La codependencia con mamá/papá: El cortocircuito mental-emocional del flujo en el dar y el recibir. Recursos

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Dar con culpa porque lo que damos es de mamá / papá (el narcisismo de las heridas)
─ ¿Recursos?

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Dar con culpa porque lo que damos es de mamá / papá (el narcisismo de las heridas)

Nuestra materialidad dependiente, ser dependientes, conlleva que la vida que tenemos, la vida material, si damos de ella, estamos dando de algo que no nos pertenece, sino que pertenece «a mamá» ─por ejemplo─.

Ese bloqueo aparentemente «inexpresable» lo he sentido toda la vida y en eso estamos. Es la relación de egoísmo, que se ancla en el intercambio emocional con los padres o quienes fueran tutores, y si tenemos en cuenta la definición de egoísmo que da Jesús: usar a los demás para no tener que sentir nuestras emociones heridas (miedo, etc.).

Es un cortocircuito emocional que muchos tenemos alojado como bloqueo en el alma (ánimo: emociones, deseos), y que lógicamente repercute en el ciclo de dar y recibir de nuestra vida material.

Esta inscripción, digamos, la inscripción en ese «ciclo natural» no nos surge espontáneamente, o no de manera sana ─no nos surge del alma─.

Sin embargo, los niños no tienen todavía tanto de ese miedo a compartir.

En realidad, con este cortocircuito parece que estamos expresando la herida emocional de «pertenecer» a mamá o papá, pues no por casualidad nos llaman «nuestros hijos», cuando, en realidad, no somos creados por ellos*.

Evidentemente no somos creados por nuestros padres, pues aunque no se quiera creer en Dios y hablemos solo de «leyes naturales», resulta que los padres no han creado la materia, los procesos biológicos, etc. 🙂

A veces nos quedamos toda la vida viviendo en esa especie de programación de «posesividad», y terminamos literalmente muriendo físicamente, en gran medida debido a no querer ser humildes con las emociones relativas a esas heridas, unas heridas que además hemos ido aumentando en la fachada, con capas y capas de emociones que son en gran medida negativas:
─ autoengaño,
─ compensaciones negativas recibidas en el alma por todo el «error» o «pecado» que hemos cometido después de la infancia, que es acumulado por nosotros en nuestra más o menos irresponsable vida, con el que dañamos el alma mediante la promiscuidad absurda, abortos, arrogancias diversas, etc.

¿Cortocircuito? Sí, pues entonces, cuando damos, puede que sintamos por ejemplo culpa (narcisismo), y, por lo tanto, cortocircuitamos la abundancia natural en el diseño de Dios de las cosas; o, si no queremos hablar de Dios: en el diseño simplemente «universal», pues se ve claramente que, si no tocamos mucho a la naturaleza, ésta es bien abundante, sólo que ahora la hemos machacado mucho (árboles, etc.) con nuestras obsesiones y miedos, y aparentemente no es fácil darnos cuenta bien visiblemente de la fertilidad universal natural ─todo el potencial de frutos de árboles, hongos, etc.─.

¿Recursos?

Es curioso: lo que hacemos industrialmente con las materias de la Tierra es evidente que trasluce una «casi infinita» abundancia de cosas… las que concebimos como recursos.

Antes de que esos «recursos» se agoten, en realidad, el ser humano descubre a menudo nuevos recursos, y, además, desarrolla cada vez más la eficiencia en el uso de los viejos recursos.

Esto sucedió al parecer en el prototípico caso del carbón, ya que el miedo que la gente también tenía y nutría ─el miedo que la gente cultivó a que el carbón se agotara─, no les sirvió de nada ─como ocurre con todo miedo, en el fondo─, ya que al final pasaron a utilizar otros recursos para todo eso que medio mal llamamos «la energía»… en los procesos industriales.

Es un tema muy divulgado por los «capitalistas libertarios» (Anxo Bastos, etc.), ya que tienen claro que usamos algunas falacias cuando hablamos de «recursos», y aunque ellos tampoco tengan «la última palabra», parece que tienen algo de razón cuando hablan de que «el agotamiento de los recursos es una falacia» ─vistos los datos históricos, al menos, en algunos casos claros─.

