– enlace al audio o audios: Audio 1, con la lectura del primer texto: descarga (1) // en ivoox (1)
– enlace al texto 1, que vemos en el audio 1: pdf (versión 1.02, del texto. 30 de abril, 2023)
– enlace al texto 2, usado en algunas partes como «idea», para el comentario
(«Alma, mente del cuerpo espiritual, y cuerpo físico | Fragmento de preguntas y respuestas; Divine Truth, 2011«): pdf (versión 1.02, 30 abril 2023)
… en este audio… seguimos la serie de recordatorios sobre el alma, la verdad, Dios.
Aquí vemos algunas cosas en torno a la insinceridad o inautenticidad que conlleva el «tengo que».
Eso está en el texto 1, y es lo que leo en el audio 1. El texto 1 contiene parte de una transcripción de un encuentro de Jesús.
Esto complementa un poco, como vemos, los anteriores recordatorios (sobre bloqueos, etc.).
En el texto 2 vemos algo muy básico. Es una transcripción de un material de Jesús, sin casi comentarios. Jesús presenta ahí lo esencial de cómo usamos, en desarmonía, el cerebro/cuerpo-físico, y la mente/cuerpo-espiritual… Lo cuenta de una manera que incluso diríamos «iniciática» (y quizá lo veamos y/o comentemos en audios o vídeos).
En este audio …
enlaces: descarga / en ivoox
… a la luz de la «verdad divina«, os propongo algunas cosas evidentes sobre los temas del título, y también algunas preguntas sobre algo que ya sabemos y que no es meramente anecdótico: el sonambulismo, los espectáculos con hipnotizados, el «estado de sueño», etc…
Para ello básicamente, en la parte principal del audio, uso la lectura y comentario de un fragmento breve de un «cuento» de Hoffmann*.
Es un cuento muy serio, para nada «para niños». Es un relato encajado junto a muchos otros, casi todos «muy serios», en recopilaciones de «Cuentos».
Se titula: «Un fragmento de la vida de tres amigos«, y está en la serie «Los hermanos de San Serapión«.
Eso lo hago antes de hablar de otros ejemplos sacados de la «literatura»**, pero ya para ilustrar cosas más generales, digamos…
Al principio hablo de la novela de Gautier (siglo XIX) que enlazo abajo, junto al artículo que también mento, relacionado con ella:
** Los ejemplos de la literatura son:
– «Cárcel de amor«, de Diego de San Pedro
– «El conde Lucanor«, de Don Juan Manuel
– «El diablo cojuelo«, de Luis Vélez de Guevara
En este vídeo comentamos y vemos la primera parte de un vídeo* de Miller y Mary. Y en este otro terminamos: segunda parte.
Mark habla a través de Mary, y es una de las conversaciones más divertidas con un espíritu, Mark, pues sus gestos son muy claros (pese a que Mark se ha pasado mucho tiempo perdido en su miedo).
Es una interacción de ayuda de Mark, que es un desencarnado australiano granjero que murió en 1984, y se había pasado -tras un accidente violento- muchos años en un continuo frenesí de miedo, en el mundo espiritual.
Abajo pongo dos extensos índices sobre lo que tratan cada una de las dos partes en que vemos el vídeo (para poder ver los puntos esenciales y ver quizá solo algunos momentos instructivos y graciosos, pues es demasiado largo).
Índice
– ¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?
– ¿“Pecados sin culpa”?
– Cerrar la herida falsamente
[Texto en formato pdf junto los otros dos principales de agosto 2021: pdf]
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¿Cómo se intenta cerrar la herida sin sanar, y se «anestesia» o se intenta anestesiar el alma en la humanidad?
Esto que sigue a continuación, y que leo en el vídeo enlazado arriba, está inspirado en parte por el nombre de la empresa de Armando, con el que recientemente hice una conversación en audio aquí.
