Índice
– Leyes y fe
– Ley de la atracción
– Ley de causa y efecto
– Ley de compensación
– Leyes divinas: en torno a la ley del arrepentimiento y del perdón
– La definición de pecado desde la perspectiva de Dios
– El mundo al revés: perdonamos cuando tenemos que arrepentirnos, y viceversa
– Ética y moralidad
– Las leyes de Dios en relación a cómo gobiernan el amor por uno mismo y por los demás
– El regalo del libre albedrío
– Ley de vinculación y comunicación con espíritus
– Materiales
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[En esta página empleo algunas cosas básicas ya vistas en anteriores «páginas guía», como por ejemplo el hecho de ser un alma ─la mitad de un alma completa─ que anima, que da vida, a dos cuerpos desde que somos concebidos: un cuerpo físico y un cuerpo espíritu, que se crean a la vez en el útero ─o en una probeta─]
Leyes y fe
Podéis asumir que todas las leyes tienen un Creador.
Constatamos que hay leyes en el nivel físico (gravedad, etc.). Es decir, hay verdad en torno a los hechos de la realidad física.
También es un hecho que, al conocer más leyes físicas, aumenta nuestra libertad, y también aumenta nuestra dicha, es decir, podemos disfrutar más (por ejemplo podemos volar en un avión gracias a la combinación de los saberes acerca de las leyes de la gravedad y de la aerodinámica, etc.).
Si hay leyes en el ámbito físico, podemos suponer o asumir que hay leyes en los otros niveles que mucha gente también parece experimentar o reconocer como ámbitos de la experiencia.
Jesús los denomina ─aparte del ámbito físico─:
─ el espiritual (en un sentido restringido de «espiritual», pues sólo estamos hablando del cuerpo-espíritu, y su diferente tipo de «materialidad» respecto al cuerpo físico. Este cuerpo-espíritu sería el que a veces se llama «cuerpo energético»),
─ y el ámbito del alma (emociones, deseos… pero también las leyes que regulan eso, y las leyes que regulan la interacción entre almas, incluyendo el «alma infinita» que sería Dios, quien hizo nuestra alma).
En el «ámbito del alma», en realidad, podemos englobar lo que normalmente llamamos «leyes espirituales», es decir: leyes y creencias básicas sobre la vida, sobre nuestro origen, etc.
Así, no debemos confundir estas «leyes espirituales» con lo que hemos visto ahora mismo, cuando hemos hablado del cuerpo espiritual y del «ámbito espiritual» correspondiente (con su materialidad diferente, ya que nuestro cuerpo espíritu es el instrumento que empleará nuestra alma en las diferentes dimensiones).
En el 2024, en la gira hecha ese año fuera de Australia, Jesús y María Magdalena han estado incidiendo en un esquema sencillo que está ordenado por orden de importancia:
1.─ Espiritual
2.─ Emocional
3.─ Sexual
4.─ Físico
Con ello se quiere expresar que las leyes que atañen a «lo espiritual» (en el sentido amplio, y no el relativo al cuerpo energético), es decir, las leyes y creencias más básicas sobre la vida y sobre Dios, son las leyes más importantes.
Por ello, si nos ajustamos a tales leyes dándoles la relevancia que en realidad tienen (cosa a comprobar, ya que no se trata de asumir dogmas), conseguiremos verificar si efectivamente «se ordenan» o no se ordenan el resto de ámbitos que hay por debajo ─si se ajustan «automáticamente»─.
Esto lógicamente tiene que ver con el hecho ─que todos podemos tratar de comprobar─ de que, si «ponemos a Dios primero», si ponemos el buscar el amor de Dios primero, entonces todo lo demás se daría por añadidura.
Es decir, se arreglaría más fácilmente el ámbito emocional ─que está por debajo del espiritual en este esquema ordenado─, así como el sexual y el físico.
Lógicamente, podemos asumir que, si nos enfocamos en la relación con Dios, el creador de nuestra alma y de las leyes, y si nos enfocamos en las leyes que gobiernan nuestra relación con Él / Ella, entonces, este enfoque nos servirá enormemente, así como puede servir a los demás.