Reunimos y transformamos ingeniosamente una sorprendente cantidad de recursos mediante los circuitos industriales, pero en gran medida para derrochar antieconómicamente, en estos ciclos de desperdicio absurdo y dañino para nuestras almas, y por tanto para el mundo.

En esos usos antieconómicos y por tanto tan irracionales ─aglutinados en torno a ciudades llenas de personas que en el fondo estamos aterrorizadas─ también dañamos la calidad de los recursos «intrínsecamente gratuitos» globales: aire, agua…

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* En realidad, parece que nadie tenemos derecho intrínseco a llamar nada «nuestro», salvo quizá nuestro cuerpo, sobre el que ejercemos una influencia bien visible a través del estado de ánimo y sus prolongaciones y consecuencias… y salvo por el hecho de que, si alcanzamos un estado muy elevado de amor en condición de alma, entonces «nuestro» cuerpo lo podríamos desmaterializar desde ese alma que somos ─o sea, parece que estamos en todo nuestro derecho de hacer esa desmaterialización, por ejemplo tras morir físicamente, tal como habría hecho Jesús, excepcionalmente, tras esa muerte física en la primera vida, y como queda recogido no sólo por él, ahora, sino por otras revelaciones─.

El juego «político» de siempre en torno a la culpa: caso cambio climático

Otro «pecado original» manejado por soluciones colectivistas proto-totalitarias: el cambio climático.

El polítíco (mal llamado «político») sirve a este juego de la culpa. Y los políticos «izquierdistas» ─que conozco más o menos bien, y lamentablemente vengo un poco de ahí… de grupos intelectualistas así─… muchos izquierdistas, por lo que constaté, son a menudo extremadamente «cuervos» en este sentido, por resentidos… vampíricos resentidos colectivistas.

En vez de fomentar un sentido de responsabilidad con criterio, los políticos terminan sirviendo para vender soluciones de corporaciones y controladores varios (que hacen y acumulan poder, dinero, control… a la par que los políticos acumulan y nutren su sensación de dominación y de superioridad ─»yo sé más que tú sobre tus problemas»─).

Es decir, volviendo al clima… aprovechar que las masas se sienten acríticamente culpables para implementar soluciones parciales o directamente falsas, en este caso aplicadas al cambio climático (como en el 2020, por cierto, que en parte fue una crisis «falso problema», ya que si encierras y atemorizas a la gente vas a sacar muchas heridas emocionales a la luz, sí o sí… y se va a somatizar mucho).

El diagnóstico de por qué existe el cambio climático también podría estar erróneo, pues un factor clave podría simplemente ser la deforestación y el tipo de agricultura, y no tanto el uso de combustibles fósiles.

Sí parece que existe un incremento de temperatura brusco en estos últimos siglos, y que el manejo humano influye, obviamente, y que ese aumento hará más contrastado el clima… por lo que parece; pero ocurre que los controladores y sus sirvientes narcisistas políticos más o menos psicopáticos sirven para implementar «soluciones colectivistas» que parecen proto-totalitarias.

Y son soluciones con las que las corporaciones puedan acumular poder, control, dinero, etc.

Paradójicamente, entonces, estos políticos izquierdistas parecen servir a esos grandes «capitalistas» proto-totalitarios pro-monopolistas… en esta nueva era de industrialización (en este caso de industrialización de los cuerpos físicos humanos, etc.).

La propia culpa no sanada, la culpa de las masas (y el miedo de las masas, el miedo asociado a no querer sentir a fondo nuestra responsabilidad/culpa), eso que no sanamos dentro… eso, es lo que alimentaría este juego de dominación/sumisión, y parece que desde siempre.

El miedo, la vergüenza y la culpa… ¿son causados por la conciencia?

En este vídeo…

Enlaces:
– vídeo (YT):
https://www.youtube.com/watch?v=rZIBv5fghbI
– descarga: https://www.dropbox.com/scl/fi/4hfqzq16qjj071dghe488/20240922-El-miedo-verguenza-culpa_y-la-conciencia.mp4

… visualizamos una breve charla sobre la pregunta del título. Esa charla es parte del vídeo enlazado abajo*.

