Índice: – Tiempos del vídeo – Comentarios para introducir – Los párrafos leídos del breve esquema (recibir amor de Dios, etc.)
___ Tiempos del vídeo
0:00 Introducción
3:03 Empezamos visualización
3:30 Dios
7:30 Contraste percepción humana de Dios
8:30 ¿Qué determinan las características, atributos, deseos, personalidad de Dios?
10:20 El tema básico de «tener principios»
11:30 El papel de los principios, lo que gobiernan
13:30 La capa de leyes álmicas (y comentario largo nuestro)
18:10 Tras haberlos mencionado hace unos minutos, Miller, seguimos y sigue mencionando rápido los primeros ocho principios, los de fundación o fundamento
18:50 Amor y Verdad
25:09 Vida y Desarrollo
26:10 Economía y Función
27:55 Permanencia y Alcance (Scope) (El de Alcance es solo mencionado hasta dentro de unos minutos.)
29:09 Comparación ley humana / ley de Dios
29:45 Dios mide con precisión deseos, actitudes, energía y flujo de energía (emoción, pensamiento)
32:25 Alcance
33:17 Referencia a «batallar» (mejor hubiera traducido esto con «forcejear») con este principio relativo a lo creativo y a los órdenes o rangos comparativos de Alcance de las leyes y las creaciones
35:27 Cooperación
37:26 Ahora necesitamos poner cierto orden
38:15 Estructura y lo que ella permite
38:55 Jerarquía, Gobierno, Responsabilidad, Compensación
43:13 La información os da poder
43:45 Tenemos la base para que pueda existir la capa álmica:
44:20 Voluntad, Deseo, Redención, Transformación
44:50 Importante «entender» el deseo
46:50 Contraste con el sentimiento relativo a la fuerza de voluntad, que es compensada negativamente
48:00 Ahora puede existir esta capa del alma, el universo del alma
48:25 El alma tiene control sobre las leyes de las capas inferiores
50:15 Somos «inconscientes» de ser nuestro yo o ser real, el alma. Al tener poco Desarrollo, tenemos poco poder sobre el entorno (no sobre otras almas, sobre el entorno)
51:15 Esto solo se queda en información si no hay relación con Dios
53:30 Hacia dónde vamos desde este lugar
54:30 Leemos algunas líneas del brevísimo esbozo de este taller-resumen-invitación
55:30 El método para aprender sobre Dios
1:06:06 Tras unos minutos de conversación, Miller sigue comentando el método 4: la importancia de ser impulsados por deseo al sentir los beneficios
1:11:25 Tras conversación sobre la fuerza de voluntad, agotadora, y la escuela, etc., seguimos
1:12:50 Nosotros creamos el «riesgo», los humanos
1:13:40 Tener una convicción o creencia emocional y científica en Dios, frente a tenerla «religiosa» o religiosamente (formulada intelectualmente por otros en el pasado)
1:20:00 La relación recíproca con Dios
1:22:30 Fin de la visualización de este repaso o resumen final sobre los principios… y unos minutos más de conversación con Claudia
1:25:45 Claudia lee unos párrafos muy complementarios sobre el tema acerca de leyes y principios. «Nos invita» emocionalmente a sentir el contraste entre el propósito de Dios del universo y lo que nosotros hemos creado en el delirio del miedo.
1:30:00 Despedida
_ Comentarios para introducir
En esta conversación y visualización con Claudia, vemos un encuentro que nos puede servir de presentación o invitación.
Es una parte del encuentro final en los grupos del 2016 sobre los Principios de Dios.
Estos principios impregnan de su Personalidad infinita todo el Marco de leyes, y todas y cada una de sus leyes – para toda creación, incluida el alma en primer lugar –.
Ver la página de estos grupos para encontrar los esquemas, etc.:
Un mensaje anterior y también muy relevante es este (también dado por Jesús).
Este tema del alma es enormemente práctico y simple (se trata de volvernos seres «plenamente emocionales», dicho rápidamente -aunque esto se puede malentender-). Este asunto básico lo he resumido en la página principal o guía de la web, en sus primeros puntos (A.1, A.2, etc.).
Para ver enlaces a varios materiales prácticos sobre el alma (audios, vídeos), más modernos, dados por Miller de forma más desenfadada, gráfica y risueña (complementariamente a lo tratado en este mensaje), ver los apartados dedicados al alma en la página A.3.
