Lo que nos muestran muchas de las canalizaciones «nueva era» es nuestra herida emocional. El mensaje no es la información, sino la emoción por sanar

Al hilo de lo que estamos viendo en cuanto a la influencia de otros planos o dimensiones (por lo tanto, dentro de nuestro punto B.4), vemos este texto, que voy a titular aún más largamente (me gustan los títulos feos y largos 🙂 ):

Lo que nos muestran muchas canalizaciones "nueva era" es nuestra herida emocional. El mensaje no es la información, sino el hecho de que apuntan a los bloqueos o heridas emocionales (de la persona humana, y del colectivo). Estas heridas son aprovechadas por espíritus de hasta la 6ª dimensión que no están en el camino de la verdad divina

Antes de nada, ese camino de la verdad y el amor divinos, que aparece en el título… conlleva que todos como almas somos iguales.

Somos iguales a muchos de esos «espíritus» (los llamaremos así de forma clásica), esos espíritus avanzados, que llegaron a dimensiones más avanzadas en «lecciones de amor» (amor natural).

¿Qué hacen? Describamos primero lo que hacen los espíritus que llamaremos «listillos», «cariñosamente»:
– transmiten información y sensaciones a los humanos, por su cuenta,
– para ello, usan a los canales humanos en gran medida a través de sus heridas emocionales…
– a veces no se presentan por lo que realmente son,
– no tienen un verdadero interés por todo lo que existe «por encima» de ellos (a lo cual nosotros y nuestros guías personales sí están y estamos conectados).

Esas personalidades «listillas» están o estaban en el juego de hacerse dioses por su cuenta, cosa esta que pueden hacer hasta la dimensión 6.

Parece que tienen buenas intenciones… hablan de la realización de la persona, etc… Y así, «capturan» o intentan capturar, algo de libre albedrío humano, ya que no quieren una relación directa con el creador de sus almas.

Pero todos somos iguales como almas.

Así, los Seths y otros tienen -como ya vimos- palabras que, sacadas de su contexto y sacándolas de la compañía de algunas creencias falsas… son o parecen ser útiles.

Sin embargo, podríamos decir que embaucan para poder vender, dentro del paquete completo, algunas grandes mentiras que ellos consideran que es muy importante preservar.

Lo consideran así porque están en el camino de la autodependencia, y quieren preservar su identidad. Pero, por muy buenas intenciones que haya en este camino del amor natural más o menos polarizado en depender-de-uno-mismo…, no saben lo que hacen -al no tener el cuadro completo-.

El paquete entero es falso, y la intención está teñida de control, etc., aunque sea con muy diversos matices.

Estos «espíritus», por cierto, pueden en cualquier momento entregarse a la vía que sí es efectivamente eterna, el camino del amor divino.

Y no hay condena, por supuesto.

Pero sí que en algún momento necesitamos cierta claridad, que aquí empezamos a abordar.

Concretamente en un caso Miller nos dice lo que ha experimentado
al hablar con Ramtha:

Ramtha ya se habría pasado al camino de la verdad divina, hace unos años, después de canalizar -durante la primera parte de sus transmisiones- muchas cosas del camino de la autodependencia (sin la relación directa con Dios, autoendiosándose, digamos, al estilo de lo que conocemos de Seth -algunos de cuyos libros inéditos en español ahora me arrepiento de haber traducido 🙂 para la versión antigua de esta web, anterior a navidades del 2020-).

Así pues, siempre habrá que tener claro que, si pueden conectar con nosotros, es por resonancia con nuestras heridas profundas en cuanto a la vida.

Son heridas que sentimos, y se nos imprimen, a menudo muy profundamente en el mismo estado de feto.

Esas heridas nos ponen en resonancia de profunda amargura con respecto al creador de la vida y de nuestras almas, y esos matices de amargura tiñen el camino del amor con matices autodependientes (polarizado hacia esa autodependencia con más o menos dramatismo, en ese camino que de entrada es «sin Dios»).

Es decir, podemos pasarnos mucho tiempo hablando del amor y de la realización, etc., pero haciéndolo desde la máscara, protegiendo sentimientos profundos que necesitaríamos desbloquear para llegar a nuestro reconocimiento verdadero del alma, de nuestro corazón… y poder actuar con verdadera libertad.

