Índice ─ Introducción ─ Enlaces al audio ─ Texto del esquema
─ Notas ───
Introducción
Vemos en audio y en texto el siguiente esquema del grupo organizado por Jesús y María Magdalena en el 2016, sobre «Desarrollar la voluntad de amar«. Es el relativo a la sesión sobre: «Comprender mi voluntad«.
Los demás materiales se pueden ver enlazados y ordenados en la página dedicada a estos materiales del 2016 y del 2019: unplandivino.net/2016-grupos/
Texto del esquema
Comprender mi voluntad
¿Qué es la voluntad?
El libre albedrío es el regalo que Dios ha dado a todas las personas
Este don ya ha sido dado a todo el mundo que haya existido alguna vez.
Mi voluntad es el desarrollo personal y el uso personal del don del libre albedrío
Dios me ha dado la oportunidad de desarrollar mi voluntad por muchas razones amorosas.
Para que pueda ser un individuo que actúa, piensa y siente libremente.
Para que no sea un ser robótico controlado externamente.
Me da el placer potencial de dar y recibir amor.
Me da la alegría potencial de crear en armonía con el amor.
Me da la posibilidad de relacionarme con los demás y con Dios.
He sido concebido sin voluntad, pero con el don del libre albedrío
Cuando nazco, ya estoy influenciado por la voluntad de los demás.
Dado que he sido influenciado, ya tengo partes de mi voluntad en armonía con el amor, y otras partes de mi voluntad en desarmonía con el amor.
Pero todavía tengo que aprender que la forma en que elijo usar mi voluntad es mi responsabilidad.
Todavía no entiendo que puedo desarrollar mi voluntad y usarla como yo quiera.
Estoy aprendiendo a desarrollar mi voluntad a través de mi experiencia y mis elecciones
Cambiar mi voluntad puede ser tan simple como tomar una decisión diferente basada en el alma.
Cambiar mi voluntad también puede ser muy complejo e implicar muchas emociones contrapuestas.
Sólo yo puedo cambiar mi voluntad, pero puedo ser influenciado fácilmente.
Mi voluntad se origina en el alma, es una cualidad cuya base es el alma
Proviene del alma y manda sobre mis pensamientos, palabras y acciones.
Es el verdadero deseo, pasión, aspiración, anhelo e intención del alma.
Es la decisión más obvia que tomo en base a mi condición.
Gobierna todas las elecciones y decisiones emocionales, incluso las basadas en el miedo.
Está influenciada por:
Pensamientos, creencias e ideas en armonía o en desarmonía con el amor.
Anhelos y deseos en armonía o en desarmonía con el amor.
Aspiraciones e intenciones en armonía o en desarmonía con el amor.
Emociones y sentimientos en armonía o en desarmonía con el amor.
Acciones realizadas en armonía o en desarmonía con el amor.
Fuentes externas de las mismas [de todo lo anterior] en armonía o en desarmonía con el amor.
Presiones externas en armonía o en desarmonía con el amor. Continuar leyendo «Esquema de «Comprender mi voluntad»»
Índice ─ Introducción ─ Enlaces al audio ─ Texto del esquema ───
Introducción
Vemos en audio y en texto el siguiente esquema del grupo organizado por Jesús y María Magdalena en el 2016, sobre «Desarrollar la voluntad de amar«. En la sesión de esa hora se trató de esa pregunta: «Afrontar mi resistencia a la fe«.
Los demás materiales se pueden ver enlazados en la página dedicada a estos materiales del 2016 y del 2019: unplandivino.net/2016-grupos/
Texto del esquema
Afrontar mi resistencia a la fe
Introducción ¿Soy un adulto o un pequeño bebé?
Los bebés se sientan y lloran porque alguien no los cuida.
Los bebés esperan que otros los alimenten y los cuiden.
¿Soy autocomplaciente, apático, o tengo pasión por el Amor? Continuar leyendo «Esquema de «Afrontar mi resistencia a la fe»»
Tenemos creencias falsas sobre las motivaciones.
Las vemos en este audio.
Con estas creencias nos impedimos «sanar» el alma.
Es decir, con esas creencias no podemos eliminar de verdad las causas de lo que degrada el alma, y que, como el alma es «causal», si seguimos sin darnos cuenta de esas creencias no podremos eliminar los efectos de esa degradación ─sus efectos en «nuestras» vidas─.
