La «Nueva Era» como intento de anestesiar el alma humana contra Dios

Índice
– ¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?
¿“Pecados sin culpa”?
Cerrar la herida falsamente

[Texto en formato pdf junto los otros dos principales de agosto 2021: pdf]
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¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?

Esto que sigue a continuación, y que leo en el vídeo enlazado arriba, está inspirado en parte por el nombre de la empresa de Armando, con el que recientemente hice una conversación en audio aquí.

El nombre de la empresa es “Pecados sin culpa”, y se puede interpretar de muchas maneras… pero nos da pie para empezar a hablar de la anestesia humana sistemática, la anestesia del alma… una anestesia que en gran medida parece que buscan implantar los diversos grupos de controladores que querrían tener una humanidad controlable para poder seguir:

– adictos al poder,

– adictos a la idea de superioridad,

– adictos a sus heroísmos e historias varias tradicionales (culturales, políticas, religiosas… nacionalidades, sistemas diversos, instituciones y orgullos de todo tipo…)

– y adictos a cosas que son incluso mucho peores.

En general, a muchos tipos de grupos de personas desencarnadas les interesa en el fondo una humanidad «desalmada» para poder mantener intactas sus emociones no sanadas, en sus almas.

Son emociones relativas a la adicción al poder, al control, al sexo por el sexo, etc… y todo ello a veces dentro de creencias relativas a «ayudar a la humanidad», pero ayudando «sin Dios», es decir, con algún grado de «afán controlador», y, por lo tanto, egoístamente, es decir, protegiendo adicciones emocionales.

El tema del primer texto de agosto del 2021 es la conciencia, como órgano del alma para la verdad de Dios -para recibir la verdad de parte de Dios, sobre cualquier cosa-.

Lo titulé: “Desmitificando completamente a Dios”.

Ahí, siguiendo lo que hemos visto de la verdad divina por parte de Miller y Mary, insistí mucho en que podemos sentir, mucho más allá de lo intelectual… podemos sentir… cómo en la práctica y desde muy pequeños nosotros mismos apagamos o intentamos apagar la verdad de Dios.

Esta verdad se vuelve muy incómoda en un mundo donde casi todo va a la contra de ella:
– «verdades» de nuestra familia sobre el amor («verdades» que son creencias falsas casi todas…),
– «verdades» «sociales» sobre la vida, etc. (casi todas falsas…)…

La verdad de Dios se vuaelve incómoda, pero no es en sí misma incómoda, sino que nos libera (la verdad divina es lo que nos hace libres).

Así pues, lo que enlaza estos dos grandes temas a tratar en estos textos y vídeos de agosto es, claro está, esta cuestión de que “cerramos” o apagamos la verdad de Dios, o intentamos hacerlo… apagando el alma, apagando el hecho de ser almas.

La conciencia tiene directamente que ver con el control y el poder, al estar en el meollo de la posible “desigualación” de las almas.

El humano adicto, el humano emocionalmente adicto… “desiguala”.

¿»Desiguala»? ¿Qué quiere decir esto?

Si apagamos el alma… si apagamos el sentido y el sentir de ser almas… nos hacemos falsamente pequeñitos e innecesariamente «mediocres».

Por eso los adictos al poder y al control (en las élites humanas de los medios de «comunicación», empresas globales, etc…., y que están muy influidos por desencarnados que llevan milenios  igualmente adictos, e influyendo durante siglos y siglos en los humanos)… por eso esos adictos… buscan tanto que:

– nos veamos con miedo entre nosotros

– o provocan falsas polarizaciones y bandos absurdos para que nos entretengamos (izquierda/derecha)

– dentro de sistemas que están trucados para que los más corruptos lleguen al «poder»

– guerras absurdas fratricidas

– pandemias inventadas por los medios de comunicación, y que provoquen más conflictos que serán somatizados (el miedo mata, literalmente, desgasta el cuerpo…, etc.)…

– o noticias falsas de todo tipo que provoquen que surjan o resurjan conflictos subyacentes en el alma, para entonces medicalizarlos, tratarlos a su manera, hacer negocio… etc…

… y todo para que el humano mismo fomente una especie de «inferioridad» artificialmente creada y fomentada siglo tras siglo.

