«Dios no las cría, y ellas creen que se juntan» (o: "la importancia de una abuela". Sigue el "estudio de caso")

Chile
Por «michaelGro».
Michael Groove

Sigo el «estudio de caso» (el propio) que empezaba aquí a comentar.
Por tanto ¡no leer! Esto es solo para muy cotillas o estudiosos de la sociopsicología de esta sociedad altamente «infecta» :), es decir, corrompida, sucia, repugnante, abyecta… en proceso planetario de auto-destrucción. Perdón por los exabruptos, hay que leerlos como «dichos con cariño»…, como «caricias paradójicas»… ya que no presuponen una «predicción del futuro» ni nada por el estilo, sino una mostración emocional de las probabilidades en que estamos sumidos (eso, por no llamarlo… «juicios tontos» 🙂 ).
Estos ciclos de destrucción-autodestrucción de civilizaciones alta y variadamente tecnológicas… ocurrieron al parecer hasta el aburrimiento sobre este planeta… y serán como una especie de sueño, consensuado masiva y colectivamente. Pero la «mente colectiva» que sueña este universo (desde un marco de visión ampliado al que nosotros pertenecemos aunque no lo creamos así)…, tal mente colectiva… y aunque no lo parezca… al parecer siempre va sanándose (aunque tampoco lo parezca), reciclándose a la vez que se da una sanación quizá muy lenta… en dirección quizá hacia un posible «salto cuántico» entre esas capas de conciencia «materializándose»… esas «capas» en las que por decirlo así consistiría este multiverso (y un «salto» que quizá veamos de aquí a 2000 años, como podríamos entender que se dice por ejemplo a través de las revelaciones de Patricia Cori, que ya comentábamos por aquí).
Recordatorio de «mi caso»:
— hijo único de madre soltera. A mi padre biológico nunca lo conocí, y fue «excluido» desde el principio de las ayudas y la presencia que quería darnos una vez decidió mi madre no abortarme (gracias!).
— Él fue excluido en parte por el sistema familiar, que digamos quizá que sigue «dominado», en la sombra, en cierto modo por lo femenino (mi abuela), como aquí abajo hablaremos —aunque mi abuelo también participó en esa exclusión de mi padre biológico… o bien lo hizo como voz cantante, quizá. Eso fue, ya digo, tras decidir mi madre no abortarme —ella, por cierto, se llevaba muy bien con mi padre.
— Una abuela culpabilizadora por lo que había pasado: el embarazo de mi madre, durante dicho embarazo.
Luego, mi madre nunca se ha movido de la casa de mi abuela, no ha hecho «vida propia» en su propia casa o con compañeros, amigos, etc.
— Mi abuelo era muy majo, pero murió pronto, siendo yo niño… y en parte digamos que sustituía a «mi padre»… pero, al parecer, yo le toreaba mucho (era bastante «blando», repitiendo un poco el patrón del marido de la madre de mi abuela).
— Mi padre, antes de tenerme a mí, tenía tres hijas en otra región española. Se había desplazado a trabajar a Madrid. Curiosamente él tuvo un hijo varón que murió, y entonces, lo mío (ese pasar a ser mi «padre desconocido») le debió doler mucho de nuevo… al igual que tanto le habría dolido el tener un hijo varón que muere pronto tras tener sus tres hijas. Supimos hace poco que murió «por cáncer» ya de vuelta en la península… hace ya bastantes años (algo así como 20 años) y tras un periplo migratorio por las américas trabajando (quizá «huyendo»).
En mi familia cercana (escasa en número y en el caso de mis dos madres (madre y abuela) no es muy dada a abrirse a la familia más amplia…)… en la familia cercana el lado femenino es digamos el importante. De un modo u otro todos los hombres han sido apartados, excluidos: el marido de mi tía, mi padre biológico… y mi abuelo que muere hace mucho. Quizá lo lógico sería que se me excluyera indirectamente o que yo me auto-excluyera de las funciones digamos más “masculinas”… y esto es lo que está pasando en parte (al no haber concretado un camino de vida o realización «social»…, por ejemplo).