Y podemos pasarnos haciendo eso «durante» varias dimensiones… sin ver el matiz de «control amargo subyacente».

El amor natural es eso mismo, natural, es decir, es un dato; pero el verdadero crecimiento es con Dios, creador de las almas, en igualdad… Y todos tenemos acceso, desde muy pequeños, a ese tesoro del amor divino verdaderamente liberador (y potenciador del amor natural, etc.)… ese tesoro del que decía Jesús que: «…todo lo demás se dará por añadidura».

De cierta manera, el acto de muchos espíritus «listillos» está muy en desarmonía con respecto al amor (ese acto de expandir, con buenas o malas intenciones, sus «verdades»).

¿Por qué lo está? Porque somos iguales como almas.

Como hemos visto, en nuestro camino (ver la página principal) lo central es la oración y la relación personal con Dios, con ese proceso tan dinámico, depurador (humildad, verdad, amor)… y sin olvidar que, además, para sentir y traspasar en concreto los miedos… la acción es a menudo algo esencial para poder sentirlos (y por lo tanto, para siquiera poder empezar a afrontarlos) -pero sin forzar, claro está-.

«Sin forzar»… porque la base es la oración, para tocar lo causal, con Dios y nuestros verdaderos guías.

Como hemos visto, hay mucha resistencia a sentir, y esa herida, esa resistencia, la aprovechan desde todas las dimensiones unos espíritus (de dimensiones hasta la 6) que no quieren relacionarse directamente con Dios.

Eso hace daño en el proceso del plan divino, pues no tratan a la gente como almas creadas por Dios, como iguales, ya que ellos mismos no se quieren ver así -ni nosotros, debido a nuestras heridas-.

Así pues, actúa la ley de la «atracción».

Pero ellos no te hablan de esas heridas profundas (o bien lo hacen, pero distorsionadamente, como en el curso de milagros (!), usando una visión metafísica muy dañina, sobre el universo y el ego).

Y cuidado, como vemos, esta no es una cuestión de teorías sobre lo que son o no son esas canalizaciones… no es una cuestión de estar de acuerdo o no. Esto es una propuesta sobre hechos… hechos que pasan, verdades de nuestra realidad completa.

Y esto tiene que ver con las heridas, los bloqueos… y las leyes que enmarcan la posibilidad de todo esto, las leyes amorosas creadas por Dios.

Y es una cuestión, pues, de entender lo que conlleva la relación con Dios.

Al no ser honestos con lo que sucede, esos espíritus son «obstáculos» que atraemos por una especie de amargura enmascarada que tenemos dentro, protegida.

Y todo ello está enmarcado en el proceso de que cada alma se reconozca como lo que es: igual en Dios.

Si practicamos de verdad la oración, conectamos con los verdaderos guías asignados por Dios para nosotros, particularmente, para hacernos felices de verdad, con todo lo humano asumido… ya que somos hijos directamente de Dios, como alma… y así, conectamos con el Creador de todas las leyes.

Como ya vimos en el apartado sobre fundamentos, es lógico que lo único que «necesitemos» sea la conexión directa a través del amor de Aquel que creó todos los planos y todas las leyes, y que sigue creando.

Recordemos que los planos que hay por encima de la dimensión 6 son esos de los cuales -como ya dije- algunos espíritus de dimensiones inferiores no quieren ni saber que existen. Esto es una de las formas de rechazar la relación con Dios, la que permite estar en esos planos.

Recordemos que esos planos son «estados del alma», y se pueden alcanzar estando en la Tierra. Jesús (Miller) nos cuenta que en su persona de hace 2000 años llegó al plano o dimensión 10 estando en la Tierra.

Entonces, volviendo a los espíritus «listillos»:

Su asunto es la autopreservación y autodependencia… y por lo tanto permitimos que se enlacen fuertemente a nuestras heridas más profundas… las que nos hacen tener una gran falta de humildad, es decir, tal como tratamos en el punto A.2: una gran falta de anhelo por sentir todo, y solo sentirlo, para que todo lo que tenemos en el alma en desarmonía pueda ser personalmente sanado en la relación con Dios.

