se libere.
Si reprimimos el impulso tal como nos enseñaron a hacer desde la infancia, entonces estamos abriendo paso a que otros, y no nuestra alma, intervengan.
Pueden ser por ejemplo desencarnados (estamos rodeados de ellos siempre), desencarnados con buenas intenciones… que nos den cierta «luz»…, pero que en general siguen siendo controladores, pues lo sepan o no les importa más su control… es decir, les importan más cosas como su dimensión, su tradición, interés, etc.
Les importa más eso que nuestra verdadera sanación.
Eso sería ─en diversos grados─ una intervención como la intervención de una madre o un padre que dijera: «hijo…, yo sé lo que es mejor para ti»… y puede que así, al hijo, le evite dar algún mal paso… pero esa intervención no le está permitiendo ─al niño guiado─ liberar de verdad su alma, los bloqueos en su alma.
Esas cosas pueden por tanto servirnos para que no desarmonicemos aún más el alma si seguimos nuestros primeros impulsos de manera no pura (de manera «adulta», proyectando la ira, etc.).
Pero son cosas «controladoras», y el control no deja de ser la otra cara de algún miedo… algún miedo que queda aún por tratar también en las almas de los controladores ─por mucha luz que puedan tener en sus almas ya─.
comentario archivado:
hola,
«volver a ser como niños» es en parte esto…
y tiene mucho que ver con «el amor por uno mismo»
(aviso: NO LEER esto 🙂 …
pues es la muestra del final simple de una larga búsqueda…
Sólo leer si hay un poco de disposición a observar las propias proyecciones de uno, las que se hagan sobre el texto, las proyecciones de las cosas de uno mismo/una misma…
… pero, si alguien lee…:
esto no es una predicación sectaria 🙂 , pues aunque lo parezca, no soy de ninguna religión).
Qué bueno expresar así, en este vídeo, el descubrimiento de esa prioridad…: la del Amor Por Uno/a Mismo/a…
Ese amor por uno necesita de cierto modo estar «antes», ponerse antes… por muy egoísta que eso pueda parecer… (se necesita eso si es que queremos que todo se armonice de manera natural, realmente espontánea).
Tus palabras son como un canto al descubrimiento de esa prioridad respecto al amor.
Son esas verdades simples que, entre todos, en el sistema social, oscurecemos por inercia y miedo… desde la programación emocional que, «sin querer queriendo», ocurre en los hogares… donde hay tanta dificultad para gritar sanamente, expresar, saltar, rebozarse en el barro, etc.
Luego asumimos esa programación como nuestra, como nosotros… y así, nos vamos causando más y más pifias a nosotros mismos… pifiamos el potencial reconocimiento de nuestro ser en tanto que nuestro ser sería esa alma/ánimo (alma que sería en realidad la causa de nuestra experiencia).
A un niño no se le necesitaría explicar esto sobre las prioridades… el amor natural… el alma/ánimo/vida… pero luego, a veces, parece que sí tenemos que hablarlo y expresarlo… pues es como que la vida son muchos años de programación en el hogar, y en el sistema (oh, «pobre» sistema…)…
Es mucho tiempo de no respetar cada vez mejor esos temas:
– el de la prioridad, ese simple orden de prioridades que expresas…
– o el de la necesidad de expresar los sentimientos para soltarlos y sentirse realmente mejor, para desarrollarse de verdad… pero sin dañarse ni dañar.
Si no «volvemos a ser como niños» no podemos ir liberando a cada paso el alma/ánimo (que sería lo causal).
Y para ser nosotros mismos necesitaríamos liberar auténticamente emociones, y cada vez más (energía en movimiento: e-moción).
En el alma/ánimo/ánima sería donde tenemos muchas cosas bloqueadas que nos impiden ser día a día más nosotros mismos.
O sea, eso que nos resistimos a soltar nos impide… nos impedimos así, con los bloqueos… el desarrollo.
Nos impedimos ejercitar y ampliar la autoconsciencia ─que es natural al alma/ánimo─, o ejercitar el libre albedrío ─natural en el alma/ánimo─.
Esos bloqueos nos impiden «absorber más verdad», que sería lo natural (absorberla, para así liberar más potenciales de esa alma/vida única, la que cada uno es).
Es un concepto de verdad que está en continuidad con el proceso de aprendizaje natural (lo abarca y está en continuidad con él).
Por ejemplo, un niño aprende por sí solo a caminar, es decir, a «componerse con el cosmos», digamos… o sea, a articularse, a armonizarse con las leyes naturales que rigen el universo… (en este caso el universo físico, el del plano físico ─la «ley de la gravedad» se puede llamar, etc.─).