(La causa de la degradación es el pecado en general, es decir: el deseo de ignorancia, la falta de arrepentimiento y de perdón, creencias falsas sobre Dios, etc.).
Hoy vemos pues el esquema sobre «mis motivaciones para pecar», perteneciente a los encuentros realizados por Jesús y María Magdalena en 2019.
Enlace a la página donde archivo estos materiales sobre los encuentros del 2016 y el 2019:
─ unplandivino.net/2016-grupos/
Mis motivaciones crean todas mis creencias, ideas, comportamientos, intenciones, deseos, aspiraciones y objetivos
La motivación es mi incentivo interno, impulso o fuerza motriz, ímpetu, estímulo, inducción, aliciente, incentivo, racionalización, explicación, causa, necesidad, o la razón de mis pensamientos, palabras, acciones, emociones o comportamientos.
Todas las motivaciones, sean amorosas o no, en sí mismas, tienen como causas subyacentes, o son impulsadas y creadas por combinaciones de:
Mi moral
Mi moral es lo que emocionalmente creo que es correcto o justo.
Mis valores
Mis valores son lo que emocionalmente creo que es importante, agradable o bueno para mí o para los demás.
Mi fe
Mi fe es lo que emocionalmente creo que es verdad para MÍ ahora y en MI futuro, e impulsa lo que aspiro o deseo: ser, creer (es o será posible para mi futuro), hacer o esperar
Corrupción
Dios creó el alma perfecta sin desarrollo moral y sin corrupción.
Para elegir el pecado, debe existir dentro de mí algún nivel de corrupción
2.1. 2.1. Qué es la corrupción
Corrupción es deshonestidad, vicio, depravación moral, maldad, manipulación, degeneración, iniquidad, malevolencia, decadencia, libertinaje, envilecimiento.
La moral, los valores y la fe corruptos son creaciones humanas.
2.2. Cómo se desarrolla la corrupción
El desarrollo se produce a medida que el ser humano elige libremente, acepta influencias, tiene experiencias y crece.
El alma humana posee un número casi infinito de atributos y características que pueden desarrollarse con o sin amor.
La corrupción transforma el alma de su estado natural de inocencia y perfección, tal como Dios la creó, a un estado de imperfección, eliminando las influencias amorosas, sinceras y morales, y añadiendo influencias desamorosas, falsas e inmorales.
La corrupción comienza al absorber los valores, la moralidad y la fe de los padres y de otros en el entorno, pero continúa cuando el individuo fomenta un mayor desarrollo y más deseos de falsedad, desamor e inmoralidad.
3. Mi motivación para pecar
Dado que la moral, los valores y la fe impulsan las motivaciones, mi motivación para pecar debe necesariamente ser algo que está impulsado por:
Mi moral corrupta
Lo que emocionalmente creo que es correcto o justo, pero en realidad es incorrecto o injusto desde la perspectiva de Dios.
Mis valores corruptos
Lo que emocionalmente creo que es importante, agradable o bueno para mí, pero que no es importante, crea dolor para otros o para mí mismo, o es malo para mí, y no tiene valor desde la perspectiva de Dios.
Mi fe corrupta
Lo que emocionalmente creo que es verdad para MÍ ahora y en MI futuro, que es defectuoso, está en desamor, es falso, y es irreal o falso desde la Perspectiva de Dios Continuar leyendo «Esquema sobre «mis motivaciones para pecar»»
Al hilo de lo que estamos viendo últimamente por ejemplo en «Desmitificando de nuevo la fe«: unplandivino.net/desmitificando-de-nuevo-la-fe/,
… podemos ver un caso concreto de persona que hace declaraciones de fe muy nítidas: Rubén Gisbert, que precisamente ha sido masivamente difamado a finales de este año 2024, pues, como sabemos, en el mundo estamos básicamente en emociones contrarias a la verdad (en miedo y en las creencias asociadas al miedo), y el error lucha contra la verdad «como gato panzarriba», dentro de nosotros.
Rubén hace declaraciones de fe muy manifiestas, independientemente de lo «pura» o impura que esta fe pueda ser.
La fe no es algo religioso. La fe es la actitud de algo así como una fidelidad a «la verdad interna», que también muestran los científicos, pues la fe se basa en hechos, aunque sean hechos de la certeza sentida internamente (lo que tradicionalmente se llama «conciencia», que es la voz de los sentimientos de la conciencia ─no «consciencia» con ese, sino «conciencia»─).
