En este audio…
Enlaces al audio: en ivoox / descarga
… vemos el caso de Marcos Rodríguez, un señor español que de pequeñito fue criado parcialmente por lobos en la España de mediados del siglo XX, en una zona muy «rural», claro.
Lógicamente esto nos da para mucho sentir sobre la fachada o máscara de «la civilización», que esconde la brutalidad en «campos de concentración» para animales y niños, etc. (esconde eso a la manera «nazi» que todos somos… escondiendo el bruto que todos llevamos dentro, por tanto).
Comentamos también algunas cosas sobre las «diferentes caras» del concepto de «cinismo», etc.
A continuación, los enlaces de los vídeos de los que hablo en el audio:
(Botón para escuchar el audio desde aquí:) Enlace para oír y descargar el audio en ivoox.com ¿Qué es realmente la basura?
Antes de responder tenemos que definir las cosas inertes (piedras, tierra, átomos, etc.) de una forma que no sea «mecánica».
Esta definición va a ser un mero esbozo o «apunte», indicación… pero sirve para hacer una especie de gesto cómico de «salida del aislamiento»… de ese «aislamiento» que conlleva nuestro ego (ya que nuestro ego es una especie de oda al caos y a la separación, y con él en gran medida nos hacemos la vida más difícil).
Y además, esta definición lo que va a conseguir ante todo, es que nos planteemos más y más preguntas… antes que responder a ninguna.
Entonces, la pregunta sería más bien esta: ¿qué es la basura, entendida con un poco más de realidad?
Y aquí, cuando digo «realidad», me refiero a tener en cuenta la génesis constante de las cosas, del universo: el proceso aparentemente banal por el que todo el rato estamos sintiendo/viendo/siendo este universo en lo físico.
Es decir –aclaremos ya– este texto no va simplemente de «ecologismo».
Como veremos a continuación, el tema trata de una observación neutra, de una descripción de una especie de hecho objetivo que tiene su lado cómico en el universo (aunque la experiencia que conlleva será quizá casi siempre tragicómica).
(Y esto, por cierto, nos lleva a sospechar que toda objetividad es cómica y siempre ha sido algo esencialmente cómico.)
Así es que sigamos: respecto a «la basura» hay algo independiente del ecologismo –tal como quizá normalmente lo entendemos–, y que puede ser interesante tener en cuenta.
Como hemos visto en textos anteriores (siempre al hilo de nuestros queridos seres ascendidos, Jeshua, Seth…), y aunque solamente sea para jugar… hemos de contemplar esta hipótesis fundamental: Que en todo lo que sentimos o vemos hay una cierta satisfacción; que todo está de alguna manera movido por una tendencia o ser que se satisface.
Es decir, que EN «ser un átomo» habría una satisfacción… (entendamos como entendamos esta «particularización» de una entidad cuando decimos «un átomo»). O bien, dicho de otra manera ligeramente diferente: TRAS el hecho de que un átomo exista… habría una satisfacción, un cumplimiento.
Y esa satisfacción, que podríamos quizá considerar como un cierto «brillo interno» que es de entrada invisible… sería algo inherente, fundamental. Esta satisfacción, este estar satisfecho por ser lo que se es, sería la búsqueda o el intento inevitable de «realzar» ese ser… y gracias a asociaciones con otros átomos, etc.
Es decir, no podría haber una verdadera satisfacción en el inmovilismo.
Por tanto, además, ese brillo no sería algo anecdótico para el ser de un átomo, sino un ingrediente fundamental, algo «constituyente».
Por lo tanto, esa satisfacción la podemos relacionar con una cierta tendencia «natural» a efectuar o a representar dos cosas a la vez:
– ser en continuidad (preservarse),
– y a la vez cierta «superación».
Por lo tanto, lógicamente todas estas cosas no serían solamente humanas (la búsqueda de la preservación y de la superación).
O sea, cuando percibimos un objeto «estáticamente», en nuestra percepción normal… nos estamos viendo –por así decirlo– muy tentados a pensar que ahí detrás no hay ningún tipo de «brillo» o de búsqueda de satisfacción.
Y sin embargo la hipótesis que consideramos es que esta satisfacción es algo esencialpara que siquiera podamos percibir algo… lo que sea que de alguna manera percibamos.
Entonces, pongamos que consideramos átomos que están siendo plantas (y plantas de las que luego nos comemos, como por ejemplo una manzana).
Pero… ¡un momento!
Antes tenemos que repasar lo que vimos sobre la experiencia y la memoria: Toda entidad está visitando o suscitando de alguna manera una memoria de lo que supone ser esa entidad… es decir, el tipo de ser que esté siendo esa entidad. Continuar leyendo «"Basurear": ¿Qué hacemos cuando "basureamos"? Los estratos de la experiencia, la memoria cósmica en el caos humano… y el reciclaje»
[Botón para escuchar la lectura de este texto desde aquí: Ir a descargar ]
Otro de los rasgos más tragicómicos de nuestra sociedad quizá sea el de que no tenemos una educación profunda y divertida para los «futuros padres» en torno a lo que conllevan los niños.
Y el ambiente que absorben los niños de pequeños es muy importante (literalmente lo absorben).
Esto es tragicómico porque es como una inmensa muestra de masoquismo generalizado, relacionado quizá con esa extraña frase hecha que dice que «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra».
Es tragicómico tener un «carnet» o permiso de conducir automóviles, y no tenerlo para los hijos.
Y es que estamos viviendo una gran mentira, porque nosotros no somos animales, es decir, nuestro entorno no es directamente «natural» o «biológico», sino cultural. Es decir, no salimos de nuestra guarida y nos comemos lo primero que nos encontramos por ahí, como hacen básicamente los animales.
Nosotros interaccionamos primero con un entorno de ideas materializadas e instituciones, y de gran parte de la humanidad casi literalmente se podría decir que «come dinero».
Igualmente, por eso mismo, si queremos que las cosas funcionen con alegría, armonía, abundancia… no debemos dejar que los padres tengan hijos como los tienen los animales, es decir, «espontáneamente».
Si queremos vivir en paz no nos podemos engañar: lo humano no es «espontáneo» en ese sentido.
Para nuestro estado humano lo «natural» sería que hubiera mucha comunicación en torno a la crianza, es decir, que los padres tengan una educación profunda, divertida, amable… sobre lo que significa la crianza, el amor, etc., pues, como hemos dicho, está demostrado incluso «científicamente» que los primeros años de los niños son fundamentales*.
Es decir, no hablamos de aplicar prohibiciones o restricciones, como las que creo que hay explícitamente en China en cuanto al número máximo de hijos… sino que hablamos de «saberes», de sabiduría… es decir, de comunicación amable sobre la realidad de los sentimientos y de las necesidades de los niños y de las personas cercanas a los niños en general. Continuar leyendo «La necesidad de instituir un "permiso" para ser padre/madre»