Este «lado femenino» es muy importante para casi todo el mundo, pues buena parte del bienestar, una parte muy importante, depende para nosotros de aceptar incondicionalmente a «la madre»; pero… de aceptarla digamos que en plan «arquetipo»… y no tanto a «la madre» en tanto que es ese «ego» que pareció tocarte en suerte al nacer (fuese como fuese «objetivamente»). Aceptar, sí, ese «ego» tal cual es… completamente… pero (aunque esto no haya que pensarlo así)… aceptarlo en tanto que apunta a otra cosa… a algo «más grande»… a algo que vino «primero» que tú (relativo digamos que al «amor incondicional», al simple acto de dar lo que aquí llamamos «vida»).
El bienestar depende pues del respeto maduro que nos permite algo así como ir liberando las reacciones o los «sentires» automáticos que nos «poseen» cuando interiorizamos nuestra primera articulación entre «amor» y «necesidad»… en esa «primera infancia»… adolescencia…
Y tal articulación nos posee de mil y un modos, pero sería una primera articulación siempre a «superar» si es que queremos ser maduros, sentirnos cada vez más plenos; es decir, es una articulación que siempre debemos poder «volver a sentir» y rehacer… es algo que debemos poder rehacer para el bienestar de todos si es que queremos poder llamarnos a nosotros mismos o sentirnos realmente «maduros» —cosa esta muy difícil en esta sociedad altamente autodestructiva e «irracional» (y ello sucede paradójicamente… pues, engañosamente, la sociedad a menudo presume de «racional»… de «progreso»… cuando obviamente se escapa por todos lados lo fundamental y está destruyendo la Tierra «super-poblando» a marchas forzadas y miedosamente este planeta con cuerpos y más cuerpos principalmente nacidos del miedo, la culpa, el aburrimiento).
En mi familia, mi madre y mi tía están altamente «co-poseídas» por su madre (en un trío «diabólico» 🙂 ) —no me incluyo aquí porque si veo todo esto tened por seguro que es debido a que yo estoy en la misma «mierda» metido… y es obvio que formo parte de esto y estoy «repitiendo» cosas, haciendo que todo esto reverbere o resuene también en la cuerda de mi propio ser ego-identidad (aún) (teóricamente esta situación estaría reflejando mi interior (así como mi situación refleja el de ellas en mi actitud… aunque ésta va cambiando lentamente (me refiero quizá a mi actitud hacia mi propia felicidad… que es la única manera de poder afectar a los demás para bien… intentando ser feliz uno, quererse uno en el buen sentido…))).
Mi tía está «poseída» según un patrón «rebelde»… sí, «rebelde» pero apegada a reacciones enfermizas, inmaduras, respecto a una madre no asumida.
Aclarar ya que, como en todo papel o rol… todos podemos ser por ejemplo «sanamente rebeldes»… pues todo depende del «cómo» lo hagamos… de si lo hacemos con o sin compulsión interior… habiéndonos «perdonado» por todo… sin sentir realmente culpa (auto-ataque) por nuestra «rebeldía», o por lo que sea que creamos ser (si sentimos «vibración» de auto-ataque… ya podemos hacer mil «revoluciones» que estaremos por lo normal compartiendo y repartiendo en realidad «mierda» por el mundo, puro ataque, pura culpa, puro resentimiento… como podréis haber comprobado a veces hasta en grupos que se dicen alternativos, revolucionarios, por el cambio, etc.… así como individualmente).
Y, la otra parte… mi madre… está apegada al mismo tipo de reacciones pero mediante un patrón dañino que de cierto modo es muy «sumiso»… un patrón que hace algunos años se estabilizó más o menos… tras pasar depresiones y úlceras mil.