Pero normalmente no tenemos fe, y por lo tanto no podemos cambiar ─o bien, no cambiaremos de esta manera─.
No tener fe equivale a no practicar el proceso de experimentar y descubrir más verdad, más leyes en general ─tampoco más leyes físicas─, porque no confiamos en que hacer eso conlleve un beneficio personal para nosotros.
Nuestras emociones, deseos, acciones, intenciones… están o no están en armonía con el amor y la verdad tal como los entiende y siente Dios.
Así es como vamos experimentando el regalo de la vida en estas condiciones concretas terrestres: Siendo un alma que, como acabamos de ver, por el hecho de estar arriba en aquella jerarquía (el número 2, el ámbito de lo «emocional»), por tanto gobierna nuestras vidas ─en el fondo el alma gobierna nuestras vidas─.
Al vivir con ese otro regalo que es el libre albedrío, experimentamos los efectos de dicha armonía o falta de armonía (una falta de armonía que simplemente podemos llamar «pecado»), con más o menos consciencia de las leyes que regulan nuestra existencia en todos los niveles.
A más consciencia, y más saber y comprensión, más crecimiento y más reconocimiento de cuál es nuestra «posición» en los diferentes marcos de la existencia (y más libertad, y más alegría de existir).
Las experiencias que vivimos como hechos cuando por ejemplo sentimos un cierto desajuste con respecto a las leyes y principios de Dios, están siempre enmarcadas también dentro de algunas de las leyes y principios de Dios (ley de la compensación, etc.).
En el proceso de existir, en cada dimensión o condición de alma, al crecer, vamos sintiendo y captando ─con todo nuestro ser y cada vez mejor─ las numerosas y ricas leyes que regulan cada dimensión, y en general las leyes y principios de Dios, lo cual nos hace más y más creativos y también poderosos (pero desde el amor).
Pese a que tanto el ámbito de las leyes como el de los principios que las regulan son ámbitos infinitos ─y es como si siempre se estuvieran creando nuevas leyes─ sí podemos captar cada vez mejor los principios fundamentales y lo que regula los grandes grupos de leyes, teniendo una existencia cada vez más plena y más consciente de nuestra unión con nuestro Creador, como almas (de hecho nunca nos aburriremos si recibimos amor de Dios).
[En el apartado de materiales abajo está enlazada por ejemplo la página de los talleres del 2016 que presentan este tema de los principios y las leyes, ordenadamente.]
Ley de la atracción
Básicamente todo lo que nos pasa, ahora que ya hemos desarrollado un poco nuestra «autoconsciencia», como individuos, lo ha atraído la condición de nuestra alma (tras las primeras «grabaciones» emocionales que adquirimos más fuertemente sobre todo durante los 7 primeros años de vida, y que muchas de ellas «nadie se merece», por ser de miedo, vergüenza, etc.).
Y cuando, por ejemplo, los eventos que vivimos nos parecen negativos, en general es para que sintamos las emociones que necesitan ser procesadas en el alma (ver página A.4 sobre las emociones, y los materiales de la sección dedicada a ello en esta misma página, abajo, como la página dedicada al taller sobre la ley de atracción).
¿Por qué?
Porque en el alma (emociones, pasiones, deseos, intenciones, creencias…) normalmente hay muchas cosas que no están en armonía con el amor.
Y las leyes amorosas de Dios funcionarán siempre de forma perfecta para corregirnos, que no castigarnos. Nos mostrarán siempre aquello que está en desarmonía con el amor en el alma, para que lo podamos corregir, para «nuestro bien», empleando nuestro libre albedrío, ya que no nos fuerzan automáticamente.
En el alma tenemos todas esas cosas «desalineadas» debido a las grabaciones que nos pasamos entre nosotros, «sin querer queriendo», durante milenios, de generación en generación: Nos pasamos muchas emociones, bloqueos, etc., y todo ello termina resultando algo traumático.
Eso lo absorbemos desde que somos concebidos, y cuanto más nos resistismos a soltar todo ese contenido errado, más tendemos a cometer errores por nosotros mismos, y más reforzamos los mismos bloqueos emocionales, aumentando el aparente peso de esas grabaciones y bloqueos iniciales.
