La codependencia con mamá/papá: El cortocircuito mental-emocional del flujo en el dar y el recibir. Recursos

Índice
Dar con culpa porque lo que damos es de mamá / papá (el narcisismo de las heridas)
─ ¿Recursos?

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Dar con culpa porque lo que damos es de mamá / papá (el narcisismo de las heridas)

Nuestra materialidad dependiente, ser dependientes, conlleva que la vida que tenemos, la vida material, si damos de ella, estamos dando de algo que no nos pertenece, sino que pertenece «a mamá» ─por ejemplo─.

Ese bloqueo aparentemente «inexpresable» lo he sentido toda la vida y en eso estamos. Es la relación de egoísmo, que se ancla en el intercambio emocional con los padres o quienes fueran tutores, y si tenemos en cuenta la definición de egoísmo que da Jesús: usar a los demás para no tener que sentir nuestras emociones heridas (miedo, etc.).

Es un cortocircuito emocional que muchos tenemos alojado como bloqueo en el alma (ánimo: emociones, deseos), y que lógicamente repercute en el ciclo de dar y recibir de nuestra vida material.

Esta inscripción, digamos, la inscripción en ese «ciclo natural» no nos surge espontáneamente, o no de manera sana ─no nos surge del alma─.

Sin embargo, los niños no tienen todavía tanto de ese miedo a compartir.

En realidad, con este cortocircuito parece que estamos expresando la herida emocional de «pertenecer» a mamá o papá, pues no por casualidad nos llaman «nuestros hijos», cuando, en realidad, no somos creados por ellos*.

Evidentemente no somos creados por nuestros padres, pues aunque no se quiera creer en Dios y hablemos solo de «leyes naturales», resulta que los padres no han creado la materia, los procesos biológicos, etc. 🙂

A veces nos quedamos toda la vida viviendo en esa especie de programación de «posesividad», y terminamos literalmente muriendo físicamente, en gran medida debido a no querer ser humildes con las emociones relativas a esas heridas, unas heridas que además hemos ido aumentando en la fachada, con capas y capas de emociones que son en gran medida negativas:
─ autoengaño,
─ compensaciones negativas recibidas en el alma por todo el «error» o «pecado» que hemos cometido después de la infancia, que es acumulado por nosotros en nuestra más o menos irresponsable vida, con el que dañamos el alma mediante la promiscuidad absurda, abortos, arrogancias diversas, etc.

¿Cortocircuito? Sí, pues entonces, cuando damos, puede que sintamos por ejemplo culpa (narcisismo), y, por lo tanto, cortocircuitamos la abundancia natural en el diseño de Dios de las cosas; o, si no queremos hablar de Dios: en el diseño simplemente «universal», pues se ve claramente que, si no tocamos mucho a la naturaleza, ésta es bien abundante, sólo que ahora la hemos machacado mucho (árboles, etc.) con nuestras obsesiones y miedos, y aparentemente no es fácil darnos cuenta bien visiblemente de la fertilidad universal natural ─todo el potencial de frutos de árboles, hongos, etc.─.

¿Recursos?

Es curioso: lo que hacemos industrialmente con las materias de la Tierra es evidente que trasluce una «casi infinita» abundancia de cosas… las que concebimos como recursos.

Antes de que esos «recursos» se agoten, en realidad, el ser humano descubre a menudo nuevos recursos, y, además, desarrolla cada vez más la eficiencia en el uso de los viejos recursos.

Esto sucedió al parecer en el prototípico caso del carbón, ya que el miedo que la gente también tenía y nutría ─el miedo que la gente cultivó a que el carbón se agotara─, no les sirvió de nada ─como ocurre con todo miedo, en el fondo─, ya que al final pasaron a utilizar otros recursos para todo eso que medio mal llamamos «la energía»… en los procesos industriales.

Es un tema muy divulgado por los «capitalistas libertarios» (Anxo Bastos, etc.), ya que tienen claro que usamos algunas falacias cuando hablamos de «recursos», y aunque ellos tampoco tengan «la última palabra», parece que tienen algo de razón cuando hablan de que «el agotamiento de los recursos es una falacia» ─vistos los datos históricos, al menos, en algunos casos claros─.

Reunimos y transformamos ingeniosamente una sorprendente cantidad de recursos mediante los circuitos industriales, pero en gran medida para derrochar antieconómicamente, en estos ciclos de desperdicio absurdo y dañino para nuestras almas, y por tanto para el mundo.

En esos usos antieconómicos y por tanto tan irracionales ─aglutinados en torno a ciudades llenas de personas que en el fondo estamos aterrorizadas─ también dañamos la calidad de los recursos «intrínsecamente gratuitos» globales: aire, agua…

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* En realidad, parece que nadie tenemos derecho intrínseco a llamar nada «nuestro», salvo quizá nuestro cuerpo, sobre el que ejercemos una influencia bien visible a través del estado de ánimo y sus prolongaciones y consecuencias… y salvo por el hecho de que, si alcanzamos un estado muy elevado de amor en condición de alma, entonces «nuestro» cuerpo lo podríamos desmaterializar desde ese alma que somos ─o sea, parece que estamos en todo nuestro derecho de hacer esa desmaterialización, por ejemplo tras morir físicamente, tal como habría hecho Jesús, excepcionalmente, tras esa muerte física en la primera vida, y como queda recogido no sólo por él, ahora, sino por otras revelaciones─.

A través de las nieblas | Capítulo 20: La tierra de Beulá

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

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Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados. El audio de este capítulo está allí enlazado. Y, como en otros audios, hice un comentario al final del audio, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.

Reuniré todos los textos de este primer libro de R. J. Lees (A través de las nieblas) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl y google) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

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Notas al capítulo

(Abajo van notas que refieren en parte a lo tratado en la conversación sobre el capítulo de María Magdalena y Jesús (2014):
20140603 Through The Mists – With Mary & Jesus – Chapter 20
https://www.youtube.com/watch?v=dvtfrExTCqI)

─ El nombre Beulá, un nombre hebreo de mujer, y que significaría «mujer casada», es empleado en varios lugares para referirse a cierta tierra o lugar como «esposa» (Isaías 62:4 por ejemplo). Se puede entender como una tierra prometida, o mejor, una vista de esa tierra. La implicación sería el de un lugar «entre medias», no siendo totalmente «el cielo», pero mucho mejor que lo experimentado en la Tierra o en las esferas más bajas del mundo espiritual. Como indican en el vídeo referido arriba, correspondería a cualquier localización física en la Tierra donde empezaran a ver signos de la tierra prometida. Uno de esos lugares, no muy grandes, sería llamado «Beulah», «Beulá», como refiriéndose más a una «vista» del terreno antes que al terreno mismo, y así, entendido como enlace entre el afuera y el adentro de la tierra prometida (ese enlace correspondiendo al concepto de «casada»).
─ Fred en este capítulo está viendo las vistas de lo que tiene por delante en su progreso, pero no serían vistas del ámbito celestial (no de la esfera o dimensión 8) sino de alguna esfera inferior (por ejemplo, tampoco sería una vista de la transición entre las esferas 6 y 7).
─ Fred es abrumado y le desafía hasta sus límites la presencia o la vista de tanto amor, aunque todavía no sea ni siquiera la experiencia de ese nivel de amor. Recordemos que el amor no es satisfacer adicciones emocionales (codependencia); no tiene que ver con obtener «comodidad». Nuestro miedo limita nuestra experiencia, cada vez que limitamos nuestra capacidad de ser abrumados emocionalmente.

