La compensación y las recompensas y penalizaciones del efecto dominó

En este audio y en el texto (abajo está el texto en formato web y en pdf):
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Enlace al texto: pdf  (versión 1.01, 13 septiembre -2023)

… vemos más cosas sobre lo que sucede en torno a la ley de compensación y el alma.

En el audio leo este texto (enlazado arriba en pdf), que coloco también ─en esta primera versión, 1.01, del 13 de septiembre─ en formato web:

Índice
– Introducción
– “Transcripción”
– La compensación y las recompensas del efecto dominó por el comportamiento amoroso del pasado
– La compensación y las penalizaciones del efecto dominó por el pecado del pasado
– Notas

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Introducción
En este texto vamos a ver una especie de transcripción-traducción que he preparado. Es de una conversación entre Jesús y María Magdalena. Está algo transformada desde el formato de la conversación original, para hacer un texto con un discurso casi continuo, digamos, como si fuera casi un monólogo. (nota 1) En el texto hay algunos paréntesis que son añadidos míos para, por ejemplo, aclarar, parafrasear, completar, etc. (aunque el texto en sí ya puede contener a veces una pequeña elaboración o parafraseo, pero en general es muy literal).
En general, en los audios que casi siempre acompañan estos textos, comento, remarco y repito cosas que parecen realmente importantes, etc.

“Transcripción”

La compensación y las recompensas del efecto dominó por el comportamiento amoroso del pasado
¿Cómo los pensamientos amorosos y las palabras, acciones y emociones amorosas del pasado continúan siendo recompensadas por la compensación?
De nuevo hemos de mirar lo que hemos dicho sobre el efecto dominó.
Recordemos que hemos hablado en estos términos: Si nosotros iniciamos el efecto dominó, entonces la compensación va a actuar sobre lo que sea que en potencia pudiera haber ocurrido, y no sobre lo que realmente ocurrió —sino sobre lo que potencialmente podría haber ocurrido en algún momento, si tuvimos esa intención en particular—. Así que ese es el efecto dominó en acción.
Entonces, en lo que respecta al comportamiento amoroso del pasado, por supuesto que tiene sentido que, tan pronto tengo una intención de involucrarme en algún comportamiento amoroso —deseos amorosos— sea recompensado ahora —el alma sea recompensada de inmediato—. Y también puede haber recompensas positivas de efecto dominó… y que serán aplicadas de inmediato por mi comportamiento amoroso —ya sea que esas recompensas sean inmediatas, o bien que a veces sean incluso a largo plazo… ellas continuarán y continuarán durante largos periodos de tiempo— (aquí parece referirse a que todas las posibles consecuencias positivas virtuales, si las actualizamos con un comportamiento actual amoroso, son sumadas al “total de recompensas” que recibimos por un comportamiento amoroso actual).
(Dice Mary) Ahora querría leer nuestras notas, pues me gustaría aclarar un par de cosas contigo.
Entonces, si la persona que comenzó el efecto dominó estaba sinceramente motivada por el amor, entonces:
Todos esos resultados, inmediatos y a largo plazo, de esa motivación —o sea, las cosas buenas que suceden justo ahora, así como lo que en potencia podría ocurrir en el futuro—, y tanto si esos efectos eran algo que se pretendía que existiera como si no se pretendía, son atribuidos a la persona que originó la acción.

