Judas: La zona en penumbra y Summerland | 8 de septiembre de 2001

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Al hilo de los mensajes de Padgett -que hemos comentado y usado ya aquí un poco-, durante los cien años que han pasado desde entonces, ha habido mucha gente que los ha seguido.

Algunas de estas personas parece que han desarrollado bien sus capacidades de conexión con los planos de desencarnados, y de vez en cuando han recibido mensajes de personalidades muy cercanas a Jesús, como por ejemplo de «Judas Iscariote» (Judas de Queriote) -e incluso hasta muy cerca de nuestras fechas-.

Con este texto/audio seguimos la pequeña serie que empezamos aquí. Vemos cómo los mensajes de Judas encajan muy bien tanto con lo contado por Alan John Miller/Jesús, como con lo que se da en los mensajes de Padgett.

De hecho, Miller, aparte de recomendar, lógicamente, los mensajes de Padgett… si recuerdo bien también comentó en algún encuentro que realmente Judas y otros habían hablado a través de varias de estas personas recientemente.

Esta serie trata de forma breve sobre la sucesión de planos y sobre la progresión del alma en ellos.

Nota: Un mensaje anterior, via Padgett, y muy relevante, es este (dado en este caso por Jesús).

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La zona en penumbra y Summerland
8 de septiembre de 2001
Recibido por H.
Cuenca, Ecuador

Mi querido hermano, hoy vengo a continuar con mi descripción de los planos terrestres. Antes de seguir, te recuerdo que cuando te hice saber un poco sobre el significado de la palabra “luz” en el mundo espiritual, te conté cómo pasé desde mi infierno a la región llamada zona de penumbra. También te informé de que esta es la zona más poblada del mundo de los espíritus, y que la gran mayoría de ellos inician el viaje hacia su perfección en este lugar -hacia la perfección en el amor natural o en el Amor Divino-.

Realmente es una zona muy atractiva para muchos espíritus. No hace ni frío ni calor excesivos, la gente vive en libertad, no hay dominio ni esclavitud, y allí los espíritus no necesitan preocuparse por cómo ganarse la vida, pues como ya sabes, los espíritus no necesitan comer, su ropa no se desgasta… en definitiva, se trata de un ambiente de libertad y felicidad. Es por eso que muchos espíritus permanecen allí muchos años, contentos con su situación, que de hecho en la gran mayoría de casos es mucho mejor que la condición en la que tuvieron que vivir en la Tierra. Continuar leyendo «Judas: La zona en penumbra y Summerland | 8 de septiembre de 2001»

Judas: Salir de los infiernos | 6 de febrero de 2003

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Al hilo de los mensajes de Padgett -que hemos comentado y usado ya aquí un poco-, durante estos cien años que han pasado desde entonces, ha habido mucha gente que los ha seguido.

Algunas de estas personas parece que han desarrollado bien sus capacidades de conexión con los planos de desencarnados, y de vez en cuando han recibido mensajes de personalidades muy cercanas a Jesús, como por ejemplo de «Judas Iscariote» (Judas de Queriote) -e incluso hasta muy cerca de nuestras fechas-.

Espero hacer una pequeña serie que empezamos aquí. En ella se ve cómo los mensajes de Judas encajan muy bien tanto con lo contado por Alan John Miller/Jesús, como con lo que se da en los mensajes de Padgett.

De hecho, Miller, aparte de recomendar, lógicamente, los mensajes de Padgett… si recuerdo bien también comentó en algún encuentro que realmente Judas y otros habían hablado a través de varias de estas personas recientemente.

Esta serie trata de forma breve sobre la sucesión de planos y sobre la progresión del alma en ellos.

Los mensajes de Judas anteriores a este (que también espero poner aquí y comentar) son digamos que más anecdóticos en cuanto al tema que nos ocupa (los diversos planos y las transiciones). Tratan sobre su muerte, y en el audio de este mensaje los comentaré muy brevemente en la medida en que me acuerde. Judas se suicidó, como parece «bien sabido» o establecido.

Aquí empezamos directamente con la transición desde el primer estado, que en este caso es «infernal».

Es decir, en este caso es una transición desde la parte más baja del primer plano, o del plano llamado terrenal, que contiene a su vez muchos subplanos, de los cuales los más bajos se describen como «infernales» y el más elevado como «Tierra de verano» o «Summerland».

En general, en este primer plano parece que hay muchos espíritus aún enlazados o apegados a la Tierra, pero que en realidad tienen su «residencia» en este primer plano (de hecho en general habría ahora más desencarnados en la Tierra que personas vivas «físicas»).

Los que llegan al primer plano tienen que afrontar tarde o temprano la condición de relativa oscuridad en su alma.

La parte más baja del plano se describe como infernal, pero de ahí siempre hay escapatoria.

Nota: Un mensaje anterior, via Padgett, y muy relevante, es este (dado en este caso por Jesús).

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Judas: Salir de los infiernos
Recibido por H. | 6 de febrero de 2003
Cuenca, Ecuador.

Me gustaría continuar con mi mensaje de ayer.

“La clave de nuestro trabajo de rescate está en crear una condición de confianza. Por lo general, es una mala elección que un espíritu brillante se acerque a uno de esos espíritus sombríos, porque se encerrarán en sí mismos de inmediato, hasta el punto de negarse a escuchar lo que el espíritu de buena voluntad les diga. ¿Cómo debemos proceder entonces?».

Con estas palabras terminé mi mensaje. Entonces, ¿cómo debemos proceder?

Como ya habrás adivinado, el primer paso es que los espíritus que en la Tierra fueron amigos de esos pobres condenados en el infierno, se acerquen a ellos y traten de renovar esta amistad y confianza. Y bien, ya conoces un caso en el que sucedió exactamente eso: mi propio caso.

Siempre he tenido una excelente relación con Andrés. Él era, es, mayor que yo, y de alguna manera veía en él una figura paterna. Supo romper muy hábilmente mi resistencia inicial a su presencia, una resistencia debida, entre otras cosas, a que yo no quería que nadie que a mí me importara me viera en mi situación de desgracia y desesperación. Pero una vez que se rompió el hielo y comprendí que su intención era seria y llena de amor, nació dentro de mí esa chispa de esperanza. Y esto sucedió gracias a la confianza que tenía en él, de modo que pude activar mi deseo de avanzar.

