La fe: definiciones básicas

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A partir de estas enseñanzas* que estamos viendo y con un poco de lógica, tenemos:

1. La «fe» está basada en hechos;

como en los científicos:

es algo que tiene que ver con un proceso; algo que de cierta manera «abre» o acompaña un proceso.

Uno no «espera» «cosas absurdas», sino cosas basadas en algo ya vivido de alguna manera, en algún grado, y ya comprobado en algún grado, o que se sospecha o se «intuye» que «podría ser así o asá»;

por cierto, en esto también vale la experiencia de otros, y cómo al conocer tal experiencia nosotros sintamos que son sinceros, etc.

Por ejemplo, el caso de que hayan visto un «espíritu» claramente

(hay millones de personas que así que lo recuerdan, y la hipótesis es que todos de pequeños habríamos visto «algo», simplemente por la razón de que ya seríamos también un cuerpo-espíritu; etc.)

2. La fe como «la sustancia de las cosas que se esperan»;

es decir, lo sustancial,
lo que hace que no sea insustancial esperar algo, y esperarlo uno de forma personal; y esperar algo muy concreto, esperar eso y no otra cosa, etc.

3. Sinónimamente a la anterior:

«la fe como certeza en cosas invisibles»;

igualmente, certeza «como la de los científicos»:

certeza más o menos «certera» a la larga; certeza en que podrán encontrar nuevas cosas y articulaciones lógicas en su discurso sobre la realidad, de modo que su discurso e ideas puedan portar y aportar más verdad, y ésta pueda ser transmitida y usada cada vez mejor (recordando que la verdad libera).

4. La fe como deseo efectivo y activo.

Esta última «definición», como se ve, complementaría muy bien lo anterior. También lo dice Jesús así: la fe genera deseo.

Por ejemplo, antes de tener deseo de arrepentirse o de perdonar, hemos de tener fe en lo que eso conllevará (como algo benéfico, como algo armónico con «lo que haría Dios», etc.).

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* enseñanzas de divinetruth.com, pero en las definiciones 2 y 3 están las inspiraciones muy célebres y antiguas, que podemos ver en Saulo de Tarso en diferentes traducciones, y que son fácilmente articulables con lo que estamos viendo (tal como hace el mismo Jesús, que articula algunos elementos clave de la tradición, aunque en general diríamos que pocos).