─ Tener una opinión errada no es el problema, el problema es «tenerla en desamor», ser desamorosos en ello. Cometer errores de opinión no es el problema, y exigir de alguien que no los cometa es desamoroso. Eso prácticamente sólo se lo podemos «exigir» a Dios, porque es absolutamente perfecto en el amor y la verdad.

─ Al final del audio de este capítulo leí también la parábola de los talentos, y Juan 14, así como la nota sobre codependencia que hice, titulada: «La codependencia con mamá/papá: El cortocircuito mental-emocional del flujo en el dar y el recibir. Recursos«: unplandivino.net/codependencia-familia-cortocircuito/

Puntos para la reflexión (propuestos por Jesús y María M.):
Respuestas terrenales al éxito
─ Considera cómo respondemos habitualmente en la Tierra al éxito de los demás.
No hubo envidia ni sentido de competencia en aquellos que se quedaron atrás después de la ceremonia.
Sin embargo, a menudo en la Tierra tenemos diferentes respuestas al éxito y progreso de los demás.
¿Cuáles son algunas de las maneras heridas en que observas que tú y los demás responden al progreso de los demás?

Aspiración
─ Observa qué ejemplos de amor y verdad ves a tu alrededor.
¿Estás permitiendo que estas cosas ayuden a que tu esperanza y tu fe crezcan?
¿Hay ejemplos en tu pasado, tal vez no relacionados con el progreso espiritual, pero instancias en las que un ejemplo, o presenciar algún potencial en otros o en tu entorno, te haya inspirado a crecer, cambiar o desarrollar una habilidad?
─ Myhanene dice “mira lo más lejos posible a lo largo del camino de tu futuro desarrollo”.
¿Haces esto en relación con tu crecimiento espiritual?
Si es así, ¿cómo te hace sentir imaginar esto?
Si no, ¿por qué no? ¿Qué emociones te impiden hacerlo?

Diferencias y opiniones
─ En el mundo espiritual, se estimulan y aceptan las diferencias entre los individuos y las opiniones diferentes. Los factores clave que se respetan y consideran son aspectos de la ley en cuanto cuestiones que están gobernadas por el amor. Además, las opiniones no se confunden con la verdad.
Considera estos hechos y compara cómo la vida en la Tierra y las situaciones de tu vida difieren de esta realidad.
¿Cuán abierto estás a que otros tengan opiniones diferentes a las tuyas?
¿En qué medida confundes la opinión con la verdad?
Considera cómo las experiencias de tu infancia pueden haberte hecho sentir que las opiniones de tus padres eran la verdad.
Reflexiona sobre cuántas de las opiniones personales de tus padres todavía aceptas como verdades en tu vida cotidiana.

Versión en español

CAPÍTULO XX
LA TIERRA DE BEULÁ

Cuando los visitantes, a quienes sólo puedo describir como procedentes de la región montañosa y de más allá, se hubieron retirado, los que se quedaron en la llanura, en vez de expresar inútiles lamentaciones y desacuerdos con la selección hecha ─como es tan generalmente costumbre en la Tierra─, se abrazaron, felicitaron y regocijaron unos con otros porque se les había permitido participar de los placeres que yo había presenciado. No hablé con ninguno de ellos, aunque muchos pasaban cerca de mí de vez en cuando, pues sentía en mi interior el reconocimiento de que, aunque estaba con ellos, no podía considerarme uno de ellos; en realidad, no era más que una especie de visitante a quien se dispensaba una cortesía inaudita al familiarizarme con las muchas fases de la vida celestial, pues aunque era un ciudadano de la inmortalidad, no estaba en absoluto seguro de cuál sería mi condición y posición cuando terminasen mis halagüeñas andanzas. Sin embargo, por las observaciones que hice y las expresiones que oí, deduje que si la gran mayoría no había sido trasladada, todos habían sido beneficiados y elevados por el servicio. Todas las almas se habían acercado y se habían preparado para el cambio que finalmente se produciría en todos. Si aún no habían alcanzado la norma, se habían acercado a ella; si en el santuario del silencio no habían oído realmente la voz del Omnipotente, al menos habían escuchado el imponente silencio que precede al sonido. Por lo tanto, eran más fuertes, más santos, más felices, por la experiencia que habían compartido, mientras volvían a casa llenos de una esperanza en la que no había lugar para la decepción. Continuar leyendo «A través de las nieblas | Capítulo 20: La tierra de Beulá»

A través de las nieblas | Capítulo 18: La familia del cielo

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

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Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados. El audio de este capítulo está allí enlazado. Y, como en otros audios, hice un comentario al final del audio, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.

Reuniré todos los textos de este primer libro de R. J. Lees (A través de las nieblas) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl y google) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

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Notas al capítulo

(Abajo van notas que refieren en parte a lo tratado en la conversación sobre el capítulo de María Magdalena y Jesús (2014):
20140501 Through The Mists – With Mary & Jesus – Chapter 18
https://www.youtube.com/watch?v=5IfEJ0S8uFA )

─ «la ley que siempre obra para asegurar la santidad; y después, los medios para alcanzar esa condición bajo las circunstancias más favorables para el individuo«: La ley, la ley del amor, o leyes: «llevar a todos hacia la santidad», es decir, diseñada ─para todos─ para llevarlos a todos a una condición más elevada de amor. También las leyes de Dios, en la Tierra, funcionan para eso mismo.
─ Las «circunstancias más favorables» para nosotros, como individuos, pueden ser bastante «infernales» si nuestra condición es más baja. Si pudiéramos poner a una persona de condición muy baja en la esfera 2, se crearía «caos».

─ Cuando en el capítulo se habla de «twin souls«, se refiere a las almas gemelas: las verdaderas relaciones «de sangre» son las de las almas gemelas. Las dos mitades se unen, y esas a su vez pueden reunirse en grupos de afinidad.
─ En la relación con nuestra alma gemela aprenderemos cosas sobre el amor que sólo podríamos aprender ahí. Dios ha creado este, como cualquier otro sistema (almas gemelas), por razones amorosas, con las que usualmente no queremos conectar.
─ Sucede incluso a menudo que nos odiamos a nosotros mismos, y por eso imaginemos el colmo que sería encontrar nuestra otra mitad 🙂 , reflejándonos ella o él justo aquello que no nos gusta de nosotros mismos, o mejor dicho, aquello que a nuestros padres y madres no les gustaba de nosotros mismos, y que a menudo hemos asumido.
─ A menudo somos demasiado adictos a obtener aprobación de nuestra familia biológica, que en realidad muchas veces nos sigue dañando en las relaciones que buscamos, o que continuamos teniendo con más o menos inercia.

─ Literalmente no somos padres o madres de «nuestros» hijos; Dios es el padre, y nosotros hermanas o hermanos del niño/a. Con el hijo podemos compartir nuestra quizá algo mayor sabiduría ─una sabiduría sobre el amor y sobre el padre común, Dios, y sus leyes «naturales»─.
─ No tenemos el derecho a hacer nada con este niño que Dios no haría. Pero creemos que es de nuestra propiedad, y por lo tanto que tenemos «derechos».
─ El «afecto puro», del que habla el texto, no es el familiar afectivo que se suele considerar tal cosa ─regalos más o menos protocolarios, etc.─. Muchas reuniones familiares no tienen sentido porque no hay una conexión real de amor, por mucha demostración que haya, etc.