Y bien, puedo ver lo que estás pensando: que todos los espíritus en situaciones desesperadas lógicamente tendrían un fuerte deseo de mejorar su situación. Pero esto no es tan fácil como crees. Tienes razón, este deseo sí existe en sus almas, un deseo pobre y débil en un alma demacrada. Pero incluso cuando los espíritus así confinados no reconocen conscientemente que fue su propia falta lo que los condujo a su situación, hay otro deseo que crece inconscientemente dentro de ellos: el ansia de autocastigarse. Este es un deseo mucho más fuerte que el que les permitiría comenzar a progresar. Es un círculo vicioso, y puedes estar seguro de que, en el caso de los espíritus de los infiernos más profundos, nunca podrían romper esta cadena de acero que los ata a sus frías chozas si no fuera por la ayuda de otros espíritus más desarrollados que son capaces de restaurar su autoestima y de transformar sus vacíos sentimientos de culpa en una verdadera penitencia. Pues lo que les ayudará a progresar no será su constante lamento por la “injusticia” que están sufriendo (en opinión de muchos de ellos) ni su autocompasión, sino reconocer su propia culpa, su disposición a asumir las consecuencias, y también, y más importante que cualquier otra cosa, su deseo de reconciliarse con Dios. Esto es lo que se denomina «penitencia»; esto es lo que se llama remordimiento; y esto es exactamente lo que el Padre quiere: que todos Sus hijos descarriados regresen a Él y celebren con Él en las mesas del paraíso.
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Lucas: sobre la evolución e involución del ser humano | 22 de julio de 1917

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Este mensaje nos confronta mucho, en parte porque es muy simple, aunque no lo parezca.

El alma siempre es perfecta ya, natural-perfecta.

Pero eso no es lo mismo que ser «divina». Es nuestra elección activar o no el potencial de divinizar nuestra alma, es decir, de transformarla desde ser finita-natural-perfecta, a ser inmortal e infinita.

Desde que Amón y Amán (la primera pareja sobre la Tierra, contactable en el mundo espiritual, y que por ejemplo Miller y Mary han contactado)… desde que ellos rechazaron el amor divino, hubo un proceso de descenso o «caída» en la condición del alma de los humanos, de modo que se crearon estos planos o condiciones álmicas inferiores, o formas inferiores de «vivenciar el planeta», por así decirlo.

El humano degeneró en su expresión, ya que generación tras generación se tomaban decisiones más animalescas, digamos.

Y luego volvió a despegar.

Los científicos encuentran las pistas de esa época de gran degeneración, y concluyen definitivamente que eso es lo primero, pero no lo sería.

Seguramente hay mucha prueba escondida sobre humanos mejores y anteriores a eso. (Porque ya sabemos que casi todo aquí, en esta civilización tan «anti-Dios»… es una especie de «política» espiritual a mala leche 🙂 ).

La opción de volver a poder usar el libre albedrío para pedir y recibir amor divino se abrió solo cuando esto lo hizo Jesús, cuando era niño; y lo hizo casi inconscientemente, como programado en su alma… incitado en ella por múltiples factores del pre-diseño en cuanto a cómo y cuándo meter qué almas, qué esencias personales, a individualizarse, en los planetas.

Vivimos pues una especie de dispensación, de ventana abierta para esto, en nuestras almas, que tendrá caducidad, por lo que dicen varios otros mensajes que, en parte, ya hemos visto.

Y ese amor divino, al recibirlo en nuestra alma desde Dios, desde fuera de nuestra alma… permite que se exprese o actualice el potencial o destino de que el alma se haga infinita, se transforme, y pase de ser mera imagen perfecta del Creador (el alma), a ser de la misma sustancia… transformándose de mortal a inmortal -en el verdadero sentido de «inmortal»-.
Y por cierto, con las almas natural-perfectas, con lo poco que he leído por ahora no saben decir exactamente en qué consiste su mortalidad… al final de vete a saber tú qué «tiempos».

Mensaje de Lucas, via Padgett, 22 de julio de 1917.

Un mensaje anterior y también muy relevante es este (esta vez dado por Jesús).

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Lucas: Discurso sobre la evolución y la involución del hombre; los científicos solo conocen la evolución después de que el hombre tocara fondo en su degeneración o involución

Estoy aquí, Lucas, escritor del que se planteó como tercer evangelio.

Y bien, deseo escribir unas líneas sobre el tema del libro que estabas leyendo esta noche. Me refiero a: «La creación y caída del hombre».

El hombre que escribió el libro se está esforzando por reconciliar la doctrina bíblica de la creación y caída del hombre, con la doctrina de la evolución que tienen los científicos, y lo hace para mostrar que estas dos visiones del tema no son antagónicas y que, si se entienden adecuadamente, pueden ser utilizadas para apoyarse mutuamente. Pero en esto no ha tenido éxito, ni puede tenerlo, por la razón -que es suficiente, aunque no hubiera ninguna otra- de que el hombre no evolucionó a partir de las bestias o animales inferiores, sino que siempre fue eso, el hombre, la criatura de Dios, perfecto en su creación y plenamente natural.

No había nada de sobrenatural en él, y nunca poseyó una naturaleza de superhombre desde la que pudiera haber caído en el momento de su desobediencia. Nunca ha sido nada más ni menos que la creación perfecta de su Hacedor, aunque haya degenerado en sus cualidades y en el ejercicio de su voluntad.

La evolución, o la doctrina de la evolución, tiene sus limitaciones, y su fundador, o quienes lo siguen -total o parcialmente- no son capaces de volver atrás lo suficiente como para contrastar esta doctrina con lo que tuvo lugar en el momento de la caída del hombre; y, por lo tanto, cuando intentan llegar más allá de la etapa en la que el hombre parecía un ser muy degenerado -pareciendo, así, producto de progenitores animales- se meten en el campo de la especulación y deja de haber conocimiento.

El hombre no fue creado con ninguna de las cualidades divinas, tal como el escritor parece pensar, sino que fue hecho como el hombre meramente natural que ahora ves y sin la corrupción de las cualidades de su alma -sin esa corrupción que puede ser eliminada al sacar del alma todas esas cosas que hacen que se haya apartado de la condición que tuvo en su creación-.