Y las leyes son la VERDAD en torno a ciertos hechos.
Eso es como un volvernos más «cósmicos», de forma natural y espontánea… más «sabios». Y eso lo hacen naturalmente los niños. No tienen que ser aleccionados sobre cómo aprender/aprehender algo tan difícil como por ejemplo el lenguaje, la lengua materna, etc.
Así que, tras mucho «buscar verdad»… y devaneos… vi que el tema del alma es muy simple. No tenemos por qué despreciar la palabra «alma», si se quiere (no hay por qué entregarla a ninguna secta, religión, sistema de conocimiento o desconocimiento… igual que no es lógico entregarle la palabra «Dios» a las religiones, etc.).
La con(s)ciencia sería una «parte» del alma (del ánimo / vida-individual / alma).
Pero estaría hablando de dos cosas diferentes:
– autoconsciencia
– y conciencia sin la ese.
Ambas cosas serían partes y/o órganos del alma.
Y tras la «conciencia», sin la ese, habría una sorpresa, aunque no es necesaria, no es obligatoria. Al final del texto quizá escriba algo sobre esa «ese».
Se trata de un problema de lenguaje que no es baladí. En inglés tienen la «ventaja» de que hay una palabra aparte: «conscience», que no es «consciousness» ni «awareness».
Alma sería ánimo, ánima, lo que anima… es decir la vida. Anima nuestros cuerpos (físico y cuerpo-espíritu), individualmente.
El alma sería deseos (en su nivel profundo), emociones (en su nivel profundo), intenciones (en el nivel profundo de tal cosa)… creencias (en el nivel profundo de «creer»)… la sede de la autoconsciencia y la sede del libre albedrío. (Los animales «tienen» la vida de otro modo.)
Cada alma sería además una esencia única. Y esto lo ve y lo siente todo el mundo, en realidad. Todo el mundo lo «sabe»… pues todo el mundo es capaz de sentir (reconocer sintiendo) la «personalidad individual única» de alguien ─desde cosas muy aparentemente banales, como el movimiento del cuerpo, etc.─.
Este hecho parece que lo tenemos delante de las narices, aunque no estaría muy interiorizado, digamos;
o sea, no estaría muy impreso o absorbido en el alma individual (y por tanto no lo está en «la cultura»), como conocimiento real y no sólo «mental».
En realidad, el sentido más amplio del verbo «conocer» sería ese «eureka» que es más que mental, que es emocional/álmico, y luego es si acaso «mental» (y que también tienen las personas muy racionales o que priman «la razón», la mente intelectual ─pretenden que prime─).
«Conocimiento» en realidad sería el acto expresado en ese «eureka» como un llegar a sentirlo, pero absorbiéndolo además en el alma/ánimo, absorbiéndolo como verdad que transforma (ese sería el sentido de «la verdad libera»).
(Y pasa lo mismo en «la ciencia» y la técnica: es decir, si no hubiera gente que absorbe y siente el «comportamiento» de las leyes naturales… no habría descubrimientos como los que facilitan la existencia de nuevas tecnologías como los aviones, etc… cosas que hasta hace no mucho eran impensables para la humanidad…).
O sea, en la sociedad, con nuestra adoración al miedo (al miedo que tenemos a ser…)… con la adoración al miedo que tenemos a ser la esencia única de cada uno… con nuestra adoración del «miedo a sentir»… en la sociedad… no se practica, no-practicamos mucho, eso que Júlia estaría mostrando tan explícitamente (ese volver a ser como niños).
Y, entre otras cosas… será por eso que repeliste a la mujer que quizá interpretó en el tren que «necesitabas ayuda», por estar llorando en público.
(En este esquema que propongo y que felizmente encontré… en este esquema, diríamos que a esa mujer parecería que le diste el regalo (o «a través de ti se dio el evento-regalo») de poder ella proyectar-ver esas «dependencias emocionales» tan ancladas… las dependencias que todos tenemos en un grado o en otro… desde lo que hemos absorbido en el hogar (esa parte bloqueante de lo aprendido/absorbido… que es algo que sustituye a la conciencia)… donde nos tenían que «consolar» (amuermar) nada más y nada menos que ¡por ser nosotros mismos!…
Nos «tenían que» consolar ¡por expresar y soltar sentimientos!…
Y donde luego tuvimos que consolar, a nuestra vez, a los demás… (como por ejemplo cuando el niño o la niña va a la mamá o al papá… en plan…:
«no estés triste, mamá»… etc. Es decir, «no estés presente», «no seas tú aquí y ahora, expresando con todo tu ser eso»… expresando lo que sea…)).