El nombre de la empresa es “Pecados sin culpa”, y se puede interpretar de muchas maneras… pero nos da pie para empezar a hablar de la anestesia humana sistemática, la anestesia del alma… una anestesia que en gran medida parece que buscan implantar los diversos grupos de controladores que querrían tener una humanidad controlable para poder seguir:
– adictos al poder,
– adictos a la idea de superioridad,
– adictos a sus heroísmos e historias varias tradicionales (culturales, políticas, religiosas… nacionalidades, sistemas diversos, instituciones y orgullos de todo tipo…)
– y adictos a cosas que son incluso mucho peores.
En general, a muchos tipos de grupos de personas desencarnadas les interesa en el fondo una humanidad «desalmada» para poder mantener intactas sus emociones no sanadas, en sus almas.
Son emociones relativas a la adicción al poder, al control, al sexo por el sexo, etc… y todo ello a veces dentro de creencias relativas a «ayudar a la humanidad», pero ayudando «sin Dios», es decir, con algún grado de «afán controlador», y, por lo tanto, egoístamente, es decir, protegiendo adicciones emocionales.
El tema del primer texto de agosto del 2021 es la conciencia, como órgano del alma para la verdad de Dios -para recibir la verdad de parte de Dios, sobre cualquier cosa-.
Ahí, siguiendo lo que hemos visto de la verdad divina por parte de Miller y Mary, insistí mucho en que podemos sentir, mucho más allá de lo intelectual… podemos sentir… cómo en la práctica y desde muy pequeños nosotros mismos apagamos o intentamos apagar la verdad de Dios.
Esta verdad se vuelve muy incómoda en un mundo donde casi todo va a la contra de ella:
– «verdades» de nuestra familia sobre el amor («verdades» que son creencias falsas casi todas…),
– «verdades» «sociales» sobre la vida, etc. (casi todas falsas…)…
La verdad de Dios se vuaelve incómoda, pero no es en sí misma incómoda, sino que nos libera (la verdad divina es lo que nos hace libres).
Así pues, lo que enlaza estos dos grandes temas a tratar en estos textos y vídeos de agosto es, claro está, esta cuestión de que “cerramos” o apagamos la verdad de Dios, o intentamos hacerlo… apagando el alma, apagando el hecho de ser almas.
La conciencia tiene directamente que ver con el control y el poder, al estar en el meollo de la posible “desigualación” de las almas.
El humano adicto, el humano emocionalmente adicto… “desiguala”.
¿»Desiguala»? ¿Qué quiere decir esto?
Si apagamos el alma… si apagamos el sentido y el sentir de ser almas… nos hacemos falsamente pequeñitos e innecesariamente «mediocres».
Por eso los adictos al poder y al control (en las élites humanas de los medios de «comunicación», empresas globales, etc…., y que están muy influidos por desencarnados que llevan milenios igualmente adictos, e influyendo durante siglos y siglos en los humanos)… por eso esos adictos… buscan tanto que:
– nos veamos con miedo entre nosotros
– o provocan falsas polarizaciones y bandos absurdos para que nos entretengamos (izquierda/derecha)
– dentro de sistemas que están trucados para que los más corruptos lleguen al «poder»
– guerras absurdas fratricidas
– pandemias inventadas por los medios de comunicación, y que provoquen más conflictos que serán somatizados (el miedo mata, literalmente, desgasta el cuerpo…, etc.)…
– o noticias falsas de todo tipo que provoquen que surjan o resurjan conflictos subyacentes en el alma, para entonces medicalizarlos, tratarlos a su manera, hacer negocio… etc…
… y todo para que el humano mismo fomente una especie de «inferioridad» artificialmente creada y fomentada siglo tras siglo.
Por ejemplo, al parecer no es nada nuevo esto de asustar con pandemias.
Imaginaos el poder del miedo en las ciudades de hace siglos, donde no había alcantarillado por ejemplo… donde no había la misma capacidad de higiene… imaginemos el poder destructor que se podía tener sobre la humanidad al encerrarla en sus casas (eso también lo hacían hace siglos… ordenaban encierros asesinos… como sucedió igualmente hoy en día, esta vez, igualmente bajo órdenes de poderes no controlados democráticamente)… imaginaos esos encierros hechos hace siglos… decíamos… cuando la gente literalmente se tendría que comer sus desperdicios (al no haber ni siquiera alcantarillado en unas ciudades más inmundas aún que estas actuales en muchos casos).