─ Jack podría ir a ver a sus padres si quisiera, pero es muy improbable siquiera que desee ir a verlos, cuando no hay enlace de amor que lo lleve ahí. Cuando Fred saca este tema está denotando una herida emocional en él mismo. Los padres es probable que no tengan amor por el niño Jack, visto lo visto acerca de su vida. La herida de Fred se demuestra al preguntar si es que el niño no va a ver ya nunca más a sus padres.

─ María Magdalena, en esta vida, tenía asma cada vez que volvía a la casa familiar. Era debido a que a menudo uno reprime emociones y su auténtica identidad cuando vuelve «a casa». Los padres crean emociones de culpa, etc., en los niños para que sintamos desde pequeños obligación, etc.
─ Las relaciones familiares han de sufrir cambios grandes si queremos tener alguna felicidad en la Tierra.

─ La preocupación de Fred: ¿contar estas cosas entonces desmotivaría el crecimiento en la Tierra, sabiendo que vamos a vivir luego mucho mejor «de todas maneras» en el cielo? La verdad es el portal al amor; siempre nos libera.

─ El concepto del «cielo completo»: refiere al arrepentimiento de los padres; pues a menos que los padres sintamos arrepentimiento, puede ser muy difícil que volvamos a ver a los hijos en mucho tiempo:
«En tales visiones he visto a la última alma arrepentida de la Tierra acercarse al trono, mientras todo el cielo guardaba silencio en presencia de la sobrecogedora alegría de que, por Su perdón de este último pecado, Dios estaba a punto de añadir el toque final a la gloria de los redimidos«.

─ Vimos al principio del libro ejemplo de una mujer que se aproximaba a sus hijos, nada más llegar al mundo espiritual, pero que todavía no podía atreverse a hablarles. Esa mujer, que sería su madre, no estaría arrepentida. ─ E incluso, aunque alguien haya perdonado (como el caso de esa hija), o bien, precisamente porque alguien ha perdonado ─o es capaz de ello─, los padres puede que huyan de esa hija contra la que cometieron los pecados.

─ El principio es que si la persona no se siente arrepentida por las acciones que previamente tomó hacia ti, entonces es muy probable que continúe realizando esas acciones; y entonces, si continúas en ese ambiente, la estarías ayudando a continuar con esas acciones hacia ti ─ayudándola a ser desamorosa contigo─. El amor hacia uno mismo está relacionado, así, con el amor a los demás.

─ A veces se retira a los niños de sus padres maltratadores, pero a menudo se les devuelve a esos hijos aunque sus padres no se hayan arrepentido por su mal comportamiento. Esto se ve en los temas de «asuntos sociales» y demás instituciones que trabajan con los niños, pero que, al devolverlos a unos padres no arrepentidos, los hijos han de salir de nuevo de esas familias maltratadoras, y a menudo con todavía menos confianza en todo.

─ «Satán» es mencionado, pero no se sugiere que exista un Satán. Myhanene sabe que Fred ha crecido en entorno bíblico, y todo el concepto de «Satán» pero visto como condición permanente, va contra todas las leyes de Dios; entonces, o bien no puede existir, o tendrá que volverse un hijo arrepentido de Dios en el futuro. Y eso es lo que Myhanene sugiere en ese párrafo.
─ En las religiones justifican cosas ilógicas diciendo que Satán nunca fue un hombre.

─ Cuando se refieren a «Cristo», se refieren a la condición de unidad en amor con Dios.

─ Fred es humilde al preguntar cosas, y no da insinuaciones ─no habla con indirectas que denotaran una intención más o menos impura─, sino que es directo; en su corazón abre el espacio para la respuesta que fluirá cada vez más naturalmente, así como «llamada» por la humildad de Fred.

─ Tenemos la siguiente parte, donde se refiere al provecho que tendría a veces para un familiar estar lejos de su familia (si la familia lo ama realmente, entonces la familia no querría que ese familiar se quede con ellos, «sacrificándose» ─ sacrificando el provecho que podría obtener este familiar gracias a estar ausente─): «El egoísmo es erradicado y nuestra felicidad aumentada diez veces más por la ausencia de aquellos que amamos, cuando sabemos que esto les asegura su bienestar, más de lo que lo haría su presencia y el consiguiente sacrificio del provecho que necesariamente sobrevendría».

Puntos de reflexión: (este es el final del esquema sobre este capítulo de Jesús y María M.)
* El perdón, el arrepentimiento y su importancia para la progresión.
¿Qué heridas tengo en mis relaciones familiares? ¿Tengo un sentimiento de derecho, expectativa o culpa hacia mi familia que limita la expresión de tus verdaderas pasiones y deseos?
* Examina la compañía que tienes: ¿con quién pasas la mayor parte del tiempo y por qué?
¿Pasas tiempo con personas que comparten tus pasiones y valores (como ocurriría en el mundo espiritual)?
* Reflexiona sobre los valores y las pasiones que observas en las personas con las que pasas más tiempo: sé sincero sobre cómo de similares son esos valores con respecto a los tuyos.
* Reflexiona sobre los valores y pasiones que observas en las personas con las que pasas más tiempo: sé sincero sobre lo que ves de diferente a lo que tú valoras y te apasiona.
* Reflexiona sobre lo que te atrae de las personas con las que pasas más tiempo: ¿es predominantemente el miedo o el amor?

Versión en español
CAPÍTULO XVIII
LA FAMILIA DEL CIELO

A medida que Myhanene se acercaba a nosotros, la descripción de mi compañera como una epístola viviente de humildad perduraba en mi mente, pero también creí detectar la realización de otro ideal planteado por Jesús, que sus seguidores debían esforzarse por alcanzar: ‘Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no puede esconderse‘. Brillando con el resplandor autorradiante de las verdades espirituales que él había aprendido y asimilado en las mayores altitudes de su más brillante hogar, cómo no iba a ser bienvenido, viniendo como el profeta de esa vida que tenemos ante nosotros, cual avanzadilla que nos indica lo que seremos cuando alcancemos esas alturas. Continuar leyendo «A través de las nieblas | Capítulo 18: La familia del cielo»

El error de la promiscuidad se fomenta en los hogares con el incesto emocional

Captura de un momento visualizado

En este vídeo…
…enlaces:
─ YT:
https://www.youtube.com/watch?v=98N49zCmj1Y
─ Descarga:
https://www.dropbox.com/scl/fi/ix7ysxeqjdi9aycpjf6ty/20241208-Promiscuidad-incesto-emocional.mp4

… vemos cómo la propensión a la promiscuidad sería fomentada y creada muy tempranamente en la infancia ─junto a las adicciones sexuales en general─.

En este caso vemos la intervención de un chico joven*, Jadda, que expone su caso de relación emocionalmente incestuosa con su madre, y Jesús expone cómo eso interfiere en el tipo de «vida sentimental» que tiene y puede tener Jadda.

Su madre tuvo una ruptura con el padre de Jadda cuando éste tenía 5 años de edad. A partir de entonces la madre fue sintiendo más y más a Jadda como «el hombre ideal» (este sería sólo uno de los factores que «crean el incesto emocional»).

Al final del vídeo Jesús también hace una observación sobre lo difícil que resulta ayudar a prostitutas/os y suicidas en el mundo espiritual (cita uno de los mensajes de Padgett, donde se habla un poco de ello).