Por ejemplo, al parecer no es nada nuevo esto de asustar con pandemias.

Imaginaos el poder del miedo en las ciudades de hace siglos, donde no había alcantarillado por ejemplo… donde no había la misma capacidad de higiene… imaginemos el poder destructor que se podía tener sobre la humanidad al encerrarla en sus casas (eso también lo hacían hace siglos… ordenaban encierros asesinos… como sucedió igualmente hoy en día, esta vez, igualmente bajo órdenes de poderes no controlados democráticamente)… imaginaos esos encierros hechos hace siglos… decíamos… cuando la gente literalmente se tendría que comer sus desperdicios (al no haber ni siquiera alcantarillado en unas ciudades más inmundas aún que estas actuales en muchos casos).

Pero, como sabemos por la verdad divina, el alma es la más grande de las creaciones de Dios, y somos un alma (mitad de un alma, para ser más precisos, según nos cuenta la verdad divina).

¿“Pecados sin culpa”?

Eso de pecados sin culpa (según cómo lo interpretemos) parece ser el lema de cierto intento de la “nueva era” (la faceta digamos “engañosa” de lo que podríamos llamar «nueva era»).

Lo podemos entender así:

Una vez establecidas las adicciones emocionales y las adicciones en general (a la carne, por ejemplo), se cierra la herida, pero se cierra sin sentir la emoción causal que provocaba querer “matar para sobrevivir”.

Y es que, aunque parezca que no, la creencia que en parte subyace a la masiva ingestión de cadáveres de animales (animales enormemente maltratados durante sus vidas y también a la hora de conseguir su muerte)… esa creencia es, en parte, que «hay que matar para sobrevivir».

«Matar para sobrevivir» digamos que sería parcialmente lo que está detrás del simple comer carne, es decir, esa creencia falsa está detrás de ese acto al que nos hemos acostumbrado y que para muchos es casi «una religión».

Nuestros antepasados, tras la caída y tras los milenios subsiguientes donde vivieron en una condición álmica muy degradada… claro que “necesitaban” “matar para sobrevivir”. Pero no está «en los genes» :).

Cerrar la herida falsamente

Vamos al tema central, que es muy simple e «interesante»:

“Se cierra la herida”, decíamos arriba…

¿Cómo se cierra la herida pero sin sanarla… por ejemplo en este caso concreto?

Pues con carne sintética (ya está inventada hace mucho, y tiene propiedades muy «buenas»).

La carne sintética nos permite “pecar” (cometer algo degradante para el alma, pero que ya no lo es).

Entonces, claro está, en realidad no pecamos, es decir, ya no hacemos nada de eso que era tan degradante, en realidad, pues en el caso de la carne sintética ya no será degradante para el alma -no lo será por los mismos motivos-.

Es decir, la compensación negativa, en el alma, por comer carne (esta vez sintética), no va a provenir ya de la industria de la carne y de su bestialismo normalizado, automatizado y «hecho religión»…, sino, si acaso, va a provenir de todo el “cierre falso de la herida”, es decir, de una falta de humildad, como siempre (es decir, de una falta de deseo de querer sentir todo lo que está bloqueando el alma… en tanto que son emociones causales que provocan nuestra ley de la atracción, individual y colectivamente).

Esa locura en la que estamos, la locura de la falta de humildad, sería en parte lo que se expresa en una posible interpretación de la frase “pecados sin culpa». (Esto no quiere decir que la culpa sea necesaria ni buena, sino que hay que entenderlo bien; ver la página guía A.4 y los materiales allí, por ejemplo, etc.)

No sabemos hasta qué punto esa locura, por cierto, estará extendida hacia los planos espirituales (al plano o esfera primera, y a los planos de más arriba (?), pues en ellos viven muchos espíritus en los caminos del amor natural y que no quieren saber nada de la distinción amor natural / amor divino).