Es decir, cuando fue creado estaba en perfecta armonía con la voluntad de Dios y con Sus leyes, y cuando sea restaurado a esa armonía de unidad con dichas leyes, entonces, se encontrará en lo que ya era suyo antes de la caída.
Continuar leyendo «Lucas: sobre la evolución e involución del ser humano | 22 de julio de 1917»

Jesús: el alma, lo que es y lo que no es | 2 de marzo, 1917

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Un mensaje anterior y también muy relevante es este (también dado por Jesús).

Este tema del alma es enormemente práctico y simple (se trata de volvernos seres «plenamente emocionales», dicho rápidamente -aunque esto se puede malentender-). Este asunto básico lo he resumido en la página principal o guía de la web, en sus primeros puntos (A.1, A.2, etc.).

Para ver enlaces a varios materiales prácticos sobre el alma (audios, vídeos), más modernos, dados por Miller de forma más desenfadada, gráfica y risueña (complementariamente a lo tratado en este mensaje), ver los apartados dedicados al alma en la página A.3.
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Jesús: El alma, lo que es y lo que no es
(mensaje via Padgett, 2 marzo 1917)

Estoy aquí, Jesús.

Vengo esta noche a escribir mi mensaje sobre el alma, y ​​lo haré, si podemos establecer el vínculo que se necesita.

Bien, el tema es de gran importancia y difícil de explicar, pues no hay nada en la Tierra -nada conocido por el hombre- con lo que se pueda hacer una comparación; y, por lo general, los hombres no pueden comprender la verdad ni la naturaleza de las cosas excepto por comparación con algo que ya saben que existe, y cuyas cualidades y características conozcan.

No hay nada en el mundo material que pueda proporcionar una base de comparación con el alma, y, por lo tanto, para los hombres resulta difícil  comprender la naturaleza y las cualidades del alma mediante las meras percepciones intelectuales y la razón. Y para comprender la naturaleza de esta gran creación -el alma- los hombres deben tener algo de desarrollo espiritual y la posesión de lo que puede ser conocido como las percepciones del alma. Sólo el alma puede comprender el alma, y ​​el alma que busca comprender la naturaleza de sí misma debe ser un alma viva, con sus facultades desarrolladas al menos en un pequeño grado.

Primero diré que el alma humana es necesariamente una criatura de Dios, y no una emanación de Él, como parte de Su alma; y cuando los hombres hablan y enseñan que el alma humana es parte de la Super-Alma, enseñan algo que no es cierto.

Esta alma es simplemente una criatura del Padre, al igual que lo son las demás partes del hombre -como el intelecto, el cuerpo espiritual y el cuerpo material-, unas partes que antes de la creación del alma no existían.

El alma no ha existido desde el principio de la eternidad, si puedes imaginar que la eternidad alguna vez tuvo un principio. Quiero decir que hubo un tiempo en que el alma humana no existía; y no sé si alguna vez llegará el momento en que algún alma humana deje de existir, ni tampoco ningún espíritu lo sabe; solo Dios conoce este hecho. Continuar leyendo «Jesús: el alma, lo que es y lo que no es | 2 de marzo, 1917»

Isabel I (1533-1603) reina de Inglaterra, revela su alma llena de remordimiento y contrición

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Un mensaje anterior y muy relevante es este (en este caso dado por Jesús).
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Como vemos abajo, el título completo del mensaje dado por la reina Isabel I de Inglaterra es largo, y la expresión de «violar la ley de la compensación» resulta quizá extraña si se lee rápidamente. «Violar» puede interpretarse, de entrada, como simplemente «no hacer caso» de la existencia amorosa de esta ley, y de su propósito real.

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Isabel I, la gran reina de aquellos días, confiesa libremente las violaciones a la Ley de la compensación que cometió, y revela un alma llena de remordimiento y contrición
(mensaje via James Padgett, 12 de mayo de 1915)

Estoy aquí, la reina Isabel I de Inglaterra.

He estado aquí varias veces, pero nunca antes había tenido la oportunidad de escribirte, y ahora que lo he hecho, no me defraudes, pues tengo la esperanza de que me puedas ayudar.

Y bien, yo fui una mujer muy mala en la Tierra, puesto que ahora veo la verdadera relación entre las cosas y las obras, y estoy sufriendo por el recuerdo de todo eso.

Se me consideraba una criatura que gozaba del favor divino y que, por lo tanto, no podía hacer nada malo, y que todo lo que decía o hacía debía ser obedecido y seguido por mis súbditos y por todos los demás que vivieran dentro de mis dominios.

Viví una vida que no estaba en consonancia con las leyes de la moralidad o de Dios, tal como ahora las veo; y si te digo que, aunque fuera una mujer soltera, no obstante tenía mis amantes para gratificar mis pasiones y complacer mis caprichos, comprenderás que fui una mujer malvada, y que esas son las cosas que ahora causan mis sufrimientos y mi oscuridad.

No soy un espíritu que piense que no podía hacer nada mal por el hecho de que fuera un gobernante. En ese momento sabía que muchas de las cosas que hice estaban mal y, a consecuencia de eso, mis sufrimientos se han vuelto mucho mayores.
Continuar leyendo «Isabel I (1533-1603) reina de Inglaterra, revela su alma llena de remordimiento y contrición»

Daniel (el profeta) describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra

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Un mensaje anterior y muy relevante es este (en este caso dado por Jesús).
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Daniel describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra
      (21 Jul 1915)
(Daniel, el profeta de Dios, del Antiguo Testamento)

Estoy contigo esta noche porque tienes razones para creer que has sido seleccionado para realizar la obra de Jesús de transmitir sus mensajes a la humanidad; y quiero sumar mi testimonio al de los demás que me han precedido.

Soy un seguidor del Maestro, aunque viví en la Tierra muchos años antes de que viniera a anunciar la restitución del gran Amor Divino del Padre, y a mostrar el camino por el cual todo hombre que lo desee puede obtenerlo.

Nunca supe lo que era este Amor hasta que Jesús vino y lo declaró al hombre y a los espíritus tal como lo hizo. Y cuando vino al mundo de los espíritus, después de su crucifixión, nos predicó a los que estábamos en las esferas espirituales la gran doctrina del plan de salvación de Dios.