Esos errores, o pecados, a su vez llenarán más nuestra alma de bloqueo, reforzando nuestras resistencias, es decir, reforzando el miedo a sentir cómo estamos realmente, y reforzando nuestras emociones de autoengaño.
Hemos hablado de «bloqueos» porque en parte se trata justo de eso mismo: Es un estado en el que no queremos sentir cosas y las protegemos, nos resistimos a sentir partes de nuestra alma, creando una especie de castillo de dolor (del que habló Jesús por ejemplo cuando trató sobre las emociones de autoengaño).
Así, creamos una adicción emocional (ver la página sobre emociones y la de los talleres de los grupos del 2014), es decir:
─ encubrimos el deseo de no sentir esas emociones bloqueadas;
─ justificamos el deseo de no sentir esas emociones causales, «profundas»;
─ ¿cómo? Lo hacemos con adicciones emocionales. Nos hacemos adictos a «creencias emocionales» y a emociones de sustitución, a creencias justificadoras, a las emociones de autoengaño;
─ eso nos sirve para no sentir la emoción causal;
─ así, no podemos desbloquear el alma, es decir, nos impedimos a nosotros mismos soltar por ejemplo una pena profunda, para poder crecer, poder hacernos íntegros.
Esas adicciones, y en general todo lo que cometemos en desarmonía con el amor (pecado), nos va «cargando» el alma de más cosas de las que arrepentirnos.
El arrepentimiento no es nada subjetivo, sino algo concreto y práctico: Es ser humildes, en el sentido de desear sentir todo el dolor que hemos creado a los demás (y al medio ambiente) y que también nos ha afectado a nosotros mismos, pues con el pecado en general nos hemos dañado a nosotros mismos (con todas nuestras adicciones emocionales, codependencias, etc.).
Para que el arrepentimiento sea realmente efectivo, para que sea real, podemos pedir ayuda a Dios, y entonces, si somos honestos, Dios puede irnos dando su amor para poder eliminar las causas que nos hacen o nos hicieron pecar.
Se habla de «perdón», y en realidad, de igual manera que con el arrepentimiento, se trata de algo muy práctico y concreto.
Podríamos decir que en el perdón «no se trata de algo personal», pues en cierto sentido no es que «tengamos algo que perdonar a otro».
¿Por qué? Porque esa otra persona podría haber cambiado ya, es decir, podría haberse arrepentido de verdad por lo que hizo, etc.
Pero, por cierto, que se arrepienta no sería lo normal, lo usual, y menos en el caso de nuestras familias (madres, padres, etc.), ya que a menudo en la familia todavía se sobreentiende que «no hay nada que perdonar» y, más aún, que «no hay nada de lo que arrepentirse» ─pues, diríamos…: «bastante teníamos ya con todas nuestras cargas y frustraciones como madres, padres, etc.«─.
En «el perdón» se trata de ejercitar la humildad de desear sentir las heridas causadas por el entorno o desde el entorno (familia, profesores, parejas, etc.), y así, aprender a relacionarnos con nuestra ley de la atracción y en general con los principios amorosos que animan las leyes de Dios ─y a ser posible, relacionarnos con Dios─.
Así pues, si por ejemplo estamos enfadados, se trataría de pedirnos (a la vez que nos permitimos sentir la ira, y la expresamos sin hacer daño ni justificarla), de pedirnos, de pedir, dentro, a Dios y/o a nuestros guías reales, que se nos muestre más el alma, lo que «quieren decirnos» el alma y Dios (las leyes), reconociendo que en principio, si no lo tenemos claro, no es por culpa de las leyes ni de Dios, ni de la vida… ni de los demás… sino de nuestras resistencias a ser honestos ─nuestras resistencias a recibir y desear la verdad, a ser humildes con lo que sentimos─.
Es decir, se trataría en ese caso de desear que se nos muestre lo que esa ira está queriendo tapar, ya que el enfado en general apunta hacia algo que no queremos sentir, hacia algo que no es esa ira y que sólo descubriremos al sentir las emociones, sean las que sean.