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Vídeo original (vemos desde el minuto 29.00 hasta el final):
https://www.youtube.com/watch?v=d7K6Zd1Kh10
20160309-1330 Session 2 Personal Feedback

 

Desencarnado Eugene Morgan, amigo de Padgett, comenta sobre el proceso

Captura de una de las partes visualizadas

En este vídeo…
… enlaces:
─ YT: https://youtu.be/1vwpAh1woKg
─ Para descargar:
https://www.dropbox.com/scl/fi/7v1pwusk0nb8m153oh6kp/20241123-Desencarnado-E_-Morgan-amigo-de-Padgett.mp4

… visualizamos la primera parte de la canalización* y ronda de preguntas que hacen a un desencarnado, Eugene Morgan, que fue amigo de James Padgett (canalizador de Jesús en la primera parte del siglo XX, antes de toda la confusión que hemos vivido en ese siglo y en este XXI, con todas las suplantaciones de Jesús que han sido canalizadas e impulsadas por varios grupos de espíritus, de desencarnados).

Esto tuvo lugar el año 2024, en el encuentro final de la gira fuera de Australia, de Jesús y María Magdalena.

Me alargo mucho en algunos comentarios:
─ comentarios sobre el tema del alma gemela, actualizando en parte sobre algunas cosas relativas a la comprensión de esto, ayudados por lo poco que comentan Morgan y Jesús;
─ comentarios, al final, sobre heridas emocionales, ya que este caso de Morgan se parece mucho al de muchos hombres hoy.

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* Vídeo original (hasta minuto 36:21)
https://www.youtube.com/watch?v=3HF8KalxPAY
20241102 1400 DT Living Room Tour US event 13 Day2 Part2

Directos, 5, 6 y 7 de abril, 2024

5 abril

– Directo 1: https://youtube.com/live/BcMzBppIfqE
– Directo 2: https://youtube.com/live/s0bjZ0tbflk
– Directo 3: https://youtube.com/live/qvGTNByNs9g

En los vídeos de directo de hoy, vemos una parte (enlazada abajo, después del comentario sobre el día 6*) de los materiales de divinetruth.com

El tema es uno muy relevante en nuestras vidas, aunque no lo parezca: la influencia de los desencarnados a través de nuestras heridas emocionales.
Empezamos viendo un ejemplo concreto, y en el resto de directos de hoy (que tuvimos que separar por diversos motivos) vemos algunas cosas básicas.
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6 abril

– Directo: https://youtube.com/live/pT3cdY8VRUw

En el vídeo de directo del día 6, vemos otra parte (enlazada abajo*) de los materiales de divinetruth.com que empezamos a ver ayer.

Vemos un ejemplo concreto a raíz de la pregunta o intervención de una mujer en el taller.

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Vimos una parte de :
https://www.youtube.com/watch?v=9MdvT3TO3Lk
20100327 Spirit Relationships – Coping With Spirit Influence P1
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7 abril

– Directo: https://youtube.com/live/ECDE4qNi0bA

En el vídeo de directo de hoy, vemos otra parte (enlazada abajo*) de los materiales de divinetruth.com

El tema es sobre la crianza de los niños, a raíz de la pregunta o intervención de una mujer en el taller.

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*
Vemos parte de :
https://youtu.be/pXqnT9bYiM4
20100208 The Human Soul – Emotions, Truth & Families P2

Directos: días 30 y 31 marzo, 2024

En los vídeos de directo de estos dos días de marzo, 2024, vimos una parte (enlazada abajo*) de los materiales de divinetruth.com

El tema trató de la ley de compensación, en concreto de esperar recibir/»cosechar» algo o mucho, sin hacer o «sembrar» nada o casi nada, etc.

Al principio del primero de los vídeos hago breves comentarios sobre el inglés, sobre las «nuevas» herramientas de inteligencia artificial, ya muy célebres, y sus empleos para ayudar en el idioma inglés. Sobre ello en pantalla aparece este vídeo:
─ «Hablar en inglés con chatGPT»: https://youtu.be/L4_z7u2fIJI
y también esta web:
https://chat.openai.com/

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En los dos vídeos vemos la primera pregunta :

Why I expect to gain something when I do nothing,

que está en este vídeo de divinetruth.com:

20171213-1140 God’s Laws of Forgiveness & Repentance:
https://www.youtube.com/watch?v=-lOD1cCvx9E

El motivo fundamental por el que «el sistema» es insostenible | Un audio que quizá casi ningún papi-mami querría oír

En este audio…
Enlaces al audio: descarga // en ivoox // en spotify
… hablo un poco sobre la relación entre:

– la crianza y/o «educación»,
– el dinero,
– dar y recibir,
– materialidad (necesidades físicas),
– la relación con «la naturaleza»,
– la «responsabilidad deseante»,
– las heridas emocionales,
– nuestras dependencias materiales y emocionales,
– «el sistema» (social),
– sujeción social (aborregamiento)
– la verdadera razón de la «insostenibilidad», etc.

 

 

Nuestra valía y el pecado intencional | Texto, y enlaces al audio

[Última actualización: 24 julio 2023: subido también el texto en formato pdf, además de formato web]

Índice
– Introducción (y enlaces al audio y al pdf)
– El pecado intencional: refuerzo de las primeras heridas emocionales, en el sentido de invitar a «tomárselo personalmente»
– El pecado intencional y el «orden de prioridades»
– El pecado intencional hecho un niño/a: el perdón y el arrepentimiento; ejemplos básicos; prioridades; aborto
– Más sobre la valía y sentir personalmente los ataques
– Pecado intencional y control
– La familia y el aborto
– Más «utilización de pecadores»: la Nueva Era
– Notas
– Textos y audios relacionados

Introducción (y enlaces al audio y al pdf)

A continuación, en los apartados de abajo, va un texto leído en este audio:
Enlaces al audio: descarga // en ivoox // en spotify
Enlace al mismo texto de abajo, en formato pdf:  pdf   (versión 1.01. 24 julio 2023)

En realidad, antes de nada, es muy importante señalar que de este tema ─el del «pecado»─ lógicamente no queremos hablar a fondo y racionalmente, en general.

(Así, por cierto, de cierto modo le entregamos el tema del alma, y el tema de Dios, al «devenir dogmático» de las diversas religiones; o bien, entregamos el tema Dios a «espiritualidades» donde no necesariamente se distingue entre el amor de Dios y el amor natural… etc.)

Y entonces, veamos lo simple o incluso lo «fácil» que nos lo habría hecho o puesto «el universo» (si no se quiere hablar de «Dios», incluso ─podemos decir «el universo», «la vida», etc.─):

1. No hay casualidades.
2. Los eventos (incluyendo cómo nos tomamos los eventos) expresan la condición del alma.
3. Los eventos expresan dicha condición tanto individual como colectivamente.
4. Esa condición del alma (de cada cual) no es la condición óptima.
5. No es lo óptimo porque está en desarmonía con el destino del alma (y con su origen o estado inicial de pureza, es decir, de no estar condicionada por diseño a ser así o asá).
6. Lo que provoca esa desarmonía (entre el alma y su destino/origen) es algo concreto.
7. Ese algo concreto se llama «pecado».
(Lo podríamos llamar «error», pero parece sensato reservar la palabra «error» por ejemplo para casos como los de un aprendizaje digamos más «banal», cuando por ejemplo un niño, al aprender a andar, se tropieza y «yerra».
Pero el fenómeno sería esencialmente el mismo, porque siempre se puede conceptuar como «desobediencia a las leyes naturales».
Aprendiendo, el niño está así como «desobedeciendo» la ley de la gravedad. Esta ley sería simplemente «amorosa» ─si trabajamos en base al supuesto de que el universo no está hecho «a mala leche»─.
Así pues, la categoría de pecado podríamos hacer que sea más general, e incluya el caso no-intencional. Pero la mayoría de nuestros errores en realidad son más intencionales de lo que nos parece, o de lo que querríamos entender que son ─con más o menos fachada por nuestra parte, con más o menos disimule, máscara, e incluso fingimiento, etc.─.)