Los hombres no deben pensar que los mortales son los únicos destinatarios de este Amor, o los únicos que tuvieron el privilegio de conocer el camino a este Amor, pues, como te digo, Jesús vino a los espíritus que vivían en los cielos espirituales, dio a conocer este gran plan y enseñó el camino a la Inmortalidad.

Yo era, antes de su venida, un espíritu que gozaba del favor del Padre en tanto que mi amor natural se desarrolló hasta el grado más alto, y en ese amor era comparativamente feliz.

También poseía un gran desarrollo intelectual. Sin embargo, en cuanto al Amor Divino que ahora poseo… de él no sabía nada, ni tampoco sabía nada ningún espíritu que viviera en ese momento.

Esto te puede parecer extraño, pues a partir de mi relato, tal como está contenido en el Antiguo Testamento, podrías suponer naturalmente que yo gozaba del gran favor de Dios, y así era; pero ese favor no iba más allá de recibir de Él una gran cantidad del amor natural que Él había otorgado a toda la humanidad, y de saber -por mis percepciones espirituales y por el poder de la naturaleza psíquica que poseía- que Dios se preocupaba por mí y me utilizaba para convencer a las naciones paganas de que había un solo Dios, y que solo Él debía ser adorado.

Nunca conocí la realidad de lo que era el Amor Divino, ni sabía que me encontraba en otra posición diferente a la que podría haber tenido si ese Amor no le hubiera sido arrebatado a la humanidad cuando nuestro gran padre terrenal cometió su fatal acto de desobediencia.

En aquellos tiempos, antes de la venida de Jesús, ningún espíritu podía progresar de ninguna manera más arriba de la esfera donde existían este amor natural y este desarrollo intelectual, en su mayor grado de perfección.

Así pues, como ves, nunca fui un espíritu poseído por esta naturaleza Divina hasta después de la venida del Maestro; y en ninguna parte del Antiguo Testamento encontrarás ninguna declaración ni promesa relativa al hombre y a su posesión de esta naturaleza Divina, y nosotros -los que vivíamos en aquellos días de mi vida terrenal- estábamos satisfechos, y solo esperábamos los favores y dones de Dios que pudieran afectar a nuestra prosperidad y felicidad terrenales.

Yo era un profeta, tal como está escrito, y a través de sus espíritus Dios me decía aquellas cosas que yo declaraba a la gente. Dios también me capacitó para predecir muchas cosas que iban a suceder, y que de hecho sucedieron. Pero este gran favor y regalo no me trajo la posesión del Amor Divino ni la naturaleza del Padre; y cuando morí, llegué al mundo de los espíritus como uno que poseía sólo el amor natural y el gran desarrollo moral que me habían proporcionado las comunicaciones tenidas gracias a mis asociaciones con los espíritus del Padre. Continuar leyendo «Daniel (el profeta) describe su experiencia en el mundo espiritual y su vida en la Tierra»

Sócrates escribe sobre la experiencia de su progreso

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Un mensaje anterior y muy relevante es este (en este caso dado por Jesús).
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Sócrates escribe sobre la experiencia de su progreso
(Mensaje via James Padgett, 8 julio 1915)

Estoy aquí, Sócrates, el griego.

Supe que pensaste en mí, y tu pensamiento me atrajo hacia ti.

Cierto espíritu puede encontrarse en vinculación contigo, o bien tener una cualidad de alma similar; pues bien, esa condición álmica es lo que hace de medio, de gran medio, por el cual se da dicha atracción.

Ya he estado contigo antes, y hay una creciente vinculación entre nosotros surgida a raíz de las cualidades de tu alma. Ahora soy un creyente en la doctrina cristiana de la inmortalidad del alma, y ​​en las enseñanzas de Jesús sobre la forma de obtener el Amor Divino del Padre, tal como lo estás haciendo tú, y, por lo tanto, nuestras cualidades álmicas son similares.

Ahora soy un seguidor del Maestro, y creo en su misión Divina en la Tierra, aunque él no vino a la Tierra cuando yo vivía. Después de convertirme en espíritu, comprobé mi creencia en la continuidad de la vida después de la muerte, y viví en el mundo de los espíritus hasta muchos años después de la llegada de Jesús, antes de que yo aprendiera y creyera en su verdad más amplia acerca de la inmortalidad.

Por supuesto que, cuando yo enseñaba, solo tenía una esperanza, que casi era certeza, de que seguiría viviendo por toda la eternidad, pero no tenía más fundamento para esa creencia que las deducciones de mi capacidad de razonar, y las observaciones del funcionamiento de la naturaleza.

Había oído hablar de las visitas de los espíritus de los difuntos, pero nunca había tenido ninguna experiencia personal en ese sentido, aunque creía sin reparos que eran verdad.

Mi convicción acerca de la verdad de la continuidad de la vida en el futuro era tan fuerte que equivalía a una certeza, y por lo tanto, cuando morí, consolé a Platón y a mis otros amigos y discípulos diciéndoles que no debían decir que Sócrates iba a morir, sino que su cuerpo era lo que moriría; su alma viviría para siempre en los Campos Elíseos. Me creyeron, y después Platón hizo más extensa mi creencia.

Y efectivamente, Sócrates no murió, pero tan pronto como su aliento abandonó el cuerpo -lo cual no fue muy doloroso, a pesar de que la fatal cicuta hizo su trabajo de manera segura y rápida-, entró en el mundo espiritual como una entidad viviente, lleno de la felicidad que le brindó la constatación de sus creencias.
Continuar leyendo «Sócrates escribe sobre la experiencia de su progreso»

Jesús: acerca del amor de los seres humanos

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Este mensaje, dado via James Padgett, fue dado muy poco después del anterior que hice para esta web, y en este caso también habla Jesús.

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Jesús: acerca del amor del hombre
4 de marzo, 1915.

Aquí estoy, Jesús.

Esta noche quiero escribir sobre el amor del hombre.

Este amor es uno que la humanidad no comprende en su particularidad más relevante. Me refiero a que este amor no es suficiente para dar al ser humano el más alto grado de felicidad que pueda obtener en la vida mortal o en la venidera.

Este amor es de una naturaleza tal que cambia dependiendo del cambio en las ideas y en los deseos de los hombres, y no tiene ninguna estabilidad que sirva para que este amor mantenga al ser humano constante en sus afectos.