Pero, como sabemos por la verdad divina, el alma es la más grande de las creaciones de Dios, y somos un alma (mitad de un alma, para ser más precisos, según nos cuenta la verdad divina).
¿“Pecados sin culpa”?
Eso de pecados sin culpa (según cómo lo interpretemos) parece ser el lema de cierto intento de la “nueva era” (la faceta digamos “engañosa” de lo que podríamos llamar «nueva era»).
Lo podemos entender así:
Una vez establecidas las adicciones emocionales y las adicciones en general (a la carne, por ejemplo), se cierra la herida, pero se cierra sin sentir la emoción causal que provocaba querer “matar para sobrevivir”.
Y es que, aunque parezca que no, la creencia que en parte subyace a la masiva ingestión de cadáveres de animales (animales enormemente maltratados durante sus vidas y también a la hora de conseguir su muerte)… esa creencia es, en parte, que «hay que matar para sobrevivir».
«Matar para sobrevivir» digamos que sería parcialmente lo que está detrás del simple comer carne, es decir, esa creencia falsa está detrás de ese acto al que nos hemos acostumbrado y que para muchos es casi «una religión».
Nuestros antepasados, tras la caída y tras los milenios subsiguientes donde vivieron en una condición álmica muy degradada… claro que “necesitaban” “matar para sobrevivir”. Pero no está «en los genes» :).
Cerrar la herida falsamente
Vamos al tema central, que es muy simple e «interesante»:
“Se cierra la herida”, decíamos arriba…
¿Cómo se cierra la herida pero sin sanarla… por ejemplo en este caso concreto?
Pues con carne sintética (ya está inventada hace mucho, y tiene propiedades muy «buenas»).
La carne sintética nos permite “pecar” (cometer algo degradante para el alma, pero que ya no lo es).
Entonces, claro está, en realidad no pecamos, es decir, ya no hacemos nada de eso que era tan degradante, en realidad, pues en el caso de la carne sintética ya no será degradante para el alma -no lo será por los mismos motivos-.
Es decir, la compensación negativa, en el alma, por comer carne (esta vez sintética), no va a provenir ya de la industria de la carne y de su bestialismo normalizado, automatizado y «hecho religión»…, sino, si acaso, va a provenir de todo el “cierre falso de la herida”, es decir, de una falta de humildad, como siempre (es decir, de una falta de deseo de querer sentir todo lo que está bloqueando el alma… en tanto que son emociones causales que provocan nuestra ley de la atracción, individual y colectivamente).
Esa locura en la que estamos, la locura de la falta de humildad, sería en parte lo que se expresa en una posible interpretación de la frase “pecados sin culpa». (Esto no quiere decir que la culpa sea necesaria ni buena, sino que hay que entenderlo bien; ver la página guía A.4 y los materiales allí, por ejemplo, etc.)
No sabemos hasta qué punto esa locura, por cierto, estará extendida hacia los planos espirituales (al plano o esfera primera, y a los planos de más arriba (?), pues en ellos viven muchos espíritus en los caminos del amor natural y que no quieren saber nada de la distinción amor natural / amor divino).
No sabemos hasta qué punto la locura estará extendida en el sentido de conseguir “tecnologizar” -también en las esferas espirituales- el cierre falso de las heridas emocionales… y consiguiendo así «sistematizar» de algún modo esa falta de humildad.
Recordemos: permitiendo que se dé este adormecimiento o amuermamiento de la humanidad…:
– nos alejamos más del alma (de la “igualdad álmica” -por eso hablábamos arriba de desigualar-)…
– y nos enredamos más en «sus inventos», en los inventos de los controladores (bandos absurdos, miedos «nuevos», sistemas trucados… guerras…)…
– y así somos más controlables, y esto, claro está, va en contra de la Manera de Dios, del camino de Dios… que consiste en permitirse sentir el alma y lo que contiene, para dejar fluir el error para que pueda disolverse y que así pueda entrar más verdad y, por lo tanto, más amor (y por lo tanto, poder ser realmente libres, es decir, ser el yo real, el alma).