Entonces, la palabra «pecado» ha sido «muy mal empleada», en muchos sentidos de «mal» ─en «mal empleada»─.

Técnicamente, y dicho muy brevemente, pecado es simplemente:

– aquel comportamiento («comportamiento» aquí incluye deseos, intenciones, etc.) que está en desarmonía con el amor y la verdad,

– o la ausencia de un comportamiento que esté en armonía  con el amor y la verdad.

El pecado degrada el alma, y como dijimos, esa degradación tiene consecuencias individuales y colectivas ─pues el alma es «lo importante», lo que gobierna nuestra experiencia en muchos sentidos─.

Una clave aquí, entonces, es que el pecado es mucho más intencional de lo que quisiéramos creer, pues nuestro deseo de ignorancia acerca de sus consecuencias es en seguida cultivado por nosotros, como deseo, personalmente, en cuanto crecemos ─en cuanto maduramos más o menos─.

Es mucho más intencional de lo que nos gustaría creer, y ello por mucho que sea una cuestión muy de «mente-colmena», de «masas» humanas más o menos normalizadas, según la época… es decir, una cuestión de que «están bien vistos» ciertos comportamientos desamorosos y falaces, o la ausencia de comportamientos amorosos y francos.

Tal como aprendemos con Jesús, el pecado intencional recibido por nosotros nos causa a menudo mucho “auto-desamor”, en el sentido de causar o favorecer en nosotros un valor propio bajo, un bajo sentido o sensación de nuestra propia valía personal (a menudo muy bajo).

Pecados intencionales son por ejemplo evidentemente los golpes y gritos, realizados hacia otras personas; es decir, esas cosas que físicamente recibimos casi siempre como pecado cuando somos pequeños.

(Pero, muy importante (!): Ver el tema de «Los gritos a una madre como llamada al arrepentimiento de la madre«, aquí: unplandivino.net/ira-hijos-arrepentimiento/)

También son pecados la displicencia* y la condescendencia más o menos arrogante que reciben muchos niños ─o todos los niños─ a veces de forma continua, y que en general reciben los niños en casi todos los ámbitos donde se ven rodeados de adultos o en general de cualquier persona: madres, padres, compañeros «amigos», profesores, etc., pero también desencarnados (= «espíritus»).

Por un lado, por tanto, tenemos todas esas cosas intencionalmente hechas a los niños. Pero, por cierto, también tenemos el incesto emocional, que es aparentemente algo que podría parecernos «demasiado sutil», pero que también sería muy intenso y grave en tanto que pecado intencional, pues es una “intención herida proyectada” hacia nosotros, personalmente.

La fachada de buena madre y padre nos lleva a validarnos, a justificarnos a nosotros mismos como «conocedores de lo que es cuidar bien«, como conocedores de lo que es ser unos «mamás-papás buenos» (por ejemplo «sacrificados», sacrificados de algún modo… o «dadivosos», pero por adicciones emocionales más o menos bien vistas socialmente ─Navidad─, etc.).

Pero en estado de sueño sabemos que la fachada o máscara nos la solemos quitar ─o quitar bastante─ y por tanto solemos actuar «desde la herida» (en la fachada y sus adicciones emocionales).

Es decir, el pecado intencional hace que:

– la valía de nuestros «sometidos» (niños, etc.)

– quede enlazada a un «conocimiento del miedo» (en este caso, el miedo relativo al pecado de «incesto/abuso»).

Jesús nos comentaba cómo es que en la vida, en general, tenemos asociado nuestro sentido personal de valor, de valer, de valía, con un conocimiento que en general no está en armonía con el amor, sino con el miedo.

Es decir, en la vida pensamos ─con más o menos arrogancia─ que sabemos, que ya conocemos lo que es amar, cuidar (por ejemplo: ser buenos hijos, madres, padres, etc.), pero ese conocimiento suele estar muy en desarmonía con respecto a cómo ve Dios el amor y la verdad.

En la vida vamos arrastrando miedo desde los eventos pasados. Este miedo y muchas otras emociones se quedan dentro de nosotros sin procesar, así como bloqueadas (sin «llorar», etc.). Y eso va así como minando nuestra pureza, condicionándonos, armando en nosotros un «conocimiento» sobre el cual iremos basando nuestro comportamiento.

Y como la base de ese «conocimiento» es muy miedosa, el resultado de nuestro comportamiento nos mostrará en muchas ocasiones que estamos en desarmonía con el amor («sembraremos vientos, y recogeremos…«).

El «problema» añadido, aquí, es que usamos instituciones (empezando por el hogar ─y tradiciones, etc.─, que a veces son muy complejas) para justificarnos a la hora de sustentar todo esto (esta es en parte otra cuestión, aunque es completamente insoslayable y está inextricablemente enlazada).

Entonces, lo que son prácticas «normales de sacrificio», en la vida de vigilia, «de día» (unas prácticas «puntuadas» quizá por maltrato de algún tipo más flagrante, que «sirve» así como para que los padres, madres, etc., puedan desahogarse un poco)… eso, esas prácticas, son la cara A de una cara B que tiene lugar en estado de sueño, donde nuestra vida se convierte en pecado intencional más claramente ejercido (o sin tapujos, directo, el que por ejemplo es ejercido hacia los menores).

En el caso de que, además, las madres y padres sean muy claramente no tan «buenos» como lo querrían aparentar (mismamente en el caso de por ejemplo haber abortado, incluso espontáneamente), es lógico pensar ─y fácil de constatar, por lo que vi─ que «la fachada de buenos padres» se verá en general exacerbada, o paradójicamente más exacerbada.

Entonces, veíamos que ese incesto emocional es como una utilización energético-sexual de los niños por parte de madres, padres… etc.

Dicha utilización se daría:

– tanto en el estado de vigilia, con «proyecciones» o «bombeos energéticos», por así llamarlos, y que de algún modo confunden, mezclan, el tipo de amor «alma gemela» (del que todos tenemos anhelo, por diseño), con el amor en general (el «de amistad» en general, digamos)…
(y, claro está, a veces también ocurre simplemente con abusos físicos «reales», es decir, en este estado de vigilia).
(Ver algunas reflexiones sobre la amistad por ejemplo en: «Mi abuela: «salvada por el jamón serrano»… y aprovechamos para hablar de cómo es que «Dios es vegano»«: unplandivino.net/salvada-por-el-jamon/)

– así como esa utilización, ese incesto emocional, también ─o quizá sobre todo─ se daría en el estado de sueño, es decir, cuando vamos a dormir y salimos del cuerpo físico en el cuerpo-espíritu, pues nuestros actos en el cuerpo-espíritu pueden ser muy directamente abusivos hacia personas vistas como inferiores o que, debido a sus heridas emocionales, simplemente son más moldeables.
(Y lo que sucede en el estado de sueño sería igualmente real, ya que somos el alma que da vida tanto al cuerpo físico como al cuerpo-espíritu.)

Este incesto emocional, que sería generalizadamente «sólo» emocional (aunque, como dijimos, en estado de sueño estaría muy generalizado el «pasar al acto», en alguna medida ─según parece─)… este incesto emocional es, por tanto, otro pecado intencional recibido por nosotros como almas desde que somos pequeños.

Y, por lo que parece, por lógica, debido a toda esa “obsesión con los hijos” ─que constatamos─, y debido a todo ese “tabú de la madre” o «tabú familiar» en general ─que también constatamos─, resulta que este pecado del incesto emocional sería mucho más corriente de lo que pensamos que es. Es decir, ocurriría en una medida bastante abundante en casi todas las familias u hogares, tal como parece a todas luces cada vez más evidente.