Necesitamos expresar para que, si no es armónico, se vaya de manera natural, y podamos liberarnos…;
y para que, si SÍ es armónico, pueda ser absorbido en plan «eureka»… y sentirlo y absorberlo al serlo con todo nuestro ser… para así poder desarrollarnos de verdad.
Así pasa en general con los niños y la crianza, que los adultos, como tenemos miedo a nuestras almas/ánimo. terminamos propagando sin querer queriendo los miedos…
Y las madres y padres enseñan ─sin querer queriendo─ que el miedo es natural, y que es necesario para aprender.
Y de hecho lo enseñan y lo enseñamos básicamente con el ejemplo… «vibratoriamente»… cual antenas… en todos los sentidos.
Son miedos a las propias emociones, esas emociones que los niños sienten fuertemente… y que al principio son muy de los adultos, y no tanto de los niños (por eso es tan problemático el tema de los niños, porque reflejan mucho).
Al final los niños tienen que quedarse sin expresar, para no molestar a los adultos… y por eso se bloquean esos miedos en el alma de los niños; así pasamos la pelota de la «sanación» real.
Los miedos (vergüenzas, penas, rabias contenidas, etc.) de los adultos, madres y padres, etc., terminan ahí, bloqueados en el ánimo (alma) de los niños.
Y eso nos separa día a día de la jerarquía u orden de prioridades en el diseño del amor, en el diseño en torno al amor, es decir, en torno al tema de cuidarse y cuidar (uno mismo, a los demás, y al entorno).
El orden de prioridades puede parecer egoísta, pero los niños son así, y lo son por algo.
Esa simplicidad del amor por uno/a mismo … de eso se nos separa por defecto en los entornos adultos, sociales.
– – – –
Sobre la palabra «conciencia», de la que hablas…
Y por cierto, como sé que conocéis a Llados, quien sea que lea esto… recordarás o recordaréis quizá que Llados mete esa palabra a veces… siguiendo y repitiendo lo que Wes era/dice.
Y por cierto, por curiosidad, Llados creo que cada vez está metiendo más la palabra «Dios».
Ahí hay mucho equívoco, que yo ya he resuelto, por cierto (aunque, desde esta resolución, se trata, de todos modos, de un camino igualmente a recorrer; no es un final… pero es un camino así como «desde otra base»… por así decirlo).
Llados relaciona esa palabra, conciencia (que traduce el «conscience» inglés, pues esa es la palabra usada por Wes, su mentor), la relaciona, decía… con el arrepentimiento ─con el arrepentimiento bien entendido─.
La propuesta es muy clara, y yo diría que Llados la estará encontrando a su manera (no sé si lo terminará o lo terminaremos de ver y practicar claramente en la vida física)… y diría que Júlia, tú, la encuentras a tu modo.
Y respecto a eso, en realidad todo es muy simple, pero no hace falta, es simplemente un regalo lo que sigue ahora en el texto (habla de algo que es simplemente un regalo)… en el sentido de que para entender esta diferencia entre «conciencia» y «consciencia» (la propuesta aquí) tenemos que introducir a quien nos habría dado la vida, que no sería el universo… ni mucho menos nuestros padres (sería un Dios infinito personal).
La conciencia sin ese (la «voz de la conciencia», como cuando la gente expresa que hay que actuar «en conciencia», y no ser un «desalmado»; la conciencia que se suele asociar a lo moral, aunque hay que entender bien y de forma simple la palabra «moral», etc….)… eso… esa conciencia así entendida, sería una parte del alma que está conectada todo el rato a nuestro creador, Dios (que entre otras cosas es verdad infinita).
Mediante ese «órgano» del alma podemos SENTIR la verdad acerca de cualquier cosa (en todos los sentidos de «verdad»), y sentirla de parte de Dios, que nos la sirve ahí.
Se trataría de algo que primero es «álmico», y por tanto no va con palabras primero ─ aunque luego se puede trasladar a palabras ─.
Dios «habla» con «sentir directo», pero normalmente estamos apagados a eso.
Otra cosa, aparte de esa verdad, es el amor de tipo divino, es decir, el que Dios nos puede y quiere dar.
Ese amor no es el amor que las personas tenemos entre nosotros, ni tampoco es el amor más elevado que muchos desencarnados ya nos expresan a veces (pues todos estamos acompañados de desencarnados que tienen más o menos nivel de luz(verdad)-amor en su alma).