La fe es como una fidelidad a algo que sabemos que es verdad ahora, y que es algo que deseamos sinceramente para nosotros que sea verdad ahora y en el futuro.
La fe puede estar más o menos impura, en cuanto a que lo que cultiva esa fe sea más o menos fiel a la verdad… pero el fenómeno es el mismo.
La declaración que Rubén Gisbert hace a menudo, es la de «hacer lo que siente que debe hacer», una declaración de lealtad, para poder «morir tranquilo», pudiendo entonces mirar atrás sintiendo cierta paz en ese día de la muerte ─y en general poder mirarse al espejo en el presente, todos los días─.
Y Rubén claramente expresa, por cierto, que ni siquiera cree en la vida más allá de la muerte, y, por tanto, mucho menos «cree en Dios», aunque él y muchas personas asocian de manera irracional y extraña ambas cosas, es decir: la vida tras la muerte, y Dios ─como si fueran indisociables─).
Pero el tema no es ese, porque insistamos, la fe no es algo religioso.
Rubén lo expresa a menudo usando la palabra «deber», en relación a esa especie de «llamada interna» que todo el mundo de algún modo sentimos, y que tiene que ver con un cierto «ser fieles a la verdad y a uno mismo».
Rubén da uno de los mejores ejemplos que he visto nunca de declaración de fe.
Quizá ese tipo concreto de expresión le viene de familia (la expresión del «deber»), y, por cierto, quizá en su familia él tuvo una experiencia algo mejor que la promedio, en cuanto a que su padre y/o su madre puede que fueran más «éticos» que el promedio, en el sentido de que «mantuvieran su palabra» con él, aunque él «sólo fuera un niño».
Esto de ser coherentes con los niños no suele pasar a menudo, por lo que parece, ya que de pequeños todos somos traicionados casi todo el rato con displicencia condescendiente.
Es decir, por ejemplo no se cumplen las promesas hechas a los niños. Con ellos se justifica ser incoherentes. Incoherentes por ejemplo en la enseñanza de lo que se llama «valores», una enseñanza esta que suele ser «inconsciente» y que en general creo que todavía no se tiene como algo realmente importante o primordial, y que ─digamos─ es dada «por el ejemplo», un ejemplo que muchas veces es malo ─es decir, está en desarmonía con la verdad y con el amor─.
Índice ─ Introducción ─ Enlaces al audio ─ Texto del esquema ───
Introducción
Vemos el siguiente esquema del grupo organizado por Jesús y María Magdalena en el 2016, sobre «Desarrollar la voluntad de amar«. En la sesión de esa hora se trató de esa pregunta: «Cómo y por qué permanezco en desamor«.
Para crecer, hemos de desear sentir honestamente nuestra condición de alma actual, mientras cultivamos esa fe, ese «deseo activo» ─que tiene un concepto muy claro que hemos visto recientemente de forma muy objetiva─.
En el vídeo enlazado abajo*, Jesús habla sobre «¿cómo medir, cómo evaluar dónde estoy en el proceso de entender y soltar mi yo desamoroso?«. Empieza en el minuto 2:00, tras escribir la pregunta, y va tratando la verdad (frente al miedo), la fe, la acción y la humildad.
En el minuto 6:26 Jesús comenta que el diagrama se refiere a emociones individuales, y no se aplica a nuestra condición completa, total, salvo por la parte central sobre el terror ─el rechazo global al dolor y al terror─, pues ese rechazo global afecta a todo, es decir, gobierna un enorme conjunto de emociones.
Hemos visto, entonces, cómo se pueden usar las «herramientas» primarias (fe, humildad, etc.) para determinar dónde estamos en nuestro proceso, mediante el diagrama.
El diagrama lo miramos también al principio del vídeo en un formato que pongo también aquí abajo (enlace) ─en una aplicación online para representar cosas─:
En el anterior audio* vimos una serie de preguntas para cultivar nuestro deseo de reconocer nuestras creencias falsas sobre el principio más fundamental, el amor.
… al hilo del tema de la fe (de la que hablamos hace poco, y recordemos que todo el mundo tiene «fe» en algo, es decir, un «deseo efectivo» sobre algo), contextualizamos lo que estamos haciendo mediante unos ejemplos del uso que hizo Jesús en el 2019 de los siguientes conceptos:
─ valores
─ «moralidades»
─ fe.