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Jesús: El alma, lo que es y lo que no es (mensaje via Padgett, 2 marzo 1917)
Estoy aquí, Jesús.
Vengo esta noche a escribir mi mensaje sobre el alma, y lo haré, si podemos establecer el vínculo que se necesita.
Bien, el tema es de gran importancia y difícil de explicar, pues no hay nada en la Tierra -nada conocido por el hombre- con lo que se pueda hacer una comparación; y, por lo general, los hombres no pueden comprender la verdad ni la naturaleza de las cosas excepto por comparación con algo que ya saben que existe, y cuyas cualidades y características conozcan.
No hay nada en el mundo material que pueda proporcionar una base de comparación con el alma, y, por lo tanto, para los hombres resulta difícil comprender la naturaleza y las cualidades del alma mediante las meras percepciones intelectuales y la razón. Y para comprender la naturaleza de esta gran creación -el alma- los hombres deben tener algo de desarrollo espiritual y la posesión de lo que puede ser conocido como las percepciones del alma. Sólo el alma puede comprender el alma, y el alma que busca comprender la naturaleza de sí misma debe ser un alma viva, con sus facultades desarrolladas al menos en un pequeño grado.
Primero diré que el alma humana es necesariamente una criatura de Dios, y no una emanación de Él, como parte de Su alma; y cuando los hombres hablan y enseñan que el alma humana es parte de la Super-Alma, enseñan algo que no es cierto.
Esta alma es simplemente una criatura del Padre, al igual que lo son las demás partes del hombre -como el intelecto, el cuerpo espiritual y el cuerpo material-, unas partes que antes de la creación del alma no existían.
El alma no ha existido desde el principio de la eternidad, si puedes imaginar que la eternidad alguna vez tuvo un principio. Quiero decir que hubo un tiempo en que el alma humana no existía; y no sé si alguna vez llegará el momento en que algún alma humana deje de existir, ni tampoco ningún espíritu lo sabe; solo Dios conoce este hecho. Continuar leyendo «Jesús: el alma, lo que es y lo que no es | 2 de marzo, 1917»
Obviamente nadie es más ni menos que nadie por haber visto alguna vez una cosa u otra.
Solo os traigo aquí este buen descubrimiento (el audio enlazado arriba, sobre un libro de –creo– la corriente teosófica, que narra cosas básicas sobre «la creación», etc.).
Lo encontré gracias a lo que publicó Laura en el grupo que tiene (Laura Rost) en facebook (es una enorme divulgadora de cosas relacionadas con la teosofía, por ejemplo) –un grupo al que, por cierto, he invitado hace poco a varias personas de las que a veces cotillean estas páginas en unplandivino (y que están en el grupo de telegram)–.
Vi una vez, en una iglesia, lo que debía ser una de estas formas etérico-angélicas.
Era como una atmósfera blanquecina, un algodonoso manto blanco tenue, que no inspiraba nada «malo»… y que no era como otras veces que podemos «percibir» cosas así tras alguna meditación, etc.
Los sacerdotes eran muy dedicados, es decir, los encargados de esa misa, aquel día. Eran ya mayores, pero al parecer muy «apasionados».
Pensé que esa especie de manto blanco serían ángeles, y en el audio que enlazo se proponen ciertos detalles sobre cómo «funcionan» los ángeles con respecto del «manejo del éter», digamos.
Recordemos algunas cosas básicas, como por ejemplo que en el libro de Urantia nos recordaban que hay grupos muy bien ordenados y clasificados, de ángeles, dedicados al «cuidado» de cada faceta de lo que aquí disfrutamos como «nuestra» «creación» (juegos, religiosidades, espectáculos, política-sociedad, etc.).
¡Muchas gracias!
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Por cierto, no comenté por aquí, por si alguien lo lee, que inicié en mi instagram unas oraciones periódicas diarias, una invitación a «escuelita de oración»… muy básica… tal como lo indican en Elige solo el amor.
[Mantengo este artículo del 2016, pero, por favor, todo lo que no «encaje» con lo dicho en lo que hemos visto tras el 2020 ─en las enseñanzas del «Jesús real»*─ pido se tenga mucho cuidado con ello.
