[Nota previa: Este texto lo leo y comento un poco en el vídeo enlazado arriba y en la segunda parte, en este otro vídeo.
Entre esos dos vídeos completo la lectura y comentario de este tema tan fundamental, este tema de refuerzo.
También hay esta pequeña aclaración necesaria: vídeo de aclaración.
Habrá más audios y vídeos de comentario, repaso, invitación, etc.
Lista de audios complementarios: audio 1 en ivoox / audio descarga directa]
Índice:
– Cómo nosotros mismos proyectamos contra Dios desde la infancia
– Pequeñas notas breves y el tema de la compensación en el caso del abuso sexual
– Cómo es compensado negativamente el niño tras un caso de abuso sexual y debido a toda esa confusión mantenida y no “sanada”
– Sentir cómo se siente ser un determinado animal
– Nota sobre lo colectivo
[Texto en formato pdf junto los otros dos principales de agosto 2021: pdf]
_____
Cómo nosotros mismos proyectamos contra Dios desde la infancia
Basado en lo que estamos aprendiendo de Miller*, pongámonos en el caso de que ya somos un niño que puede elegir, que tiene cierta consciencia propia, autoconsciencia, como para reaccionar de una manera más o menos libre ante las situaciones, propuestas, ideas, etc., que vienen del entorno o que están en él.
Ese niño puede hacerse consciente de las desarmonías vividas en el entorno (padres, etc.). Al ser consciente además puede tener una actitud de querer saber qué está pasando… una actitud indagadora, una “pregunta” que se puede hacer casi sin darse cuenta, con todo su ser: “¿esto qué es?”.
Pongamos ya un caso muy extremo y -por así decirlo- ̣muy práctico: el abuso sexual.
Estas prácticas son muy comunes de parte de todo tipo de adultos y acompañantes hacia niños y niñas.
Está claro que cuando se dan estas situaciones, se produce “incomodidad” automáticamente en nosotros, y podríamos decir… se produce “en nuestra alma”.
Y pongamos que en un caso concreto el niño afectado tiene efectivamente, claramente, una actitud de preguntarse “qué está pasando”.
¿De dónde proviene esa incomodidad?
En un animal podemos decir que se da por instinto. El animal, por ejemplo un gato, tiene cuerpo físico y espiritual, ambos con una genética, pero no tiene alma.
En nosotros, al ser alma (atención: esta y muchas más cosas que vamos a decir a continuación tenedlas como hipótesis si aún no las sentís, y si no visteis nada anteriormente sobre el tema), al ser alma… en nosotros esa incomodidad depende directamente de los siguientes hechos (y, como vamos a ver, al tener en cuenta estos hechos se irá entendiendo muy práctica y claramente cómo es que hemos proyectado contra Dios -o bloqueado a Dios- en una infinidad de ocasiones y desde muy pequeños):
– el alma está conectada a Dios (que la creó en realidad como la más grande de sus creaciones)
– Dios provee de respuestas, en forma de sentir, ante cualquier pregunta (respuestas a las motivaciones sinceras que están tras las preguntas o actitudes inquisitivas del ser humano).
Esta continua provisión de respuestas, este acto de proporcionar continuamente verdad de Dios por parte de Dios… es lo que se llama conciencia, u órgano de la conciencia, en el alma -como si fuera un órgano del alma (tal como lo señala Miller)-.
Esta es una comunicación continua de verdad absoluta por parte de Dios hacia el alma, pues Dios no quiere ocultar nada a sus almas. Somos nosotros quienes bloqueamos esos sentires tan intensos e “informativos”, y nos vamos creando una coraza desde muy pequeños, ante la confusión que provoca el hecho de estar viviendo en entornos que son tan desarmónicos respecto a la perspectiva de quien creó nuestras almas (o “yo real”)
– el niño no está muy cerrado a sentir esa respuesta claramente, es decir, la respuesta de Dios ante la actitud más o menos inquisitiva: “¿qué está pasando?”.
De adultos a menudo todos sí solemos estar bastante cerrados a sentir nuestra alma, pues ya tenemos una fachada muy dura -un yo de fachada, una máscara-, o por decirlo de otra manera: ya somos muy “muñecos”, estamos muy “muñequizados” por las creencias falsas, por las técnicas o incluso las tecnologías (!) construidas en torno a todo lo sucedido, en torno a todo el caos social, familiar, físico, espiritual… o ante todo el caos de miedos, sensaciones… con toda la absorción en nuestra alma desde la concepción (absorción emocional que crea bloqueos)… con todas las desarmonías (es decir, las situaciones altamente desarmónicas respecto a cómo ve Dios la verdad y el amor), etc.
– La respuesta de Dios es un sentir que comunica una verdad absoluta, que, si la pudiéramos poner en palabras, diría algo así: este abuso sexual es desarmónico respecto a la verdad y el amor divinos; es decir, sin matices: esto no está en armonía con respecto a cómo ve Dios ese hecho concreto que está pasando (es una respuesta que no admite matices ni peros: o está en armonía con el amor (divino), o no lo está). Continuar leyendo «Desmitificando completamente a Dios»