Índice
─ La confusión crucial: Presentando la «segunda venida»
─ Nota básica sobre los malentendidos acerca de Dios y Jesús, la fe, la resurrección, desencarnados…
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La confusión crucial: Presentando la «segunda venida»
Jesús habló a través de Padgett hace más de 100 años, y en general hay muchos desencarnados que se creen Jesús ─o quieren hacernos creer que lo son─ y que dan materiales durante los últimos años.
¿»Quieren hacernos creer»? Sí, nos referimos a la actitud de que por «un buen fin» se puede mentir, falsear, retener o esconder alguna verdad ─aquí en la Tierra ya vivimos en esa creencia, aprendida desde pequeños en general: mentir, o no aclarar del todo una cuestión importante, está justificado «por un buen fin»─.
Algunos de estos materiales usan verdades o semi-verdades acerca del alma y de la «práctica espiritual», que puede que hayan sido escuchadas de parte de Jesús, o en los círculos de enseñanza que haya en el mundo espiritual y que tratan de la verdad divina.
La gente en el mundo espiritual puede ser más brillante que nosotros ─por ejemplo en la dimensión 2─, pero, como a nosotros, también a ellos aún les falta mucho para perfeccionarse en el amor y la verdad.
Y les falta más todavía para perfeccionarse con la ayuda del amor de Dios, pues este amor nos hace eternos, y, según lo que nos cuenta el mismo Jesús, desde la activación del regalo del amor de Dios (hace unos 2000 años) hay muchas más dimensiones que las 6 que han existido «desde siempre».
Desencarnados más brillantes que nosotros pueden seguir mintiendo debido a muchos motivos, y, si efectivamente son más brillantes, se dirán a sí mismos que tienen «buenas intenciones», y así entenderemos a menudo su acción.
Pero, cuidado: la acción de estos desencarnados más brillantes ─aunque ellos no tengan relación de amor con Dios─, tiene en general aspectos beneficiosos ─pues parece que son por ahora los «primeros» guías y guardianes que todos tenemos, habitualmente─.
Esos desencarnados de la dimensión 2 ─y en general en las dimensiones superiores hasta la 6─, están en una condición donde todavía pueden tratarnos condescendientemente, tal como en nuestra infancia lo hicieron en general la mayoría de nuestros padres y madres, adultos, etc. ─con displicencia condescendiente─.
El alma que está encarnada como Miller (Australia) está en un estado de «unión álmica» con su alma gemela, María Magdalena. Esa condición todos la podremos alcanzar si pedimos y recibimos amor de Dios, pero está muy arriba en las dimensiones del mundo espiritual.
Jesús y María, una vez fusionados, han podido elegir tener una segunda vida física ─ellos dos y otras seis parejas─.
Con esto están encarnando un ejemplo práctico de las «enseñanzas de la verdad divina». Están dando ejemplo sobre ello, que es la forma fundamental de enseñar.
Así pues, esa alma completa ha podido hacer esta «segunda venida» que estamos viviendo hoy*, y han absorbido de todos modos la misma condición álmica que todos absorbemos desde que somos concebidos en la Tierra (una condición de miedo, etc.). Esto hace que ellos tengan ahora que «recordarse» a sí mismos con el filtro del miedo y de las heridas emocionales en general.
El problema con las canalizaciones es que, aunque en algunos casos (más bien pocos o ninguno) algunos aspectos en ellas puedan proceder de verdades que alguna vez fueron expresadas por Jesús o bien vividas por él o María Magdalena ─pero que están contadas en esas canalizaciones de forma recortada e interesadamente recortada─, sin embargo, aunque eso sea así, nuestra actitud «Nueva Era» distorsiona mucho, y por ejemplo atraemos espíritus que se creen Jesús, y que a veces hemos permitido que anestesien nuestras heridas emocionales ─y así no podemos crecer─.
Estas atracciones son por nuestra arrogancia, que es muy patente en muchas partes de lo que llamamos «Nueva Era» ─aunque lo es en general en toda práctica humana, religiosa o no─.
Miller ─que es Jesús en su vida continua de unos dos mil años─ nos presenta de forma clara, simple y directa algunas verdades fundamentales, y nos da una una buena guía sobre el alma y la relación con Dios.
Sin embargo, otros cursos o libros son directamente para «controlar» a la humanidad y distorsionar la verdad divina. Lógicamente esta distorsión ocurre por miedo al poder igualitario implicado en el hecho de ser almas, es decir, la más grande creación de Dios: El alma.
Es seguramente un miedo a perder control sobre las creencias, o sobre el mundo económico, o el del poder, el de las tradiciones, etc. (en este grupo de libros o materiales está por ejemplo el libro de Urantia ─que conozco bastante bien, «desafortunadamente»─).
Entonces, el gesto de dar muchos de esos materiales en nombre de Jesús es deshonesto, aunque algunos de ellos simplemente tratan «a medias» sobre la historia de Jesús, o sobre algunas cosas dichas por Jesús, etc. Es deshonesto porque todas nuestras almas tienen una esencia personal, y no sucede eso de que «todos somos Jesús», ni cosas similares.