Entonces, hay un simple experimento, el de pedir amor a Dios… y yo comprobé que hay que pedirlo, si se quiere.
No es necesario, porque el amor en general no es necesario, sino un regalo ─tampoco el natural es necesario─.
El amor de Dios es menos «necesario» aún… aunque este amor divino sería uno que transforma poco a poco y realmente el alma… y no sólo la cura de las heridas.
Esto de tener que «pedir» suena a veces raro, pues como Dios es infinito, y se dice mucho que ya es amor, etc…. Pero Dios comprobé que es personal, y, como cualquier persona, Dios no da su amor por obligación, por defecto… sino que se trata de una relación.
En esa relación, una de las partes de esa relación ─que vimos antes─ sería esa conciencia como órgano para sentir la verdad absoluta acerca de cualquier cosa (y poder así empezar a absorberla).
Esa relación con la verdad la tiene todo el mundo, crea o no en Dios. Sólo que la realidad completa del tema, de la vida, sería uniendo estos ingredientes (el hecho de que la conciencia (sin ese) está servida por un Dios personal, aunque de hecho para nosotros no sea necesario, para vivir, tener una relación plena, es decir, una relación personal de amor con ese ser que nos habría creado ─sí lo terminará siendo al parecer para poder ser realmente eternos, aunque es en el mundo espiritual cuando la gente va eligiendo eso más claramente, al parecer, pues en lo físico estamos demasiado rodeados y amortiguados en cuanto al alma… rodeados de voces de «conciencia falsa», intervención de espíritus/desencarnados, inercias naturales al mundo físico, etc.─).
Los adultos, con sus propias «voces de la conciencia» (aprendidas y por tanto falsas, pues la verdad es la misma para todos en el fondo… y no hace falta aprenderla en el sentido adulto y artificial-artificioso de «aprender»… pues es natural absorber la verdad tras sentirla ─si no nos reprimimos el fluir emocional─)… los adultos… decía, imponen, imponemos la «voz de la conciencia» que literalmente sustituye al potencial de «sentir todo el rato a Dios», un potencial que todos los niños tienen/son (pues somos el alma y esa conciencia sería un órgano en ella).
Entonces, encontré esta clave por fin… por si alguien que lea quiere
(y no me la invento yo, igual que Julia no se estaría inventando el orden de prioridades en cuanto al amor… sino descubriéndolo…
Lo encontré gracias al material de lo que fui poniendo, desde finales del 2020, en mi web y canal ─un canal y web que tuve que cambiar y depurar, tras todo lo que antes tenía ahí, que era algo relacionado con esto, aunque no era exactamente esto, antes del 2020─).
Quise saludar así con este comentario, con ese mismo ánimo de compartir, un ánimo a menudo algo compulsivo que tenemos, vaya
(las palabras se las lleva el aire… pero creo que sentiste que en parte no hay «sólo palabras»… aunque me queda mucho por desarrollarme, o sea, por ejercitar, por limpiar… como ánimo/alma… y como a casi todo el mundo nos queda).
Realmente, si fluyes en ese plan «no te hará falta nada», ya lo vemos;
pero quise comentar lo del «Dios sin religiones»,
quizá por aportar a un canal donde das tu ejemplo tan fantástico, de apertura y de no tener miedo.
Qué buen ejemplo.
Es una cosa que me sale del alma también «gritarle» a Llados, por ejemplo, cuando mete las palabras «conciencia» sin la ese (ya digo, a imagen de su mentor Wes), o «Dios»…
me sale del alma un poco porque a mí me sirvió
(ya te digo, no es algo que invente yo; y es muy simple; y lo encontré hace relativamente poco…;
aunque, como siempre, lo importante es la práctica de ello… tener fe-deseo en ese sentido… y aprender a no soltarlo y cultivarlo).
