A través de las nieblas | Capítulo 21: Hogar

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

____

Introducción

Este texto es introducido en la siguiente página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados. El audio de este capítulo está allí enlazado. Y, como en otros audios, hice un comentario al final del audio, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.

Este es el último capítulo de este primer libro de la trilogía de R. J. Lees (A través de las nieblas). Haré la recopilación en un único texto, retocando y revisando la traducción que hice con deepl, google, etc. ─es la «primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

____

Notas al capítulo

(Abajo van notas que refieren en parte a lo tratado en la conversación sobre el capítulo de María Magdalena y Jesús (2014):
20140610 Through The Mists – With Mary & Jesus – Chapter 21 S1
https://www.youtube.com/watch?v=EWhiM5ixvHE
20140624 Through The Mists – With Mary & Jesus – Chapter 21 S2
https://www.youtube.com/watch?v=aVPq_vxUdzk)

─ Los temas y las actitudes que vemos en este último capítulo del libro contrastan mucho con las resistencias a la educación y al aprendizaje en nuestra vida en la Tierra (por miedo a cometer errores, etc.). (Educación y aprendizaje sobre el principio básico del amor, pero también sobre cosas en general.)
─ La vida en la Tierra también tiene muchas cosas, muchas verdades que aprender. Aunque nos solemos perder en las preocupaciones con las condiciones «materiales» de nuestras vidas, en base a los errores de miedo, etc., en el alma.
─ Nuestra condición (álmica) atrae cosas y nos limita.

─ La salvación no consiste en saltos o transiciones repentinas. La apariencia de «iluminación», y demás, suele estar relacionada con cubrimientos de espíritus, es decir, de desencarnados, que cubren a personas, y a veces desde que somos pequeñas.
─ Forma parte natural de nuestra alma disfrutar del aprendizaje desde la infancia. Pero nuestras resistencias en torno a las heridas emocionales provocan un cambio en esa actitud.
─ Conforme crecemos como almas, nos vamos interesando en más y más cosas, a nivel de la experiencia profunda, no de un mero aprendizaje superficial «intelectual».
─ En la Tierra, nuestras preguntas e indagaciones están motivadas por cosas muy variadas, no necesariamente «puras»: queremos afirmar cosas (y no preguntar realmente), queremos discutir sobre las respuestas… (y así, vivimos más o menos en nuestras heridas).

─ Ahora, Fred, al final de este libro y en el resto de la trilogía, al parecer nos va a mostrar otra cara: va a tener más en cuenta las cosas sobre su vida y su progreso (hasta ahora hemos asistido a muchas cosas que no le concernían directamente).

─ Hay un registro de todo lo que hacemos en la Tierra, y sucede que, incluso cuando todavía tenemos el cuerpo físico, ya estamos creando el sitio donde vamos a vivir en el mundo espiritual. Ese hogar espiritual también va a reflejar nuestro comportamiento y deseos desamorosos, no sólo los amorosos.
─ En el mundo espiritual la «casa» que nos dice que de cierto modo construimos, no es como las casas de muchas personas, donde sólo se decoran con las cosas relacionadas con eventos agradables: «la foto de cuando nos casamos», etc. En esas casas del mundo espiritual tenemos recuerdos de todo: bueno y malo. Imaginemos: la situación sería como si en una casa de la Tierra pusiéramos en las paredes fotos sobre cuando tuvimos aquel accidente de coche, o cuando la pareja nos engañó… etc.
─ Vemos pues cómo esa tendencia en las casas de la Tierra está mostrando la fachada: muestra cómo nos queremos sentir sobre nosotros, en ese autoengaño de la fachada; muestra la historia que me quiero contar sobre mí mismo. No queremos sentir los errores, y así los mantenemos dentro del alma, para vivir en ellos.
─ Creamos y sostenemos la fachada para sostener nuestras creencias acerca de nosotros mismos. Pero nuestro estado físico, anímico, financiero, etc., va a mostrar sí o sí nuestra verdadera condición álmica (aunque en las paredes de la casa sólo pongamos «cosas positivas»).

─ Cuando alguien muere, y decide no atravesar las nieblas, quedándose ligado a la Tierra, seguirá todavía en el proceso de acrecentar el daño en su alma. El proceso, la posición de esa persona en el mundo espiritual, se va a volver peor, al involucrarse más en las adicciones, etc., con las que sigue dañando a otros y a sí misma.
─ Cuando morimos no se da un «juicio final»; tampoco va a haber ningún «juicio final» en general, ya que seguimos eternamente en desarrollo, en este camino con Dios. Al morir, como hemos visto muchas veces, todos seguimos teniendo libre albedrío para seguir o no seguir evitando nuestras emociones heridas ─para cultivar o no la fe, un deseo efectivo y puro─.