Ningún hombre que tenga sólo este amor podrá jamás estar en condiciones de decir que continuará teniendo este amor durante más tiempo que el presente; y si piensa que su amor nunca podrá cambiar, o abandonarlo, tan sólo está deseando con sus pensamientos.

Pero este amor es uno que puede durar mucho tiempo y, a veces, parece que nunca puede morir o disminuir; sin embargo, por su propia naturaleza, no tiene ese tipo de constancia que le pueda asegurar una duración más que momentánea.

No quiero decir con esto que este amor natural sea menospreciable, pues sin duda se trata del mayor regalo que el Padre ha otorgado a la humanidad, y sin él, los hombres estarían en una condición muy infeliz.

Sin embargo, no es el Gran Amor del Padre que podrían recibir todos los hombres si tan sólo lo buscaran y se esforzaran por obtenerlo mediante la oración y la fe.

El amor natural es el que hace que los hombres y las mujeres tengan unidad en la Tierra, y les permite acercarse más a una vida de felicidad que cualquier otra cualidad humana; pero todavía tiene un peligro, que siempre lo acompaña, y que consiste en que, en algún momento, de alguna manera, puede dejar de existir.

El amor de las madres es el más fuerte de todos los amores dados a los mortales, y aparentemente nunca puede terminar ni envejecer; sin embargo, puede llegar un momento en que ese amor muera o deje de retener toda su vitalidad o belleza. Sé que se dice que el amor nunca muere; pero esto no es cierto con respecto a este amor natural; y nadie puede asegurar que su amor en el día de hoy vaya a seguir siendo el amor de dentro de unos pocos años.

Sin embargo, hay un amor que puede considerarse como un tipo de amor natural que durará para siempre, siempre y cuando estas almas busquen y obtengan el Amor Divino, y este amor se trata del amor que Dios ha implantado en dos almas que ha diseñado para convertirse en una sola en la vida espiritual.

Este amor no son realmente dos amores, sino un mismo amor manifestado en los dos sexos opuestos [Miller nos comenta actualmente, añadiendo a esto y habiendo recordado su vida durante 2000 años como Jesús en diversos planos, que las almas gemelas en un porcentaje no muy grande pueden también ser homosexuales], y que solo está completo cuando estas dos almas, aparentemente independientes, se unen en perfecta unidad.

Esto es lo que comúnmente se llama amor de almas gemelas, y se trata de aquella esencia de amor espiritual que hace que la felicidad de los dos espíritus de los mortales parezca completa. Sin embargo, este amor no es de naturaleza divina, sino simplemente el tipo más elevado de amor natural.

Entonces, cuando los hombres hablan del amor de un mortal por su prójimo, se refieren simplemente al amor que su naturaleza humana es capaz de tener y dar a otro mortal.

No deseo que se entienda esto como si de alguna manera implique que ese amor no es una gran bendición para la humanidad, porque lo es, y sin él no se daría la armonía que existe en la Tierra; sin embargo, en este momento (Primera Guerra Mundial), el odio y la ira parecen haberse hecho su espacio en los corazones de muchos hombres que hoy luchan por matar y destruir.

Pero esto es solo por una temporada; la guerra cesará, y entonces los hombres se darán cuenta, más que durante mucho tiempo, de que solo el amor mutuo puede hacer de la Tierra un lugar feliz y deseable para vivir.

El amor, cómo sé que se dice… es el cumplimiento de la ley, pero ningún hombre puede comprender esto completamente hasta que sepa lo que es el amor.

No quiero decir que para cumplir toda ley el hombre deba tener el Amor Divino del Padre, porque hay leyes que gobiernan la existencia Divina y leyes que gobiernan la existencia humana y meramente espiritual. El Amor de lo Divino es el cumplimiento de las primeras leyes, y el amor natural es el cumplimiento de las segundas.

Por tanto, debes entender que sólo cuando los hombres tienen el Amor de lo Divino, pueden satisfacer las leyes de la existencia Divina; y así, en tanto que tengan meramente amor natural, podrán satisfacer solo la ley natural.

Pero este amor natural no podrá hacerlos uno con el Padre, como he escrito antes; y el máximo de los poderes y funciones de este amor está en darles la felicidad que recibirán al vivir la vida de un espíritu o de un hombre no redimido.

No diré que el hombre no debería cultivar este amor por su prójimo en la mayor medida posible, porque debería hacerlo; y si esa fuera la única clase de amor que pueda tener, ya sea en la Tierra o en el mundo espiritual, cuanto más posea, más feliz será y mayor será la felicidad de su prójimo y espíritu semejante.

Así pues, cuando dije, cuando estuve en la Tierra, que los hombres debían amar a su Dios y amar a sus semejantes como a sí mismos, quise decir que debían hacerlo con todas las posibilidades del amor que pudieran tener.

Sin embargo, los hombres realmente pueden aprender que no es necesario tener solo el amor natural, sino que todos pueden buscar el Amor Mayor, y obtener una felicidad y una inmortalidad correspondientemente mayores.

No obstante, los hombres no se dan cuenta de esto, y parecen estar satisfechos con este amor natural y con los placeres que resultan de su posesión.

No quisiera que hicieran nada que pudiera disminuir este amor o cerrar sus corazones a su influencia, cuando es puro y bueno; sin embargo, no puedo evitar tratar de inculcales la gran conveniencia de tener el Amor superior en sus almas.

Sí, soy un amante de todos los hombres, y quiero que sientan la felicidad de la afluencia del Amor Divino y, de ese modo, aprendan lo que significa el Amor de Dios y lo que pueden tener si tan sólo buscan.

Este amor por lo puramente natural no será suficiente para las tentaciones que acosan a los hombres en la Tierra; y, además, no asegurará contra las tentaciones cuando se conviertan en espíritus. Lo sé, y por eso lo afirmo con la claridad de quien realmente lo sabe -podrías decir que lo digo con autoridad-.

Como estás cansado, debo detenerme.

Con todas mis bendiciones y amor,
soy tu hermano en espíritu,
Jesús

Index: PJE19150304A
Author: Jesus
Receiver: James E. Padgett
Location: Washington D.C.
Date: 04 Mar 1915
Sources: True Gospel, Vol II, page 21
True Gospel, Vol III, page 74

La abuela de Padgett, Ann Rollins, relata su experiencia en el progreso desde la tercera esfera a los ámbitos celestiales

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Este mensaje, dado via Padgett, es de muy pocos días después del anterior que hice para esta web, aunque en este caso no habla Jesús.