Nuestras almas ya son potencialmente perfectas justo en el momento de la concepción, aunque en seguida dejamos atrás esa posible condición de «perfección en amor natural» (esfera 6) debido al estado planetario, y debido a la condición del alma de los padres y otras personas en el entorno, pues ese estado y esa condición nos hacen absorber en el alma rápidamente emociones «en error” ─nos forman en seguida una base de condicionamiento para aprender desde y por el miedo─.
Debido a que esa perfección aún no está dañada justo tras la concepción, es al parecer por lo que los cuerpos-espíritu de los bebés brillan mucho (recordemos: nuestra alma da vida al cuerpo físico y al cuerpo-espíritu, y ambos son creados a la vez en el momento de la concepción).
Además de esa potencialidad natural de perfección ─la que tenemos todavía sin ser «manchada» cuando somos concebidos─, resulta que nuestras almas tienen el potencial de ser divinas, es decir, de tener un crecimiento infinito si recibimos amor divino, pidiéndolo y armonizándonos con la posibilidad de recibirlo.
Algunos de esos materiales y textos, por lo tanto, los han dado con más o menos guía inspirada desde «esferas superiores». Pero muchos de ellos no hablan —si os dais cuenta— del hecho o la verdad crucial de que los desencarnados influyen mucho sobre la Tierra.
Hay muchos más desencarnados que personas físicas ahora. Miles de millones de estos desencarnados están en condiciones muy bajas en amor, es decir, condiciones parecidas a nosotros, y quieren y pueden satisfacer sus adicciones gracias a que no queremos sentir nuestras emociones humildemente, como niños pequeños (miedo, terror, pena profunda, y todas las que dependen del error…, así como tampoco sentimos humildemente las emociones positivas que dependen de la verdad).
Y, tal como hemos empezado a comentar arriba (sobre la dimensión 2), aunque los desencarnados estén en dimensiones superiores a la 1 (de la 2 hasta la 6) no necesariamente conocen el amor divino, que no es el natural.
El amor llamado «natural» es el intrínseco a nuestra alma, un alma que nace, como dijimos, potencialmente ya «perfecta», mejor dicho: con un potencial de perfección de esfera 6.
Los desencarnados que están en la esfera 6 y anteriores no necesariamente conocen las implicaciones del amor divino ─o bien, si las conocen intelectualmente, las rechazan emocionalmente─.
Parece que también necesitamos entender que es evidente que, si esos materiales «Nueva Era» no hablan de todo lo dado a través de Padgett hace unos 100 años, eso es, cuanto menos, muy extraño, pues en los mensajes de Padgett hay informaciones muy directas y simples sobre temas cruciales para la humanidad (origen, alma, alma gemela, etc.)… pero todo eso luego se difumina en gran medida debido a:
─ mezclar verdades y mentiras (de esto da buena muestra por ejemplo El libro de Urantia, entre otros muchos),
─ y debido a la base conceptual «Nueva Era» que subyace a diversas prácticas y propuestas, que en realidad siguen lo tradicional y milenario, en el sentido de que no se quiere saber, o conocer, la diferencia entre amor divino y amor natural —o incluso se confunde aposta y no se quiere reconocer—.
Estas cosas que conducen a cierto engaño pueden estar directamente contenidas en las obras canalizadas que suplantan a Jesús y al mensaje simple de Jesús ─relativo al alma, a Dios, al alma gemela, etc.─.
O bien, la existencia de estas cosas que nos llevan a un cierto engaño se debe a nuestra general actitud “anestesiada Nueva Era”, New Age anestesiada… por así llamarla, con la que afrontamos el hecho de nuestro crecimiento espiritual, pero de forma distorsionada.
Miller/Jesús afirma que, de hecho, en los planos terrestres —o en planos no muy alejados de ellos— existen muchos espíritus que no creen para nada en la diferencia entre amor divino y amor natural. Muchos de ellos se creen “ya Dios”, o «iluminados», o un largo etc. de cosas.
Así, algunos realmente se rebelan conscientemente contra el hecho de que, por ahora, todos somos almas con un potencial infinito de desarrollo («angélico», divinizables).
A veces, esa actitud rebelde (que no querría que la humanidad sepa de la diferencia esencial entre amor natural y divino)… esa actitud… parece mostrarse en algunas canalizaciones que no informan de forma directa y práctica sobre cosas muy elementales acerca de Dios, del alma, de las almas gemelas, del sentir, de nuestra vida potencialmente inmortal, del cuerpo espiritual, del estado de sueño, etc.
Todos esos aspectos son en realidad y en principio cosas muy simples que se pueden contar muy rápidamente, como vemos en Miller/Jesús —ver páginas guía—.