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* «El camino del amor divino», o «la manera de Dios»]
En este programa, Gran Hermano, como quizá sabéis, se trata de la convivencia.
En él, unos concursantes se prestan a convivir con desconocidos, sin salir de una casa durante un periodo de tiempo que será determinado en parte por cómo convivan.
Interrumpen así todos sus patrones o pautas habituales: ya no pueden ver a sus amigos ni a sus familias… ni tienen internet, ni televisión, ni por tanto redes sociales… ni sus tipos más queridos de comida, etc.
Ya por solo esa interrupción, el experimento se trata, como vemos, de un «retiro espiritual» en toda regla 🙂 , a la vieja usanza… en una especie de «monasterio» que seguro que debe hacer resonar en el «alma» de muchos de ellos muchas cosas «vividas» –cosas que de alguna manera están presentes en ese nivel «sin tiempo» que es el del alma… ese nivel que engarza diversas vidas, y no sabemos cómo –más allá del tiempo lineal.
Y así, por cierto, es lógico que los concursantes se pongan realmente de los nervios, atacados… y afloren muchos «dolores» aparentemente «irracionales» (y ya sabemos lo que son esos dolores, pero este es otro tema –es el tema de esta página web en general).
Pero no vamos a tratar sobre eso.
Aunque hay muchas cosas que se pueden comentar, quería notar solo una, muy obvia, y que me parece realmente impresionante, alucinante –o aluciflipante, como decía Bea, la simpática ganadora de la edición española de este año.
Es esta: el programa permite construir y reconstruir de muchas formas un segmento de la «vida real» del concursante que sale de la casa.
El concursante, al salir, va a tener que afrontar vídeos donde su vida se monta de forma diferente. Así, vuelve de cierto modo a «revivir» las cosas, vuelve a ver la película de su vida recién pasada, pero montada bajo otra lógica.
Su vida no se expone de forma lineal, temporal, sino que los aspectos de la vida se montan, se editan, siguiendo pautas o líneas «emocionales»… y esto es, diríamos en general, más parecido a lo que sucede por ejemplo «en los sueños», o en cierta etapa después de «la muerte», donde nuestro Yo más amplio campa más a sus anchas a la hora de tener su concepto sobre lo que es «vivir»… y donde parece que él, nuestro Yo más amplio, se vive a Sí Mismo como un gran y potencial editor, montador, director… e incluso productor… de películas.
Así que, tras la muerte, tras la muerte de todo ese mundo que ha sido la convivencia en la casa, el concursante se ve confrontado con una lógica diferente a la hora de presentar los acontecimientos de la vida: por ejemplo puede que vea de sopetón todos esos vídeos de su «vida real», donde él –él solo o también con algunos otros personajes de la casa– experimentaba más o menos cierta emoción concreta de «amor», o de «ira», etc.
Así que el «hilo conductor» de la vida que acaba de vivir, de esa vida real durante varias semanas… ya no será el hilo del tiempo, sino otras cosas.
Y a la vez sucede otra cosa muy graciosa y «educativa»: el concursante también se ve confrontado a escuchar lo que podríamos llamar «voces de la conciencia», es decir, personas del programa que, al salir, en el plató, quizá le digan…: «eh, pero mira lo que sentía fulanito o menganito cuando tú hacías o decías eso y lo otro de más allá».
Y esto último nos lleva obviamente a ese otro gran aspecto de una de las etapas tras la muerte: En ese estado «no-físico», tras la muerte, al parecer todos llegamos a sentir (en nuestras propias no-carnes) lo que sentían los demás seres en nuestras vidas… –las personas, etc.–, ya que lo real es unidad… y nuestro «Yo más amplio», aunque no lo podamos entender, vive «en unidad», sin dejar de ser «él mismo» (ahí «dentro» no estamos tan «desdoblados», como sí nos ocurre aquí, en el mundo de lo relativo, donde podemos degustar de forma tan separada «las cosas», «los significados», «los valores»…).
Así que el programa representa un calco de una parte de lo que sucede «tras la muerte».
El concursante «revivirá» por tanto su vida, aunque solo sea con esos vídeos… y otro aspecto muy relevante aquí es que además la revive de forma muy expuesta, pues visualiza su vida ante el público, ante cientos de miles de personas que están viendo su entrevista, pues nada más salir el concursante es entrevistado, como en una especie de «juicio».
