Cada vez que alguien tiene miedo
(excitado por los medios de comunicación torturadores…, y ya creo que llevamos un año entero…),
ejerce su libre albedrío para ello.
Recordemos…, el libre albedrío es un regalo de Dios, algo intrínseco al alma humana.
Y la gente, de inmediato, al elegir miedo, obtiene una consecuencia en el nivel del alma… inmediatamente (quien sea sensible a ello lo puede notar).
Muchos se metieron o se meterán por ello en cadenas de degradación de la condición de su alma.
Esas cadenas de eventos serán manejadas o dirigidas, después, y quizá de muy diversas formas… por diversos tipos de vacunas que puede que manipulen algo que desconocemos, en cuanto a cómo será el futuro de la progresión de nuestras almas… ralentizándolo, resituándolo, etc.
Igualmente, todos seguiremos en la progresión espiritual del alma, en nuestro cuerpo espiritual, pasando por muy diversos planos maravillosos.
Pero, entre tanto, los desencarnados más negativos, manipuladores (muy activos sobre parte de las élites y de nosotros), quieren que mucha gente degrade su alma para así sintonizarse más con ellos y con el devenir de su plano o dimensión – cualquiera que sea este devenir -.
Es como una invitación a millones de almas humanas, a nuestro libre albedrío (más o menos «desprevenido»).
Por cierto, parece difícil no contagiarse de este miedo, y no usar el libre albedrío en ese contagio para «votar por el miedo»… pues, en según qué condiciones, hay que estar muy alertas… y continuamente.
Y por cierto también, resulta que con esta crisis de tortura psicológica y de todo tipo de cosas torticeras es como quizá parece que estamos descubriendo,
a bofetada limpia,
que poner a los niños sentados 10 o 20 años en mesas delante de gente para «oír cosas»… no sirve…
cuando, en esos años,
todos pueden tener
(pues tierra y espacio no falta)
sus casas hechas (y muy sanas),
huertos…
…
muchos años disfrutados de responsabilidad cultivando en movimiento su relación con la Tierra, o por ejemplo caballos,
o lo que quieran…
… y su independencia sana…
aprendiendo realmente «ética»
(y viendo o usando las teorías, cuentos y ficciones que les dé la gana, además)
…
Y la «ética» se «aprende» relacionándose como «iguales», en proyectos que nos llenen y nos hagan DESEAR asumir responsabilidad física, emocional y espiritualmente.
(Lo digo porque el dolor que experimentamos, en esta crisis, puede tener que ver con muchos milenios de no asumir responsabilidad por cosas elementales…)