Y aquí es donde vemos cómo Dios es muy generoso (dice Jesús).
Así que (dice Mary) si pienso…: “Voy a plantar un árbol en el jardín de atrás…”, y hago el agujero, pongo la planta, y me digo que realmente me gustaría crear algo a modo de lugar para que aniden los pájaros y tengan protección… Esa es mi intención, y entonces de inmediato recibo compensación por ello en mi alma. Pero también dices (dice Mary) que si Dios puede ver más beneficios que los que veo yo, unos beneficios que ni siquiera yo pretendía obtener con mi acción y de los que ni siquiera conocía su posibilidad, y que ni siquiera concebía o me preocupaba por ellos en realidad… si suceden efectivamente, yo soy recompensada inmediatamente (fijémonos en que ese último “suceden” es como en una especie de “presente intemporal”, pues la recompensa por esas posibilidades futuras se da en el momento mismo de tener la intención).
Sí. Así que una de esas cosas podría ser que, aunque no lo pretendieras, los niveles de oxígeno del mundo mejoran; o mejora la pureza del aire. Tú ni siquiera pretendías eso, pero Dios lo midió, la ley midió eso, y te dio la respectiva compensación positiva.
Es encantador, ¿no? Esto te hace darte cuenta, de muchas maneras, de que a menudo nos enfocamos mucho en lo negativo… pero aquí estamos hablando de las acciones amorosas y las recompensas que provocan. Y las acciones y recompensas amorosas son de hecho mucho más intensas que las negativas debido a este pequeño factor, que en realidad es bastante importante.
Y este factor es: “Ah, voy a ser recompensado incluso por aquellas cosas de las que no me daba cuenta que iban a pasar si tenía esas intenciones positivas y me involucraba en ellas”.
Y respecto a esto, y pensando en nuestro último grupo de asistencia en el 2016, sobre las leyes amorosas de Dios, podemos pensar cómo es que, si efectivamente creamos o hacemos cosas en armonía con los principios que esbozamos en aquel grupo, entonces es como que podemos estar seguros de que se van a dar efectos positivos que ni siquiera podemos imaginar, y por los que vamos a ser compensados. Y ello es así simplemente porque estamos viviendo y estamos creando en armonía con cierto conjunto de principios.
E incluso sucede que la mayoría de nosotros lo estaremos haciendo con oposición del exterior; así que eso conlleva una recompensa aún mayor, en realidad. Es mucho más difícil de hacer si tienes oposición que si no la tienes. Así que (dice Jesús) Dios también mide esa intención, y recompensa asimismo esa… (Y Mary acota…) Entonces… muchas buenas recompensas para ti, cariño… (risas). Y (siguiendo esta especie de broma, dice Jesús…) tú también tuviste muchas, ¿no?… Bueno (dice Mary), en tu caso fueron aplicadas de inmediato, ¿no? (risas).

Vale, entonces el segundo punto es:
Si la persona que inició el efecto dominó estaba sinceramente motivada por el amor, entonces cualesquiera efectos negativos en la onda del efecto dominó, si yo no pretendía que existieran, pero si efectivamente sucedieron debido a que la gente actuó en desarmonía con el amor —es decir, sus acciones fueron detonadas por mi acción amorosa original, pero no era mi intención detonarles de ese modo—, entonces, eso no se me atribuye a mí —en absoluto—.

Y la belleza de esto está en que puedes hacer cosas como decir la verdad o ser amorosa en tus intenciones, pero si eso desencadena una cadena de eventos provocada por la mala condición de las otras personas que te rodean, y (una cadena) que es negativa… y (se interrumpe) eso ciertamente puede suceder…:
Por ejemplo, simplemente (ocurre) al decir la verdad sobre una sola cosa; (ya que) eso puede desencadenar toda una cadena de eventos que a menudo acaban en un estado terrible para el planeta. Pero aunque ocurrieran todos esos eventos, ninguno de ellos te sería atribuido si tenías la intención correcta. Sólo serían atribuidos a las personas que emprendieran esas acciones.
Y más tarde vamos a ver ejemplos de esto. En esta fase simplemente queremos presentar hechos básicos sobre qué sucede si tuve un comportamiento amoroso en el pasado; o incluso qué sucede con mi intención justo ahora, con la intención de comportarme amorosamente en el futuro… qué sucede con eso.
Y necesitamos entender que lo que sucede es muy gratificante. Dios es muy generoso en cuanto a esto, pues lo que esto significa es que estamos completamente a salvo de cualquier efecto de penalización, puesto que nuestra intención era buena. Y, para más inri, seremos recompensados por cosas aunque ni siquiera sabíamos que esas cosas conllevarían recompensas. Esto demuestra la generosidad de Dios.

La compensación y las penalizaciones del efecto dominó por el pecado del pasado
Entonces, ¿cómo los pensamientos desamorosos y las palabras, acciones y emociones desamorosas del pasado continúan siendo penalizadas por la compensación?
De nuevo, necesitamos recordar que el efecto dominó en relación con la compensación consiste en que seremos compensados por lo que elegimos hacer en el pasado, y también por los efectos que eso tuvo en otras personas. Y no sólo es lo que elegimos hacer sino más bien nuestra intención. Recordemos que la persona que inició el efecto dominó es compensada por los resultados de ese efecto dominó —eso es básicamente lo que estamos diciendo—.
Ahora bien, si la persona que dio inicio a ese efecto dominó lo inició en base a una intención dañina… si quería dañar a alguien, si quería satisfacer una adicción, si estaba enfadado, temeroso, resentido, quizá actuando con resentimiento u odio hacia alguien, o si simplemente quería permanecer ignorante de algo… si eligió la ignorancia, o si quiso actuar en base a cualquier otra emoción que las leyes de Dios evalúan como desamorosa, entonces por supuesto que ahora van a darse toda una serie de ondas a partir de eso. No sólo existe aquello que eligió hacer en ese momento, sino que también tiene lugar todo un montón de efectos compensatorios. Y lo que necesitamos hacer es mirar tales efectos, para lo cual leeremos los tres puntos, que luego podemos comentar uno a uno.