Hay un sentido de «verdad» que sería igual para todos (no por nada equivale al hecho de que compartimos un UNIverso, unas leyes para ese universo y sus dimensiones, por muchas dimensiones y subdimensiones que existan);
o sea, habría también verdad absoluta con respecto a las cosas de ese ser esencial (alma)… con sus «partes»… verdad absoluta respecto a las cosas de ese ser donde «reside» la vida, o que es la vida que somos y seremos (alma)…
… y que sigue siendo lo que nos anima tanto cuando vamos a dormir… como tras dejar el cuerpo físico, en la «muerte»
(por cierto, tras la cual muerte… en esta propuesta simple, seguiríamos siendo la misma alma poderosa y única, pero animando esta vez «sólo» el cuerpo espiritual:
ese es un cuerpo, el cuerpo-espíritu, que está pegado al físico en vigilia… o sea, que de hecho ya tenemos… ya avivamos desde el alma que somos…
… y en el cual nos vamos a «volar», por las noches, al dormir ─ aunque hay gente que aprende a «volar» en él de día… con más o menos intervención ─por cierto─, intervención o ayuda… una ayuda más o menos controladora o interesada ─ dependiendo de nuestra actitud y heridas ─ dada por parte de grupos de personas en el mundo espiritual ─).
Escribí mucho y a veces, con tanto palabrear, puede parecer que no se comprobaron las cosas (pues la verdad no hace falta defenderla, y no casa mucho con el proselitismo compulsivo… y por eso Dios no tiene que ver con las religiones, por cierto);
pero vaya, he comprobado las cosas esenciales sobre las que hablé, y con alegría las veo asomar en lo que hablas;
me refiero sobre todo al final de lo que escribí, los temas más políticamente incorrectos… (aunque ya digo, me queda mucho por desarrollar, ya que el desarrollo no para nunca… claro;
pero por ejemplo también comprobé en lo básico, en lo práctico, lo del alma gemela única,
que nació no muy lejos de mí, y que, aunque no nos hablamos, se nota que es ella, por unas cosas muy concretas y simples… y luego detalles que se suman a eso
(uf, por cierto, soy del 1974, estoy en Madrid;
y la vida da una cantidad de vueltas…)).
Si hay inspiración quizá hablemos en audio o así; o por ejemplo me hago el estupendo y nos hacemos «los periodistas», y te pido entrevista en audio con mis medios básicos, para el canal de youtube… etc.
Comentario archivado:
Con las demostraciones de la existencia e interacción con desencarnados (mediante aparatos, vídeo, etc.), que divulgaba mismamente Sinesio Darnell, es increíble que todavía en el 2001, Puente Ojea ─y muchos hoy─ dudemos de la existencia del mundo espiritual.
El hecho es que ese mundo de desencarnados está todo el rato interactuando con nosotros, y sin ese dato no se puede mínimamente entender la historia, ni nada.
– – – –
Increíble cómo «se pagaba» a la gente para sostener la negación de la evidencia (el señor Ares), pues bien se conocen y bien divulgaba mismamente Sinesio Darnell algunos experimentos, experimentos claros y que fueron hasta televisados ─y con asistencia de técnicos y científicos─ en los cuales se muestra claramente la interacción con desencarnados y su existencia.
Cuesta mucho dinero y esfuerzo reprimir la verdad; pero ya se sabe, la verdad termina saliendo… aunque quizá necesitamos catástrofes para poder dar giros sustanciales en cuanto al «paradigma» sobre la psique (el alma)… (que es algo ahora tan directamente atacado por controladores intelectuales (Harari, etc.) que tienen el tema del alma como algo «antiguo», pasado de moda…).
Se ha polarizado todo, aparentemente (?)
Comentario archivado:
Es curioso, desde el principio llaman pueril al concepto verdadero de Dios, al real 🙂 … que es el simple y que cualquier niño puede entender.
Dragó trae en este programa a dos personas que pensaban parecido sobre ese tema crucial (Trías, Panniker).
Una vez que tenemos eso… es interesante… pero falta la verdad más simple y básica.
Lo «malo» es que esa verdad más simple está en parte secuestrada por los dogmatismos religiosos que la rodean de todo tipo de cosas.
Estas personas, y en general todos, entregamos el tema de Dios a esas religiones que a veces hasta «odiamos»…, y así, le hacemos el juego a esas mismas religiones que algunos siguen odiando.
– – – –
Dios sin religiones sigue siendo un Dios personal, etc.
Comentario archivado
Dice Óscar G-Q… «nadie ha venido del más allá» 🙂 , y no podría haber afirmación más falsa 🙂
En 1:08:00 uno de los invitados más interesantes habla sobre su experiencia con un guía («ángel» a veces diríamos).
Es Dannion Brinkley.
La primera luz que hay en estas experiencias parece que sería siempre la del alma de ese desencarnado o grupo de desencarnados (más avanzados en amor y luz), que acompañan a veces, y que acompañarían a Dannion… en esa primera experiencia que tuvo, traumática, fuera del cuerpo.
Es maravilloso que le dejaran hablar tanto rato… desde 1:03:40 durante muchos minutos, increíble.