Este patrón sumiso digamos que es de alta fidelidad —en la forma, en lo superficial— al sistema familiar… pero con una rabia mostrada día a día, en dosis ya más suaves que antes… rabia que aparece en la «relación» inercial con la enfermizamente «sacrosantificada» madre (mi abuela); digo «sacrosanta» pero lo es, obviamente, solo en una parte de los aspectos formales externos… solo se patentiza tal sacro-santificación por el hecho de estar aquí «encerrada» mi madre con mi abuela… y no tanto porque realmente haya «respeto» —y aclarar que cuando «no respetamos» a alguien en realidad lo primero (y lo último) es que no nos estamos respetando a nosotros mismos, eso lo primero (y lo último, como decimos, pues todos somos uno en realidad… y si proyectamos «fuera»… nos hacemos daño dentro… ya que así conservamos la separación dentro… una «separación» que como idea en la mente es lo único que realmente nos daña —a nivel mental, que es donde está la causa de lo que vemos)).

Es decir, en la forma, en lo «exterior superficial» (que es eso tan amado para esta «sociedad» suicida en claras vías de auto-destrucción)… en «lo externo»… veríamos que mi madre «acepta» a la suya, ya que de hecho vive juntoa ella… y nunca salió de su casa en 64 años (es decir, no tuvo «vida propia», como se diría usualmente en el mundo; así pues… ellas están «juntas» en el sentido formal de los cuerpos…: unos junto a otros… lo cual no quiere decir que se «comuniquen» (es decir: el estar juntos no quiere decir que los «corazones» «resuenen» lo suficiente)).
de la wikipedia
(Rosa ‘Phyllis Bide’, hybr. Multiflora, sect. Synstylae. Real Jardín Botánico, Madrid)
autor A. Barra

Todo esto, por cierto, no hay que querer cambiarlo así porque sí —vaya esta advertencia lo primero. Resistirse a lo que vemos «erróneo» normalmente lo daría fuerza (pues lo aleja ilusoriamente de uno… y por tanto lo da vida… pues en realidad si uno lo ve es que está dentro de uno mismo, de la importante mente de uno mismo, que co-fabrica este sueño junto al resto de las mentes ilusoriamente enfocadas en «solo lo físico»).
No hay «mal» ni «bien»… sino disparates… solo disparates (toda identidad, en su busca de la separación… todo ego en su búsqueda orquestada bajo el motivo de la separación… es locura y solo locura).
En un nivel básico todo en «el mundo del ego» es una locura (aunque a veces parezca más «sano»… más exitosamente adaptado… etc.)… es una reactiva inercia loca que prolonga y automatiza durante generaciones patrones de «no estar del todo bien» o de simplemente «estar mal» (un «no estar del todo bien» que se vislumbra por cómo —casi todo el mundo, en el fondo— nos decimos a nosotros mismos…: «la «felicidad» es algo demasiado simple, absurdo; esto es, hablar de «felicidad» es algo absurdo, una tontería»).
El título de este pequeño texto (Dios no las cría y ellas creen que se juntan) viene a cuento de que mi madre y mi tía (y una amiga, etc.) están «juntas»… es decir, creen estarlo… tal y como todos nosotros… que creemos que estamos «juntos» porque a veces los cuerpos compartimos espacios… conversaciones; así, creemos que nos estamos comunicando realmente… pero no; luego, a la que nos giramos… empezamos a regurgitar separación para nuestros adentros o reproches hacia los «afueras»… reproches que a veces compartimos con otras gentes a las que contamos nuestras «malas relaciones»… y reproches que no nos atrevemos a superar o a decir al familiar o al «amigo» de turno, el involucrado… con el cual estamos fabricando ese «ego» o identidad que luego con los amigos u otros familiares sí vamos a confirmar, por separado (confirmando pues la mera idea de la «separación»); así que esos sentires que no queremos «sentir sin más» nos llevan día tras día a juicios compartidos terriblemente con otras personas para con ello seguirnos afirmando como identidades separadas (egos), y bien sea en grupos o bien más individualmente; y por cierto, ellas dos se juntan a veces con por ejemplo una amiga que igualmente parece tener un problema semejante de madurez debido quizá a una madre igual de poco asumida… igual de no «aceptada incondicionalmente» (amiga que, por cierto, dice igual que mi abuela aquello de…: «eso de la felicidad a secas es absurdo»).