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* Visualizamos desde el minuto 48:45 a 53:00 de este vídeo que forma parte de la sesión 13 de Divine Truth ─del 2018─. Se titula: «20180321-1230 God’s Laws of Forgiveness & Repentance»):
https://www.youtube.com/watch?v=c8lA7dAWxoc
https://www.divinetruth.com/sites/main/en/index.htm#download-event-2018.htm
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El vídeo al que me refiero en un momento del comentario, y que hice hace poco, es este:
https://www.youtube.com/watch?v=_bb1ZelXmwA
– «Más de Jesús y María M. sobre el órgano de la verdad de Dios (conciencia) | Bélgica 2024«

Morimos de autoengaño: la muerte temprana de una niña, el alma y la influencia de desencarnados

[Actualización, 13 junio 2023: añadido el texto]

Índice
– Enlaces e introducción
– Índice del texto


Enlaces e introducción

En este audio (y texto de la transcripción ampliada y remodelada)…

– Enlaces del audio: descarga / en ivoox
– Enlace al texto: pdf (versión 1.01, 13 junio 2023)

… tratamos principalmente el ejemplo de una niña que murió cuando era muy pequeña.

Se trata de ilustrar cómo es que el autoengaño «mata» (el cuerpo físico), con más o menos «ayuda» (presencia) de desencarnados (bienintencionados o no).

El ejemplo de la niña me lo contó «mi madre» (biológica) ayer mismo (hoy es 11 de junio, 2023), en una larga conversación donde surgió esa anécdota que ella vivió ─y otras cosas─.

Vemos también otros ejemplos relacionados ─más personales─.

El índice de la transcripción y «ampliación» parcial del audio es

Índice (versión 1.01)

1. El caso de la muerte temprana de una niña que mi madre vivió en su juventud
2. Relaciones compulsivas impersonales
3. Volviendo al caso de la niña
4. Mi caso de “mujeres enfadadas con los hombres” (mujeres espíritu y mujeres a secas)
5. Síntomas físicos: no querer oír. Un “triángulo de las bermudas”… y de un “calzonazos”

Recordatorios, 1: Consecuencias: ¿correcciones, castigos… oportunidades? | Recordatorios sobre el alma, Dios, la verdad…

[Actuación (última): 27 abril 2023, revisión texto principal]

En este audio o serie de audios (y enlace a textos debajo) …

Enlaces a los audios:
descarga (1) / en ivoox (1) ||
descarga (2) / en ivoox (2) ||

Enlace al texto principal: pdf (versión 1.13, del texto; 27 abril, 2023)

Texto complementario (notas sobre el trauma, de un evento de Divine Truth): pdf (versión 1.02; 22 marzo, 2023)

… empezamos una serie de recordatorios sobre el alma, Dios…

En los audios vemos o veremos los apartados del texto arriba enlazado.

El primer audio trató del apartado 2 del texto — con la idea de entrar directamente al tema — .

En el segundo (audio titulado «Recordatorios, 1b…») leo y comento un poco el apartado 1, muy importante.

En otros audios leeré quizá los demás apartados.

El apartado 2 trata nuevamente sobre el tema de «los gritos dados a una madre por sus hijos», como ejemplo de aprovechar las «oportunidades de aprender sobre el amor», o dicho de otro modo, «aceptar positivamente» los regalos de «la vida».

En general, en este recordatorio hablamos del tema de los «actos» y sus «consecuencias»… que si «correcciones», que si oportunidades de aprender, etc.

Lista de los títulos de los apartados del texto (por ahora):

– Consecuencias: ¿“castigos”, “correcciones”… “oportunidades”? 
– Un evento controvertido: gritos a una madre
– Complemento tomado de las preguntas y respuestas del encuentro hecho el 12 noviembre del 2011 por Jesús y María Magdalena
– Cuando lo propio no es lo apropiado: la continuación de nuestra vivencia en el error, tras “morir”: de traumas y masacres como ejemplo extremo
– Apéndice sobre la masacre: ley de atracción; humildad, arrepentimiento y perdón; los indígenas de aquí y de allá…
– Volviendo a la semi-oración con nuestra madre, y la masacre
– Cuando los antepasados se “pegan” a ti

– Referencias

Descripciones de algunos audios

Descripción del audio 2

En este audio (Recordatorios, 1b…) vemos el primer apartado, el tema fundamental de ese texto de Recordatorios, 1.

