Obviedades y Hamer

Imaginemos que, si hasta la verdad en ciencia, o sea, el progreso en la ciencia ─como búsqueda de la verdad a nivel «sólo materialista»─ ya causa tanto conflicto… (como pasó recientemente con Ryke Geerd Hamer)… qué no pasará con verdades que nos afecten más «personalmente», digamos.

Hoy parece que el gobierno «político» de la gente en la Tierra parece estar más que nunca ligado a estas cuestiones de la masa de «borregos» que todos somos, todavía… y parece ligado por tanto a lo que hacemos o dejamos de hacer con nuestro libre albedrío… o sea, en nuestra relación con nosotros mismos, es decir, con nuestro propio libre albedrío, y a nivel profundo (emocional).

O sea, las cosas parece que giran en gran parte en torno a esta disyuntiva:
─ o bien nos vemos como «cuerpos» que delegamos la responsabilidad, el cuidado, por ejemplo en corporaciones globales cada vez más automatizadas y que tienden a industrializar los cuerpos (porque les dejamos),
─ o bien nos vemos como otra cosa que no sea «sólo cuerpos», o que no sea «de entrada cuerpos».

Entonces, una verdad fundamental tiene que ver con qué somos realmente, los humanos. Si resolvemos eso he comprobado que las demás piezas «caen».

Hace años que descubrí esto de Hamer, y ya comprendí el marco más simple donde encaja, que tiene que ver con este asunto de «qué somos».

Lo descubierto por Hamer en el fondo apuntaría a la importancia del «ánimo», obviamente… o sea, del «alma» (deseos, emoción, etc.).

Y podríamos decir que eso «siempre se ha sabido», en realidad, pero que traicionamos estas cosas poniéndonos a «pensar», antes que a «sentir».

Diciéndolo rápidamente: este gesto de «resistirse a sentir» sería profundamente irracional, pues nuestras vidas no comienzan así, es decir, de pequeños no hacemos ese gesto interno, sino que aprendemos cosas que son quizá las más difíciles (caminar, lengua materna) simplemente porque el entorno nos permite sentir sin ponernos problemas a la hora de aprender esas cosas, y eso «nos desbloquea» de forma natural (y nosotros mismos nos permitimos sentir, por supuesto, de pequeños).

Se resuelve bastante bien el tema causa/efecto, el de la verdad, etc., una vez que nos plantamos un poco en estas obviedades sobre el «ánimo». Hay formas muy simples y profundas de hablar sobre esto.

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