El título rezaba «Dios no las cría…» porque somos nosotros quienes nos metemos en estos líos generación tras generación (el Amor no tiene nada que ver con todas estas tonterías)… hasta que vamos despertando de esta tontería del ego (sobre todo tontería mental… aferramiento mental… así como en diversas capas… capas que oscurecen la simplicidad del bajo de fondo de aceptación necesario para poder avanzar).
Y en general Dios no nos cría, pues el invento de la individualidad interpretado con saña, «individualidad» que es nuestro elemento… que es el agua en que nos bañamos para salir a lo que creemos que es el mundo exterior… esta cosa es… nuestro propio invento.
Y decíamos «…ellas creen que se juntan» por lo que ya hemos comentado arriba —sobre comunicación y el «mero estar juntos», entre otras cosas.
Entonces tenemos este importante tema de la madre… de las madres no asumidas… de las rabias interiores al respecto; este «problema» termina dando así como «patrones» de fondo… que… de cierto modo… hacen resonar parcialmente las vidas paralelas de los familiares… o de los «amigos» que son atraídos alrededor de la familia. Las historias «armonizan» paradójicamente en la disonancia de base que es el ego, disonancia para y por un «mundo caótico» (el del ego).
Esto «provoca» la repetición de «la historia» (en el típico caos del ego que mezcla amor y odio, etc.).
En este caso, es —aparte de mí mismo—… es la hija de mi tía —mi prima mayor— quien repite cierta «historia».
Es mi prima quien repite esto en parte debido a una separación brusca con su pareja*… ocurrida hace poco en un periodo crítico, muy parecido al periodo en que se dio la separación de mi tía con respecto a su pareja, padre de sus hijas… hace mucho tiempo (a poco tiempo de tener a sus dos hijas, cuando éstas eran aún muy pequeñas).
Mi prima también tiene dos hijos… y se ha separado hace poco siendo ellos muy pequeños… poniéndose ella misma así en una situación algo más difícil en lo práctico… aunque, típicamente, viéndose por otro lado como con una cierta «liberación» —pero habiendo sido, dicha separación, por cierto, en este caso, principalmente «por tonterías» (tal y como creo que lo fue, más o menos, en el caso de mi tía —ya sabemos, por cierto, y por lo que hemos hablado por aquí… que la única «enfermedad» es de una forma muy básica la «idea» de que sea posible estar «separados»… es decir, que toda enfermedad es en un sentido muy amplio la idea de la «separación» (pues al nivel que importa realmente nadie estaría separado de nadie ni de nada)… «enfermedad» que, en formas concretas… se traduce en faltas de «perdón» (sobre todo de no «perdonarse» a uno mismo… y de formas muy profundas… desde por ejemplo los «contextos familiares»))).
Vamos en general acumulando separaciones para irnos configurando una identidad-ego que en el fondo nos hace daño, como luego comprobamos con todo nuestro ser en esta u «otras» vidas.
Este evento ha sido pues algo que ha removido mucho a las mujeres de la familia… ya que han reaccionado un poco exageradamente… o al menos de forma muy «sentida».
¿Qué supone tal reacción? Como sabemos, cuando reaccionamos impetuosamente a algo sabemos que por lo normal ahí hay algo «de más»… algo se está ventilando que está «de más»…, es algo que no podemos hacer nuestro… que simplemente nos posee o nos supera… algo que no podemos controlar; y es por tanto algo que resuena desde muy profundo.
Una reacción que no podemos controlar denota algo profundo que se remueve para de cierto modo «revivir» en el típico ciclo infernal e interminable de la identidad-ego-sufrimiento.