Muchas de esas cosas las vemos contadas por Jesús via Padgett hace mucho tiempo, y son las que vemos explicadas y desplegadas ─insistamos─ de forma práctica e instructiva por Alan John Miller y Mary S. Luck, en la actualidad (Jesús y María Magdalena).
Por lo tanto, muchos de esos materiales en parte sirven para suplantar el simple mensaje de Jesús, y sirven en gran medida para el control espiritual, para cierto engaño de la humanidad, y para hacer que disminuya el efecto de la que sería la posterior encarnación del alma de Jesús en 1962 (nace en 1963 pero encarna en 1962).
Esta encarnación de Jesús y María Magdalena sería, por tanto, lo que a veces se llamaba «segunda venida».
(Aclaración: no existe la «reencarnación» tal como se entendía, diversamente, en la humanidad.)
Nota básica sobre los malentendidos acerca de Dios y Jesús, la fe, la resurrección, desencarnados…
Es cierto que Dios es un hecho que a fin de cuentas «se comprueba internamente» (es el alma, nuestro ánimo, el que en realidad rige a la hora de aceptar cualquier cosa como verdad, incluso las verdades «externas» ─»físicas»─, etc.).
La influencia de los desencarnados crea algo de equívoco en este aspecto de la posible «comprobación interna» de la existencia de Dios.
¿Desencarnados? En realidad siempre se ha sabido de la existencia de los simples desencarnados, y en nuestra actualidad se ha demostrado incluso técnicamente. Están en diversas dimensiones, y son lo que siempre se ha llamado «dioses», «aliens», etc.
Así pues, si Dios «se comprueba internamente», es a partir de aceptar esa «hipótesis», es así, como seguiremos y veremos «cómo se siente la certeza» ─es decir, ver cómo encaja o no encaja todo aquello que se vaya intuyendo y reconociendo en sucesivas comprobaciones─.
Hay explicación perfectamente racional sobre Dios, el alma y sobre el diseño en general, y encajan todas las piezas básicas; pero la explicación no es «materialista», claro.
La explicación básica la tenemos en estas enseñanzas del «Jesús real», que es alma gemela de María Magdalena; ambos están en esta segunda venida en la Tierra, y han llamado «verdad divina» a sus enseñanzas: divinetruth.com
Jesús no es Dios, sino que recibió mucho amor de Dios. Ese amor transforma el alma, y no todos lo deseamos con un deseo sincero ─si es que siquiera deseamos tener una relación personal con Dios─. Por eso no todos tenemos el amor de Dios como esa emoción nueva que realmente es para nosotros cuando por primera vez la recibimos en cuanto que «sustancia».
Y si es nueva será entre otras cosas porque Dios es un ser diferente, infinito ─y nosotros somos finitos─.
Jesús mismo nos cuenta que en la Tierra, y en el mundo espiritual que depende de esta Tierra, él fue el primero que recibió amor de Dios ─Dios tiene personalidad─.
Así pues, tampoco en las dimensiones superiores del mundo espiritual habían recibido todavía el amor de Dios antes de Jesús.
El regalo del amor de Dios se había retirado al principio de las encarnaciones de almas, en la Tierra, por el rechazo que se hizo de este amor ─para las dimensiones superiores más brillantes tampoco era algo accesible─.
Se confunde «la resurrección» con seguir vivo tras la muerte, pero todo el mundo sigue vivo tras la muerte, en el mundo espiritual (la vida espiritual parece corresponder en parte a aquello de «la antimateria», muy comentada en física ─y estructurada como vimos, en varias dimensiones─).
Los desencarnados en general, cuando tienen mucha evolución en amor, pueden fabricarse y proyectar cuerpos que incluso pueden materializar en la Tierra. Incluso ni siquiera les hace falta tener amor de Dios en su alma para hacer eso, para hacer proyecciones diversas.
Jesús pudo proyectar cuerpos de manera muy impactante ─por lo que nos cuenta, y por lo que ha quedado registrado─, debido a que había alcanzado mucho nivel en amor y verdad, y, además, con el añadido de la transformación del alma que conlleva ese amor de Dios, ese amor nuevo para el alma, de parte de quien es nuestro creador.
Durante esos años de recepción del amor de Dios, Jesús se transformó, «volvió a nacer», resucitó con o en el amor de Dios, recibiendo amor de Dios todo el rato, antes de que torturaran y colgaran su cuerpo.
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* En realidad lo esencial es sencillo de entender, aunque lo que vamos a decir ahora nos puede liar un poco, y puede dar pie a que justifiquéis falsedades, medias verdades, etc.:
Podéis ver algunos materiales relativos a las conversaciones con Stuart, etc., enlazados por ejemplo en la página sobre Miller y Mary. En esos materiales aparece un ejemplo de la capacidad de Jesús para proyectarle a Stuart ─mientras habla con él a través de María─ varios cuerpos (cuerpos-espíritu). Por supuesto, mientras vemos la canalización nosotros no podemos ver esos espíritus que Jesús «ordena» que sean mostrados a Stuart, para darle una comprobación de cierta cuestión.