La vida elísea | Capítulo 9: ¿Quién gobierna en el infierno? [Nadie se asuste :) , que es Dios, quien gobierna]

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

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Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados los audios. Y, como en otros audios, hice un comentario al final de este, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.

Reuniré todos los textos de este segundo libro de la trilogía de R. J. Lees (La vida elísea) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl, google, wordreference…) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

Notas al capítulo

─ Ver el audio correspondiente.

Versión en español
Capítulo 9
¿Quién gobierna en el infierno?

«¿Puedes ver cuál será el final de esto?», pregunté a Ladas.

«¡No! Eso requeriría el don peculiar de Zecartus, que no poseo, ya que más bien entorpecería que ayudaría a mi trabajo. Hay dos caminos que se le presentan al hombre y que yo puedo indicarte, pero no puedo opinar cuál seguirá. El mejor camino sería admitir su error de una vez, y determinando la causa real de su debilidad, ponerse a corregir y recuperar su posición, vigilando cuidadosamente contra otro desliz. Pero lo dudoso de tal proceder se debe al hecho de que requiere un esfuerzo constante, mientras que su hábito de vida ha sido la indiferencia negligente ante la debilidad moral que contribuyó en gran medida a su caída. Era mucho más fácil evitarlo que remediar ahora los efectos de su colapso. Por otra parte, si no se esfuerza por suplir esta mayor exigencia moral, cada tentación futura le llevará a otra degradación más profunda, porque los hábitos viciosos se combinan para destruir». Continuar leyendo «La vida elísea | Capítulo 9: ¿Quién gobierna en el infierno? [Nadie se asuste 🙂 , que es Dios, quien gobierna]»

A través de las nieblas | Capítulo 9: La cosecha de los celos

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

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Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en la página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados. El audio de este capítulo ya está allí enlazado (esta vez no hago comentario tras la lectura del texto; ese comentario está en otro audio).

Reuniré todos los textos de este primer libro de R. J. Lees (A través de las nieblas) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl y google) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

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Notas al capítulo

(Notas sobre lo que ha surgido en la lectura para hacer el audio, y sobre lo que resaltan en estos enlaces (María Magdalena, Jesús y el público)…:
20120829 Through The Mists – With Mary – Chapter 9 S1
https://www.youtube.com/watch?v=I_TbJCbaMQU
20120905 Through The Mists – With Mary – Chapter 9 S2
https://www.youtube.com/watch?v=zOuvTKNIw-o )

─ La referencia de «hasta que Él los encuentre» referiría a la parábola de la oveja perdida (Lucas 15).

─ Vemos a Fred emprender unas primeras labores de ayudar a Cushna en su tarea, y de ayudar de cierto modo a Marie, al interesarse por ella.