Y fantástico Fernando Magdalena Rodríguez … con sus certezas sobre el cuerpo-espíritu.
– –
Sobre Dannion:
https://unsolvedmysteries.fandom.com/wiki/Dannion_Brinkley
Comentario archivado:
Sádaba alude a una «super-razón», achacándosela como peligrosa a los religiosos que hay ahí debatiendo.
Y, ciertamente, existe: es la conciencia (esa «super-razón»); existe como parte del alma «conectada» («emocionalmente») con cómo Dios se siente acerca de todos los posibles asuntos y vivencias.
Sólo que en general estamos «anestesiados» profundamente con respecto a esta «conexión natural con Dios», intrínseca a todo humano (los religiosos también están anestesiados).
Por ejemplo, con un tema que saca Sádaba en varias ocasiones ─ y creo que no sólo lo hace en este debate (aborto) ─; en el tema del aborto, la conciencia (sin ese) (la conciencia como conexión con tal fuente de verdad absoluta) nos da la certeza (de la que potencialmente podemos tomar completa consciencia) de que abortar degrada el alma individualmente, y por tanto es peor para el alma de quien aborta, aunque sólo se vea a la larga (el alma es lo causal en el ser humano, y nutre de vida al cuerpo-espíritu y la físico).
Esa degradación tiene consecuencias, no sólo consecuencias individuales ─ los hombres y mujeres directamente afectados (los padres biológicos…) ─, sino consecuencias para el colectivo humano, porque la degradación del alma implica que las leyes naturales han de señalar esa degradación para que la sanemos, de una u otra manera, y no como «castigo».
Las almas abortadas son eso, igual que nosotros, almas. No son menos «persona», no son menos únicos que cada uno de nosotros (aunque no hayan podido individualizarse en lo físico para empezar su vida autoconsciente).
Tenemos responsabilidad real, objetiva, marcada en el alma, si abortamos: responsabilidad por quitar la oportunidad del comienzo de la vida en el plano físico a otra alma, y de, así, «echarles» bruscamente, a que los cuiden en el mundo espiritual (con sus dimensiones).
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El problema es que desde otras dimensiones se pueden materializar estas almas, que no serían extraterrestres, sino nacidas en la Tierra, como todos (muchos de ellos pueden ser abortos, por ejemplo).
El asunto clave es el poder de materialización, o sea, el gran poder de cada alma humana, individual y colectivamente expresado, o empleado, para materializar, para proyectar cosas.
Es algo que siempre habría sucedido, y fundamental para entender algo la historia. Pero el tema «naves» es anecdótico.
Y en general parece que tienen que tener cuidado a la hora de materializarse, porque «duele»… es decir, porque no es armónico con el amor el hecho de ponerse a aparecerse a diestro y siniestro a la gente.
Siempre hay manipulación de diversos grupos de desencarnados, y con más o menos buenas (o malas) intenciones… depende de la ley de atracción y de la ley de compensación individual y colectiva (en general de las leyes del alma).
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Fíjate hasta qué punto es simple todo…
joer, y cómo se desvían las cosas, cómo se (auto)traicionan… a nivel colectivo e individual…
o sea, cómo se «sobre-intelectualizó» la cosa… en esto que llamamos «civilización-educación occidental»…
fíjate… fijémonos, en que Sócrates ─ supuesto inspirador de una base de esta cultura por estos lares ─… Sócrates, hacía exactamente eso, es decir:
hablar con cualquiera para preguntarle… para compartir amablemente con la persona, acerca de «quién era»,
acerca de si se OCUPABA o no se ocupaba de sí misma…
y de cómo lo hacía, la persona, etc.
Uf, el simple tema… pero nada sencillo tema… cuando todo está emborronado… el tema de «conocerse»
(que es sentirse a sí mismo, antes que «pensarse»)…
y que, como decíamos, es como un volver a ser como niños (en el buen sentido).
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Y pensar que aún en el 2024 no se ha terminado la manía de identificar «lo científico» con «lo material»… y seguimos adoctrinando así de cutremente a la gente desde pequeños… es increíble * , es muy «infantil», en el mal sentido de infantil.
Increíble, cuando «lo científico» no para de usar conceptos como el de energía y el de «leyes», unas leyes y una energía que nadie ha visto jamás ni puede ver jamás
(esas leyes… como entidades abstractas que nos permiten entender las cosas…).