Entonces, si soy alguien que está motivado insinceramente, de forma pecaminosa, para realizar una acción, o que incluso tenía simplemente una intención tal, entonces, un resultado inmediato negativo de los efectos dominó que podrían haberse previsto… pero todos ellos son resultados inmediatos (interrumpe Jesús)… así que diríamos “todos”:
“Todos los resultados inmediatos negativos”, y no sólo uno de ellos, pues hay muchos resultados en potencia (los resultados de “los efectos dominó” que podrían haberse previsto como resultados potenciales)…
Así que estoy actuando en base a mi pecado… y de lo que hablamos es de lo que sucederá de inmediato, ya que a mí se me atribuyen todos esos resultados que podría haber previsto o que pretendía que existieran; y esto es así ya sea que sucedan efectivamente o que no —y eso es también lo importante aquí—.
Así que digamos que decido decirte una mentira porque quiero que hagas algo por mí, y eso que quiero que hagas al final te lleva a realizar cierto número de cosas en base a mi mentira.
Digamos que eso ha sucedido.
Entonces, los resultados inmediatos son…:
Te dije la mentira (dice Jesús a Mary); y ello afecta (dice Mary) a cómo te veo ahora… y afecta a cómo todo el resto de personas te ve ahora, y a cómo me ven a mí, incluso (dice Mary)… (y ahora dice Jesús) o quizá no.
Inicialmente puede que la mentira fuera para yo parecer bueno, y tú ni siquiera sabías que yo mentía. Así que me estoy haciendo aparentar bien, pero hay una cierta cantidad de resultados inmediatos que son aplicados sobre mi alma, pues intento parecer bueno, intento falsificarme a mí mismo, trato de presentar una fachada de mí mismo, y todo eso sucede en ese mismo momento… intento mentir sobre quién soy, también estoy mintiendo sobre cuáles son mis verdaderos deseos e intenciones… (y todo ello) simplemente al decir esa sola cosa.
Y si en ese momento tu intención (dice Mary) era sentirte mejor que yo, yo podría haberme sentido mal conmigo misma, inferior a ti… y eso te es atribuido a ti (dice Mary).
Y yo podría haberme sentido superior a ti (dice Jesús) a resultas de tú sentirte inferior… y todo eso me es atribuido a mí, justo en ese instante.
Esos son los efectos negativos inmediatos, y todos son atribuidos a ti (dice Mary), pues podrías haber previsto que podían suceder, y pretendiste que sucedieran. O sea, no es algo negativo y no previsto.
Así que, si al mentir yo pretendía rebajarte (dice Jesús), o si pretendía aparentar al mentir, o lo que fuera que pretendiera… o incluso (dice Mary ahora) si podías ver la posibilidad de que yo me sintiera peor que tú al tú mentir…
Es decir (dice Jesús), si era un potencial el que yo pudiera ver esa posibilidad, dado mi intelecto; es decir, si yo era lo suficientemente inteligente como para ver que podría darse esa posibilidad, entonces es como si sucediera, incluso aunque no suceda.
Y además de eso, todos los efectos negativos a largo plazo… y, de nuevo, ¿puedo subrayar eso? (interrumpe y dice Jesús): Todos: Todos y cada uno de los efectos de la onda negativa que podrían haberse previsto o que eran pretendidos como tales, son atribuidos a la persona que originó la acción.
Así que digamos que te estoy menospreciando, y que luego tú vas a tu casa y te disparas. Y (dice Mary) tú tenías que pretender eso (ese resultado) o tenías que poder prever que eso podría suceder… (y ahora Jesús dice) Todo lo que necesitaba ver es prever que eso podría ser una posibilidad; y si tuve una intención mala, eso me será atribuido como si hubiera sucedido, aunque tú luego vayas a casa, te pongas la pistola en la boca, pero decidas no matarte.