─ El texto nos habla de Marie como estando en alguna localización en el mundo espiritual, digamos indefinida, ya que no nos dice qué piensa sobre cómo llegó allí.
─ Ella está así como «sin terminar su transición», pues por lo que vemos, está «inconscientemente» ligada a la Tierra.
─ Podríamos decir que a Marie, y en general a cualquiera de nosotros, nos puede pasar que, o bien no hemos traspasado las nieblas (estamos así como «totalmente pegados a la Tierra» cuando «morimos»), o bien no somos conscientes de haberlas atravesado.
─ Marie fue una persona fría en su vida, y al final vemos que, sin darse cuenta de su «muerte», se va a pasar mucho tiempo en ese estado, como estando «congelada», en su primera fase.
─ Marie misma llama, a esa transformación en alguien «congelado», como algo «infernal».
─ Ella había «muerto» tras haber enfermado de repente, así como colapsada por y en sus adicciones emocionales (su resistencia a las emociones), en una crisis.
─ Hay eventos que a veces detonan algo muy grande del pasado, que nos hemos saltado, evitado. Y se pueden detonar crisis, etc.
─ Ella parece como si toda su vida la hubiera empleado en forcejear contra la ley de compensación, y, como vemos en el texto, era como si desarrollara un gusto por las sensaciones y las motivaciones que rodean al pecado (mentir, etc.).
─ Y lógicamente ella también luchó contra la ley de compensación tras su «muerte», pues la muerte no cambia automáticamente nuestras actitudes.
─ Vemos cómo la emoción domina completamente su vida tras morir; aunque vemos que todavía parece poder preguntarse «¿dónde estoy?», etc. Pero no parece poder reflexionar bien, lógicamente, ya que tiene ideas muy peregrinas (como que están conspirando contra ella, manipulándola… que es justamente lo que ella ha hecho toda su vida).
─ Las condiciones de su propio «infierno» son creadas por su propia alma.
─ Pero al principio no se trata todavía del «pleno infierno» de lo que ella tiene dentro, en el alma ─no todavía─.
─ Ella no quiere sentir la emoción de miedo, y esa falta de humidad se traduce en furia. Luego pasa a experimentar la ley de compensación más tiempo, y lo hace como más directamente, digamos, y tras ello algo termina «mejorando».
─ Cuando se agota, y habla de ese literal «olvido» de su existencia, vemos que el olvido formaría parte de la expiación en su ley de compensación, ya que había entrado en un proceso de «pagar», de recibir su compensación, aunque, como veremos, algunos eventos le van a detonar más cosas para que sienta sus errores y heridas.
─ Las emociones que ella niega es lo que le hace ir zumbando de un sitio a otro, lo cual le resulta muy confuso.
─ En un momento dado, ocurre el que parece ser el evento principal, detonante de esta siguiente fase: Charlie pensó en ella (él todavía estaba vivo físicamente), y ella, ya «muerta», se vio atraída hacia él, debido a que ella no ha tratado con la emoción causal de ese «duelo por Charlie», o de «las cosas con Charlie».
─ Vemos quizá cómo aparece, aquí, en la vida del alma de Marie, un tema, un sólo tema muy concreto, en cuanto «el siguiente tema a sentir» ─por así decirlo─.
─ Parece que ella, hasta entonces, apenas había tocado la superficie sus miedos, y en seguida le llegan más arrebatos de ira.
─ ¿Por qué ella, como espíritu, no puede ver a la nueva mujer e hijo/a de Charlie? (En el audio de comentario vemos un poco más despacio estos eventos que parecen traducir entradas y salidas de la espíritu Marie en el aura de Charlie.)
─ Parece, según María Magdalena, que es en este punto de la visita a Charlie donde comienza la interacción (al menos la más fuerte interacción) con otros espíritus (la influencia de ellos en Marie se daría más en ese punto).
─ ¿Por qué es interesante esa relación entre Marie y Charlie («interesante» para otros espíritus, pegados a la Tierra, que se acercan a aprovecharse)? Porque esos espíritus pueden usar a Marie para por ejemplo proyectar emociones hacia Charlie, ya que él está abierto hacia ella.
─ Los espíritus pueden entonces querer mantener a Marie en ese estado. Ella proyecta rabia asesina hacia él, en ese ambiente, pues ella dice que lo mataría ante los ojos de la nueva pareja de él. Es esa típica emoción extrema: «Si él no es para mí, tampoco para ti«.
─ Hay pues como una venganza contra una mujer, también, y eso podría ser la proyección de lo que le pasó a ella con su padre y su madre: Quizá una especie de querer «competir por el padre», ya que Marie no habría procesado el duelo en torno a «la falta de amor en la infancia», la falta de amor o de atención por parte del padre de Marie.
─ Los ayudantes que (como Cushna) van a poder aparecer en esta fase, van a poder ayudar a duras penas a Marie.
─ Esta fase dura 20 años, al parecer, tal como nos cuentan al final. Es decir, son 20 años de vivir pegada a la Tierra con celos, y suponemos que viviendo intermitentemente entre el terror y ese ataque que se representa en las escenas donde literalmente Marie entra en el aura de Charlie cuando éste todavía está en la Tierra viviendo en su cuerpo físico.
─ El objetivo de Cushna y de espíritus ayudantes es que Marie se dé cuenta de que «sólo ella se interpone en el camino de su paz».
─ La relación de Marie con Charlie es de ataque/apego, más que de cubrimiento («overcloaking»).
─ Vemos cómo los deseos asesinos renovados en Marie la llevan en seguida  otra vez a tener esa experiencia de tipo más oscuro y frío, tras ese reencuentro inesperado con Charlie (aunque tiene esa experiencia mientras está presenciando y oyendo justo lo que no querría vivir, ver).
─ Luego implora por sentir, llamando incluso al «infierno», mostrando que se rinde a su sufrimiento, que está más dispuesta a sentir su dolor. Es como que acepta más plenamente la ley de compensación, aceptando quizá de este modo toda la extensión de su condición real en el alma.
─ Y si no hubiera hecho eso, ningún espíritu puede ir a ayudarla ─sin esa «chispa» de deseo─.

─ Nota sobre la misericordia:
1:28:54 de S2, María Magdalena:  «La misericordia se ve en el hecho de que, cuando en la Tierra evitamos aprender, no nos vemos confrontados de inmediato con las consecuencias de eso, de modo que tengamos la posibilidad de tomar una decisión diferente de nuevo, en base a nuestra propia voluntad«.

Captura de la sesión sobre el libro (parte 2), donde hay una lista posible de los errores emocionales de Marie, con los que pasó al otro lado (en negación miedosa de ellos): arrogancia, posesividad, socarronería, superioridad, sentir que se merece todo (expectativas), sentir que tiene la razón sobre lo correcto, celos, condescendente, obsesiva, manipuladora, fraudulenta, fría, en la fachada, inmisericorde, vengativa, controladora, exigente, que trama, egocéntrica-narcisista, autoritaria, desconsiderada.

Un tema principal en el texto es el del servicio.