Y esto es importante porque de alguna manera calca, refleja, lo que «pasaría» tras la muerte, donde nos sentiremos de alguna manera abiertos, expuestos… ya que de entrada somos una sola unidad con todo el resto de la especie, la humanidad.
El concursante visualiza pues, de otra manera, algunos aspectos de la «vida real» que ha vivido en ese mundo de la casa que, por cierto, ya ha muerto. Por tanto, la persona, al salir, es como si muriera en parte, ya que realmente «muere» todo ese «mundo» de relaciones, de convivencia, que había sido creado en la casa durante por ejemplo los dos o tres meses que pueda haber pasado allí.
Así que esta persona ha entrado en una casa donde todo queda grabado, registrado en vídeo… y por tanto su «vida real» ha quedado grabada –vida «real», más o menos real, pues obviamente es bastante más artificial que la normal, en esa especie de «retiro espiritual» que decíamos.
Y esta grabación refleja también en parte lo que pasará en nuestros «universos interiores», donde de cierta manera todo debe ser una sola «experiencia» y una sola memoria perpetua… una memoria que de alguna manera va haciendo la digestión de sí misma, «redigiriéndose» a sí misma… y donde de alguna manera «todo se registra» y todo crece «en valor» y en unidad.
Así que, en cierta etapa tras la muerte, habría un momento donde es inevitable que revisemos la vida que hemos tenido «aquí», en la bendita ilusión del «tiempo».
Y entonces, en el calco que hace este programa de televisión, la «vida real» del concursante es luego montada de diversas maneras, tal y como ocurriría en esa etapa, cuando dejamos el cuerpo, en la etapa en que vivimos, «sin cuerpo» y de otra manera, esas asociaciones entre:
– lo que pensamos y creemos,
– lo que hacemos,
– y los resultados que obtenemos debido a esas creencias, pensamientos y actos…
… todo eso se vive y se «ve» más directamente, más «en unidad»… sin poder echar mano del engañoso tiempo… de ese tiempo lineal con el que nos autoengañamos aquí… al creer haber olvidado que somos nosotros quienes fabricamos todo, a partir de lo que pensamos o creemos.
Entonces sentiremos (aunque sea sin cuerpo) lo que los demás han sentido por nuestras acciones, pensamientos, etc. –ya que los demás son literalmente nosotros mismos, en unidad.
Y esa revisión debe ser muy «expuesta», es decir, nos debemos sentir muy expuestos, «en unidad».
Y una sensación similar de «estar expuestos» es la que sentirán los concursantes al ser entrevistados cuando vuelven de su «vida pasada» en la convivencia… cuando dejan atrás todo un mundo de relaciones.
Y ese «verse expuestos» sería un reflejo de esa misma exposición que ya somos y que todos sentiremos, «sin cuerpo», tras la muerte… en ese «ser en unidad» que «sucede» más fácilmente tras la muerte.
Entonces, es lógico que los concursantes se vean tan afectados, que expresen que la experiencia es impresionante… pues este programa da pie a apuntar de alguna manera hacia ese asunto o ese «concepto» tan fundamental de nuestras vidas:
– el que nosotros seamos de cierta manera quienes hemos fabricado nuestras vidas (el que no haya víctimas en el fondo),
– y el que a esa fabricación subyacen «propósitos del alma» –es decir, que de alguna manera la vida es consciencia, y a su vez esta consciencia es «propósito profundo».
Y esos propósitos tendrían que ver en parte con lo que de alguna manera, en ese «nivel del alma», CREEMOS que tenemos que «aprender» o que sentir (pero que en el fondo iremos puliendo más allá de la mera CREENCIA hacia lo que queremos ELEGIR representar en lo físico).
Quizá en ese nivel, aunque parezca ser más «profundo», seguimos alimentando más o menos «culpa artificial», ya que supongo (aquí podríais darme ideas o recordatorios sobre esto), supongo que… al ver «lo que hemos hecho» en esas «vidas pasadas» que repasamos en ese estado «sin cuerpo»… al ver lo que hemos hecho o «nos han hecho»… (lo que simplemente «ha sucedido»)… al ver todo eso en esa especie de visualización más «en unidad», más «conocedora»… tan expuesta… quizá interpretemos aún todo demasiado «corporalmente», y por tanto «culposamente».