Luego, en general, todo ese pecado intencional recibido desde pequeños, al no perdonarlo (al no sentir, al resistirnos a simplemente sentir y dejar fluir el dolor emocional acumulado por ello), estaremos resentidos, y nosotros mismos en seguida cometeremos actos más o menos desarmónicos, es decir, actos que estarán más o menos en armonía con el tipo de actos (pecados) que cometieron o tenían la intención de cometer los adultos (y/o los hermanos, etc.) de los que aprendimos a hacernos la fachada para no sanar el yo herido.

Son actos a veces muy desarmónicos, como el de instigar abortos, etc. Y, de entrada, podríamos verlos o sentirlos, en cierta medida, simplemente como una especie de «venganza ciega contra la vida».

El pecado intencional: refuerzo de las primeras heridas emocionales, en el sentido de invitar a «tomárselo personalmente» más o menos temprano en la vida

Un aspecto clave en estas cuestiones es el condicionamiento, pues todos tenemos heridas emocionales absorbidas desde nuestra estancia en el útero.

Aunque, cuidado: luego «el pecado es el pecado»; es decir, es un deseo o intención que tenemos de hacer eso, lo que sea (lo hagamos o no), y no podemos responsabilizar directamente a las heridas, muchas o pocas, que tengamos en el alma ─en tanto que emociones erradas─.

Es decir, las heridas son condicionamiento, sí; pero podemos y hemos de hacernos cargo del simple hecho de que el primer y principal motivo de que pequemos es que queremos hacerlo (en ese momento).

En el momento, aquí y ahora, hacemos o hicimos eso, y a nosotros nos toca responsabilizarnos de esa intención.

Y vale que en la vida vamos «como locos», es decir, vamos más o menos arrastrados por una vivencia en el yo herido más o menos confusa, más o menos aturdida… viviendo en ese «yo» o esa parte de nuestra alma ─con los bloqueos, etc.─ que Dios no puso, no hizo, en nosotros ─o si se quiere decir así: que «la vida», en su esencia, no puso en nosotros, si por ahora no se quiere creer en un Dios personal infinito, tal como muchos hemos comprobado que existe─.

Y vale que así, en ese yo herido, viviremos por tanto más o menos enfebrecidos, huyendo de sentir esas partes heridas de nosotros, y vale que en ese estado haremos ─o dejaremos de hacer─ cosas que en realidad alimentarán más el yo herido (pecados)… vale todo eso… pero, aun con todo, es a nosotros a quien nos toca sentir la intención de pecar y seguir pecando, reconocerla y sentirla humildemente, ya sea que la hayamos cultivado mucho o poco ya, ya sea que la hayamos recibido como «mal ejemplo» por parte de adultos, etc.

Es decir, para sanar hemos de desarrollar el carácter, sintiendo y soltando nuestras resistencias:
– resistencia al amor (es decir, a cambiar nuestra definición de amor empezando por reconocer y sentir la que tenemos, y reconociendo con honestidad cómo y cuánto queremos aprender sobre el amor «real»);
– resistencia a la fe (y así esa falta de fe o escasa fe, no puede generar deseo sincero);
– resistencia a la verdad (a la honestidad, etc.);
– resistencia a la humildad; es decir, resistencia a la hora de sentir el miedo, o cualquier emoción en general (positiva o negativa). Etc.

Los adultos transmitimos, pues, las heridas emocionales a los niños. Esto lo hacen madres, padres… Y, debido al gran rol emocional que tienen las madres biológicas, las heridas son pasadas en gran medida y al principio muy intensamente por la madres biológicas ─así como «sin querer queriendo»─.

Es decir, en el principio del traspaso de tales heridas por parte de los padres, aunque todo parezca ser «tan inconsciente» (y a la vez «transgeneracional»), siempre hay un matiz de intencionalidad, en el sentido de que si yo, cuando soy adulto/a, no sano mis heridas ─por ejemplo, como futura progenitora─, entonces, lo que ahora le sucede al niño/a ─al absorber éste, ésta, mi condición emocional herida─ cae o entra en gran medida bajo mi responsabilidad álmica, por el sencillo motivo de que yo, como adulto que ya tiene bastante autoconsciencia desarrollada, y bastante ejercicio del libre albedrío a sus espaldas… yo, no he sanado ni deseado sanar nada o casi nada en mi alma.

Sobre todo al principio de la vida del niño/a en el útero, muchas de esas emociones ─pero quizá no todas de entre esas emociones que vivo ahora como adulto y que están «sin sanar» (miedos, vergüenza sexual, etc.)─, muchas, son sentidas y absorbidas por las almas de los niños en el útero ─y son así vividas por ellos─.

Y esa absorción se da de tal forma que en principio parece que podríamos decir lo siguiente en general sobre ello: «no es algo que se dirija personalmente hacia o contra el niño/a«.

Pero, como dijimos, pese a eso, sí hay muchas emociones que serían dirigidas muy personalmente hacia la existencia misma del niño/a, como por ejemplo la incomodidad por el mero hecho del embarazo, del cambio que supone en la vida, etc. ─que es una emoción que frecuentemente lleva al aborto, es decir, al asesinato─.

Por cierto, y muy importante: también las emociones verdaderamente positivas entrarán ─por supuesto─ bajo mi responsabilidad álmica, como adulto ─y evidentemente «puntúan bien», digamos─.

Entonces, esos miedos, y esos miedos a sentir, que son miedos que todos tenemos, y también tiene la madre biológica al principio (es decir, esa falta de humildad, en tanto que la dificultad que todos tenemos en algún grado a la hora de patalear, temblar, sollozar… y liberarnos como niños pequeños, etc.), esas emociones erradas… esa resistencia a la humildad… todo eso es en seguida más o menos bombeado a menudo muy personalmente o cada vez más personalmente hacia la existencia del niño/a por nacer o del ya nacido.

En cuanto a los no-nacidos, es evidente que en muchos casos más o menos «molestan», perturban las vidas, inquietan por lo que pasará o no pasará en el futuro, pues las almas recién venidas al mundo ─o que están en el útero o probeta─ cambian la vida de los adultos ─tal como se suele decir─.

El pecado intencional y el «orden de prioridades»

Nuestro «sentido herido de nosotros mismos» nos hace que «nos dé igual todo» en algunos aspectos básicos, y no valoramos el arrepentimiento, etc., pues estaremos bastante a gusto con ciertos sacrificios que ya realizamos o que tenemos como «norma de vida», en el sentido de que «sacrificamos» el orden de prioridades natural en cuanto al amor.

Por ejemplo, al nosotros vivir en el yo herido, podemos tener y construirnos con el tiempo una «fachada de buena mamá» o de «buen papá», más o menos intensa como fachada. De ese modo estaremos sacrificando el amor por nosotros mismos por el «amor» a los demás (los niños) ─un «amor» entre comillas─. Es decir, justificaremos el sacrificio, con más o menos fachada.

Bien entendido ─pues esto puede darnos pie a confusión─ el orden de prioridades «en la vida» es que nosotros vamos primero en estas cuestiones del amor.

Eso se debe a que, si en el fondo, con lo que hacemos, nos sacrificamos, nos estaremos haciendo más infelices a nosotros mismos (ya sea a la larga o en el plazo más breve). Y si somos infelices irradiaremos eso y enseñaremos eso «al universo» ─una lección en realidad «falsa»─.