«Servicio» como un estar «preparados para hacer a los demás lo que hacemos por nosotros mismos» ─así lo dice literalmente Jesús en estos encuentros─.

Entonces, no es tanto lo de «quererse uno mismo primero para poder querer a los demás», sino «ser uno mismo» en amor y verdad, y eso nos da cierto «sentimiento real de la igualdad«, para así poder realizar esa «preparación» a la hora de «hacer cada vez más espontáneamente por los demás aquellas cosas que nosotros estamos preparados y dispuestos a hacer por nosotros».

Necesitar ser perfectos antes de ayudar es arrogante. No queremos estar dispuestos a ser humildes con nuestras «imperfecciones» y queremos poner una fachada de perfectos, etc. Pero el deseo en armonía con Dios es muy poderoso en todas partes (nos ponemos la excusa que sea para ir contra un deseo puro o para no purificar nuestros deseos).

Hemos de distinguir entre compasión y conmiseración: La experiencia de Marie en el mundo espiritual no es «injusta» ─podríamos conmiserarnos con ella al leer su historia─.

Por ejemplo, es muy fácil conmiserarse con nuestra familia, padres, madres…: «hicieron lo que pudieron», etc. Pero cuando nos sentimos así, estamos poniéndonos de acuerdo con el error, o estamos de acuerdo en tener ese error: «está bien tener ese error», diríamos. De ese modo justificamos el error que existe dentro de nuestro padre, madre, etc… y justificamos el error que existe en nosotros. Y en ese momento les estamos ayudando a evitar error, a otros (a los padres, etc.), y estamos siendo desamorosos.

La compasión es firme con la verdad, y amorosa a la vez con la persona ─firme en cuanto a reconocer la verdad de la falta de amor, de error, que está presente─.

También hemos de tener cuidado con el sentimiento de que la infancia de Marie «creó su vida». Evitar las emociones es lo que «crea nuestra vida». ¿Qué podía haber sido diferente ─podemos preguntarnos─?

Si nos conmiseramos con Marie, quizá es que hemos sentido que lo que le pasa es «injusto». Así, puede que estemos conectando con nuestros «sentimientos no resueltos de injusticia», es decir, el duelo acerca de ello, pues realmente sí existieron cosas injustas en nuestra infancia, pero sólo las traspasamos si las sentimos, si somos humildes, y no las traspasamos si nos quedamos diciendo y sintiendo que «es injusto».

Por otra parte, la justicia de la ley de compensación es amorosa ─es «justa», es «buena»─, pues en la vida somos nosotros quienes tomamos las decisiones, y si éstas hieren realmente a los demás y a nosotros mismos, entonces sembramos cosas en nuestra alma, cosas que recogerán una compensación negativa para nosotros y el potencial de eso mismo para los demás ─o el daño directo a los demás, un daño directo muy claro en los niños, pues ellos apenas se pueden defender emocionalmente de nada─.

En el audio comento esta impresionante descripción de la influencia de los desencarnados y de las vivencia de una de ellas, Marie, a la que vemos que Fred visita en un lugar donde reposa tras la agonía que sufrió durante años, pegada a la Tierra por celos.

Estas son las partes del audio de comentario de este capítulo (diferente al de lectura):
1) Empiezo comentando algún detalle sobre el receptor del material, Robert J. Lees. (Comento parte de la nota que hay en la página B.9)
2) Luego pasamos a comentar las notas que hay aquí arriba.
3) Luego, más despacio, vamos repasando por encima todo el texto, así como invitando a leerlo mientras intentamos aclararnos en algunas cosas, o nos hacemos algunas preguntas sobre esta información que parece tan importante.

Versión en español
CAPÍTULO IX
LA COSECHA DE LOS CELOS

No tengo ni la más remota idea de la distancia que recorrimos durante nuestra conversación, pero si el cambio de aspecto del país constituyó algún criterio de la distancia, no fue en absoluto desdeñable. Cuando tuve la libertad de fijarme en lo que nos rodeaba, descubrí que atravesábamos una comarca que tenía como característica principal una multitud de parajes solitarios y retiros tranquilos, pero sin ninguna indicación de camino que guiara a un forastero, y por lo tanto era un laberinto interminable para cualquiera que no conociera perfectamente sus claves; pero al mismo tiempo un asilo seguro para el cansado y el atormentado que se hallara necesitado de tal refugio. La atmósfera era pesada en comparación a la que yo había estado acostumbrado recientemente; el viento, aunque no frío, tenía una cualidad destemplada que no había experimentado antes; los árboles tenían un aspecto más sombrío, con sombras oscuras que persistían bajo ellos; las flores habían perdido el brillo y la fragancia que tanto me habían impresionado en el Hogar del Descanso, mientras que la influencia del lugar parecía susurrar que la severidad de la tristeza se estaba marchando, aunque todavía era una cuestión de duda si la paz podría ser inducida a aceptar la vacante así creada. Continuar leyendo «A través de las nieblas | Capítulo 9: La cosecha de los celos»