Para mí sería como si tú hubieras decidido hacerlo, pues yo lo pretendía o podía prever la posibilidad de que sucediera a partir de mi acción. Y por supuesto que depende de si se podía ver la posibilidad, o no. Muchas veces no podemos ver las posibilidades. Y algunas veces no pretendíamos que se dieran, pues somos bastante egoístas la mayor parte del tiempo, y sólo estamos pensando en las posibilidades con respecto a nosotros mismos, y a corto plazo.
Pero en temas como el bullying, el bullying online (dice Mary, refiriéndose al acoso, insultos, menosprecio, etc., realizado in situ o bien en internet por personas que de alguna manera “abusan” de otras…)… ahí se dan intenciones realmente oscuras (dice Jesús). Un caso son los trolls, en internet. Se trata de intenciones muy oscuras. Son penalizados a nivel del alma por todo lo que pretendieron que ocurra, incluso aunque pueda no haber ocurrido. Imagina lo oscura que es esa condición, si eres un troll, en internet, para ser francos.
Y hay muchos ejemplos como ese, en que la gente pretende… como sucede con un ministro o pastor (en una religión) que intenta que todos sus feligreses —ya sean musulmanes, cristianos…—, vayan y maten al infiel. Y si él dice que él no cometió el acto, sin embargo su intención era que todo el mundo a su alrededor haga eso. Y así, es como si él hubiera pretendido cada acto. Así que él es compensado por todas las muertes subsiguientes. Imagina entonces su condición, la condición de estas personas —muy, muy oscura—.
Así que los resultados negativos inmediatos son atribuidos; los resultados a largo plazo (también). Y (son atribuidos) todos los efectos negativos a largo plazo de la onda, los efectos que se deben a que las personas actúan en desarmonía con el amor, desencadenados por la acción desamorosa original… son atribuidos parcialmente aunque esos resultados podrían no haber sido vistos o no ser pretendidos por la persona (por la originadora).
Entonces, ahí estás diciendo (dice Mary) que cuando los puedes prever totalmente y pretendes que sucedan, es como si sucedieran totalmente, y serás compensado plenamente por ello —en este caso negativo, compensado negativamente—.
Y si lo que sucedió a resultas de tu acción desamorosa es negativo, pero tú no tenías ni idea de que eso era una potencialidad; o sea, si no lo podías prever y no lo pretendías, pero, aun así, sucede, de todos modos eres compensado negativamente aunque no seas compensado de manera completa, pero sí parcial.
Y podemos dar un ejemplo respecto a la emoción de culpa. Si hiciste algo desamoroso y no pretendías obtener un cierto resultado con ello, pero tal cosa realmente ocurre y luego lo lamentas… entonces probablemente te sientas culpable por ello. Pues bien, ese sentimiento de sentirte mal por ello es una de las consecuencias negativas.
O sea, tuviste la intención de una acción, pero no pretendías obtener ese resultado en particular. Es decir, pretendiste y decidiste tomar la acción, aunque no predijiste ese resultado en particular; pero entonces sucede que te sientes culpable por el resultado. Y eso forma parte del efecto compensatorio por tú haber tomado esa acción en un principio.
Así que este es un ejemplo de un efecto dominó parcial.
Un ejemplo de eso: Decido tener un arma en casa. Esa intención no es buena; probablemente lo haga para defenderme contra los intrusos, o lo que sea. Y luego digamos que percibo que hay un intruso en casa, disparo a esa persona, y resulta ser mi hijo.