Lógicamente, el truco es el tema de las dimensiones, tal como aparece aquí (con Pedro Crespí: muy interesante por ejemplo en 1:06:30, por ahí más o menos, ya que habla de Dios como generador de sabiduria… y nosotros como «descubridores» ─ y es que sí, la cosa va por ahí ─)… y tal como aparece en otras muchas tertulias «antiguas» y no tan antiguas.
Y el «pobre» sacerdote dice en un momento: «no existen tantos cielos» 🙂
Hay por ejemplo una gran equivocación de Carreira, cuando dice que:
«cuanto más se sabe, más limitada queda la posibilidad de nuevas cosas»,
aunque esa frase tiene una interpretación que se podría defender
(ya que cuanto más se sabe, más hay que componer lo nuevo con lo anteriormente sabido)…
pero la frase da lugar a una tremenda equivocación, pues lo que sucede es que, cuanto más se sabe, más preguntas podemos hacer.
La verdad es literalmente infinita.
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*
Con todo lo que ya se ha demostrado, y televisado incluso… demostrado y televisado con aparatos… en cuanto a la conexión con desencarnados, etc., en la denostada «parapsicología»… (es increíble la negación de las evidencias que nos confrontan emocionalmente).
Comentario archivado:
Y pensar que incluso en el 2024 seguimos perdidos con los conceptos de «azar», etc. (en «la ciencia»)… mientras se cambia nada azarosamente el ENTORNO artificial humano (teléfonos móviles, radiaciones, etc.)…
De cierto modo, es como que en ese entorno externo «hemos de» forzarnos a existir… en esta «cuarta revolución industrial» (como la llaman en algunas élites incluso)… una «revolución», esta, que de cierto modo también puede que consista al mismo tiempo en intentar cambiar más o menos rápidamente el «entorno interno» (el medio interno) del cuerpo físico humano… para experimentar con la posibilidad de que sea ajustable de cierto modo al devenir del entorno externo artificial…
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Es curioso que tantas cosas que se descubrieron en el ámbito de lo psicosomático (bien demostrable ya) no salgan a relucir más, en el debate (por lo que llevo visto).
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¡ Cómo ha cambiado el mundo en 30 y pico años !
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los niños sienten mucho más todo,
y las emociones del entorno son muy importantes,
a veces terminan somatizándolas, es decir, viviendo conflictos que en realidad son del entorno adulto
(un entorno donde no sólo hay personas encarnadas, por cierto);
parece que, cuando no sabemos ni siquiera hablar, las emociones son lo único que «tenemos»… al principio, para «guiarnos»;
Y en los hogares hay mucho miedo… mucho miedo proyectado, pues «no hay tiempo para nada»… hay mucha frustración, que padres y madres no saben «liberar sanamente», etc.;
aprendemos gracias a esas emociones, a lo que hacen y hacemos con ellas, o lo que dejamos de hacer…;
Claro que aprendemos por ejemplo a hablar simplemente sintiendo lo que pasa… las emociones que intentan atravesarnos, etc…
aprendemos con las conexiones que hacemos entre un evento cualquiera y una palabra, y las emociones de todos los participantes en el evento…
… Y «lamentablemente» «aprendemos» con los bloqueos que hacemos en nuestra alma… que nos condicionan inevitablemente (pues los adultos tienen siempre heridas emocionales).
Los adultos enseñan cosas sin saber lo que hacen…
de pequeños hacemos conexiones entre lo que pasa dentro de nosotros y lo que pasa dentro del alma de nuestra madre por ejemplo…
cosas que sentimos con intensidad…
y parece que a menudo creemos que esas cosas son de uno, de uno mismo… o que deben ser nuestras y debemos ser leales a mantenerlas ahí (esas vergüenzas… o miedos que pueda haber en el entorno…)
Comentario archivado:
Dios no depende de religiones, y por tanto no es óptima la recomendación que hace Jose Carlos a Pedro («ponerse ante el sagrario para pedir fe»).
Lo que es Dios, en el alma, sí se ha tratado en algún aspecto esencial durante la conversación, cuando el entrevistado habla de «ley natural», etc.
Dios se comunica de cierto modo potencialmente, y todo el rato… a nivel de las emociones (que son lo primero, y único, que tenemos al principio de la vida para «ser»: emociones, energía en movimiento… emociones del entorno, nuestras… etc.)…
Dios se comunica en el nivel de «sentirlo», nosotros, en el alma (en el ánimo), en una parte del alma «conectada» a Dios (un alma que, por otra parte, Dios habría creado así).