Por cierto, el tema de “pecados sin culpa” se puede entonces enmarcar en lo que podríamos llamar paradigma conservacionista, donde el énfasis, en vez de en reparar o restaurar, está en «conservar» (hablando muy en general), como si lo que hay ahora fuera lo original o tuviera algo que ver con lo original, con el diseño original. (Ver en la página guía A.3, por ejemplo, los materiales sobre el entorno.)
Entonces, en esta Nueva Era “falsa”, «trucha»… la creencia falsa de que “el progreso conlleva degradación” se iría a hacer real y sistemática, en tanto que se cierra la herida sin sanar.
¿Qué conlleva que se cierre la herida emocional falsamente, es decir, sin sanar?
Pues parece que conlleva en parte que se haga “ley” la degradación del alma, o que se haga ley o se vuelva ley un cierto nivel de degradación del alma (aunque solo sea en lo relativo a “creerse dioses”, es decir, a todo lo que gira en torno a lo que se llama tradicionalmente «pecar contra el Espíritu Santo»)…
Entonces, se hace “ley”, decíamos… se hace “necesaria”… esa clase de degradación.
Ese cierre de la herida sin sanar también se ve en el engaño largamente preparado de virus y vacunas. (Un engaño ya desmontado científicamente, incluso, gracias al descubrimiento científico de Hamer y a muchas otras cosas y observaciones.)
Lo que habría atraído ese engaño es un conjunto de emociones bloqueadas en las almas, como siempre (sumadas individuo a individuo, y leídas por las leyes de Dios para que se puedan sanar mediante la ley de la atracción, etc.).
Y si se convive y se sistematiza la vida conviviendo con emociones así… con emociones que no terminan de ser «sanadas» y cuya «no sanación» es normalizada… sistematizada… entonces se normaliza la mentira y se intenta imposibilitar «para siempre» la disolución de esos errores emocionales que bloquean nuestra consciencia de ser almas (la más grande de las creaciones).
Volviendo a «la herida de comer carne»:
Se “cierra sin sanar”, o para que su “sanación” sea si acaso lenta… se haga lentamente (por las vías o caminos del amor natural).
Y así, entonces, se intentaría sellar -en ese y en muchos aspectos (parece)- el “autodepender”, la dependencia de uno mismo, la autodependencia que caracteriza los caminos del amor natural (entre los cuales hay mucha variedad y muchos tipos de fanatismos «conservacionistas»: católicos radicales que quieren conservar sus instituciones en esos planos espirituales elevados… o lo mismo pero los musulmanes, judíos, budistas, etc… todas las tradiciones, más o menos fanatizadas… con diversos grados de proselitismo más o menos agresivo, etc.).
Todos estos gestos contribuyen y se suman para ir “cerrando” lo humano a la guía celestial, contra la guía celestial (es decir, la guía que proviene de más allá del plano 6, de parte de espíritus que han transformado su alma y están en los estados de unidad con Dios… y que es una guía mucho menos intrusiva, es decir, que realmente siente el libre albedrío y su importancia… la importancia de ser almas, etc.).
Fijémonos entonces en cómo el ambiente mental no está en «reparar» ni en el arrepentimiento, es decir, no está puesto en reparar la relación con Dios y con el entorno (incluso ni aunque se asevere que sí).
El énfasis a menudo está en un modo de enfocarse en la tecnología como un paso más de “hacerlo por nuestra cuenta” (con esa actitud de la que hemos hablado, relativa a una suma de «dependencias sistematizadas» en algo «humano demasiado humano»).
Y es que, cuando uno lo piensa (llegándose quizá a agobiar…), parece evidente que es muy difícil salir de esto “con Dios” (ecología, etc.) y parece evidente que se necesita un ingenio «solo» humano… o trucos «solo» humanos para poder seguir en la marcha o inercia de “ir por nuestra cuenta” (teniendo en cuenta la enorme cantidad de humanos que hay, es decir, que tenemos que convivir en la Tierra (pues no se trata de simplemente matarnos, aunque en parte sí)… y que no somos en general casi nada sensibles a los principios de Dios, etc.).