Así que todos los seres son, en realidad, en el interior, unidad con nosotros… en la Mente que somos… y de alguna manera todo se regula con esa especie de «propósitos» que asumiríamos con la idea de completarnos de alguna manera… pero finalmente de completarnos en tanto «seres que quieren expresar su esencia».
Y ese asumir propósitos, al realizarse en ese «nivel» que luego nos parece que tenemos que olvidar sí o sí, necesariamente… e ilusoriamente (en lo físico)… ese asumir propósitos… ¿qué conlleva?
En parte es necesario el olvido para que el espectáculo pueda continuar… para que la vida pueda ser asumida con espontaneidad, para que pueda sorprendernos… para que pueda darse un «aprendizaje» a partir de ahí –un aprendizaje que al final, como sabemos, consiste en recordar que «no había nada que aprender»… y sí todo que «ser», que «expresar»… gracias a estos «vehículos del alma» que son los diversos tipos de cuerpos-universo.
Y aquí nuevamente el programa –y muchas experiencias en la vida– nos pueden dar mucho que decir… si empezamos a hablar de los reflejos de esa «necesidad de olvido», en relación a las expectativas que puedan tener los concursantes al entrar en el concurso, es decir, en una vida que ya saben de antemano que «va a morir».
De esto va nuestra lección de abril, la 4ª, en La vía del corazón: deseo.
El «ego» es lo que protege el miedo en nuestra mente… a veces gritando…:
«¡no mires ahí!»…
Como si realmente pudiéramos ser dañados…
Así que el ego es en sí mismo todo ese tipo de mensajes que hemos aceptado… Es esa voz que surgió una vez en el jardín de la consciencia (como decía la lección 2…), y para que con ella nos identificáramos con nuestras creaciones… y por tanto hiciéramos que nuestro infinito valor dependiera de «las cosas perecederas».
Así que esas voces, esas interpretaciones… nos impiden ser naturales, y nos llevan por la normalidad inercial y más o menos perversa, del tipo que sea… la normalidad de un mundo de locos humanos que creen que algo, aparte del amor, puede ser real.
Y así, normalizados, todos más o menos vamos siguiendo los patrones, por los ríos de la vida… más o menos automáticamente.
Y, como sabemos, en el fondo casi da igual lo que hagamos… pues si hablamos de «patrones» solo nos referimos al modo en que hacemos lo que hacemos.
¿Lo hacemos «por necesidad», es decir, para reforzar la profunda creencia de que realmente hay algo «necesario», u «obligatorio»?
¿Ni siquiera queremos darnos cuenta de nuestros motivos?
Si ni queremos darnos cuenta de nuestras motivaciones, entonces seguramente estaremos reforzando la profunda creencia que dice cosas de este estilo:
«algo me puede venir de fuera»,
«algo me puede venir, obligar, desde fuera de mí, hacia dentro»…
así que «hago esto porque tengo que hacerlo»… etc.
¿Queremos abrirnos entonces a preguntarnos el «para qué» con todo, como decía Un curso de milagros?
¿Estamos siquiera dispuestos a preguntarnos honestamente qué es lo que queremos, y sentirlo sin miedo?
Como sabemos, la verdadera espiritualidad no va más que de esto, de recuperar cierta inocencia.
Se trata pues de una especie de camino de vuelta atrás, purificando el deseo de todo resentimiento… purificándolo de esa especie de venganza que parece que normalmente tiñe o motiva nuestras acciones… y que está ahí como escondida, dentro… compañera de la amargura… como motivo-base para fundamentar lo que hacemos o pensamos.
Y no olvidemos que esa venganza, resentimiento o amargura… a veces se esconde detrás de una cara bonita y sonriente. El curso de milagros la llamaba… «la cara de inocencia».
Y entonces, paradójicamente, y como también sabemos… en este movimiento «hacia atrás», todo se recrea… y nos hacemos nuevos… como dicen tan a menudo muchos cristianos.
Nuevos… para siempre nuevos, paradójicamente para siempre nuevos… y el universo que literalmente somos (y cada uno como una versión completa, pues recordemos que cuando «morimos» es ilusorio pensar que «queda» algo, que «dejamos algo atrás»)… el universo… decíamos… el universo se permite mostrarnos y manifestar lo que de cierto modo es nuevo (nuestro ser, que es un Todo en el Todo Eterno del Amor… y que siempre es nuevo… que se refleja de nuevo como tal).