No sabemos hasta qué punto la locura estará extendida en el sentido de conseguir “tecnologizar” -también en las esferas espirituales- el cierre falso de las heridas emocionales… y consiguiendo así «sistematizar» de algún modo esa falta de humildad.

Recordemos: permitiendo que se dé este adormecimiento o amuermamiento de la humanidad…:

– nos alejamos más del alma (de la “igualdad álmica” -por eso hablábamos arriba de desigualar-)…

– y nos enredamos más en «sus inventos», en los inventos de los controladores (bandos absurdos, miedos «nuevos», sistemas trucados… guerras…)…

– y así somos más controlables, y esto, claro está, va en contra de la Manera de Dios, del camino de Dios… que consiste en permitirse sentir el alma y lo que contiene, para dejar fluir el error para que pueda disolverse y que así pueda entrar más verdad y, por lo tanto, más amor (y por lo tanto, poder ser realmente libres, es decir, ser el yo real, el alma).

Por cierto, el tema de “pecados sin culpa” se puede entonces enmarcar en lo que podríamos llamar paradigma conservacionista, donde el énfasis, en vez de en reparar o restaurar, está en «conservar» (hablando muy en general), como si lo que hay ahora fuera lo original o tuviera algo que ver con lo original, con el diseño original. (Ver en la página guía A.3, por ejemplo, los materiales sobre el entorno.)

Entonces, en esta Nueva Era “falsa”, «trucha»… la creencia falsa de que “el progreso conlleva degradación” se iría a hacer real y sistemática, en tanto que se cierra la herida sin sanar.

¿Qué conlleva que se cierre la herida emocional falsamente, es decir, sin sanar?

Pues parece que conlleva en parte que se haga “ley” la degradación del alma, o que se haga ley o se vuelva ley un cierto nivel de degradación del alma (aunque solo sea en lo relativo a “creerse dioses”, es decir, a todo lo que gira en torno a lo que se llama tradicionalmente «pecar contra el Espíritu Santo»)…

Entonces, se hace “ley”, decíamos… se hace “necesaria”… esa clase de degradación.

Ese cierre de la herida sin sanar también se ve en el engaño largamente preparado de virus y vacunas. (Un engaño ya desmontado científicamente, incluso, gracias al descubrimiento científico de Hamer y a muchas otras cosas y observaciones.)

Lo que habría atraído ese engaño es un conjunto de emociones bloqueadas en las almas, como siempre (sumadas individuo a individuo, y leídas por las leyes de Dios para que se puedan sanar mediante la ley de la atracción, etc.).

Y si se convive y se sistematiza la vida conviviendo con emociones así… con emociones que no terminan de ser «sanadas» y cuya «no sanación» es normalizada… sistematizada… entonces se normaliza la mentira y se intenta imposibilitar «para siempre» la disolución de esos errores emocionales que bloquean nuestra consciencia de ser almas (la más grande de las creaciones).

Volviendo a «la herida de comer carne»:

Se “cierra sin sanar”, o para que su “sanación” sea si acaso lenta… se haga lentamente (por las vías o caminos del amor natural).

Y así, entonces, se intentaría sellar -en ese y en muchos aspectos (parece)- el “autodepender”, la dependencia de uno mismo, la autodependencia que caracteriza los caminos del amor natural (entre los cuales hay mucha variedad y muchos tipos de fanatismos «conservacionistas»: católicos radicales que quieren conservar sus instituciones en esos planos espirituales elevados… o lo mismo pero los musulmanes, judíos, budistas, etc… todas las tradiciones, más o menos fanatizadas… con diversos grados de proselitismo más o menos agresivo, etc.).

Todos estos gestos contribuyen y se suman para ir “cerrando” lo humano a la guía celestial, contra la guía celestial (es decir, la guía que proviene de más allá del plano 6, de parte de espíritus que han transformado su alma y están en los estados de unidad con Dios… y que es una guía mucho menos intrusiva, es decir, que realmente siente el libre albedrío y su importancia… la importancia de ser almas, etc.).