Denota algo que idealmente buscaría ser simplemente sentido sin juicios… para así poder rehacer nuestras creencias (en nuestra «no valía», nuestra «escasez», «carencia»…)… al final de un proceso de mucho «sentir sin juzgar»; así… el sentir no sería ni bueno ni malo… pero sí que sería algo que pide o quiere ser «sanado»; y sanarlo tendría que ver con ser sentido sin juicios que lo interpreten; en el caso de mi abuela… ella sí interpretó bastante la separación de mi prima… lo interpretó como algo muy negativo, o digamos que bastante «trágico»; lo hizo al principio, por momentos… aunque todo esto parece ya haber pasado, superficialmente (y tal interpretación parece que viene después —aunque muy rápidamente—… después del puro sentirse «mal»… de ese puro sentir que, idealmente, deberíamos «solo sentir»… y dejar ir… para dejar quizá espacio a otras creencias que fundamenten emociones de mayor plenitud, que permiten ir alimentando creencias que suplan las creencias queridas del ego: escasez; o la falta de valor con que nos pensamos por defecto… muy egoicamente… esa falta de valía de nuestro ser… en vez de valorarnos absolutamente (ab-sueltamente) por simplemente ser… en vez de valorarnos en tanto que simplemente somos y ya está… en tanto que «vivos»… etc.)).
Así pues, el impacto de la nueva separación en este momento crítico de la crianza de los hijos de mi prima viene a «confirmar» de cierto modo los «egos globales»… o a confirmar el campo del ego reverberando en todos los egos (incluyendo «amigas»). Viene a confirmar todo, por tanto, este «ego femenino», desarticulado globalmente (eso es el ego: separación, desarticulación)… en torno a la «aceptación» no incondicional de la madre más anciana, mi abuela (aunque por lo que ya hablamos en el otro texto, aquí hay involucradas más y más cosas… y además en el campo femenino: relativas a la relación de mi abuela con su madre, por ejemplo).
Recordemos que tales «egos» serían en general miedo-sufrimiento —un, digamos, miedo-sufrimiento «coagulado». Así, los egos se confirman en impactos múltiples… y en concreto en uno repetido hace poco, que «repite», tras tantos años, la separación de mi tía.
Estos impactos son por un lado tanto:
— oportunidades para repetir historias y seguir sin darse cuenta de básicamente nada (en el típico proceso de auto-destrucción «feliz» que es esta sociedad o en general el ego, repitiendo ciclos absurdos que resuenan o se amplían en todos los niveles (auto-destrucción de civilizaciones… mal envejecer de los individuos… etc.))…
— así como por otro lado oportunidades para empezar a despertar o sanar… más conscientemente… despertando a la verdadera vida, esa vida que se daría cada vez más cuenta del truco que sería este mundo (un mundo fabricado en «consenso cósmico colosal», fabricado por todas nuestras «mentes»… para con él poder escondernos de la verdad… confirmando la idea de la separación o individualidad interpretada de forma miedosa, «pecaminosa», culpable…).
Nada es en sí ni bueno ni malo, todo es una oportunidad para sanar (para sanar fundamentalmente «la mente»… mente que es la causa de todo esto, como dijimos (de este universo que quiso ser solamente una especie de «matadero»)).
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* esta separación parece que tiene un motivo en general similar a la separación de mi tía. Las diferencias entre las parejas…, diferencias de carácter normalmente basadas en las diferencias de «delicadeza», tacto, costumbres… entre mujeres y hombres. La típica y muy alentada guerra de sexos (hay mucho negocio alrededor de esta queridísima guerra de sexos).
En general sabemos que se alienta esta guerra de sexos; muchas mujeres eligen o elegían lógicamente al machito de turno, al principio (en ambos casos mi prima y mi tía así parecen haberlo escogido…, en diferentes grados… pero lo han hecho: machos algo «prototípicos», sanotes en ese sentido (cosa que no está ni mal ni bien))… y… luego… cuando se acumulan los detalles que no gustan tras estas típicas «vidas juveniles desenfadadas» —y superficialmente «felices»—… entonces… las mujeres en cuestión a veces saltan con todo el odio acumulado por las necesidades o expectativas no satisfechas… etc.
Tal acumulación es un proceso lógicamente no vivido en conjunto, no compartido, pues solo se compartiría «al final»… con el propósito «inconsciente» (no tan inconsciente si no fuéramos tan artificialmente inmaduros por ejemplo «debido a» nuestra altamente suicida educación, una educación altamente anti-espiritual)… el propósito inconsciente de separar… o de causar al menos grandes broncas que conduzcan a eso tarde o temprano.