En ese tema entrábamos directamente en el audio 1, donde tratábamos ese «ejemplo práctico» de «gritos a una madre» (que ya vimos).

Así, ¿qué es eso de las consecuencias de nuestros actos? ¿Qué pasa con eso?

Fijaros, seamos o no ateos, creamos en lo que sea…. en el fondo, más allá de las palabras y conceptos… todos vivimos las cosas, o las interpretamos… como si fueran «correcciones» o «castigos» dados por parte de una «vida dura»: «la vida es dura»… «la vida conlleva sufrimiento»…

Cómo se usan a menudo los bebés para que el hermanito mayor se haga su fachada, complaciendo a la mamá

En este audio (enlace a transcripción abajo, con aclaraciones)…
Enlaces al audio: en ivoox / descarga
… vemos una situación real, sencilla, que sucedió entre dos hermanitos y una mamá.

– Enlace a la transcripción: pdf, 9 páginas.

Uno de los hermanos es un bebé que llora.

El hermano mayor (5 años de edad) dice: «quiere molestar» (refiriéndose al bebé, atribuyéndole esa voluntad).

Evidentemente, esta situación, si no se trata, si no se entiende con lo que hemos visto sobre el alma… deriva en la literal locura que configura en gran medida esto que llamamos «civilización», o mejor dicho, muchas tendencias importantes en lo que rimbombantemente denominamos «civilización», pues, como vimos en otros audios, en gran parte lo que vivimos es un delirio «autosuficiente» e idólatra de la desarmonía, es decir, idólatra del pecado (actuación en desarmonía con los principios naturales, o de Dios, una actuación que daña el alma, y que por tanto tendrá efectos que habrá que gestionar, ya que el alma «gobierna»)… y ese delirio es superficialmente revestido de «civismo», «técnica», «educación», etc.

El hermano mayor puede terminar usando al bebé para crearse la fachada y complacer así a la mamá, pues el hermano mayor en general simplemente estaría sintiendo una frustración que en realidad es de la madre o del adulto que esté por ahí.

Esa frustración o enfado tampoco es de él, y la está «regalando», la está poniendo en palabras: «eh, el bebé quiere molestar». Está expresando una emoción que seguramente es en general de la madre, vivida en ese mismo momento – estaba con su madre en la situación real -: «siento que el bebé me quiere molestar» (emoción de la madre).

Este audio lo podríamos haber titulado también: «Cómo las mamás enseñan a juzgar», pues si al hermanito mayor se le deja sin más, y si él se cree su interpretación, entonces se le facilitará que él se cree, para sí mismo, esa especie de tendencia a juzgar, interpretar, condenar… etc.

 

Emociones de miedo: preguntas sobre el miedo, vergüenza, etc.

Índice
– Introducción
– Texto
– Audios
– Vídeos
Presentaciones de algunos audios o vídeos
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[Esta página está enlazada en la página guía sobre emociones.]

Introducción

En esta página voy a enlazar todo lo que vayamos haciendo, «sanando» y conversando sobre el texto de la sesión 5 de preguntas y respuestas, que realizaron en 2014 Jesús y María, donde hablan de las emociones de miedo, etc.

En torno a las preguntas que responden también surgen temas variados (vergüenza, incesto emocional, etc.). Continuar leyendo «Emociones de miedo: preguntas sobre el miedo, vergüenza, etc.»

El mundo al revés: perdonamos cuando tenemos que arrepentirnos, y viceversa

(Texto leído en audio aquí / Y enlace de descarga.
Audio complementario: La verdad acerca del arrepentimiento y del perdón (1) // )

Muy a menudo practicamos, sin darnos cuenta, una especie de arrepentimiento (contrición) con respecto a la gente que en realidad tenemos que «perdonar».

Insistamos de nuevo en que en realidad todo esto es un asunto emocional, en el sentido de que nos pasamos la pelota de las grabaciones emocionales.

Y sí, efectivamente, nadie tiene «la culpa»… pero al final, tampoco nadie se responsabiliza (pues hay muy poca gente humilde, en el sentido en que lo definimos aquí).