Fijémonos entonces en cómo el ambiente mental no está en «reparar» ni en el arrepentimiento, es decir, no está puesto en reparar la relación con Dios y con el entorno (incluso ni aunque se asevere que sí).

El énfasis a menudo está en un modo de enfocarse en la tecnología como un paso más de “hacerlo por nuestra cuenta” (con esa actitud de la que hemos hablado, relativa a una suma de «dependencias sistematizadas» en algo «humano demasiado humano»).

Y es que, cuando uno lo piensa (llegándose quizá a agobiar…), parece evidente que es muy difícil salir de esto “con Dios” (ecología, etc.) y parece evidente que se necesita un ingenio «solo» humano… o trucos «solo» humanos para poder seguir en la marcha o inercia de “ir por nuestra cuenta” (teniendo en cuenta la enorme cantidad de humanos que hay, es decir, que tenemos que convivir en la Tierra (pues no se trata de simplemente matarnos, aunque en parte sí)… y que no somos en general casi nada sensibles a los principios de Dios, etc.).

Digo “evidente”, porque descubrir (redescubrir) nuevas formas de energía, leyes físicas, etc.., esos descubrimientos… no son eventos que parezca que vayan a estar directamente encajados en un “paradigma reparador”.

Vimos hace semanas esa idea de que quizá las vacunas sirvan para “desconectar”, “por genética”, o para intentar desconectar el cuerpo espiritual del físico (en algún sentido de “desconectar”). Es decir, puede que sirva para que por defecto haya cosas artificialmente instaladas en lo físico, y que vayan en contra de la verdad divina.

En concreto, que vayan contra la verdad de que:

– por un lado, tenemos ese cuerpo espiritual ya,

– es el cuerpo con el que seguiremos vivos tras «morir»,

– y, por otro lado, contra la verdad o el hecho de que ya, ahora mismo, podemos ser naturalmente conscientes de las experiencias en ese cuerpo.

Hacer esa separación entre alma y cuerpo espiritual/físico (o intentar hacerla en un mayor grado) es como que nos animaliza, a nosotros los humanos, en el sentido de que aleja más al alma de la posibilidad de discernirla, de serla, de vivirla o “entenderla”. (Y si le añadimos que las vacunas vienen de “vaca”, de ganado… entonces está todo dicho; el “ganado” animalizado es más fácilmente controlable; el hecho de que el mismo «ganado» acudamos en masa a ponernos cualquier tipo de vacuna (todos lo hemos hecho en algún momento, o casi todos) es el “sueño” de todo ganadero, es decir: no solo sus ovejas acuden solas al redil tras pastar donde les dijo que pastara el ganadero…, sino también van solas a vacunarse, al matadero, etc.)

Con esta crisis mediática de las vacunas, las pandemias mediáticas, etc., se ve de cierto modo la “verdad” del mundo, la verdad de la oscura condición álmica humana, muy asesina (condición del mundo y del alma humana)… se ve, en tanto que en general las guerras no eran entre bandos sino para crear caos y control, y contra la humanidad, el alma, Dios… (Lo digo, claro, porque esto sería como una especie de guerra.)

Lógicamente la verdad divina es lo más opuesto al paradigma de superioridad o control, y por eso buscaron atenuar los efectos de la encarnación de los 14 (entre ellos María Magdalena y Jesús) dando por ejemplo versiones o paradigmas de “comprensión espiritual” donde se confunden el amor natural y el amor divino, como vimos en las canalizaciones que suplantan la figura de Jesús, en esas canalizaciones impostoras o distorsionadoras, de muchos tipos -aparte de todas las demás maniobras u operaciones que son, digamos, más “físicas”, y que intoxican de muchas maneras el ambiente físico o mental-.

Entonces, el aspecto tecnológico de lo que está pasando y va a pasar tiene que ver con cierta “naturalización de la tecnología” y esto tiene que ver con que no se vaya a poder hacer distinción entre el amor natural y el amor divino.