Así, no se vive en comunicación «de corazón a corazón»… y se entra en la dinámica quizá típica… lógica en este estrés de «mundo moderno»… («lógica» en esta lógica viciosa de nuestras creencias «por defecto» en esta infecta sociedad…)… lógica del «hay que trabajar»… del no hay tiempo… y se terminan recreando, pues, esos ambientes «poco comunicadores»… cultivando así lentamente en el caso de estas dos mujeres un futuro conflicto que se resolverá en lo que todo ego ama a rabiar: la separación —esto nos lo estamos figurando así en el caso de mi tía y mi prima por ciertos detalles, no muchos, que conozco.
Así, la separación es cultivada lentamente por ambas partes en su incomunicación «desenfadada», «feliz», feliz para los egos que no quieren profundizar en qué significa eso de la felicidad, demasiado simple para ellos (los egos, por defecto, en esta civilización, lo normal no es que estén por la labor temprana de querer crecer espiritualmente en las relaciones…)… y, en concreto, en lo que tocará a la parte de la mujer que cultiva su resentimiento… se cultiva el conflicto (con todo eso «no dicho», todo eso que no gusta del «machito» de turno…)… se cultiva para de este modo poder —en tanto que ego, no en tanto que mujer, pues lo importante no es el sexo, sino la guerra ego/espíritu…—… para de este modo poder llegar a una situación más o menos «límite»… en la que se pueda proyectar la culpa «fuera» a placer.
Esta proyección, como sabemos, sería el deporte constituyente de todo ego…, la mecánica y muy deportiva proyección constante de ese constante auto-ataque que somos… es decir, de esa «culpa» que somos en tanto que egos…… siempre buscando chivos expiatorios «fuera»… que no son más que en el fondo «espejos».
Así pues, se termina saltando… prefiriendo una vez más tener razón a ser felices —prefiriendo tener razón a sanar o a perdonarlo «todo»… más comprensivamente… ya que todos compartiríamos el mismo problema de largo calado: la falsa guerra «ego vs espíritu».
Como sabemos, en el mundo, que por defecto es culto a la separación, el ego y la muerte… en el mundo se trata de cultivar tal cosa: la separación (obviamente en las separaciones literales que aumentan los líos de nuestra civilización inmensamente… hacen más complejas las situaciones… las obligan a entrar en más y más dispositivos del Estado… privados… aunque todo esto, siempre que una vez ha pasado… es y será nuevamente «otra oportunidad para sanar-perdonar»).
Pero ay… qué difícil es perdonar… y cómo la gente acumula automáticamente en todas las edades más y más conflictos para luego tener que perdonarlos. Como sabemos, el mundo no tiene ni pies ni cabeza y es un simple matadero (ese es el propósito del ego para el mundo).

5 opiniones en “«Dios no las cría, y ellas creen que se juntan» (o: "la importancia de una abuela". Sigue el "estudio de caso")”

  1. Como explica muy bien Enric Corbera la influencia de los ancestros, parientes y demás familiares es super importante. Pero debemos vivir nuestra vida y limpiarnos de todo lo que nos impide realizarnos. Por lo visto tu abuela hizo y sigue haciendo el papel de matríarca en toda su extensión. Tu madre tiene sólo dos años más que yo y ¿qué vida ha tenido? siempre a la sombra, tampoco había hecho ningun crimen y piensa en su valentía, «pecar» por amor y traerte al mundo…seguro que es una persona excepcional que no pudo realizarse. España en estos tiempos…
    Abrazos.