Entonces, esos «listillos», cuando ejercen como tales, encubren su miedo a Dios con relatos, descripciones y técnicas que a veces son una aparente guía buena, e incluso total, global, que basta y sobra… pero en el fondo son captura (y a través de convivir con esos libros, etc., damos permiso e invocamos esa captura).

Esta captura lógicamente se engancha a nuestra amargura profunda con la existencia, que depende de nuestros bloqueos emocionales adquiridos desde el estado fetal por simple transmisión natural.

Nosotros compartimos con los «listillos» la adicción emocional, es decir, la evitación de sentir heridas profundas… y así, no nos desbloqueamos.

Vimos que esto es lo que pasa con todas las adicciones emocionales: que buscan alguien o algo para poder evitar sentir, y así, nos juntamos con personas de esta u otras dimensiones… o nos «juntamos» con cosas y sustancias… para evitar sentir y solo sentir, asumiendo totalmente la actitud práctica del proceso de oración y relación con Dios.

Todo lo que hacen los «espíritus listillos» consigue, en parte, que no oigamos a los verdaderos guías que cada uno tiene asignados por Dios… y consiguen que no limpiemos de verdad el canal hacia Dios, con todos los traumas.

Por eso de alguna manera es como si suplantaran a Dios.

Ya tenemos guías, coordinados celestialmente desde más allá de la 6… y tenemos el canal (es decir, somos «hijos de Dios», almas con potencial infinito cuando se relacionan directamente con Dios).

Lógicamente, en la conexión con el Creador de todas las leyes se nos da y se nos dará todo lo necesario para ser felices de verdad (que se dice pronto 🙂 ).

Es decir, que no hacen falta -en gran medida- ninguno de los caramelos metafísicos sobre «el tiempo», el ego… etc.

Y comprobamos que, con el paso del tiempo, habrá que ser quizá cada vez más cuidadosos con esto de lo falso y lo verdadero…

Así es que veremos más este tema.

Insistamos en la oración, que para empezar tiene este sentido de reconocer humildemente que no queremos sentir las heridas que nos cierran el canal con Dios… y que taponan la sutil acción de los guías verdaderos de cada uno… (guías «verdaderos», porque están en conexión reconocida con el Creador de todos los planos, y por ello sí sienten lo que es mejor para el todo… respetando plenamente el libre albedrío).

Desde las dimensiones más bajas, aunque sepan mucho, las cosas funcionan «desalmadamente», podríamos decir… en un sentido profundo.

Para empezar, eso sucede debido al tipo de conexión que establecen con el canal humano en cuestión… que ya empieza tramposamente, sin honestidad, como vimos en el caso de David Hawkins.

Vimos que a veces un espíritu se presenta y «cubre» a la persona a través de los agujeros o bloqueos emocionales, desde que la persona es un niño. Así, el cuerpo espiritual/energético de esta persona se queda en parte algo así como «inactivo».

Luego, tras la muerte (puesto que nadie muere) imaginad el lío que acontece al despertar en los siguientes planos… al despertar a la verdadera condición en la que está el alma de la persona que fue cubierta por un espíritu desde el inicio de su vida -o casi-.

Es un lío, porque la condición real de su alma no habrá sido procesada en la vida física, ya que otro ser estuvo recubriendo a la persona. Y, por supuesto, la persona no podía aplicar las enseñanzas que supuestamente lograrían la «iluminación».

Por cierto, el estado de iluminación, es decir, de unión con Dios y consecución de varios niveles de «lecciones de amor», en ese ascenso a estados álmicos superiores… ese estado… implica rejuvenecimiento, el no experimentar miedos, etc.

Y para terminar, y para mi gran sorpresa 🙂 lo que tengo que ir sintiendo es que me temo que, detrás del curso de milagros también hay uno o varios de estos «listillos» operando… pero a más mala leche todavia, muy en plan impostor, haciéndose pasar por quienes no son, aprovechando el terreno humano de este modo.

También hay que sentir si sucede lo mismo en los otros cursos que, aunque no lo parezca, no nos sacan del todo de la «intelectualización del error» (de nuestras desarmonías emocionales y de pensamiento), pese a que algunos inviten explícitamente a esa des-intelectualización del error.