Leemos* en este vídeo (audiovídeo) el prólogo escrito por Rancière al libro de Jacotot (un profesor muy gracioso y «liberador», del siglo XIX).
Es un libro de 1820, más o menos, sobre su «método» de «educación» (digamos que un «no-método», de Jacotot).
Esta conversación en formato audio:
https://go.ivoox.com/rf/82137302
Lo hemos comentado un poco, no mucho, y como siempre teniendo en cuenta cosas de la verdad divina.
Este profesor, tras enseñar durante muchos años de forma normal en varias instituciones, y por cosas de la vida… tuvo que enseñar francés a unos holandeses, pero sin saber holandés, y en su clase se centraron en un libro en edición bilingüe, y también se centraron en las mismas capacidades que usamos cuando somos niños para aprender sin necesidad de que exista la creencia en nuestra impotencia —que suele propagarse en las clases en el colegio, esa creencia, como base del «orden atontador explicador»—.
Son las «capacidades» de memoria, repetición, «juego», atención, comparación, etc.
Y sobre todo se centraron en la igualdad de las inteligencias, en no enseñar la impotencia (que es lo que hemos aprendido desde pequeños, en gran medida).
El libro de Jacotot con el prólogo de Rancière se llama «Lengua materna», y se pueden encontrar fragmentos en internet.
Las frases bajo el título del libro, introductorias, son estas:
«Creo que Dios ha creado el alma humana capaz de instruirse sola y sin maestro.
Hace falta aprender algo y relacionar todo el resto con eso, según este principio: Todos los hombres tienen una inteligencia igual.
Aquel que no se cree capaz de enseñar lo que no sabe a su hijo aún no me ha comprendido».
Quizá sigamos por aquí haciendo algún experimento (usando el idioma inglés) para resonar con el niño/a libre que fuimos y que aprendía sin explicaciones eso tan difícil que es la lengua.
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Un título alternativo de este audio:
«Del orden «explicador atontador»… a la emancipación de la igualdad de las almas: Jacotot»
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En la llamada hemos estado Ana C. y yo.