    1. Sí, ya ves, hay que limpiarse; yo he puesto esta travesura ahí arriba…, la de poner estos juicios provocadores…, pero espero se interpreten con el curso de milagros en la mano… 🙂 (es decir… que se interpreten no proyectando sobre esos juicios de arriba, sobre esas frases… —no proyectando por las mentes que quizá los lean y los cotilleen… que siempre proyectarán algo…—… no proyectando, por tales mentes, el propósito de la separación (el «por defecto»…)…, el del miedo;
      lo ideal es que, como todo… sirvan como afirmación implícita de «Dios» (Amor)…, y ello por duras que suenen las frases por ejemplo «contra» la sociedad… que son aposta medio tontas (es el método Feldenkrais, si quieres… es una parte de él: hacer las cosas mal aposta, suavemente mal)… (y sí, esta «sociedad» que…, esperemos…, esta vez… tras quizá algunas catástrofes…, dé un salto cuántico como parece profetizarse antes de 2000 años… en vez de una simple destrucción… mediante esos ataques que estamos realizando a la Tierra en nuestro experimento que no es del todo nuestro (con tanta radiación, etc.) (ataques al campo áurico de Gaia…)… y ataques al cosmos constantes (con las radiaciones…, que parece que importan mucho… según nos cuentan lo que serán quizá nuestras futuras encarnaciones «pleyadianas» y «sirianas» (las «reencarnaciones» de algunos))).
      Mi abuela es una matriarca extraña. Es altamente masoca, como tantos ancianos… pero sí un poco está en ese plan matriarca.
      Sí, mi madre es una persona excepcional como dices, cada cual tiene su camino;
      está como a la sombra… en esa faceta de «haberse quedado»… pero, por lo demás… tras tantas enfermedades…, ya más o menos «está bien», se dice, superficialmente hablando…… aunque con un bajo de fondo de amargura que a menudo parece altamente fijado en el gesto…… con una cierta actitud de suicidio televisivo… aunque todos la tenemos con una cosa u otra……… pero… sin haber hecho nada «malo» tal y como dices…, pues todo el mundo «hace» aquí más o menos lo mismo, en el universo… hacemos lo mismo y que no sería algo ni malo ni bueno, sino simplemente aquello que demostraría en parte qué es este universo para el ego: miedo…, miedo reflejado en el constante no querernos nosotros a nosotros mismos… no «del todo»… no en algún grado mayor o menor (y con la excusa que sea…: que si es que «la sociedad» es tal o pascual…… que si es que esto está muy mal… y hay que odiar… que si bandos por aquí… bandos para esto… partidos para engañar con la política… que si injusticias y entonces me quejo y las uso para joderme la mente, para joder el único instante que tengo, el presente……… que si es que hay que cambiar tal cosa y si tal cosa no cambia en el futuro yo no seré feliz… y cosas así sobre el futuro, pasado, etc.).
      Nací en 1974, en 1973 fue mi concepción… y la valentía fue grande por ambas partes, madre y padre… pese a todo… pues mi padre pese a tener esas tres hijas sí se planteó ayudar… dio la cara ante mis abuelos (lo hizo cuando le rechazaron mis abuelos a propósito cuando se presentó a ofrecerse formalmente para acompañar a la historia futura…; esto fue un fallo, quizá, ya que si no hubiera dicho nada a los abuelos… no necesitaba el permiso de ellos para seguir siendo el buen amigo que era de mi madre (no sé). Qué situación tan extraña esto del pedir permiso (la autorización, la fidelidad al sistema familiar… tan inconsciente…)… y mi madre quizá con esos gestos a su alrededor tuvo más y más motivos —»inconscientes»—, es decir resonó mal y cada vez más y más con el «campo» de turno del ego global familiar… para que así con esos eventos a su alrededor se quedara más y más convencida de encerrarse en casa con sus padres).
      «Valentía», decía, porque dar la cara en esa época parece que era difícil… ya que el adulterio siguió estando penado hasta el 1984, según creo. Esto quiere decir que si su mujer, la de mi padre…, con la cual creo que no se llevaba muy bien…, en Galicia…, hubiera querido denunciarle… le habría podido destrozar bastante, al parecer, una vez se hubiera sabido un poco más la cosa.
      Hellinger dice en «los órdenes del amor» (aunque es un texto muy temprano y lo mismo ha cambiado este tipo de opiniones tan tajantes…)… dice ahí que lo mejor cuando un hombre tiene nuevos hijos, lo mejor para todos… es irse con la mujer nueva. Ya puse por ahí que quizá mi caso lo demuestra (aunque en realidad una vez pasado «lo mejor» es lo que ha pasado :), pues ay como no lo aceptemos… como bien sabes…).