La naturalización de la tecnología quiere decir que parece «llovida del cielo», natural… en un devenir donde el humano de cierta manera pasa a servir para la individualización de las tecnologías, o incluso pasa a ser un aplique de la tecnología, un añadido a ella, para servicio de ella y del control que ejerce sobre las motivaciones humanas (la tecnología y las grandes empresas globales que dejan «caer del cielo» las novedades controladoras, más o menos subrepticiamente totalitarias).

También hay «tecnologías ideológicas», que llevan mucho tiempo vivas en nuestras mentes. En todas las ideologías hay aspectos que pueden ser liberadores, al afrontar ciertas verdades; pero también hay aspectos que automatizan este «deseo de ignorancia» que está detrás de la automatización del control, etc., que estamos viviendo.

Por ejemplo, en el caso de los liberales, es decir, de lo que algunos llaman «ideología liberal»… ahí podemos hablar de muchos aspectos que podrían ser benficiosos… pero también podemos ver cómo en parte se naturalizaría ideológicamente el mundo humano.

El mundo realmente está basado en el «pecado», y por lo tanto, basarnos en ello pero sin darnos cuenta y encima con «deseo de ignorancia», es decir, sin querer darnos cuenta… es ilógico, insensato, pues si nos basamos en el pecado sin entender que eso causa dolor y sufrimiento, y sin querer entenderlo… entonces nos volvemos irracionales, al no entender que somos los causantes de nuestras desgracias.

Nuestras «desgracias», nuestras «caídas de la gracia», derivan de actuar desarmónicamente con respecto a los principios y leyes de Dios.

Es decir, creamos nuestro dolor -recordemos- al actuar o desear en desarmonía con respecto a cómo son realmente el amor y la verdad, es decir, con respecto a cómo son estos dos, amor y verdad, para el creador de nuestras almas.

Este mundo está en completo desajuste con respecto al diseño original de la Tierra y al propósito original de que encarnen almas en estos planetas… almas con un destino de elegir potencialmente eternizarse.

Por cierto, también hemos hablado a veces de… o bien, está en el aire el tema de… la «cosecha» de almas, y ahora quizá podemos aportar por fin cierta claridad simple que nos faltaba hace unos meses.

Y es que nos decía Miller que al final de los ciclos terrestres hay una mayor receptividad por parte de la humanidad al contacto con desencarnados.

Y así, justo esto es lo que vemos desde hace más de un siglo (recordemos el punto álgido que es Padgett, etc.), aunque haya sido gestionado digamos que “monopolísticamente” con fines de acumulación de poder y de «amaestrar» a la humanidad, subrepticiamente.

Esto nos va a servir para introducir el tercer texto o tercer tema de agosto, donde veremos lo que parece paradigmáticamente un buen ejemplo «político» para reunir estos temas más colectivos:
– veremos qué parece suceder con el país de Israel, su creación,
– la polarización buscada (el fomento del conflicto con los musulmanes, etc.),
– los desencarnados adictos a la superioridad y al control, que se sirven del conflicto y del miedo para seguir en su adicción emocional
– y hablaremos de que, lógicamente, la historia, la política y la antropología, para ser realmente «científicas», han de contar con la existencia y los actos de las personas que están en los planos superiores y en el plano primero… es decir, personas sin cuerpo físico, pero igualmente almas como nosotros.

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Una idea final que puede ser un «clic» importante, para sentir algo que quizá es básico para contextualizar lo que nos pasa aquí, y contextualizar la distorsión inmensa en que vivimos:

Podemos asociar la idea de humildad, también, con el hecho de que sucede como si el alma, a través de la “experiencia” del cuerpo espiritual, estuviera como entregada a los devenires del cuerpo físico, del mundo físico.