Están extraídos del esquema sobre «Mi fe corrupta», del 2019 (Divine Truth, Jesús y María Magdalena).
En los ejemplos vemos cómo la fe gobierna nuestra condición actual en cuanto a qué es lo que valoramos («valores»), y qué tenemos como lo correcto («moralidades»).
Vemos la clara definición de «fe», que estuvimos de nuevo tratando en el canal de youtube hace poco tiempo («Desmitificando de nuevo la fe«**)
Enlace a la página donde archivo estos materiales sobre los encuentros del 2016 y el 2019:
─ unplandivino.net/2016-grupos/
Índice ─ Desmitificando de nuevo la fe
─ Un poco sobre nuestro tiempo
─ Aspectos en el desarrollo de la fe ─ Más materiales recientes sobre la fe _____
Un breve recordatorio de lo que ya en parte vimos:
El problema es que no se conciben como hechos los hechos que aparentemente son solo internos:
la experiencia emocional, que tiene que ver con el deseo, la intención, pasiones como las que muestran personas que son leales a ciertos «valores», etc.
Y eso es irracional.
Es irracional entre otras cosas por unos motivos en los que no entraremos mucho ahora ─que ya vimos y estamos todo el rato tratando─, y que tienen que ver con las muchas pruebas que existen para verificar las relaciones que existen entre:
─ el estado interno anímico de una persona
─ y los efectos visibles y materiales en la vida que rodea a esa persona (e incluso efectos en la materia, como el agua).
Los niños no piensan primero para aprender las cosas más difíciles, como son caminar, hablar, etc.
Los niños aprenden «emocionalmente», energéticamente, ejerciendo deseos (emoción = energía en movimiento).
Es decir, si no consideramos como hechos los de la experiencia emocional ─si no los consideramos sujetos a leyes como el resto de hechos─, atentamos contra la capacidad de hacer un uso cada vez más libre de nuestro libre albedrío, pues siempre empleamos nuestro libre albedrío ─todos lo hacemos─ también en relación a la experiencia interna.
Insistamos: También en relación a la experiencia interna.
Y si no usamos así, reflexivamente, el libre albedrío, entonces nos veremos influidos «sin saberlo» ─sin tomar consciencia de la influencia─.
El concepto de lo empírico se puede ampliar perfectamente a «los experimentos con uno mismo», que todos podemos realizar y comprobar.
Entonces, «todo» depende de cómo se defina la fe.
Fe es más que desear. Fe es un «deseo» digamos que basado en hechos, y que termina siendo efectivo (y por motivos racionales, es decir, sujetos a un proceso de entendimiento relativo a leyes).
Los niños aprenden a caminar porque, antes de saber pensar, sienten como algo valioso y posible el hecho del caminar. Lo desean, pues. Y como tienen fe, logran «hacerlo realidad» (como si hubieran «atraído un futuro»).
Y eso es fe porque está basado en una realidad, en hechos (adultos que caminan). La fe sería eso. Los niños sienten como valioso y posible un hecho que ven ahí fuera: los adultos caminan y hacen cosas que sienten como valiosas y que ellos no pueden hacer.
La fe es pues un deseo efectivo que trae de forma efectiva «el futuro posible» al presente que tendremos y seremos.
En eso los niños son además responsablemente amorosos, es decir, «cuidadosos», pues poder caminar les habilitará para:
─ quererse más o mejor a sí mismos ─si así lo eligen─,
─ querer más y mejor a los demás ─si así lo eligen─,
─ y querer más y mejor a la naturaleza ─si así lo eligen─.
(Y también, por cierto: para querer más y mejor a Dios.)
Los científicos tampoco ven las leyes que descubren, pues por definición una ley no es visible (jamás nadie ha visto una ley de la física, pero todos confiamos en ellas una vez que se descubren).
Los científicos en general se basan en hechos, SINTIENDO esa certeza que de cierto modo les guía en el refinamiento de la verdad (diciéndolo rápido).
Esos hechos no son solo «empíricos», materialmente hablando.
Un poco sobre nuestro tiempo
Somos muy hijos de nuestro tiempo, con sus carencias. Las leyes naturales no se ven y todos confiamos en ellas.