Y entonces te sientes devastado (dice Mary), y esa devastación (dice Jesús) está enlazada al evento original, cuando te decidiste a guardar un arma. Y a resultas de ello el efecto parcial sería que sientes mucha culpa por haber matado a tu propio hijo con el arma que decidiste tener para matar a otras personas.
Entonces, podrías reconsiderar si fue sensato en un primer momento tener un arma para matar a otras personas.
(Nota, más larga: en este caso, Dios, las leyes de Dios, como ocurre siempre, habrían medido esa posibilidad y nos la habrían ofrecido como “sentimiento compensatorio” en el momento mismo de decidirnos a guardar un arma; esa era una posibilidad, y, como tal, no estaba actualizada en aquel entonces; pero en ese momento, y en general, no somos muy claramente sensibles a lo que pasa en el alma a nivel de las cosas más profundas —cosas intensas, sutiles, etc.—; y así, resulta que tienen que sucedernos muchas de esas cosas que en realidad ya fueron “compensadas” (ya recibimos compensación negativa con nuestra intención, debido a estos posibles resultados negativos a corto y a largo plazo) para poder tomar nota de la necesidad de aprender sobre el amor/cuidado a la manera de Dios. Esa posibilidad de “matar” al propio “hijo” habría formado parte de la “compensación parcial” en el momento mismo de decidirnos a tener un arma en casa, con ese miedo que teníamos y tenemos; y, si es parcial y no completa, parece que sería porque nosotros no preveíamos esa posibilidad ni quizá podíamos concebirla demasiado, debido a la “inteligencia” que teníamos en aquel momento —esa posibilidad de matar al niño/joven que es “nuestro hijo”—, y, además, tampoco pretendíamos obtener tal posibilidad con nuestra decisión de tener el arma; aun así, pese a faltar tanto “la inteligencia” como la pretensión, esa era una posibilidad, y en el mismo momento fuimos compensados para en realidad ayudarnos a ver tal posibilidad, entre muchas otras posibilidades… ya que las leyes naturales creadas por Dios nos están continuamente ayudando a aprender sobre el amor, tal como Dios entiende el amor).
Ese es un ejemplo del efecto parcial.
Es interesante ver (dice Mary) que a menudo somos más sensibles en la inmediatez, en cuanto a la aplicación de la compensación; a menudo somos más sensibles a los resultados negativos no pretendidos que lo que lo somos ante los resultados negativos que pretendíamos plenamente que tuvieran lugar (con esa “inmediatez” creo que Mary se referiría a que, cuando nos sucede algo malo, echamos mano de lo que ocurre ahí mismo en ese momento, y no queremos relacionarlo con el hecho de que pretendimos, hace un tiempo, obtener explícitamente algún resultado dañino para otros… un resultado que ahora podemos estar viendo afuera o experimentando nosotros mismos, aunque no tenga exactamente la misma forma).
Así es (dice Jesús), desafortunadamente… Pero eso tiene sentido, si lo piensas: Aquellos que eran los (resultados) pretendidos, nacían todos de una condición álmica que era defectuosa —o bien de una condición álmica que era pura, en el caso amoroso; aunque aquí estamos hablando del caso contrario—.
Así que ya tenemos esos resultados nacidos de una condición álmica que era defectuosa; mientras que los resultados no pretendidos no nacieron de ninguna condición álmica defectuosa. Así que de forma natural eres más sensible a los resultados no pretendidos que lo que lo eres a los pretendidos.