Una de las direcciones, o devenires, que ahora atraviesan a lo humano, es el de convertirnos en un medio para la vida de las máquinas

Índice

  1. La novedad humana
  2. En resumen: nuestro devenir «dictadura materialista»

1. La novedad humana
Saludamos nuestra maravillosa creación.
Todo es una sola relación.
Olvidarlo conlleva autodestrucción para los seres autoconscientes como nosotros, pues gracias al nivel de consciencia (de expresión de consciencia) que actualizamos aquí en lo físico, podemos inventar muchas cosas, y, como especie, dependemos en gran medida de un medio ambiente artificial, tecnológico.
Es decir, el medio ambiente donde vivimos está cargado de intenciones artificiales, de «inteligencia» humana que ha sido proyectada en procesos tecnológicos, en aparatos…
Y si nos despistamos del núcleo de la vida, esas intenciones que ya están ahí pueden gobernar nuestro proceso de vida, la ampliación de la relación que llamamos «ser humano»… y pueden convertirla en un proceso destructivo que afecte a la vida sobre la tierra (para ver algún ejemplo de esto, ver el punto 2 de este escrito).
Así que cuando nosotros nos olvidamos demasiado de «sentir esa unidad», las tecnologías nos pueden literalmente «comer», y con nosotros, prácticamente al resto de la vida sobre la tierra. Las tecnologías están en gran medida creando ahora la sociedad, en vez de nosotros crearla desde ese corazón del impulso humano, que está unido a toda la vida terrestre y «cósmica».
Así que somos una sola relación.
Y esta relación, entre espíritu y formas… es una de abrazo, de perfecta acogida…
El Espíritu Único abraza el mar de las formas, realizando como una expresión, una expresión de diferentes niveles de autoconsciencia en el programa universal, en la gigantesca, última y perfecta «tecnología» que es este universo. Continuar leyendo «Una de las direcciones, o devenires, que ahora atraviesan a lo humano, es el de convertirnos en un medio para la vida de las máquinas»

Empezando a entender "filosóficamente" cómo es que la corrupción impera por sistema. Simone Weil, «Echar raíces»

imagen corazón en círculo

«…la protección de la libertad de pensar exige que la ley prohíba a todo grupo la posibilidad de expresar una opinión. Pues cuando un grupo afirma tener opiniones tiende inevitablemente a imponerlas a sus miembros.» (Simone Weil, Echar raíces)

Por si no es obvio, en su texto Echar raíces, Simone Weil daba unas bases para comprender la obviedad de que la corrupción sea algo intrínseco a nuestro sistema —que esencialmente pretendía ser un régimen donde el móvil principal es el del beneficio.
Pero… ¿qué significa «comprender»? Es un movimiento de poner en conexión, de ampliar y facilitar la visualización de las relaciones entre, como veremos, por ejemplo: economía, «carencias espirituales»… y necesidades como la de obedecer, etc.
Y además —y en general debido a una «carencia» de tipo «espiritual», a una merma de «objetivos espirituales», que es lo que esencialmente tiene en cuenta esta filósofa en sus textos— también podemos entender otras muchas cosas —como por ejemplo que todo esto derive fácilmente en fascismo/esclavitud.
Ahora pongo la cita entera sobre «obediencia», pero a lo que vamos es a ver si el final nos convence o ayuda:

«Quienes favorecen un estado de cosas tal que el incentivo del beneficio sea el móvil principal para los hombres sustraen a éstos la obediencia, pues el consentimiento, su principio, no es algo que se pueda vender.

» Multitud de signos muestran que los hombres de nuestra época están desde hace tiempo hambrientos de obediencia. Pero se ha aprovechado la ocasión para darles la esclavitud.»

Weil dice que la obediencia es una necesidad del alma humana (pero obediencia que implica una sumisión no servil, ya que el consentimiento es dado esencialmente de una vez para siempre —es pues algo constituyente, es decir, relacional, que «fabrica» relación… fundamental…: co-sentir, con-sentimiento).
La cita entera: Continuar leyendo «Empezando a entender "filosóficamente" cómo es que la corrupción impera por sistema. Simone Weil, «Echar raíces»»