Ley de causa y efecto
[Ver en la siguiente entrada todos los enlaces (texto y vídeos subtitulados) de un taller completo sobre el tema (2011): unplandivino.net/ley-causa-efecto]
Para aclarar la relación entre la ley de atracción y la de causa y efecto:
El nexo, o la conexión entre causa y efecto es la ley de la atracción. Pero cada evento concreto, real, es creado por cierta causa.
La ley de la atracción crea el nexo. La ley de la atracción es aquello que crea el evento, en el sentido de que esa ley correlaciona causas y efectos. Esa ley es el mensajero de la verdad, para nosotros, por así decirlo.
Pero podemos, o bien ignorar las causas y tratar con los efectos, o podemos empezar a tratar las causas. Ahí está el poder que tenemos. Y la ley de la atracción no es lo que determina eso, sino nuestra elección. Tenemos el regalo del libre albedrío para ignorar la causa y tratar con el efecto ─si queremos seguir sembrando dolor a largo plazo─.
La ley de causa y efecto es lo que nos pone en la disyuntiva de poder tratar con las causas o bien con los efectos, en cierta ocasión donde un evento haya sido atraído por nuestra ley de la atracción. Pero la causa de ese evento habrá sido algo en mi alma.
Vamos a ver un ejemplo sobre la causa de la enfermedad, por ejemplo asma, en una niña pequeña. Esta enfermedad es causada en este caso por las emociones del alma de una madre: en concreto, es causada porque la niña habrá absorbido un miedo concreto de la madre: el miedo que tiene la madre a sentir una pena propia a la madre.
La niña no tiene ese problema debido a ninguna pena que provenga de ella, pues en este caso la causa está en un miedo de la propia madre, un miedo a sentir su propia pena ─un pesar que puede tener por cualquier motivo─.
Veamos cómo sucede.
Cuando tenemos miedo, no entendemos cómo afectamos por ejemplo a los niños. Muchos todavía pensamos que protegemos a los niños si «tenemos miedo por ellos» y por su bienestar. La realidad es que el miedo es la peor emoción posible que podemos proyectar hacia cualquier criatura viviente. ¿Y cómo la proyectamos? Al no asumirla, al no sentirla por nosotros mismos.
Así, siempre que esta madre no asumía y no sentía humildemente su propio miedo, la niña sentía todo el torrente de ese miedo. Y en ese momento no hay amor. El miedo y el amor no pueden coexistir al mismo tiempo.
Tan pronto esa madre tiene miedo, ya no hay amor proveniente de ella, y, de inmediato, la niña ya no siente amor. Automáticamente eso provoca una respuesta negativa.
Así pues, en este caso, el alma de la madre, y la negación que ella hace de su pena, crean ese comienzo de asma. Y luego, a medida que la niña crece, automáticamente tendrá menos asma al desconectarse cada vez más de la madre, o sea, al estar menos conectada a las emociones de la madre.
Así pues, la pena de la niña y la pena de la madre son muy diferentes. La de la niña es sobre no sentirse amada. Es decir, es acerca de que, cada vez que la madre tenía miedo a su propia pena (pena causada por el motivo que sea, propio de la madre), entonces la niña no sentía amor.
Esto ilustra lo que podríamos llamar «la conexión causal» que se da en el nivel de las almas. Nuestras propias emociones negadas, ese «miedo» a sentir, es proyectado automáticamente, y todo lo que haya en el ambiente responde a eso (aunque si se trata de otros humanos, de otras almas, su respuesta y su absorción dependerá de su condición álmica).
Ahora, fijémonos en esto: Todas las leyes son amorosas.
En este caso, la niña asmática muestra ahí fuera el efecto de la negación miedosa que hace la madre de ese pesar que ella tiene dentro. Así pues, gracias a ese «espejo» que a menudo y en general es nuestro entorno (niños, naturaleza, etc.), esta mamá puede verse «llamada» por el universo (es decir, por esos efectos que muestra la niña) a procesar la emoción causal (aunque normalmente todos nos enredamos con los efectos y sus paliativos, etc.).
Ley de la compensación
Ver abajo del todo, en el apartado de materiales ─y también lo que hay en la serie de encuentros organizados en el 2016─.