Claro está que no querremos entender que lo que hacemos es efectivamente sacrificio, sino que lo llamaremos «amor», «cuidados», etc. Pero la mayoría de cosas «en sociedad» (y en el hogar) suelen ser sacrificio, al simplemente no estar hechas totalmente «de corazón».

Y así, no podremos realmente beneficiar a nadie. Al final, en la situación, nadie saldrá realmente beneficiado, en el sentido de que el resultado no va a ser armónico de verdad con el desarrollo de todos los participantes. Es decir, no será armónico con un desarrollo real de los participantes como almas. Sí que podría satisfacerse un desarrollo por ejemplo como «cuerpos» y/o «mentes» que han de recibir una determinada educación para adecuarse a cierto sistema de creencias, cierto sistema social, etc.

Y, claro, pusimos entre comillas «amor» ─al hablar de «amor» por los demás─, porque en este caso, y como en el fondo ese supuesto amor es en realidad prácticamente sólo sacrificio, será como poco un «amor distorsionado» que a veces no tiene nada que ver con cómo Dios considera el amor.

El amor no sacrifica ni se sacrifica. El amor nos habilita a todos para ser realmente más felices, por ejemplo cuando nos habilita a sentir y practicar un verdadero altruismo, uno realmente espontáneo, un altruismo que nos salga de verdad de corazón.

El pecado intencional hecho un niño/a: el perdón y el arrepentimiento; ejemplos básicos; prioridades; aborto

El adulto que comete un acto que objetivamente degrada su alma y la del niño/a (pecado), a menudo va a querer que el niño no sienta hasta el final las emociones relativas al perdón de ese acto, o ni siquiera las empiece a sentir.

Es decir, un adulto que por ejemplo maltrata físicamente, a menudo no querrá (él u otros adultos cercanos) que el niño llore tras ser pegado.

La voluntad de que el niño no «suelte» el alma ─de que el niño no libere emociones─ es otro pecado que se añade al del maltrato físico, pues alienta al niño a no perdonar; es decir, le alienta a cometer un acto en desarmonía con una «ley básica del alma», la ley que nos dice que, para nosotros estar bien, hemos de liberar todas las emociones (y las relativas al perdón en la situación serán de «lloro», «duelo», por lo que el niño ha recibido como pecado de parte de sus progenitores o adultos cercanos).

Cuando el adulto maltrata, si a su vez sigue sin hacer su propio duelo, o sea, si sigue sin liberar de su alma las causas emocionales que hacen que tenga esa intención de pecar y que además la ejerza, ese adulto, inevitablemente, seguirá acumulando culpa ─la muy narcisista culpa─ y emociones similares superficiales de vergüenza, etc.

Hará eso en vez de afrontar las causas emocionales de sus actos; es decir, en vez de arrepentirse sinceramente y perdonar a su vez aquello que pueda surgir o descubrirse en el proceso (como causas emocionales profundas de nuestras intenciones de pecado, pues las causas serán en general resistencias a sentir emociones alojadas muy profundamente en nosotros, y que son relativas a las «cuestiones a perdonar», las cuestiones «a volver a sentir sin miedo»).

El adulto está, pues, viviendo en el miedo a sentir sus propias heridas emocionales, y esto lo puede hacer con más o menos fachada de «buena madre/padre»; o bien, obviamente puede trasladar esa actitud hacia el mundo exterior, para alimentar fachadas externas de todo tipo ─externas a la situación íntima en el hogar: fachada de buen profesional, buen ciudadano, jefa, jefe, político, etc.─.

Proteger el miedo es una desarmonía en el amor con uno mismo, viéndose «uno mismo» como alma (pues el alma no está hecha para albergar lo desarmónico con el amor, para bloquearse así).

Por tanto, ese comportamiento nos hará tener inevitablemente ─tener y vivir en─ conceptos distorsionados del amor a los demás.

Es decir, sacrificaremos el amor hacia nosotros mismos por un modo de tratar, cuidar, amar a los demás… por un modo de concebir como posibles ciertos modos de tratar a los demás, que están en desarmonía con la manera en que realmente es el amor ─la manera de Dios─.

En este caso de maltrato directo, simplemente se trata de lo que podríamos quizá denominar un pecado «directo», aunque podemos justificar nuestra intención de muchas maneras: «es que hay que pegar a los hijos por su bien» (sería la más evidente)… pero aquí ─y como fácilmente se comprueba─ hacemos todo tipo de malabares, es decir, de complejas maniobras justificatorias.

El caso del aborto también es muy simple de ver en este sentido, pues por nuestra comodidad estamos dispuestos a sacrificar una vida.

Entonces, somos resistentes, simplemente, al concepto de humildad que tiene Jesús: «deseo apasionado de sentir todo«, sea como sea la emoción, el deseo, etc. Esta falta de humildad, esto tan general, es una desarmonía en el amor a nosotros mismos. Y así, simplemente sucede que el motivo de muchas de las cosas que hacemos es para no tener que sentir por ejemplo esas incomodidades a las que acabo de aludir, y para no sentir las causas emocionales de por qué estamos dispuestos a cometer pecados y degradar así más nuestra alma.

Más sobre la valía y sentir personalmente los ataques

La valía, el sentido de «amor propio», en el niño, es una clave. Los niños siempre reciben ataques personales, aunque sólo sea maltrato emocional: displicencia más o menos arrogante, etc.

Esos ataques nos invitan a concebirnos malos en sí mismos. Es decir, cuando el ataque es personal, tenderemos a sentir, cuando seamos mayores, que lo que vivimos es un ataque personal.

Como vemos en los resúmenes sobre el tema del arrepentimiento y perdón (ver página aquí), de pequeños sentimos la intención del pecador (madre, padre, etc.), y eso crea en nosotros «sentimientos terribles si nuestra valía ya ha sido dañada«.

Y la valía ─en tanto que el sentido más básico que diríamos que «funda» el amor a uno mismo─ se ve potencialmente muy dañada desde que estamos en el útero absorbiendo muchas emociones heridas que luego no nos enseñarán a soltar, sino todo lo contrario.

En la vida habrá ocasiones en que sí podamos soltar esas emociones negativas tan tempranamente absorbidas, pero terminaremos haciéndonos una fachada a imagen de los adultos, y, por tanto, ya sea muy intenso o poco intenso el ataque personal recibido, este ataque nos hará tomarnos la vida en plan: «hay algo mal en mí» ─pues de hecho ya nos sentimos muy mal con nosotros mismos─.

En cuanto al ejemplo de la intención ejercida en un aborto, podemos preguntarnos: ¿es una intención personalmente dirigida hacia la persona, es decir, hacia la esencia única que está de hecho encarnada ya en el útero? Así lo parece, en el sentido de que a esa alma se le causa ese trauma (de violencia al cuerpo físico) por lo que ella es en sí misma: una vida concreta, aquí y ahora, pero que «no interesa».

Pecado intencional y control

La gente que tiene miedo a arrepentirse (es decir, en realidad todos nosotros, en algún grado) es más manipulable o controlable, pues en general tener cualquier tipo de miedo nos lleva ser así.

Entonces, por lógica, cuanto más cosas tengamos sobre las cuales arrepentirnos, más manipulables seremos.

Podemos ponernos en una especie de caso general extremo, y pensar en personas muy manipuladoras que, recordemos, si son así es a su vez por miedo, básicamente (es decir, debido a la resistencia a traspasar el miedo que ya tienen ─claro está─).

En los hogares hay personas con actitudes a veces muy controladoras o manipuladoras ─aunque todos los adultos somos un poco así en el ámbito más íntimo, familiar, etc.─.