Así que entonces, como sabéis, el «ego espiritual» parece que en gran medida se alimenta de proteger el miedo al deseo.
Claro, como todo «ego», el «ego espiritual» protege algún tipo de miedo, y en este caso parece que particularmente lo hace o lo hacemos con el miedo a algunos deseos.
Siempre ese era el movimiento o el tono del ego en general: hacer que algo sea muy especial, en el sentido egoico de «especial»…
Hacer por ejemplo del sexo algo muy especial… enfrentándose así a «los otros egos», los que, por la vía de las «perversiones» machaconas… hacen del sexo también algo «muy especial», pero digamos que de forma opuesta a los egos espirituales que simplemente protegen el miedo al deseo.
Y todo es, como siempre, para diferenciarnos unos de otros al modo «separación»… y así poder crear más y más experiencia de separación… pues, como sabemos, somos creadores a partir de lo que pensamos, hacemos y decimos…, y mientras tanto y siempre… todos seguimos y seguiremos para siempre siendo la misma Mente, la misma Consciencia («Cristo», en nuestra tradición). Continuar leyendo «El miedo al deseo mueve y alimenta la ilusión»
Es curioso lo bien que está hecho el mundo,
las plantas dan miles de tipos de frutos…
y cuanto más se las quiere, mejores son…
Qué de sabores, indescriptibles…
…y los frutos están destinados a eso, a ser comidos, para que así las semillas se esparzan.
Los frutos están además vivos, a menudo millones de células vivas… rodeando las semillas.
Así que las plantas ofrecen vida para nuestro cuerpo, directamente…, para que nos unamos en una especie de comunión «sagrada», de Luz, con la vida de las plantas.
Y mientras, los humanos seguimos o estábamos celebrando el drama, las energías del drama 🙂 …
… en vez de adorar a nuestro Creador a través de gozar las creaciones, los planetas, que creamos con su poder… todos los Hijos de Dios.
Es un diseño tan maravilloso…
Las plantas se «benefician» de los animales, y les regalan cosas…
… y estos les regalan su amor al estar tan interesados en comérselas…
… y así sin saberlo esparcen las semillas… es decir, los «ovarios» fecundados de las plantas.
Pues como sabíamos… todo es sexo aquí.
Y luego qué ricos… 🙂 … los animales rumiantes se dedican a peinar los prados…
peinan la Tierra y le hacen la permanente…
…dejando unas praderas que da gusto… (pese a las garrapatas).
Otro de los trucos que han tenido que pasar tantos años para que re-descubramos quizá, mucha gente…
es que los frutos secos no hay por qué comerlos secos…
pero, como se llaman así, «secos»…
y como no hay mucha tradición de comer «frutos secos» de muchas maneras…
pues nada…
ahí, como tontos, comiendo secos los frutos secos 😛 .
Parece ser que nos perdíamos todo un mundo de sabores y texturas… los frutos secos mojados 🙂
Así que, como vemos, el truco del mundo es el sexo, las semillas (las de las plantas, las nuestras…)…
sexo
SEXO
…ya que todo es sexo,
como nos recordaba La vía del corazón, en la lección 1.
Las plantas están haciendo su acto sexual a través nuestro,
¡y ni nos damos cuenta!
Somos su intimidad.
Y luego… como somos espíritu, los animales «están para comerse» 🙂 … «estamos para comernos» unos a otros… nos amamos tanto… digestiva y sexualmente… 🙂
… y es que como en espíritu ya somos eso… ese «todo»:
ese Todo Lo Que Es…
donde ya estamos todos así como «dentro» de todos… todos dentro de todos…
«comidos» y bien comidos, entre nosotros…
…digestión universal…
… todos con todos…
… en eterno crecimiento descongestionante… tan «digestivo»…
… de la Relación Santa, Sagrada, Inmaculada.
Así que nada, la muerte…
la muerte es una de las expresiones más «poéticas» del amor…
aunque a veces tan melodramáticas…
Qué curioso que solo el amor sea real…
aparte de que simplemente nos toca serlo y así, con ello, ser felices…
qué curioso… que todo exprese nada más que eso, que amor…
…en una sola relación muy digestiva…
el «Misterio» que somos,
eternamente,
adentro.