Digo “evidente”, porque descubrir (redescubrir) nuevas formas de energía, leyes físicas, etc.., esos descubrimientos… no son eventos que parezca que vayan a estar directamente encajados en un “paradigma reparador”.
Vimos hace semanas esa idea de que quizá las vacunas sirvan para “desconectar”, “por genética”, o para intentar desconectar el cuerpo espiritual del físico (en algún sentido de “desconectar”). Es decir, puede que sirva para que por defecto haya cosas artificialmente instaladas en lo físico, y que vayan en contra de la verdad divina.
En concreto, que vayan contra la verdad de que:
– por un lado, tenemos ese cuerpo espiritual ya,
– es el cuerpo con el que seguiremos vivos tras «morir»,
– y, por otro lado, contra la verdad o el hecho de que ya, ahora mismo, podemos ser naturalmente conscientes de las experiencias en ese cuerpo.
Hacer esa separación entre alma y cuerpo espiritual/físico (o intentar hacerla en un mayor grado) es como que nos animaliza, a nosotros los humanos, en el sentido de que aleja más al alma de la posibilidad de discernirla, de serla, de vivirla o “entenderla”. (Y si le añadimos que las vacunas vienen de “vaca”, de ganado… entonces está todo dicho; el “ganado” animalizado es más fácilmente controlable; el hecho de que el mismo «ganado» acudamos en masa a ponernos cualquier tipo de vacuna (todos lo hemos hecho en algún momento, o casi todos) es el “sueño” de todo ganadero, es decir: no solo sus ovejas acuden solas al redil tras pastar donde les dijo que pastara el ganadero…, sino también van solas a vacunarse, al matadero, etc.)
Con esta crisis mediática de las vacunas, las pandemias mediáticas, etc., se ve de cierto modo la “verdad” del mundo, la verdad de la oscura condición álmica humana, muy asesina (condición del mundo y del alma humana)… se ve, en tanto que en general las guerras no eran entre bandos sino para crear caos y control, y contra la humanidad, el alma, Dios… (Lo digo, claro, porque esto sería como una especie de guerra.)
Lógicamente la verdad divina es lo más opuesto al paradigma de superioridad o control, y por eso buscaron atenuar los efectos de la encarnación de los 14 (entre ellos María Magdalena y Jesús) dando por ejemplo versiones o paradigmas de “comprensión espiritual” donde se confunden el amor natural y el amor divino, como vimos en las canalizaciones que suplantan la figura de Jesús, en esas canalizaciones impostoras o distorsionadoras, de muchos tipos -aparte de todas las demás maniobras u operaciones que son, digamos, más “físicas”, y que intoxican de muchas maneras el ambiente físico o mental-.
Entonces, el aspecto tecnológico de lo que está pasando y va a pasar tiene que ver con cierta “naturalización de la tecnología” y esto tiene que ver con que no se vaya a poder hacer distinción entre el amor natural y el amor divino.
La naturalización de la tecnología quiere decir que parece «llovida del cielo», natural… en un devenir donde el humano de cierta manera pasa a servir para la individualización de las tecnologías, o incluso pasa a ser un aplique de la tecnología, un añadido a ella, para servicio de ella y del control que ejerce sobre las motivaciones humanas (la tecnología y las grandes empresas globales que dejan «caer del cielo» las novedades controladoras, más o menos subrepticiamente totalitarias).
También hay «tecnologías ideológicas», que llevan mucho tiempo vivas en nuestras mentes. En todas las ideologías hay aspectos que pueden ser liberadores, al afrontar ciertas verdades; pero también hay aspectos que automatizan este «deseo de ignorancia» que está detrás de la automatización del control, etc., que estamos viviendo.
Por ejemplo, en el caso de los liberales, es decir, de lo que algunos llaman «ideología liberal»… ahí podemos hablar de muchos aspectos que podrían ser benficiosos… pero también podemos ver cómo en parte se naturalizaría ideológicamente el mundo humano.
El mundo realmente está basado en el «pecado», y por lo tanto, basarnos en ello pero sin darnos cuenta y encima con «deseo de ignorancia», es decir, sin querer darnos cuenta… es ilógico, insensato, pues si nos basamos en el pecado sin entender que eso causa dolor y sufrimiento, y sin querer entenderlo… entonces nos volvemos irracionales, al no entender que somos los causantes de nuestras desgracias.
