[En el vídeo leo y comento un poco este texto]
Solo «colectivamente hablando» es que existen «varias morales», moralidades.
Es decir, la ideología (pensamiento afectado por la mentalidad de «colmena»), la ideología, en general, está dañada por la mentalidad «colmena».
Solo la mente dañada por esa mentalidad colmena puede creer que hay «varias morales».
Solo las heridas emocionales en nuestra alma son las que nos hacen creer en esa falsedad.
Como vemos explicado sencilla y claramente en Miller, sucede que el ámbito del alma (el ámbito «moral») está sujeto a leyes precisas, igual que los ámbitos «energético-espiritual» y físico-energético.
Para entrar de forma «ágil» en este tema, el razonamiento importante que podemos hacer sería algo así (contiene varias hipótesis para que cada cual con mentalidad abierta experimente a ver si se «verifican», como hacemos en la ciencia):
– El individuo sabe potencialmente la verdad absoluta. Un ejemplo: la gente que no está dañada mentalmente sabe (sin razonar) que si mata a alguien se dañará a sí misma, que dañará «su alma». Esto lo sabemos en el sentimiento, en el «corazón» (alma).
– Esa verdad no es relativa, es decir, es «un caso» de verdad absoluta. Pero esa verdad no dice: «no debes matar», sino que: «si matas, el alma se degrada». Y eso se siente, es información del tipo más profundo posible.
– Además, la verdad absoluta es infinita: se expande potencialmente infinitamente, pero sin invalidar verdades como la anterior de «si matas, degradas el alma – tuya y del otro -«,
– En el fondo, el alma rige, gobierna, sobre su entorno, colectiva e individualmente.
– Cuando creamos en desarmonía con la verdad, experimentamos efectos en el entorno, ya que a las almas se nos debe informar, indirectamente (al no querer usar nosotros la conciencia, el alma)… se nos debe informar (con el «comportamiento» de las leyes) de que «así nos degradamos» (que nos degradamos, colectiva e individualmente, con determinadas formas de creación – que es casi todo lo que hacemos en el «mundo humano»).
– Ejemplo de «crear en desarmonía»:
un «principio de la verdad», con respecto al cual los seres humanos actuamos continuamente a la contra, es el principio de ECONOMÍA (a nivel de la verdad «cósmica», si se quiere decir así, y no a nivel humano, sino absoluto).
Es decir, la naturaleza/Dios crea siempre en armonía con ese principio que impregna todas las leyes.
Es decir, nosotros creamos «inmoralmente» (en desarmonía con el amor y la verdad tal como los siente/ve Dios) cuando fabricamos cosas que sirven para una o muy pocas funciones.
Lo natural es crear de forma armónica, tal «como Dios crea».
Por ejemplo, un árbol sirve para innumerables cosas, además de producir sentimiento de belleza. La lista de funciones del árbol («función» y «economía» son principios muy parejos)… la lista de funciones del árbol dentro de la naturaleza es inmensa.