Dios se comunica a través de lo que tradicionalmente se llama «conciencia» (en inglés «conscience»). Es el sentido de lo que es verdadero/bueno… en el sentido de poder potencialmente reconocer, con certeza… de sentir la certeza de qué es lo que favorecerá o dañará el alma, qué es lo que la purificará o la degradará… ─el alma de uno mismo, personalmente hablando─.
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«Todo» se pierde por un problema tonto con el verbo «ser»… cuando se identifica a Jesús con Dios.
Jesús habría transformado completamente su alma, aun estando en lo físico, antes de que mataran su cuerpo físico…
El alma o «ánimo» aviva el cuerpo físico y el cuerpo-espíritu
(con el cuerpo-espíritu seguimos vivos tanto por la noche al dormir, como tras morir, todos).
Purificar el alma siempre se ha podido, y desde siempre existen dimensiones superiores para la existencia de nuestro cuerpo-espíritu ─dimensiones donde habitamos, como almas, en el cuerpo-espíritu ─.
Pero lo nuevo es que podemos transformar el alma con el amor de Dios, más allá de simplemente purificar el alma.
Entonces, lo que sería esencial en el tema de Jesús, es que ese amor diferente, el de Dios, lo empezó a poder dar Dios a la humanidad hace unos 2000 años.
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Desde hace siglos, este equívoco entorpece de forma evidente, junto a complejidades artificiales con respecto al tema de Jesús y Dios, etc. (intelectualizaciones innecesarias como la de la Trinidad, etc.).
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La desconfianza de Pedro tiene un lado sano, en el sentido de que «ponerse ante el sagrario», por lo que voy entendiendo (en el «sagrario» de cualquier religión)… ese ponerse ahí, lo que conseguiría es ser influenciado por un determinado grupo de espíritus (desencarnados).
Hay mucho proselitismo en el mundo espiritual, con más o menos fuerza dependiendo de la religión/espiritualidad… dependiendo de la dimensión en la que estén esos desencarnados, etc.
Esa influencia por parte de desencarnados (influencia intensa pues es muy importante el tema emocional y ellos desde su cuerpo-espíritu pueden mover ahí las cosas con algo de ventaja)… esa influencia… siempre ha existido; es imprescindible para entender algo la historia humana.
Pero esos desencarnados fácilmente terminan sustituyendo la posibilidad de una relación pura con Dios (una que sea digamos «primero con Dios, y pura con Dios»). Y, sobre todo, sucedería que la mayoría de ellos, si no ha recibido amor divino, entorpecieron y entorpecerán el reconocimiento de lo simple y nuevo que «adquirimos» en la Tierra, en torno al tema de lo que pasó con Jesús (en la Tierra y en el mundo espiritual, en sus primitivas 6 dimensiones).
Comentario archivado:
Sí, totalmente, pues Dios no tendría en realidad nada que ver con las religiones.
Por otra parte, es evidente que en todas ellas se habla de aspectos de la creación o de Dios que todos podríamos comprobar personalmente.
Son aspectos comprobables acerca de Dios, como el de la conciencia en cuanto a «sentir la ley natural» ─ tal como se esboza en este podcast un poco ─.
Y, en general, son aspectos acerca de unos temas que son menos «elevados», en realidad: por ejemplo el de la existencia de las dimensiones… (unos temas que hasta ahora parece que se solían retirar muy absurdamente del campo de «lo científico»).
Pero, claro, en todas las religiones sucedería que el dogma oscurece las cosas.
Ese «clic» de «locura», por así llamarlo, que provoca por ejemplo el malentendido acerca de la fe, es inaceptable para un mente sana. Y eso es lo que en parte vemos en Pedro, aunque él no sepa expresarlo del todo en unos términos que puedan realmente «combatir» a fondo, en su propio campo, a Jose Carlos.
Y es que la fe en realidad sería un aspecto común a lo científico y a lo religioso, pues un científico, sin ese «deseo efectivo» que es la fe (sin ese tener fe en el sentido de tener y sentir una intensa certeza acerca de las «líneas» sobre lo que está por descubrirse, en el futuro, etc.)… un científico, sin esa «fe», no es científico.
Ese tipo de certeza, por cierto, se cultiva en las matemáticas puras (de ahí el énfasis universalista en torno a las mates, que aparece dramatizado en el famoso diálogo de Platón/Sócrates, creo que el Menón).
Luego, el hecho de que el científico aplique la fe para jugar en unas reglas de juego determinadas (dentro de un campo social «x» y unas creencias «x»), no implica que ese fenómeno de «fe científica» no sea ESENCIALMENTE el mismo que el de la fe «religiosa».