Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español
─ Versión en inglés
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Introducción
Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/
Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).
Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados los audios. Y, como en otros audios, hice un comentario al final de este, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.
Reuniré todos los textos de este segundo libro de la trilogía de R. J. Lees (La vida elísea) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl, google, wordreference…) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.
Notas al capítulo
─ Ver el audio correspondiente.
─ Acaba en este capítulo la larga conversación con Rhamya, donde se trataba de corregir cosas fundamentales que todavía hoy en el siglo XXI se siguen diciendo (como cuando se interpreta literalmente que Jesús «era Dios», etc.).
─ Cuando el texto abajo habla de «supuesta caída», ¿por qué parece dar pie a pensar que no habría habido «una caída»? Puede haber muchas interpretaciones de lo que significa «caída» en este sentido espiritual. Podríamos decir simplemente que, la primera pareja, por haber rechazado el amor de Dios (Amán y Amón, o sea Adán y Eva [ver mensajes de Padgett]), eso no quería decir que la humanidad (que esas dos primeras almas) «cayeran» desde un estado «elevado», pues simplemente tenían el estado natural, puro, como almas creadas sin defectos (sin emociones como el miedo, la vergüenza… ─es decir, no armónicas con el amor─).
─ Ese es un estado dado sin más por Dios, «de fábrica», digamos: Un estado dado como almas puras que vivían en un estado de potencial o de realidad de un «amor natural perfecto», y en una Tierra preparada, paradisíaca.
─ Entonces, ¿en qué sentido sería lícito no hablar de «caída»? Podríamos simplemente decir, por ejemplo, que no hay ninguna «caída» posible, ya que la humanidad en esos inicios no estaba «arriba» de nada, es decir, no estaban «subidos» a nada que fuera real, ya que lo único que nos hace eternos (reales de verdad) es recibir amor de Dios, y en aquel entonces no se había recibido ese amor y se rechazó (se rechazó ese amor, es decir, la relación personal con Dios). Pese a no estar «arriba de nada», sin embargo, como humanidad, sí «caímos», ya que la condición de alma se fue degenerando más y más, y en el mundo espiritual esto se traduce en la creación de dimensiones por debajo de la sexta, que fue la primera «parte» del mundo espiritual existente ya o creada por defecto, al encarnar la primera pareja en esa condición pura (se crearon, después, en «la caída», varias dimensiones por debajo de ese estado, es decir, con más miedo y vergüenza, hasta llegar a la primera dimensión, que es donde estamos la mayoría por ahora ─la mayoría de personas con cuerpo físico, pero también hay muchos desencarnados de todos modos en esa primera dimensión todavía, así como muchísimos, al parecer, solamente en la dimensión 2─).
Versión en español
Capítulo 22
El trabajo y la enseñanza del Cristo
Rhamya hizo una pausa, no con el orgullo de quien es consciente de la fuerza de su posición, sino más bien en atenta consideración hacia mí, a quien ha conducido por un camino hasta entonces insospechado hacia la fortificada ciudadela de una verdad largamente buscada. Mis pies estaban en medio de los enredos de la cizaña que ahogaba e intentaba destruir el verdadero grano, y él se resistía a apresurar mi progreso, pero me dejó contemplar la red del engaño, y contrastarla con la carretera claramente definida que él señalaba a medida que avanzábamos. Continuar leyendo «La vida elísea | Capítulo 22: El trabajo y la enseñanza del Cristo»