Esta ley es evidentemente muy importante en relación a los procesos de arrepentimiento y perdón, por contraste con ellos.
Leyes divinas: en torno a la ley del arrepentimiento y del perdón
[En la anterior parte sobre la ley de atracción ya hemos hablado un poco de esto.
Esta sección está leída en audio aquí: el perdón y la injusticia; y el texto entero está en este enlace. Hay más audios sobre este tema tan importante en la sección de Materiales abajo.]
Veremos abajo en otro apartado el aspecto del arrepentimiento, inseparable del perdón, pero, centrándonos ahora en el lado o la cara del «perdón», podemos ver lo siguiente:
Habrás perdonado a todos si estás preparado para sentir el dolor que todo el mundo haya podido crear dentro de ti. Esta es una ley divina de las más elevadas. Si no nos implicamos en esta ley del perdón, tendremos que pasar por leyes como la de la compensación (por el proceso de corrección que implica esa ley), etc. Eso hará que tome más tiempo la resolución del asunto que sea.
Nadie nos merecemos una gran cantidad de cosas que nos pasan desde que somos concebidos aquí, en un planeta que está en este estado.
Es decir, todas las cosas que nos pasan al principio en nuestras vidas en la Tierra, cuando éramos niños, no las hemos atraído nosotros «por ley de atracción», desde las causas que pudiera haber en nuestra alma.
Todo lo que me pasó, en la vida, doloroso, y que fuera injusto …
FUE INJUSTO.
No nos podemos engañar con eso.
Si nos permitimos sentir la pena a fondo, la pena asociada a eso, podremos liberar las emociones causales.
Pero sentir la pena NO ES «SENTIR QUE FUE INJUSTO» (eso es algo «cerebral»), sino que simplemente es sentir, es sentir la pena asociada, muy concreta, a cada cosa injusta (es volver a la humildad de un niño pequeño que simplemente siente).
El perdón es llegar a comprender profundamente que todo dolor dentro de mí, causado injustamente, tuvo realmente una causa injusta, y todo lo que necesito hacer es sentir la pena por ello.
Tan pronto como le tenga miedo a esa pena, o tan pronto como quiera sentir que es injusto (en vez de sentir simplemente la pena), entonces estaré enfadado, enfadada, y nunca sentiré esa emoción causal de pena, de pesar, de verdadera aflicción ─no podré procesar esa emoción─.
Para leer el texto entero sigue aquí.
La definición de pecado desde la perspectiva de Dios
Como vimos arriba, hay diferentes leyes para cada ámbito.
En el ámbito físico, por ejemplo, si no tenemos cuidado con «la gravedad» (una ley a la que nos acostumbramos de forma natural), podemos cometer un «error» (tropezar en un acantilado) y experimentaremos las consecuencias, que, lógicamente, no son castigos ─podríamos «morir» físicamente, por ejemplo─.
Esos «errores», en el ámbito del alma ─y en general en el ámbito espiritual─, tienen otro nombre («pecado»), y son simplemente nuestro desajuste o desarmonía con respecto a los principios que rigen las leyes, la verdad, acerca del alma y acerca de lo sexual ─y acerca de lo espiritual en general─.
Experimentamos también las consecuencias de esos errores «más internos», de esos pecados relacionados con este ámbito emocional, pero tendemos más a considerar esas consecuencias como si fueran castigos, ya que en general estamos peleados con la verdad respecto al ámbito de las leyes espirituales, emocionales y sexuales ─ver apartados anteriores─.
Al parecer, nuestra alma es maravillosa, grandiosa, mucho más compleja de lo que podamos imaginar o calcular, y, como almas, tenemos el enorme regalo de poder hacernos responsables de todo lo que causamos debido a los efectos de esas «armonías» o «desarmonías» que «ejercemos» en el marco de leyes amorosas que rigen el alma (que es una creación de Dios).