Nuestras «desgracias», nuestras «caídas de la gracia», derivan de actuar desarmónicamente con respecto a los principios y leyes de Dios.
Es decir, creamos nuestro dolor -recordemos- al actuar o desear en desarmonía con respecto a cómo son realmente el amor y la verdad, es decir, con respecto a cómo son estos dos, amor y verdad, para el creador de nuestras almas.
Este mundo está en completo desajuste con respecto al diseño original de la Tierra y al propósito original de que encarnen almas en estos planetas… almas con un destino de elegir potencialmente eternizarse.
Por cierto, también hemos hablado a veces de… o bien, está en el aire el tema de… la «cosecha» de almas, y ahora quizá podemos aportar por fin cierta claridad simple que nos faltaba hace unos meses.
Y es que nos decía Miller que al final de los ciclos terrestres hay una mayor receptividad por parte de la humanidad al contacto con desencarnados.
Y así, justo esto es lo que vemos desde hace más de un siglo (recordemos el punto álgido que es Padgett, etc.), aunque haya sido gestionado digamos que “monopolísticamente” con fines de acumulación de poder y de «amaestrar» a la humanidad, subrepticiamente.
Esto nos va a servir para introducir el tercer texto o tercer tema de agosto, donde veremos lo que parece paradigmáticamente un buen ejemplo «político» para reunir estos temas más colectivos:
– veremos qué parece suceder con el país de Israel, su creación,
– la polarización buscada (el fomento del conflicto con los musulmanes, etc.),
– los desencarnados adictos a la superioridad y al control, que se sirven del conflicto y del miedo para seguir en su adicción emocional…
– y hablaremos de que, lógicamente, la historia, la política y la antropología, para ser realmente «científicas», han de contar con la existencia y los actos de las personas que están en los planos superiores y en el plano primero… es decir, personas sin cuerpo físico, pero igualmente almas como nosotros.
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Una idea final que puede ser un «clic» importante, para sentir algo que quizá es básico para contextualizar lo que nos pasa aquí, y contextualizar la distorsión inmensa en que vivimos:
Podemos asociar la idea de humildad, también, con el hecho de que sucede como si el alma, a través de la “experiencia” del cuerpo espiritual, estuviera como entregada a los devenires del cuerpo físico, del mundo físico.
Este mensaje de Jesús es largamente comentado por Miller y Mary en una serie de vídeos (por ejemplo este, que he traducido en parte en este otro vídeo) donde hablan de muchas cosas con la excusa del mensaje, tan global, digamos, que contiene el siguiente texto.
El recopilatorio de las traducciones de los 4 esquemas de las conversaciones donde tratan estos dos mensajes de Jesús es este pdf.
Entre otras cosas, por ejemplo -y anecdóticamente- comentan que no hay problema con el tema de los trasplantes de órganos. Sí que por ejemplos sucede que los espíritus donantes de órganos (los que dejaron el cuerpo físico atrás y ahora siguen siendo, como siempre, un alma «invisible»… pero ahora con sus cuerpos espirituales) puede que estén de cierto modo «apegados a los órganos», debido a sus apegos a lo físico… y debido a sus adicciones, etc.; y, entonces, puede que acompañen de diversas maneras a los que reciben el órgano, o puede que impidan la recepción del órgano, etc.
Un mensaje anterior donde también Jesús habla de algunos de estos temas es este.
Estoy aquí de acuerdo con lo prometido, y deseo escribirte sobre un tema que todos los hombres deberían conocer. «Cómo el amor divino entra en el alma de un hombre».
Como te he dicho antes, el hombre es una criatura de Dios, que tiene cuerpo, espíritu y alma; y todos estos son necesarios para constituir al hombre perfecto. Pero estas tres partes del hombre son diferentes en cuanto a sus características y sus funciones, son separadas y distintas, y tienen cualidades que son diferentes tanto en la composición como en la duración de su existencia.