Para ver el caos que se forma debido a que nadie se responsabiliza, y ver cómo es que no sabemos responsabilizarnos (emocionalmente), podemos tratar el ejemplo -quizá muy típico- de las madres, que de alguna manera «son sagradas» (en este sentido erróneo):

Yo te parí, así es que autocúlpate todo lo que puedas…

…y ese tipo de cosas.

Entonces, las personas intentamos a menudo «expiar culpas», por ejemplo, como hijos, y practicamos la contrición o arrepentimiento como si les hubiéramos hecho a ellos -a los padres o a las madres- muchas «cosas malas».

Esto lo hacemos a menudo para no crecer, para no sentir la pena profunda asociada a cómo nos trató nuestro ambiente cuando éramos muy pequeños.

Es como si les debiéramos algo a los padres, buscando de este modo una especie de aprobación, o sea, buscando prolongar un estado en el que nos hemos juzgado a nosotros mismos, nos hemos culpado a nosotros mismos, por algo que en realidad no nos grabamos emocionalmente nosotros (vino del entorno hacia nuestra alma).

Esto lo hacemos muchas personas, inconscientemente, desde muy pronto en la vida, para así no recibir las energías de juicio que vienen de los «poderosos» adultos que nos rodean, incorporando así profundamente un sentido de invalidez, etc.

Es decir, lo que hacemos es juzgarnos antes de que nos juzgue la mamá o el papá.

De ese modo nos «protegemos», en el sentido de que ahora podemos controlar, o creemos poder controlar, lo que nos vendrá desde los adultos… y podremos así «evitar» que vuelvan a entrar las energías de juicio desde ellos (unas energías que tanto duelen, ya que, de pequeños, no tenemos casi más protección y guía que esas personas adultas de las que depende prácticamente todo).

Esto es independiente de que luego, efectivamente, en la vida, también podemos haber hecho «cosas malas» a los padres y madres. Pero, en un principio, no es así, pues básicamente somos espejos emocionales (en la primera infancia, como hemos visto en otras partes).

Así pues, en esa cascada de «autoprotección» invalidante, donde no nos protegemos en absoluto (en este «juzgarnos antes de que nos juzguen» tan dolorosamente los padres) hacemos durante la vida gestos de «arrepentimiento» donde lo confundimos todo… pues hacemos como si nosotros fuéramos los malos de la película… en vez de responsabilizarnos de nuestras emociones, pero en tanto que muchas de ellas son cosas que nos vinieron «desde fuera».

Es decir, en vez de «perdonar», «nos arrepentimos», y viceversa.

Y esas emociones basadas en el error entraron en nuestra alma desde el entorno, ya que nosotros éramos incluso bebés cuando por ejemplo las «sagradas madres» nos graban inconscientemente cosas que ni se dan cuenta que están grabando en nuestras almas.

Entonces, quizá ya de adultos, «expiamos» culpas arrepintiéndonos con respecto a personas que en realidad tenemos que «perdonar» (perdonar aquello que provenía de su alma, en la primera infancia)… perdonar en el sentido de responsabilizarnos de ese modo ya comentado, donde en realidad el «trabajo» es el de volver a hacer fluir todas esas emociones que ya tenemos dentro, que fuimos continuamente incorporando, y que provenían de, por ejemplo, toda esa parte femenina generacional… tan sacralizada, o bien de los padres, etc.

Entonces, tenemos estas dos formas -que es como si fueran simétricas- de responsabilizarnos de las emociones:

– arrepentirse: sentir con humildad, por ejemplo como padres o madres, cuáles eran las causas emocionales de aquella actitud que teníamos y que nos hizo proyectar contra, o juzgar, por ejemplo a unos niños pequeños,

– el perdón: responsabilizarnos igualmente de las emociones que hemos incorporado del ambiente, sin culpar, pero admitiendo la verdad: que nadie se merece nada, que nadie se merece eso.

Por ejemplo, un padre o una madre, debido a las proyecciones que ahora se da cuenta que «metió» en el alma de sus hijos… practicaría el arrepentimiento (concepto este que, como hemos dicho, se emplea para hablar de la tarea de responsabilizarse cada vez más concretamente de las emociones que seguimos teniendo bloqueadas, y que fueron las que nos hicieron proyectar en aquel momento hacia los niños).