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Mensaje de Ann Rollins, abuela de James Padgett (5 de Marzo, 1915)
(Ann Rollins relata su experiencia de progresión desde la tercera esfera a los ámbitos celestiales.)

Estoy aquí, soy tu abuela.

Sí, soy yo. Quiero contarte mi experiencia de progreso en la vida espiritual.

Y bien, cuando fallecí fui recibida en el mundo de los espíritus por tu abuelo y por mi querida madre, que llevaban muchos años en el mundo de los espíritus. Ella vivía entonces en la séptima esfera y era un espíritu muy hermoso y feliz. Ahora ella está muy arriba en las Esferas Celestiales, y ocasionalmente viene a verme y me habla de la gran belleza de su hogar y de los maravillosos espíritus que habitan las esferas donde vive.

Vive en una alta esfera de los Cielos, y está con muchos de los espíritus redimidos que vivieron en la Tierra hace muchos siglos. Mencionó a algunos de ellos, muy conocidos en la Tierra, como John Wesley y su hermano Charles, o como Lutero y algunos de sus contemporáneos, que estaban comprometidos con las grandes reformas de aquellos días. Whitefield es uno de los que nombró, y también Bunyan. Parecían haber llegado a esta esfera obteniendo el Amor acerca del cual os hemos escrito.

Entonces, cuando pienso que, a través del desarrollo gradual y la progresión de mi ser espiritual, existen estas altas esferas que debo alcanzar, siento que mi fe y mi búsqueda del Amor Divino tienen aún mucho por lograr en el camino del desarrollo del alma.

Y bien, poco después de mi transición progresé hasta la tercera esfera, y pensé que allí debía estar el mismísimo asiento del cielo, porque mi felicidad era mucho mayor de lo que había esperado alguna vez.

Cuando entré por primera vez en el mundo de los espíritus, confieso que me sentí decepcionada, pues no vi al Padre en su trono ni a Jesús sentado a su diestra, como me habían enseñado a creer. Pero no pasó mucho tiempo antes de que me diera cuenta de que tal creencia no tenía fundamento en la verdad, y que Dios no tiene trono, como los escritores de la Biblia habían declarado, sino que Su Espíritu se manifiesta en todas partes y en todos los lugares, y es un Espíritu que no tiene forma en el sentido en que me habían enseñado a creer.

Tras vivir en la tercera esfera durante algún tiempo y haber recibido mucha información de parte de los espíritus que vivían en esferas superiores, y tras haber recibido el Amor de Dios en gran abundancia, progresé hasta la quinta esfera, y encontré un hogar maravilloso, con belleza y armonía, entre otros espíritus que tuvieron experiencias similares a la mía, y que habían recibido el Amor Divino en un grado tal que nos da a todos esta gran felicidad sobre la que te comento.

En algunos de los planos de esta esfera hay muchos espíritus que no han recibido este Amor Divino, aunque sí han alcanzado maravillosas calificaciones morales e intelectuales; sin embargo, no eran tan felices como los que habían recibido el Gran Amor del Padre. Dedicaban sus pensamientos y sus obras más bien a cosas que pertenecen al ámbito del progreso moral e intelectual, antes que al del desarrollo del alma en el Amor Divino.

Puede parecerte extraño que estos espíritus puedan vivir en una atmósfera donde se manifestó tanto del Amor de Dios, por parte de los numerosos espíritus que habían recibido ese Amor, y, sin embargo, no se den cuenta de que la única y gran cosa que es absolutamente necesaria para su mayor progreso y mayor felicidad es este Amor Divino. Pero ese es el hecho, y muchos de estos espíritus de mayor desarrollo intelectual continúan todavía con sus estudios acerca de las leyes, tratando únicamente de cosas relacionadas con el funcionamiento de las leyes espirituales y con las causas de los fenómenos que dejan asombrados tanto a los mortales como a los espíritus.

Por extraño que pueda parecerle a algunos, para la progresión del alma no se necesita la progresión intelectual, pero, con la progresión del alma mediante la obtención de Amor Divino, llega un conocimiento maravilloso de esas otras cosas de las que hablo. Como ya sabes, yo era una persona que había llegado a obtener solo unas cualidades mentales ordinarias; y sin embargo, en este mundo espiritual ya he sobrepasado a muchas grandes mentes que poseen una maravillosa información intelectual. Me refiero no solo en cuanto al progreso de mi alma, sino también en cuanto al logro de los conocimientos que estos hombres están dedicando su tiempo y trabajo a obtener.

También puede parecerte extraño que el desarrollo intelectual llegue al desarrollar el alma en el Amor Divino, pero para nosotros, que hemos experimentado este hecho, no resulta extraño, pues la mente sólo es un atributo o, como podría decir, una cualidad del alma, y a medida que el alma se desarrolla en el Amor Divino, la mente necesariamente debe desarrollarse también.

La filosofía es simplemente la conclusión de mentes que han reflexionado e investigado acerca del tema de esa filosofía y, cuando está determinada por la mera mente, sigue siendo incierta y sigue estando sujeta a revisión y a cambios, a medida que la mente cambie. La mente, en su desarrollo, no necesariamente aprende la verdad completa y real; y en esta vida espiritual, entre estos hombres que tienen puramente unas grandes mentes, y que no poseen el Amor Divino, hay tanta variedad de opiniones y tantas disputas sobre cuál es la verdad, como las hay en la Tierra. La mente, por sí misma, no siempre puede discernir la verdad, pues no es infalible, aun cuando sea la mente de un espíritu y ese espíritu esté altamente desarrollado.

Pero a medida que el alma se desarrolla en el Amor Divino, este desarrollo conlleva que, aquello que le llegue como un hecho, será una verdad -verdad perpetua-. El alma no aprende todas las verdades a la vez, pero la verdad que sí aprende es tal que nunca cambia y no admite ninguna revisión, ni alteración, ni se puede dejar de lado. No, nunca se demuestra que la verdad discernida por el alma sea un error, y ningún error se convierte en parte del discernimiento de la verdad del alma.