Como tú y todos los hombres sabéis, el cuerpo solamente existe durante la vida del mortal en la Tierra, y cuando esa vida termina se disuelve en sus elementos, que ya no podrán formar el mismo cuerpo ni en el mundo mortal, ni en el mundo espiritual, pues estos elementos son simplemente de la materia, y pueden ser usados y se usan para formar otros cuerpos y manifestaciones materiales en la naturaleza; no necesariamente se usarán para formar otros seres humanos, pues entran a formar parte tanto de las formas animales como de las vegetales, y están tan diseminados que nunca más volverán a ser las partes de un cuerpo resucitado. Los ortodoxos no enseñan esta verdad, sino que piensan que, de alguna manera misteriosa, el cuerpo mortal resucitará en algún momento.
No, cuando el cuerpo ya ha cumplido su función de mantener y proteger el alma y el espíritu del hombre durante su vida terrenal, ya no es ni puede ser parte de ese hombre, y puede ser considerado como algo que ya no forma parte del hombre.
Sin embargo, este cuerpo, de hecho, incluso durante la vida del mortal, no es el mismo cuerpo durante esa vida, pues continuamente hay cambios en los elementos que lo componen; y un elemento, o un conjunto de elementos, da lugar a otros, y se pierde o se absorbe en el gran mar de elementos que ayudan a formar o constituir el universo de Dios. Continuar leyendo «Jesús: cómo el amor divino entra en el alma del hombre | 23 de marzo de 1916»
Un mensaje anterior y también muy relevante es este (también dado por Jesús).
Este tema del alma es enormemente práctico y simple (se trata de volvernos seres «plenamente emocionales», dicho rápidamente -aunque esto se puede malentender-). Este asunto básico lo he resumido en la página principal o guía de la web, en sus primeros puntos (A.1, A.2, etc.).
Para ver enlaces a varios materiales prácticos sobre el alma (audios, vídeos), más modernos, dados por Miller de forma más desenfadada, gráfica y risueña (complementariamente a lo tratado en este mensaje), ver los apartados dedicados al alma en la página A.3.
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Jesús: El alma, lo que es y lo que no es (mensaje via Padgett, 2 marzo 1917)
Estoy aquí, Jesús.
Vengo esta noche a escribir mi mensaje sobre el alma, y lo haré, si podemos establecer el vínculo que se necesita.
Bien, el tema es de gran importancia y difícil de explicar, pues no hay nada en la Tierra -nada conocido por el hombre- con lo que se pueda hacer una comparación; y, por lo general, los hombres no pueden comprender la verdad ni la naturaleza de las cosas excepto por comparación con algo que ya saben que existe, y cuyas cualidades y características conozcan.
No hay nada en el mundo material que pueda proporcionar una base de comparación con el alma, y, por lo tanto, para los hombres resulta difícil comprender la naturaleza y las cualidades del alma mediante las meras percepciones intelectuales y la razón. Y para comprender la naturaleza de esta gran creación -el alma- los hombres deben tener algo de desarrollo espiritual y la posesión de lo que puede ser conocido como las percepciones del alma. Sólo el alma puede comprender el alma, y el alma que busca comprender la naturaleza de sí misma debe ser un alma viva, con sus facultades desarrolladas al menos en un pequeño grado.
Primero diré que el alma humana es necesariamente una criatura de Dios, y no una emanación de Él, como parte de Su alma; y cuando los hombres hablan y enseñan que el alma humana es parte de la Super-Alma, enseñan algo que no es cierto.
Esta alma es simplemente una criatura del Padre, al igual que lo son las demás partes del hombre -como el intelecto, el cuerpo espiritual y el cuerpo material-, unas partes que antes de la creación del alma no existían.
El alma no ha existido desde el principio de la eternidad, si puedes imaginar que la eternidad alguna vez tuvo un principio. Quiero decir que hubo un tiempo en que el alma humana no existía; y no sé si alguna vez llegará el momento en que algún alma humana deje de existir, ni tampoco ningún espíritu lo sabe; solo Dios conoce este hecho. Continuar leyendo «Jesús: el alma, lo que es y lo que no es | 2 de marzo, 1917»