─ Todos estamos recogiendo lo que hemos sembrado, pero, como vimos en varias ocasiones en el libro y en general en las canalizaciones de Jesús y María M., nuestra vivencia de la compensación se vuelve más intensa o aguda al morir, en términos de lo limitados que podemos vernos en el mundo espiritual debido a nuestras elecciones, acciones, dudas o inacción en la Tierra.
─ Tras morir, en el mundo espiritual, somos forzados a tener sensibilidad sobre lo que hemos sembrado en nuestras vidas.
─ Mucha gente que pasa al estado de espíritu se da cuenta de la importancia de no seguir usando su voluntad en la misma dirección que antes, pero también tienen miedo a hacer cualquier elección positiva, a dar cualquier paso en positivo ─y no lo hacen, por miedo─. Así, a menudo van volviendo su situación aún más dolorosa.
─ Por ejemplo, las enfermedades se deben a nosotros, a lo que hemos elegido reprimir esas emociones a las que nos resistimos, pero en el mundo espiritual no nos es tan fácil escaparnos de esta verdad. También nos damos cuenta de que en la Tierra, nuestra enfermedad fue nuestra responsabilidad, por mucho que quisiéramos culpar de ello a la naturaleza, a otras personas, etc.

─ Sobre la cita* que trata sobre el tema «lo que hacéis a otro, a mí me lo hacéis»: Jesús afirma que efectivamente es algo que dijo en el primer siglo.
─ Y es que sucedía que muy a menudo le venía una persona ─llamémosla «Fulano»─ a decirle «me gustaría hacer esto por ti», pero ante el ofrecimiento, Jesús le preguntaba ─señalando a otra persona (digamos, Mengana)─: «¿harías eso mismo por Mengana?», y Fulano miraba a Mengana, y no se veía dispuesto a hacer eso mismo por ella (por ejemplo, podría ser simplemente por el hecho de Mengana ser mujer, ya que al parecer, en la cultura en que vivió Jesús y en otras muchas, las mujeres eran consideradas todavía peor de lo que hoy son consideradas en general ─y todavía hoy hay mucha variedad cultural donde se permite una extremada denigración de la mujer casi continuamente─).
─ Si Fulano no estaba dispuesto a hacer esa buena obra también por Mengana, entonces ¡no es real! O sea, Fulano no está realmente dispuesto a hacerlo por Jesús. Si no lo quiere hacer por Mengana: ¿Por qué Fulano está dispuesto a hacerlo por Jesús? Tiene que haber motivos realmente malos detrás de ese deseo de hacer un bien a Jesús pero no estar dispuesto a hacerlo por Mengana. Y si Fulano realmente se prestara a hacer por Mengana eso que realmente es bueno (sin motivaciones impuras), ya se lo estaría haciendo también a Jesús (*Mt 25:40).
─ Si alguien, Fulano, está dispuesto a tratar a alguien mal, pero luego va y trata bien por ejemplo a Jesús, entonces, la condición álmica de «ser capaz de tratar a alguien mal», ya está en el alma de Fulano. En esa condición, si luego él va y trata bien a Jesús, muy a menudo será porque querrá algo adictivamente (él ya tiene esa condición álmica relativa a cierto egoísmo, demandas, exigencias…, y esa condición no se disuelve simplemente porque Fulano interactúe con Jesús).

─ Al final, Fred tiene necesidad de vivir un momento a solas, relacionado con el hecho de que su madre había muerto en el nacimiento de Fred. Todos en realidad tenemos que pasar momentos así, a solas, tratando con cosas que en el fondo sólo nosotros hemos vivido.

Puntos para la reflexión (dados por Jesús y María M.):

El universo de Dios está diseñado para generar aprendizaje
Fred advierte esto en relación con el mundo espiritual.
Cuando somos niños en la Tierra, a menudo somos conscientes de ello, pero perdemos este sentido cuando somos adultos.
Considera cómo puedes volverte más consciente de las lecciones que se desprenden del diseño del universo natural que te rodea.
Considera cómo puedes volverte más consciente de las lecciones que se desprenden de los acontecimientos y las personas que atraes.
Si te encantara aprender, ¿cómo sería tu vida diaria?

El amor pone límites
¿Puedes ver esta ley en acción en ti, durante tu vida en la Tierra?
¿Cuánto te resientes ante lo que atraes, sin detenerte a considerar a qué lección de amor puede que te estés resistiendo, lo cual impide una mejora en tu vida?

El verdadero servicio está motivado por el amor
Recuerda una ocasión en la que sintieras que alguien te había servido o te había dado un regalo motivado puramente por el amor. ¿Cómo se sentía eso?
Considera qué te motiva a hacer cosas o a dar cosas a los demás. ¿Qué errores y adicciones aún te impulsan?

La verdadera naturaleza del alma
Ten en cuenta la cita “La actividad es la herencia natural del alma, la excelencia su lema y la santidad su meta…”.
¿Cómo contrasta esta visión con lo que sientes y con cómo vives tu vida?
¿En qué medida estás evitando la acción o posponiendo algo en tu vida?

Versión en español
CAPÍTULO XXI
HOGAR

Cada detalle de esta vida es educativo. Cuando uno tiene la oportunidad de retirarse para meditar sobre el conocimiento que ha adquirido, se siente abrumado por la masa de información que aquí se despliega naturalmente a partir de un solo episodio, como también por la unanimidad del testimonio para hacer cumplir la gran ley por la que se rige esta vida, aunque los agentes que contribuyen parezcan no tener conexión posible entre sí. Continuar leyendo «A través de las nieblas | Capítulo 21: Hogar»