El pecado es causado por:
─ la existencia de voluntad o de deseo que están en desarmonía con el amor de Dios y con los principios de Dios (sin importar que llevemos a cabo dicha voluntad o dicho deseo, pues la mera existencia de esa condición de voluntad o deseo ya es pecado). O bien, el pecado es causado por,
─ la ausencia de voluntad o de deseo que estén en armonía con el amor y los principios de Dios.
Recordemos (ver la página A.3 para algunas notas sobre los principios del deseo y la voluntad) que nuestra voluntad es la condición actual de nuestra alma, y el deseo es nuestra aspiración o anhelo hacia el futuro.
Los efectos del pecado son lógicamente lo que yo creo, son mi creación, al encontrarme en el estado definido arriba.
(Ver más en los audios y vídeos en los materiales abajo.)
El mundo al revés: perdonamos cuando tenemos que arrepentirnos, y viceversa
[Texto leído en audio aquí. Lo siguiente es solo un fragmento, y está completo en el siguiente enlace: unplandivino.net/perdon-arrepentimiento/]
Muy a menudo practicamos, sin darnos cuenta, una especie de arrepentimiento (contrición) con respecto a personas a las que en realidad necesitamos «perdonar» (si queremos crecer).
Insistamos de nuevo en que en realidad todo esto es un asunto emocional, en el sentido de que nos pasamos la pelota de las grabaciones emocionales.
Pues, efectivamente, nadie tiene «la culpa», pero, al final, tampoco nadie se responsabiliza, pues hay muy poca gente humilde, en el sentido en que lo definimos aquí.
Para ver el caos que se forma debido a que nadie se responsabiliza, y ver cómo es que no sabemos responsabilizarnos (emocionalmente), podemos tratar el ejemplo ─quizá muy típico─ de las madres, que de alguna manera «son sagradas» (en este sentido erróneo):
Yo te parí, así es que autocúlpate todo lo que puedas…
…y ese tipo de cosas.
(como dijimos, este texto sigue en: unplandivino.net/perdon-arrepentimiento )
Ética y moralidad
─ Sobre ética y moral, Jesús dio un taller en 2012 muy instructivo. La página con los enlaces a todos los materiales (vídeos, pdf, etc.) es esta: unplandivino.net/etica-y-moralidad/
─ Ver también la parte de los grupos del 2019, organizada en esta página:
unplandivino.net/verdad-divina/yo/2016-grupos/
Las leyes de Dios en cuanto a cómo regulan el amor por uno mismo y el amor por los demás
En el apartado de materiales abajo voy a ir poniendo los enlaces a los audios sobre los encuentros ─muy básicos─ que hizo Miller en el 2009 sobre los temas de este apartado (a día de hoy hay pocos de ellos).
El regalo del libre albedrío
[Para más elaboraciones sobre el libre albedrío, ver la página A.3.]
Es muy importante que entendamos que el libre albedrío no es un derecho, es un regalo. Esto es probablemente lo primero y lo más importante a entender.
La ley del libre albedrío simplemente dice que podemos hacer lo que queramos, ya sea que esté en armonía con el amor y la verdad, o no lo esté.
Siempre que lo que hagamos esté en desarmonía con respecto a la verdad y al amor, entonces, alguna de las demás leyes de Dios funcionará automáticamente, dándonos así el regalo de poder darnos cuenta de «qué es lo que estamos haciendo» (si lo podemos decir así).
La razón de que todos en la humanidad causemos tantos problemas, es que todos creemos que el libre albedrío es un derecho.
El libre albedrío se aplica al alma, es dado al alma, no a la mente.
Mientras intente usar la mente para regular o controlar el libre albedrío, estoy demostrando en ese mismo momento que no entiendo el libre albedrío.
Ley de vinculación y comunicación con espíritus
─ Ver esta entrada dedicada al tema con los enlaces a los vídeos y el texto de este taller básico del 2009.