Y, por otra parte, los niños, en general, o los jóvenes… practicarían mucho el perdón…. o sea, el responsabilizarse de las emociones proyectadas en ellos que se imprimieron en su alma… pero que, para recibirlas, ellos «no hicieron nada»,  «no se lo tenían merecido»; es decir: son objetivamente injustas, aunque ahora ya solo nos toque, en la vida, sentir (cultivar la humildad).

No hicimos nada para ganarnos esa «impresión álmica oscurecedora»… si la podemos llamar así. Y la parte que nos toca de «limpieza» con respecto a esa grabación, no es la de arrepentirnos por nada.

Cuando nos arrepentimos de algo que en realidad nosotros no hemos hecho (pues no nos hemos grabado esas emociones «juzgadoras», etc.), entonces, liamos mucho las cosas, pues la otra persona (por ejemplo un padre o una madre), que es la que realmente, en su alma, desearía trabajar el arrepentimiento para crecer (en este sentido técnico de deshacer las causas que le llevaron a grabar «emociones erradas» en los hijos)… esa otra persona, madre o padre… decíamos… entonces se ve en un papel que no le corresponde: tiene quizá un hijo, un nieto, sobrino, etc., que le representa, ahí delante, el papel de «soy culpable», y todo el rato (atraído por la ley de la atracción del padre o la madre, para que así este pueda volver a sentir ciertas emociones causales).

Como veis, esto es muy práctico, y es el caso de por ejemplo la gente que a menudo nos ponemos a cuidar a familiares mayores o ancianos, pero con unos sentimientos de lo que llamamos «culpa» (que es arrepentimiento por algo que en realidad no hicimos)… y así, estamos evitando perdonar, pues, como hemos visto, lo confundimos todo, lo mezclamos todo.

Ya vemos pues el lío que montamos en torno a este tema de «la culpa».

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Recordatorio:
todo esto no me lo invento yo, sino que está elaborado a partir de charlas y talleres de Miller y Mary.

La necesidad de instituir un "permiso" para ser padre/madre

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parque
Otro de los rasgos más tragicómicos de nuestra sociedad quizá sea el de que no tenemos una educación profunda y divertida para los «futuros padres» en torno a lo que conllevan los niños.
Y el ambiente que absorben los niños de pequeños es muy importante (literalmente lo absorben).
Esto es tragicómico porque es como una inmensa muestra de masoquismo generalizado, relacionado quizá con esa extraña frase hecha que dice que «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra».
Es tragicómico tener un «carnet» o permiso de conducir automóviles, y no tenerlo para los hijos.
Y es que estamos viviendo una gran mentira, porque nosotros no somos animales, es decir, nuestro entorno no es directamente «natural» o «biológico», sino cultural. Es decir, no salimos de nuestra guarida y nos comemos lo primero que nos encontramos por ahí, como hacen básicamente los animales.
Nosotros interaccionamos primero con un entorno de ideas materializadas e instituciones, y de gran parte de la humanidad casi literalmente se podría decir que «come dinero».
Igualmente, por eso mismo, si queremos que las cosas funcionen con alegría, armonía, abundancia… no debemos dejar que los padres tengan hijos como los tienen los animales, es decir, «espontáneamente».
Si queremos vivir en paz no nos podemos engañar: lo humano no es «espontáneo» en ese sentido.
Para nuestro estado humano lo «natural» sería que hubiera mucha comunicación en torno a la crianza, es decir, que los padres tengan una educación profunda, divertida, amable… sobre lo que significa la crianza, el amor, etc., pues, como hemos dicho, está demostrado incluso «científicamente» que los primeros años de los niños son fundamentales*.
Es decir, no hablamos de aplicar prohibiciones o restricciones, como las que creo que hay explícitamente en China en cuanto al número máximo de hijos… sino que hablamos de «saberes», de sabiduría… es decir, de comunicación amable sobre la realidad de los sentimientos y de las necesidades de los niños y de las personas cercanas a los niños en general. Continuar leyendo «La necesidad de instituir un "permiso" para ser padre/madre»