Así es que, como ves, el gran camino hacia la constatación de las realidades de Dios es a través, y solo a través, del desarrollo del alma por la afluencia del Amor Divino. El ojo del alma es esa percepción interior que no necesita razonar desde causas y efectos para poder discernir y establecer para siempre las verdades de Dios.

Por lo tanto, cuán necesario es que los hombres y los espíritus aprendan el gran hecho de que, si quieren aprender la verdad de la vida espiritual, deben esforzarse por desarrollar los poderes de percepción del alma buscando la afluencia del Amor Divino en sus almas.

Podría decirte muchas cosas maravillosas para ilustrar estas proposiciones, si tuviera tiempo para hacerlo, pero ahora no lo tengo; aunque en algún momento hablaré con más detalle sobre este tema, y entonces comprenderás mejor lo que quiero decir.

Y bien, después de haber vivido en esa quinta esfera y haber aprendido las grandes y maravillosas verdades que se enseñan allí, progresé hasta la séptima, y allí aprendí lo que es la verdadera felicidad, según creía. Ningún espíritu que no haya recibido este Gran Amor del Padre vive en esta esfera, porque la mente está, por así decirlo, absorbida por el alma hasta tal grado, que sin el desarrollo del alma la mente no tendría cabida. Quiero decir que la mente, como tal, se subordina tanto a los poderes y operaciones de las percepciones del alma que no puede existir como mera mente, independientemente del desarrollo del alma.

En esta esfera, todo es grandioso y hermoso hasta un punto que no puedo describir, pues no tienes una concepción mental con la que te pueda comparar de alguna manera tanta belleza y grandeza.

Nuestros hogares son muy armoniosos y sin mancha ni nada que emane de otro tipo de cosas que no sean la esencia y el poder del alma. No existe una mera felicidad intelectual, y ningún espíritu que no tenga este Gran Amor podría ser feliz allí. Mas, sin embargo, aunque exista toda esta felicidad, me dijeron que la felicidad es mucho mayor en las Esferas Celestiales y, en consecuencia, no me conformé con permanecer en la séptima esfera, aunque no podía comprender cómo es que mi felicidad podría ser mayor de lo que era. Sin embargo, como digo, no estaba contenta quedándome en mi hogar allí.

Y también me dijeron que había una forma de entrar en esta Esfera Celestial, y una forma tan fácil que la mera declaración provocaba dudas. Pero oré por tener fe y Amor Divino, y en una ocasión mi fe trajo el Amor Divino a mi alma en tal abundancia, que progresé a la primera Esfera Celestial, donde ahora estoy.

El Libro del Apocalipsis, en la Biblia, en su descripción más extravagante de la Nueva Jerusalén, no da un concepto verdadero de la belleza y magnificencia de esta esfera; y no intentaré describirlas, porque no puedo. Pero un hombre, o un espíritu, que nunca haya visto la maravillosa belleza de esta esfera, no puede concebir su magnificencia.

Estoy tan feliz que me parece que no puede haber mayor felicidad, y sin embargo, mi madre me dice que la hay, y que el Amor Divino de las esferas superiores es mucho más intenso y está tan mucho más lleno de la Divinidad de Dios, que no puedo hacerme ni la más mínima idea sobre lo que es.

Ahora estoy tratando de alcanzar estas esferas superiores, y se me dice que la fe y la oración por la afluencia del Amor Divino en mi alma son los únicos instrumentos que me permitirán hacerlo. Mis oraciones son constantes y mi fe está creciendo, y me doy cuenta de que progresaré cuando el Espíritu Santo me llene de este Amor Divino, tal como espero que haga.

Como puedes ver, un gran elemento dentro del método de Dios para hacer felices a sus redimidos es poner delante de ellos una marca más alta para que la puedan perseguir, con la seguridad de que pueden alcanzarla.

Y bien, te he escrito una gran carta, y siento que debo detenerme ahora, ya que necesito dejar la atmósfera terrestre por un tiempo.

Así es que, con todo mi amor y bendiciones, se despide,
tu abuela,
Ann Rollins

Index: PJE19150305A
Author: Ann Rollins
Receiver: James E. Padgett
Location: Washington D.C.
Date: 05 Mar 1915
Sources: True Gospel, Vol II, page 24
Angelic Revelations, Vol I, page 297

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¿La separación de la humanidad?: una posible sorpresa en cuanto al amor natural y al amor divino | Mensajes de Jesús via Padgett: 3 de marzo, 1915

Índice
– Introducción
– Mensaje
– Comentario 1 (general)
– Comentario 2 (sobre este relativo y aparentemente posible «cierre de los cielos»)
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Introducción

[ Enlaces al formato audio de este mensaje:   audio / descarga ]
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Miller, en esta vida, recordó ser Jesús, y por lo tanto, recordó ser quien había dado a James Padgett algunos mensajes a principios del siglo XX (siendo como digo Jesús, en realidad, y habiendo ya recordado su ser, su alma, en esta vida, en Australia).

He introducido un poco este tema de los mensajes de Padgett en algunos audios. Ver los puntos B.2 y B.9, en la página principal o guía, donde enlazo por ejemplo el primero que hice: Helen, la mujer de Padgett, relata su experiencia de dejar el cuerpo y marchar al mundo espiritual: audio / descarga.

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Mensaje

Mensaje de Jesús (3 de marzo de 1915):

Aquí estoy, soy Jesús.

Esta noche estás en mejores condiciones, y continuaré con mis mensajes.

«Dios es un Dios de amor, y nadie puede venir a Él si no recibe el Amor del Padre en su alma».

Como los hombres son pecadores por naturaleza…

permitidme que detenga aquí el discurso de Jesús en este mensaje, para que no se malinterprete.

Si habéis seguido un poco los materiales últimos y simples divulgados en UnPlanDivino (y en youtube e ivoox)… hemos visto que ya sentimos y entendemos más o menos bien, por un lado, el concepto de pecado (o «error» si lo queréis decir así), y la importancia de no malinterpretarlo pero sí de tenerlo en cuenta a la hora de -por así decirlo- sentir el nivel del alma y sus leyes.

Por otro lado, en cuanto a la afirmación de «ser pecadores por naturaleza»: fijémonos en que ahí no está diciendo que el alma esté ya «manchada» en su naturaleza misma. No, el alma no… sino que es el ser humano, y no el alma, lo que de alguna manera es en seguida «manchado».