─ El taller sobre «mediumnidad y sanación, sesión 1», es lo siguiente en continuación a ese sobre la ley de vinculación: Ver esta otra entrada
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Materiales
Índice
– Enlace fundamental: la página de materiales sobre el Arrepentimiento y Perdón, y la compensación
– Leyes en general
– Ley de causa y efecto
– Ley de atracción
– Serie ordenada sobre fundamentos, principios y leyes
– Ética y moralidad
– Leyes de Dios en relación a cómo gobiernan el amor por uno mismo y por los demás
– Libre albedrío
– Pecado
– Fe
– Ley de vinculación y comunicación con espíritus
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Enlace fundamental: la página de materiales sobre el Arrepentimiento y el Perdón, y la ley de Compensación
─ Materiales sobre la ley de compensación, y las leyes del arrepentimiento y el perdón
Leyes en general
– Ejemplo de material del 2024 (diciembre, 2024):
«¿Por qué no nos aburriremos en la eternidad? Dios, alma y naturaleza. Una introducción»
unplandivino.net/no-nos-aburriremos/
– En la siguiente serie sobre la fe y la oración se habla de forma sencilla y mucho de las leyes, al principio: Desmitificando la fe. (Fe y oración, 1) La fe se basa en hechos, como la ciencia: parte 1 || parte 2 ||
– Las leyes de Dios definen lo que Ella siente sobre el amor: vídeo (breve)
– La comprensión de las leyes amorosas de Dios, hechos fundamentales a tener en cuenta: vídeo
– El cambio es imposible si tu voluntad y tu deseo están en armonía entre sí (en tu alma) : vídeo
– Los accidentes en la perspectiva de Dios: exposición de la condición álmica de los involucrados: vídeo
– Conversación: amar a Dios a través del conocimiento y del sentimiento de los principios de sus leyes: vídeo
Ley de causa y efecto
– El material principal, ya enlazado arriba, es este: entrada sobre la ley de causa y efecto (ahí están los enlaces al texto y a los vídeos subtitulados de un taller sobre el tema -2011-)
– Audio suplementario: ley de causa y efecto, adicciones.
Ley de atracción
– Entrada con todos los enlaces (vídeos, pdf, etc.) sobre el taller de la ley de atracción (2009): Ley de atracción
– «No fue necesario que pasara»: Contraste entre los caminos del amor natural y el del amor divino (vídeo con dibujos)
– Nota breve sobre la ley de la atracción (texto)
Ley del deseo
Ver enlaces y texto en español del taller del 2010 sobre esta verdad en torno al deseo, esta ley del deseo, en esta página: taller del deseo
Serie ordenada sobre fundamentos, principios y leyes (del 2016)
Página dedicada a estos encuentros (con el resto de materiales):
– Encuentros 2016: principios de las leyes de Dios
(Más abajo, en los otros apartados de estos materiales, hay cosas muy concretas e interesantes sobre por ejemplo la ley de la compensación, etc., dadas en el 2017, etc.)
– Hechos fundamentales: La comprensión de las leyes amorosas de Dios, hechos fundamentales: vídeo ||
…
Sigue en la página enlazada: Encuentros 2016: principios de las leyes de Dios
Ética y moralidad
Arriba en el apartado correspondiente enlacé la siguiente página, para ver todo lo relativo a este tema: Ética y moral
Leyes de Dios en relación a cómo gobiernan el amor por uno mismo y por los demás (solo muy poco de estos talleres tempranos de Miller):
– Las leyes de Dios en cuanto a cómo regulan el amor por uno mismo: parte 1 || parte 2 || parte 3 ||
Libre albedrío
– Ver página guía A.3 y sus materiales (está el taller completo sobre libre albedrío)
– Libre albedrío (ley divina) (youtube, breve)
Pecado
– No cultivar tus deseos más «bonitos»… es casi el mayor «pecado»: vídeo || 2ª parte
– Despertar es despertar a cómo tu voluntad y deseo están en desarmonía respecto al amor y la verdad: parte 1, parte 2,
– Texto con algunas cosas muy básicas sobre el tema tratado en los anteriores vídeos: El increíble sinsentido o «nube» en la que estábamos…
Fe
– Fe es «mover el trasero» (mover el c**o, decimos aquí) (youtube)
– Ver arriba en el apartado sobre las leyes en general, donde enlazo la serie «La fe y la oración», ya que al principio de ella se habla mucho de las leyes.
Ley de vinculación y comunicación con espíritus
Ver el último punto del texto principal, arriba, antes de este apartado de «materiales».