Es absurdo limitar lo empírico a lo físico, pues los hechos emocionales son hechos: Hechos del deseo, la intención, pasión… energía en movimiento… que es la emoción… Todos esos son también hechos.
Y tenemos nuestro libre albedrío para actuar sobre ellos.
No considerar esos hechos como algo sujeto a leyes es irracional.
Aquello famoso de la navaja de Ockham nos haría considerar la hipótesis simple y que puede darnos más resultados: que hay leyes para todos los ámbitos, si las hay para uno: el ámbito físico.
La humanidad va dando vuelcos, vaivenes entre diversos estados de mayor o menor ignorancia sobre temas fundamentales. Hace no muchos años la creencia en «la vida después de la muerte» estaba basada en hechos (era por tanto fe, ya que la fe es racional, está basada en hechos, y además estaba y está comprobado que nadie «muere» tras «morir»).
Estos hechos se admitían como comprobados en múltiples personas muy serias, que hablan y siguen hablando con las personas que continúan viviendo en las siguientes partes del universo («mundo espiritual»).
Hoy en día hay una artificial y cobarde forma de pensar sobre este tema, y que parece estar alimentada:
─ por nuestra pereza,
─ por nuestro deseo de ignorancia basado en nuestro miedo…
─ por el actual tratamiento absurdo y artificialmente autolimitado de lo «paranormal», etc. (en programas de TV supuestamente especializados, etc.), cuando, sin embargo, ya se comprobaron muchas cosas en esos ámbitos de «lo espiritual».
Durante años hubo al parecer mucho dinero invertido en difamar o distorsionar lo descubierto. La humanidad se permitió eso, digamos, al dejarnos guiar por nuestras malas intenciones en general.
Y todo gira en torno al libre albedrío, es decir, en torno a las adicciones a controlar el alma humana… a nuestra adicción a dejarnos controlar (adicciones al poder en general, etc.).
Aspectos en el desarrollo de la fe
Tenemos el ejemplo del niño aprendiendo a caminar, que Jesús utiliza a menudo:
El niño ve el hecho de que los adultos caminan. Ese hecho es motivador para activar en el ánimo del niño la chispa de aspiración* que activa el deseo de caminar, y que será «fe» en tanto que será un «deseo efectivo» si puede cultivarlo humildemente ─mientras el entorno le permita tener humildad con sus emociones─**.
Un «científico» en general ve hechos que siguen un patrón consistente. Él, ella, siente por tanto que hay verdad en torno a esos hechos, y que esa verdad o verdades se pueden entender y descubrir como ley: una ley (o varias) que regula los hechos en cuestión.
El científico tiene además herramientas que le sensibilizan con el sentido de la certeza, le sensibilizan con una especie de «amar la verdad y la certeza»: Son las herramientas matemáticas, conceptuales, lógico-instrumentales.
Con su fe, el niño es «científico» en el mismo sentido en que el adulto es «científico».
Así pues, en todo caso vemos algo posible y que notamos como valioso, algo que intuitivamente valoramos.
Otra cuestión es que eso que valoramos sea o no realmente valioso, es decir, redunde en el crecimiento o desarrollo de nuestra alma ─y por tanto del resto de almas y del entorno─.
Eso dependerá de las heridas emocionales, que, si nos resistimos a liberarlas, en general nos harán valorar y aspirar por cosas que en el fondo son dañinas ─nos harán tener ciertos tipos de «fe impura»─.
Las heridas emocionales (miedos, vergüenzas…), recordemos, son cosas que al principio no podemos evitar absorber de pequeños, y que en gran medida nos «construyen» ─condicionan─ para ser «a imagen del mundo», «a imagen de los falsos dioses», es decir, de los «legisladores» emocional-mentales en que convertimos a los padres, a los adultos, etc. ─en que se convierten en general los adultos que nos rodean─.
Estos adultos modelan el «falso amor» que expresa el mundo en los comportamientos ya generalizados desde una base principalmente de miedo. Y así, los adultos que nos «educan» en gran medida sustituyen a Dios y a nuestro yo real ─sustituyen a nuestra consciencia y a nuestra conciencia─.
Volvamos a lo natural: El niño que aprende a caminar en general no actúa desde las heridas emocionales, pues se permite desarrollar esa habilidad intrínsecamente valiosa.