      Sí, la influencia de ancestros… estaríamos resonando constantemente… constantemente habría cierta «impulsión» por parte de nuestras partes más despiertas y ancestros para que consigamos «despertar» más… impulsos para ser felices…, pues despertar sería ese «ser feliz»… perdonando todo…… todo eso que no queremos ni volver a mirar pero que realmente podemos hacer consciente prácticamente cuando queramos…… y la visión que nos da Seth… sería eso: como si todo fuera un campo de conciencia de personalidades independientes que co-evolucionan.
      Incluso aunque una de tales personalidades termine por «iluminarse», como Seth (es decir, por «subir» de plano de conciencia)… dice Seth que las personalidades siguen un poco a su bola… aunque quizá el «alma» subyacente global va pegando sus saltos en cuanto a evolución por el hecho de esos saltos de las subpersonalidades, o como se diga.
      Bueno, está ahí muy explicado, dentro de lo limitadas que son nuestras herramientas de percepción y conceptuales aquí…, por lo normal… está muy explicado en Seth… todo esto…, es muy fuerte, pues puede aclarar muchas cosas… y da como «vergüenza» o pena el que en el mundo esto de Seth lo tenga ya todo tan objetivamente «por escrito»… contado frescamente en el siglo XX y con un lenguaje de andar por casa… y da pena que de ello no se hable más (aunque sobre estructura y dinámica de las almas los filósofos más aventureros quizá ya tenían mucho explicado…, con aparatos conceptuales más elaborados quizá… pues alguno había por ahí muy esotérico… dentro de lo normalmente archivado como «aburrida filosofía» (Leibniz, que era un auténtico monstruo)).
      Entonces, en el campo de la conciencia… debe haber opciones para la manifestación de las personalidades…, para que dentro de una pueda mezclarse el propio futuro con el pasado-presente (dentro de una misma personalidad… en actos curativos, los trances e imágenes que se ven en regresiones, los trances que a veces salen en constelaciones familiares como expresando curaciones a nivel de la mente……)…… una manifestación pues, por tanto, de personalidades… que componen complejamente un «alma»……… o una «entidad», como le gusta decir a Seth… una entidad siempre en metamorfosis… altamente pulsante-plural… pendiente de dimensiones y universos que desconocemos… conteniendo unas personalidades que por tanto pueden estar a ratos unas dentro de otras… y pulsando por muchos lugares que nos darían pavor si los visitáramos de repente… por su naturaleza extraña; así que ahí tenemos una manifestación digamos muy «compleja»…, que no respeta el tiempo lineal (tiempo que como sabemos es simplemente nuestro invento o consenso, aquí, para darnos esta paz ilusoria del ego, paz de miedo, falsa).
      abrazos

  2. Elegimos a nuestros padres y nuestras circunstancias.
    http://www.editorialsirio.com/contenido/datos/noticias/Dossier-El-don-de-tu-alma-p.pdf
    http://youtu.be/ibUoVhZ-_Tg
    Lo Femenino, según como yo lo siento, no tiene nada que ver con los comportamientos de mujeres que han sido muy autoritarias: tipo Esperanza Aguirre. No tienen nada de femenino.
    Por ejemplo, en la obra de teatro «La casa de Bernarda Alba», la matriarca entiende el poder como se ha venido entendiendo en «El Patriarcado».

    1. desde luego que sí,
      estos textos aún los tengo que completar con algo más actualizado… que quiero terminar el despropósito/confesión 🙂
      Iba pronto a terminar de escribir mi «pretestamento» 🙂 sobre esto y mi familia y comenzando a hablar de su simbología posible…
      aunque como sabemos todo es dependiendo de la fase en que uno esté para vivirlo así o asá.
      qué bien por comentar, gracias, regalo de reyes que recibí estos días con tanto comentario aquí, de personas tan increíbles como vos y los demás

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