Es decir, como hemos comentado ya muchas veces… las condiciones de esta Tierra están tan delirantemente distorsionadas que, en cuanto somos concebidos, todos empezamos a absorber en el alma múltiples errores (bajo la forma de emociones, intenciones, etc.), y lo hacemos muy profundamente en nuestra alma «natural», es decir, en nuestra alma que viene con el potencial del amor natural (no viene ya con amor divino, sino que este amor divino es algo que hemos de pedir, y que hemos de querer a propósito, con nuestro libre albedrío, para evolucionar o no con él).

Sigue el mensaje:

…y están inclinados al error y la violación de las leyes de Dios, es sólo obteniendo este Amor como pueden ser redimidos de ese pecado; y eso sólo se puede obtener mediante la oración y la fe en la disposición de Dios para otorgar este Amor a quien lo pida.

Con esto no quiero decir que tengan que existir oraciones formales o se necesite cumplir con credos o dogmas de la iglesia; pero la oración que es eficaz es la que emana del alma y de las sinceras aspiraciones del hombre. Por lo tanto, haced saber a los hombres que, a menos que tengan en el alma un verdadero anhelo por este Amor, no se les dará. Ningún mero deseo intelectual será suficiente para recibir amor divino.

El intelecto no es la facultad con la que el hombre puede unirse a Dios. Sólo el alma está hecha a semejanza del Padre, y a menos que esta semejanza se perfeccione, llenando el alma con el Amor Divino del Padre, la semejanza nunca será completa.

El amor es único y es lo más grande que existe en la economía que Dios dispone para la existencia real. Sin amor todo sería caos e infelicidad; pero donde hay amor también existe armonía y felicidad. Esto lo digo porque sé por experiencia personal que es verdad.

Que los hombres no piensen que Dios es un Dios que quiere el culto humano desde las meras facultades intelectuales de los hombres, pues no es cierto.

Su Amor es lo único que puede unirlos a Él. Este Amor no es el Amor que forma parte de la existencia natural del hombre.

El amor que tienen los hombres que no han recibido una parte del Amor Divino, no es suficiente para hacerlos uno con el Padre; ni ese amor es el tipo de amor que les permitirá entrar en las Esferas Celestiales y convertirse en Ángeles llenos de este Amor Divino, que hacen siempre la Voluntad del Padre. Este Amor sólo se encuentra en las almas de aquellos que lo han recibido mediante el ministerio del Espíritu Santo -el único instrumento, dentro de los mecanismos de Dios, que se usa para lograr la salvación de los hombres-.

He visto las operaciones del Espíritu sobre las almas de los hombres y sé que lo que digo es verdad. Ningún hombre debe descansar en la seguridad de que cualquier otro instrumento o medio que no sea el Espíritu Santo le permitirá obtener este Amor. No debe descansar en el pensamiento de que sin esto puede convertirse en parte del Reino de Dios, pues ningún otro amor que no sea este Amor Divino puede autorizarlo y calificarlo para entrar en ese Reino.

Cuando estuve en la Tierra enseñé la doctrina de la salvación sólo mediante la obra del Espíritu Santo en el cumplimiento de los mandamientos del Padre. Sin este Amor, la mera creencia en mí o en mi nombre nunca permitirá a ningún hombre convertirse en poseedor de este Amor.

De ahí el dicho: «para que todos los pecados contra mí o incluso contra los mandamientos de Dios sean perdonados a los hombres, pero el pecado contra el Espíritu Santo no les será perdonado, ni mientras estén en la Tierra, ni cuando estén en el mundo de los espíritus».

Esto significa que, mientras un hombre rechace las influencias del Espíritu, estará en pecado contra él, y tal pecado le impide recibir este Amor Divino; y por lo tanto, en ese estado no es posible que se le perdone y se le permita entrar en el Reino Celestial del Padre.

El Amor de Dios no necesita del amor del hombre para darle a este amor humano una Esencia Divina, sino que es al contrario, es el amor del hombre el que, para llegar a ser Divino en su naturaleza, debe estar completamente envuelto o absorbido por el Amor Divino del Padre.

Por lo tanto, que el hombre sepa que su amor no es más que la mera sombra de lo que es el Amor del Padre, y que mientras se niegue a recibir este Amor del Padre, se verá obligado a permanecer apartado del Padre y a disfrutar únicamente de la felicidad que le brinda su amor natural.

Si tan siquiera lo buscan de manera auténtica y con fervor y deseo sincero, estoy tan seguro de que todos los hombres pueden recibir este Amor, que sé que es posible que todos los hombres se salven. Pero los hombres tienen el gran don del libre albedrío, y el ejercicio de ese don para la búsqueda y el hallazgo de este Amor parece ser una dificultad que va a impedir que una gran mayoría de la raza humana reciba este gran don redentor.

Mi Padre no desea que ningún hombre viva toda la eternidad sin este Amor; pero llegará el tiempo, y muy pronto, en que el privilegio de obtener este Amor será retirado de la humanidad; y cuando ese gran evento tenga lugar nunca se volverá a restaurar más adelante ese privilegio; y los hombres que entonces carezcan de Él se verán obligados a vivir toda la eternidad tan solo con su amor natural para consolarlos y obtener la felicidad que puedan obtener de tal amor.

Los hombres pueden pensar que este tiempo de separación nunca llegará, pero en eso están equivocados, y cuando sea demasiado tarde, se darán cuenta.

La armonía del universo de mi Padre no depende de que todos los hombres reciban este Amor Divino, porque con los mecanismos de las leyes de la armonía de Dios, en las almas de los hombres, se erradicará todo pecado y error, y sólo quedará la verdad; pero la mera ausencia de pecado no significa que todas las partes de la creación de Dios vayan a estar pobladas por espíritus y hombres igualmente felices o llenos de la misma clase de amor.

El hombre que está libre de pecado y solo tiene su amor natural, estará en perfecta armonía con otros hombres que poseen el mismo tipo de amor; pero no estará en armonía con esos espíritus que tienen este Amor Divino y la felicidad suprema que Él da. Y, sin embargo, tales diferencias en amor y en felicidad no crearán discordia ni falta de armonía en el universo.

Adán y Eva, o quienes ellos personifican,

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