En principio, a cada momento, tenemos mucha o poca experiencia previa con tal «intuición valorativa», con la capacidad de intuir, que nos hace aspirar a cosas. Esa capacidad actúa desde dentro de nuestro ánimo y nos advierte de que podemos conseguir algo valioso.
Por lo tanto, de forma natural tenemos una especie de «percepción emocional», una «intuición» que es previa al saber pensar intelectualmente. Es una percepción de las posibilidades, que además es valorativa.
Eso nos permite crecer de forma natural en nuestra responsabilidad:
─ En nuestra responsabilidad con respecto a nuestro entorno como almas, como vida: el entorno de ese «ánimo» que somos, de la vida que somos…;
ese «entorno» podemos decir que es el cuerpo físico, es decir, el «traje» que «se pone» nuestra vida, nuestra alma, un traje avivado por la vida de nuestra alma, un traje que tenemos para poder experimentar, para recoger experiencias en el ánimo, en el alma… y un traje que es acompañado siempre por el cuerpo espíritu, tal como iremos aprendiendo… y por el mundo físico o la dimensión en la que estemos, etc.
─ Crecer en nuestra responsabilidad con nuestra propia vida, nuestro propio ser vida, ser alma, estar animados por una vida regalada, y que sentimos porque la somos, todo el rato.
Podemos decir por tanto que el niño desea de forma natural caminar, «imitar» las destrezas operativas de las personas a su alrededor, incorporarse a nuevos mundos, estar en contacto con nuevas perspectivas, desarrollos…
De por sí el niño no tiene miedo, es decir, no está bloqueado en su ánimo ante el desarrollo de esta dotación natural que es su vida como alma. No tiene miedo, a no ser que el entorno se lo imprima y él lo acepte en su ánimo, lo cual es muy probable, ya que los niños desean sin límite, sienten intensamente, son «esponjas» emocionales y están rodeados de «gigantes» que pueden controlar su vida física para bien o para mal.
Ese «sentido direccional virtuoso», con esos aspectos principales como principios «acompañantes» (deseo, responsabilidad, vida…) sería la fe, la fe en acción, cultivándose.
Como vemos, la fe es un potencial del alma, del alma en cuanto que voluntad. El alma es lo que somos, creada por Dios, y contiene regalos como «la voluntad» y el deseo. Nuestra fe es esa cualidad desarrollable, tal como nos cuenta Jesús.
Cultivar la fe es purificar el deseo. Si la fe está basada en hechos, y si a las verdades absolutas (como la de que «Dios es bueno») las podemos también llamar «hechos», entonces cultivar la fe conlleva purificar nuestro deseo cuando esa fe se pone como objeto la verdad de Dios.
La verdad de Dios contiene desde las leyes físicas naturales hasta las leyes que rigen nuestra relación con Dios, como almas.
Más materiales recientes sobre la fe
Por ejemplo, el audio que enlazo en el siguiente texto:
─ «¿Valores, moral, fe? ¿Cómo las enseñanzas de Jesús distinguen entre esos conceptos en el 2019? | Contextualizando la lectura de los esquemas«:
─ unplandivino.net/valores-moral-fe-esquemas/
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* Es aspiración, porque el niño se responsabiliza de su propio deseo. La inspiración es cuando delegamos ─a sabiendas o no muy a sabiendas─… cuando delegamos en alguien la generación de nuestro deseo (como ya vimos, esas otras personas o entidades que nos motivan desde fuera a desarrollar el deseo son desencarnados, o bien otras personas encarnadas, o bien Dios, si se lo pedimos a través de nuestra conexión con el órgano de la conciencia que todos tenemos, etc.).
(Para este tema ver ejemplos breves donde Jesús comenta esta básica diferencia entre aspiración e inspiración, como por ejemplo en el minuto 20 en el material titulado: «20160528-1210 My Choice To Develop My Loving Self Q&A»)
** Humildad para poder aprender a caminar, es decir: poder liberarse, mediante llorar sin miedo, mediante sentir sin miedo la «pena».
Con esa pena profunda, expresada (es decir, humildemente sentida), es como en general nos podemos liberar de la firma emocional que muchas caídas, errores, etc., tienen en nuestra alma.
Esos errores bloquean, llenan nuestra alma, debido a no haber liberado esas firmas emocionales de las experiencias. Eso está en nosotros como material de «error», que crea nuestra mala condición álmica.
