A través de las nieblas | Capítulo 6: Una coral magnética

Índice
─ Introducción
─ Notas sobre el capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

____

Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en la página).

Para los audios (esta vez, para este capítulo tan largo, hice un audio sólo con comentarios para hablar de la sección de notas, y de otras notas puestas en el texto, etc.):

En esa misma página estarán enlazados y ordenados los audios. El audio de este capítulo ya está allí enlazado.

Reuniré todos los textos de este primer libro de R. J. Lees (A través de las nieblas) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepL, google, etc.) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

Notas sobre el capítulo 

(Notas sacadas de estas conversaciones sobre el libro ─que tienen Jesús y María Magdalena en grupo─:
20120519 Through The Mists – With Mary – Chapter 6 S1
─ Minutos a partir de 1:10:00 más o menos:
https://www.youtube.com/watch?v=Dk86autjUTU;
20120531 Through the Mists – With Mary – Chapter 6 S3
https://www.youtube.com/watch?v=DFW99-vIhnA)

Las personas que son sanadas, no son del tipo mayoritario en nosotros, sino personas que o bien se vieron muy restringidas desde pequeñas (prisioneras), o bien eran discapacitadas desde pequeñas, o bien no se conformarban con los errores de la sociedad y fueron restringidas y maltratadas en sus vidas por ello, etc.

Son personas que además acaban de llegar al mundo espiritual, que «están dormidas», o sea, que son mantenidas inconscientes incluso en el cuerpo espíritu, y pasan a esta coral magnética.

En cuanto personas que querían ejercer bien su libertad, pero se vieron restringidas, son personas algo similares a Fred, aunque claramente en otro nivel, pues Fred no había pasado por mucho maltrato físico continuado, etc.

Debido a las restricciones puestas en esas personas, incluso el cuerpo-espíritu de esas almas «no conformistas» había sido distorsionado.

El aspecto del cuerpo físico de estas personas, en la Tierra, no sería muy diferente a alguno de nosotros (no necesariamente deberían de parecernos personas con discapacidades).

Tienen como «implantes», apliques, que distorsionan el cuerpo espíritu ─el nivel de nuestro cuerpo espíritu─ y que tienen su correspondencia en el cuerpo físico, aunque quizá no se perciban tan dramáticamente.

También dan la información (Jesús y María M. en ese lugar enlazado) de que en la coral magnética solo se tratan los efectos de las emociones erradas en el alma de los «pacientes». Es posible quitar esos efectos (y más fácil si se hace con ayuda de Dios), pero no se quita la causa, insistamos. También comentan que eliminar los efectos suele hacer más fácil lidiar con la causa (pero, por cierto, también nuevamente Jesús se ve ante la disyuntiva o la pregunta o la petición incluso de que él haga eso (él o María M.): curar los efectos. Pero Jesús dice que no lo haría hasta que no esté en condición de unidad con Dios, que es cuando lo hizo en la primera vida. Literalmente da el dato de que, en los 6 años previos a obtener tal condición en la primera vida, estuvo enseñando la verdad divina, pero todavía no estaba en estado de unidad de amor con Dios (at-one-ment); él no «hizo» milagros en ese tiempo. Es decir, sólo en los últimos 3 años, más o menos, de su primera vida en la Tierra, es cuando se vio deseando eso, es decir, se vio «llamado», y habilitado perfectamente por Dios ─en un estado perfectamente puro de amor─, para realizar lo que se llama «milagros». Los milagros, como «sabemos», no son más que el efecto de una característica superior del comportamiento de las leyes de Dios cuando el amor divino está plena y perfectamente involucrado en una interacción).

Jesús comenta que el espíritu que dirige o canaliza esta sanación de estas personas discapacitadas ─el desencarnado Siamedes─ estaría en unidad con Dios (dimensión 8).

Otro aspecto fundamental es el de la compensación: en el mundo espiritual se restringe inmediatamente nuestro estado (nuestro entorno y la capacidad relativa a interactuar con él) si cometemos algo en desarmonía con el amor. El tema de la comparación entre la Tierra y el mundo espiritual surge entonces, pues en la Tierra, y como nuestros padres ya han provocado muchas «manchas» en nuestras almas (que nadie se merece: miedos, vergüenza, etc., que son emociones de los padres y madres), entonces, de pequeños, cometeríamos torpezas desamorosas, desde muy pequeños, tal como todos hacemos; pero, si nos ocurriera como ocurre en el mundo espiritual, entonces la ley de compensación haría inmediatamente una restricción en nosotros, y no podríamos seguir probando, errando, desarrollando la voluntad, ejercitando el libre albedrío para ver las consecuencias que tiene nuestra actitud, es decir, «desde dónde», desde qué emoción ejercitamos tal libre albedrío, etc.

Imaginemos entonces lo que eso supone para los niños que mueren pronto por cualquier motivo: abortos, abortos «naturales», enfermedades y discapacidad «heredada», hambre, etc.

Otro asunto importante es distinguir la justicia de la misericordia. Por ejemplo: no es misericordia lo que vemos en la curación de estas personas desfavorecidas, sino justicia, como se aclara bien en el texto.

Por otra parte, sobre la frase donde utiliza la palabra «Cristo» he hecho una nota entre corchetes, larga, en el propio texto. En un momento dado Mary comenta que esa frase podría ser debida a una especie de «añadido» del canal, de Robert (en Chapter 6 S3, en torno a 1:00:00).

Versión en español

CAPÍTULO VI
UNA CORAL MAGNÉTICA

Mientras caminábamos, me llamó la atención el tañido de unas campanas a lo lejos, y al mismo tiempo se apoderó de mí una irresistible fascinación que fue aumentando poco a poco hasta que, al final, sentí que una influencia invisible pero tangible me impulsaba a aceptar la invitación que esas lenguas rítmicas lanzaban a lo lejos. No podía decir cuál era esa influencia ni cómo había logrado tal dominio sobre mí, e incluso ahora, con mi experiencia más amplia de esta vida, soy incapaz de explicarlo. La sensación que me produjo fue nueva, fascinante e indescriptible. Su efecto parecía impregnar todo mi ser y ejercerse tanto desde dentro como desde fuera. Tampoco se debía enteramente a mi reciente llegada, pues percibí que tenía el mismo efecto sobre mi guía que sobre mí. Mediante algún proceso explicable, traduje la voz de aquellas campanas en una petición de ayuda y asistencia que sólo yo tenía el poder de prestar, y aunque no tenía ninguna inclinación a apresurarme a obedecer a la llamada, estaba seguro de que no sería correcto demorarme. Pero ¿por qué debería ser yo?, me preguntaba una y otra vez. Ignoraba por completo todo lo que me rodeaba. ¿Por qué no se llamaba a muchos otros que caminaban en la misma dirección, que se reunían, por así decirlo, desde todos los puntos cardinales visibles? Y mientras me preguntaba esto, escudriñé los rostros de los que estaban más cerca de mí y me convencí de que también ellos se movían bajo el impulso de ese mismo poder misterioso. Este descubrimiento sirvió para aumentar aún más mi interés y excitar mi imaginación en cuanto a cuál sería el resultado y la explicación. Continuar leyendo «A través de las nieblas | Capítulo 6: Una coral magnética»