Hay una cuarta cosa que también necesitamos mencionar aquí, y es ver qué sucede si alguien decide hacer una cosa buena, aunque nosotros hagamos una mala.
En esas circunstancias, nada de lo que ellos hagan nos será atribuido a nosotros. En otras palabras, no puedes ir y decir:
“Sí, te hice eso malo, pero mira lo que tú conseguiste gracias a ello”.
Y he visto a padres y madres que hacen esto con los niños (dice Jesús); dicen:
“Realmente fui un mal padre/madre para ti, pero ¡mira tu vida ahora! Todo eso en realidad se debe a mí”… (añade Mary)… “te enseñé resiliencia, te enseñé a recuperarte y a ser una persona más dura; y eso es lo que te ha conducido adonde estás ahora”…
Esa es una actitud terrible (dice Jesús), y de hecho nunca será recompensada. Sólo tu intención es compensada, y tu intención era dañar al niño/a, así que eso es lo que va a ser penalizado, en este caso. Y eso es todo.
Así que necesitamos asegurarnos de que las personas entiendan eso. No puedes optar por hacer todo un montón de cosas malas por alguien, esperando que se endurezca, y luego decir:
“Mira lo que hice, ¿no es genial?”… y esperar ser recompensado por Dios por ello.
Tristemente (dice Mary) algunos niños recompensan a sus padres de ese modo…
Desafortunadamente (añade Jesús) es así, pero (los niños) son enseñados a hacer eso, obviamente (refiriéndose aquí, por lo que parece, a que es un “comportamiento aprendido”, claro, el comportamiento de que los niños se sientan satisfechos por la “educación” recibida por unos padres bajo lemas como “la vida es dura”, etc.).
Así que este es el efecto dominó para las penalizaciones del pecado del pasado (dice Jesús). Obviamente el efecto dominó aplica penalizaciones, efectivamente, para el pecado del pasado, y obviamente puedes ver cómo ocurre el efecto dominó… y recuerda, cuando decimos “pecado del pasado”… el efecto dominó, en términos de compensación, es aplicado en el momento mismo en que hicimos el pecado en el pasado, pues las leyes de Dios pueden medir todos esos potenciales, y luego dirán…:
“Este es tu potencial, esto es lo que pretendiste; esto es lo que tú deseaste; y sobre esto es sobre lo que estamos operando; tu ley está operando sobre tu alma”.
Queremos que opere así (dice Mary)… y hay realmente amor en eso; Dios está diciendo: “Quiero trabajar, operar, para cambiar esto dentro de ti, incluso antes de que se hayan puesto en marcha todos los efectos en plenitud de aquello que ‘actuaste’ o pretendiste” (como por ejemplo: antes de matar “sin querer” a “tu hijo” por haber guardado un arma en casa).
Dios está operando para ayudarnos a volvernos sensibles desde el momento mismo en que concebimos la intención (desde el inicio, al comenzar a tener la intención, al concebirla)… antes que esperar a… (se interrumpe) pues tristemente a menudo sucede que las personas no son sensibles a esa aplicación inmediata. La mayoría no lo son, pues si no, no seguirían adelante y no harían…
Usualmente no somos sensibles, pues si lo fuéramos no elegiríamos esa intención en un primer momento.
Pero, con el tiempo, resulta que los efectos de lo que han hecho, los efectos en toda su plenitud, se vuelven más patentes, y luego comienzan a sentir algo de dolor sobre ello. Pero Dios no está esperando a eso, sino que está diciendo:
“Desde ahora voy a actuar como si todo eso hubiera sucedido para ayudarte a ver la gravedad de lo que ha sucedido”, ya sea tanto en un sentido positivo como negativo.
Sí, también el gozo de lo que sucedió, si es positivo.
Así que necesitamos entender que la belleza de la ley de compensación es que está corrigiendo nuestra intención y nuestro deseo justo desde el momento en que tenemos la intención o el deseo.
Y ya sea que tal cosa sea amorosa o desamorosa, la ley evalúa eso y aplica la recompensa o la penalización.
Y no podemos esperar que, teniendo un cierto tipo de comportamiento desamoroso, luego vayamos a ser recompensados positivamente por ello. Y no podemos esperar que, teniendo un cierto tipo de comportamiento negativo, obtengamos luego cierto tipo de “positividad” a la hora de cambiar en el futuro a resultas de ello.
Y puedes ver que el mundo escenifica mucho este tipo de conceptos, en particular en lo que concierne a los padres y madres:
“Sí, te golpeé mucho, pero mira ahora todo lo conseguido gracias a eso”… o todo ese tipo de justificaciones para el comportamiento desamoroso del pasado, que Dios no evalúa en absoluto; y todo lo que hace (Dios) es examinar la potencialidad y la condición en base a tu intención, justo ahora, y los efectos compensatorios que están involucrados, justo ahora.
Y esta especificidad, esta concreción de la intención, la exactitud de la intención, y su tipo, y (la exactitud) de todos los elementos de la intención… eso es lo que es evaluado, pues todo el resto de cosas son variables de acuerdo a otras leyes, o según la voluntad de las otras personas… todas esas demás cosas. Es todo muy personal, y sobre ello hemos hablado mucho a través de esta serie.
Y es interesante ver que la ley puede evaluar los resultados potenciales como resultado de tu intención; y esto es lo fascinante en torno a la ley, que Dios no sólo mide los resultados; mide los resultados potenciales. Y necesitamos entender eso si queremos entender verdaderamente la ley de compensación.

Notas

(1) Nota 1
Se trata de una parte de la sesión 5, parte 1 (S5P1), de los materiales de Divine Truth sobre el perdón y el arrepentimiento, la compensación y la conciencia (del 2017 y del 2018): https://www.youtube.com/watch?v=1rsZh_fYNO8
Hemos visto algunas otras partes en otros textos y audios, por ejemplo de la sesión 4, y también algunas de esta sesión 5. Ver por ejemplo lo publicado en la web en torno a la fecha de redacción de este texto/audio (verano, 2023). Algunos títulos son por ejemplo: “La gente que muere no es inmediatamente consciente de ello. ¿Cómo siente el pecado la persona promedio tras morir?”, o…: “¿Cómo siente el pecado la persona promedio en la Tierra?”, etc.