Y como nos cuenta Jesús, necesitamos liberar humildemente el error para poder desear efectivamente la verdad que lo sustituya y nos libere del todo ─la verdad correspondiente al aspecto concreto que es el que está bloqueado o clausurado por un error concreto─.
El error, y en general el pecado, generan miedo, y el miedo genera dolor.
Los errores y los pecados son creencias falsas ─o bien se quedan así como activando, en su base y en general, tales creencias falsas─. Esas creencias están dentro de nosotros como emociones.
Están en nuestra alma, y cuando tratan sobre cosas fundamentales (sobre la vida, el amor, etc.) nos condicionan enormemente si no procesamos humildemente esas creencias y esas emociones ─condicionan las aspiraciones que tenemos─.
Pero sólo nos condicionan, insistamos, debido a que nos resistimos al dolor ─y en general a las emociones─, pues no somos humildes como niños ─no volvemos a ser «como niños»─.
[A esta entrada básica sobre la fe, remite la página-guía principal de esta web, la A.1]
A partir de estas enseñanzas* que estamos viendo y con un poco de lógica, tenemos:
1. La «fe» está basada en hechos;
como en los científicos:
es algo que tiene que ver con un proceso; algo que de cierta manera «abre» o acompaña un proceso.
Uno no «espera» «cosas absurdas», sino cosas basadas en algo ya vivido de alguna manera, en algún grado, y ya comprobado en algún grado, o que se sospecha o se «intuye» que «podría ser así o asá»;
por cierto, en esto también vale la experiencia de otros, y cómo al conocer tal experiencia nosotros sintamos que son sinceros, etc.
Por ejemplo, el caso de que hayan visto un «espíritu» claramente
(hay millones de personas que así que lo recuerdan, y la hipótesis es que todos de pequeños habríamos visto «algo», simplemente por la razón de que ya seríamos también un cuerpo-espíritu; etc.)
2. La fe como «la sustancia de las cosas que se esperan»;
es decir, lo sustancial, lo que hace que no sea insustancial esperar algo, y esperarlo uno de forma personal; y esperar algo muy concreto, esperar eso y no otra cosa, etc.
3. Sinónimamente a la anterior:
«la fe como certeza en cosas invisibles»;
igualmente, certeza «como la de los científicos»:
certeza más o menos «certera» a la larga; certeza en que podrán encontrar nuevas cosas y articulaciones lógicas en su discurso sobre la realidad, de modo que su discurso e ideas puedan portar y aportar más verdad, y ésta pueda ser transmitida y usada cada vez mejor (recordando que la verdad libera).
4. La fe como deseo efectivo y activo.
Esta última «definición», como se ve, complementaría muy bien lo anterior. También lo dice Jesús así: la fe genera deseo.
Por ejemplo, antes de tener deseo de arrepentirse o de perdonar, hemos de tener fe en lo que eso conllevará (como algo benéfico, como algo armónico con «lo que haría Dios», etc.).
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* enseñanzas de divinetruth.com, pero en las definiciones 2 y 3 están las inspiraciones muy célebres y antiguas, que podemos ver en Saulo de Tarso en diferentes traducciones, y que son fácilmente articulables con lo que estamos viendo (tal como hace el mismo Jesús, que articula algunos elementos clave de la tradición, aunque en general diríamos que pocos).
– También en ese audio cometo un desliz, por cierto, pues es Saulo, no «Paulo» – me bailaron las consonantes 🙂 -.
– También hago otra referencia, más anecdótica, a una frase «literaria»; la uso para hablar del deseo en este contexto; contiene la palabra «testigo» y está sacada, como digo, de la literatura. (No importa mucho el detalle, pues está sacada de contexto**.)
La obra es muy antigua, Cárcel de amor, de Diego de San Pedro.
Es un género de ficción llamada «ficción sentimental» (se puede ver aquí: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/carcel-de-amor–0/html/fedfc8d4-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html).
La frase es: «tu deliberación sea testigo de mi diligencia» (en esos «usos raros» antiguos, «deliberación» también significaba «liberación»).
** Es una obra literaria diríamos que «medievalizante», en realidad, aunque publicada en 1492. Trata sobre «los problemas con el amor» que se traían :)… y claro, usando la palabra «amor» «de aquella manera»; es decir, y como ya sabemos, igual a como la usamos hoy: usándola para significar «heridas emocionales» y «bombeo de las heridas emocionales» 🙂