Y luego, en algunas instituciones, vemos que prospera esa misma actitud como «actitud normal», o incluso como la actitud que es necesario cultivar para poder siquiera permanecer en esas instituciones y sobre todo en algunas posiciones dentro de ellas. (Obviamente aquí me refiero a instituciones como las militares y policiales, o todo tipo de cuerpos de seguridad y vigilancia, y en general escuelas, etc.)

En esos casos extremos la vida en realidad se vuelve literalmente perversa, pues toda la sustancia de los actos, del comportamiento, se podría resumir en «técnicas para controlar a pecadores», y justificarlos y/o enseñar a que se justifiquen a sí mismos.

¿Cómo nos justificamos en las diversas instituciones? Por ejemplo cultivando dogmatismos de todo tipo: religiosos, nacionales, familiares, etc. Y entonces, en todos esos lugares, para sostener todo eso, le ponemos un poco de sublimidad, o bien de «espíritu épico», de una epicidad más o menos «heroica», o de cierta «politicidad», o ponemos «ideales» diversos como aderezo… pero no deja de ser lo que es, por mucha «sal y pimienta ideales» que añadamos o queramos añadir: Son «escuelas de pecado», por decirlo rápidamente.

Jesús nos puso un ejemplo de «escuela militar» sacado de su vida en el primer siglo. Y es que su padre biológico, José, quería que Jesús cumpliera el rol de Mesías político-militar; y así, en su infancia, Jesús fue metido a una escuela sobre la guerra y todo lo relativo a ésta (incluyendo «guerra psicológica», pues por ejemplo tenían que realizar prácticas de abuso sexual; tenían que aprender a realizar ese ataque personal, y se lo hacían practicar a los niños desde muy pronto, perpetrándolo con niñas semiesclavas o esclavas, etc.).

Lógicamente, esas escuelas usan técnicas que explícitamente se aprovechan de las leyes básicas y simples sobre el alma, sobre el ánimo, sobre la dinámica emocional.

Como hemos dicho, una persona que tenga «muchos pecados» en su haber será más controlable, pues la persona tendrá más miedo a sentir todo lo que le ha hecho a los demás, cuando estuvo dañando así ─con todos esos pecados─ a los demás y a su propia alma en el proceso ─al cultivar esas intenciones desarmónicas con el amor─.

Esas intenciones no están en consonancia con el diseño o propósito del alma y las leyes naturales ─que son amorosas─; así que ya sólo el hecho de tener y mantener en el alma esas intenciones acarrea sus consecuencias ─ya no digamos las que acarrea el poner esas intenciones también en práctica─.

Podemos recordar un poco la actuación de la ley de atracción aquí, pues en general, «todo» dependerá de las heridas emocionales que ya están alojadas en el alma de los niños, y de cómo se vean los niños reforzados en su resistencia a soltar esas heridas ─a ser humildes con esas emociones─.

En las escuelas militares se verán muy reforzados ─y obligados─ a hacer eso. Y normalmente les será muy difícil resistirse a esos adultos que les quieren conducir tan mal. Si los niños siquiera pueden entrar en esas escuelas es porque ya vienen heridos desde el hogar, y, con el refuerzo recibido allí, podrán aceptar algún tiempo o incluso de por vida esas prácticas ─tras esas invitaciones tan macabras─. Podrán aceptar casi incluso de por vida esa supuesta «formación», ese «comulgar con ruedas de molino», normalizado como «educación militar», «educación patriótica», «educación religiosa», etc.

La familia y el aborto

Volviendo entonces al tema más familiar: El caso del aborto sería sólo un extremo de lo que ocurre con el sacrificio normalizado en las familias, ya que en gran parte éstas son una escuela de pecado, ya que en los hogares no paramos de usarnos entre nosotros para tapar miedos, para no tener que sentir vergüenzas, penas, soledad… Es decir, no paramos de cultivar el pecado de las adicciones emocionales.

Y, por cierto, claro está que el mayor problema para el alma parece ser el hecho de que enseñamos eso a «almas nuevas» que ni siquiera han hecho nada para merecérselo.

En general, madres y padres, «sin querer queriendo», y más o menos ayudados por la configuración de las instituciones (por la obligatoriedad de muchas instituciones bastante desarmónicas con el amor, por los chantajes emocionales sistémicos concomitantes al mero hecho de «tener hijos», etc.)… padres y madres, decíamos… transmiten ─y refuerzan─, en realidad intencionalmente, heridas emocionales a los niños. Eso repercute o condiciona el sentido de valía de los niños.

Más «utilización de pecadores»: la Nueva Era

Otro modo evidente de «usar pecadores» involucra la relación entre el mundo físico y el mundo espiritual, de la cual ya hemos hablado bastante.

Este uso se da mediante las creencias y tradiciones nuevas de la «Nueva Era», por ejemplo.

Un ejemplo de esto son las suplantaciones de Jesús, es decir, las suplantaciones o simulaciones de la esencia única personal de Jesús y María Magdalena, que se realizan o facilitan a través de cursos o libros como el curso de milagros, un curso de amor, la vía de la maestría, etc.

La gente nos vemos atraídos por «verdades a medias», y como no queremos arrepentirnos de lo nuestro y sentir a fondo toda nuestra alma (todo el dolor relativo a nuestros pecados, que muchas veces son el aborto, el aborto espontáneo, etc.), entonces, así, nos metemos más o menos ciegamente en cosas como «la Nueva Era» (pues además, resulta ser realmente muy atractivo, ya que sí que las novedades vehiculadas por libros así simulan partes importantes de lo que podemos llamar «la verdad divina» ─la verdad de Dios─).

Entonces, nuevamente, nos metemos de motu proprio, y a modo de «soldados del pecado», de «soldados del control», en esas «nuevas tradiciones», y literalmente estaremos entregando de una u otra manera el alma a espíritus más o menos controladores.

Esos espíritus (= desencarnados) tienen diversos grados de miedo a perder sus «posiciones» en el mundo espiritual, partes de la dimensión en la que estén, tradiciones, formas de vida, etc.

Es decir, este fenómeno demuestra que estamos en codependencia emocional con el mundo espiritual (igual que lo estamos con gente físicamente encarnada), debido a nuestros pecados y falta de arrepentimiento y de perdón. Y esos espíritus con los que nos «relacionamos» así, están a su vez protegiendo sus respectivos miedos, claro está.

Es decir, estamos en adicciones emocionales con el mundo espiritual (ese mundo adonde todos iremos, pues todos seremos «desencarnados»).

Así pues, somos manipulados al no desear arrepentirnos de nuestros asuntos, y al desear por tanto poner una fachada ─en este caso una fachada más o menos espiritual─ sobre ese deseo que es desarmónico con el amor: El deseo de no querer sentir el dolor relativo al arrepentimiento por ejemplo de los abortos espontáneos o físicamente violentos en los que nos hemos visto involucrados/as ─tanto por la parte de las mujeres así como de los hombres involucrados en ello─.

Notas

* Displicencia es: desagrado o indiferencia que mostramos en el trato que damos (ser tratados con displicencia).

Textos y audios relacionados

– «Humildad y valía«:
nplandivino.net/humildad-valia/

Morimos de autoengaño: la muerte temprana de una niña, el alma y la influencia de desencarnados

[Actualización, 13 junio 2023: añadido el texto]

Índice
– Enlaces e introducción
– Índice del texto


Enlaces e introducción

En este audio (y texto de la transcripción ampliada y remodelada)…

– Enlaces del audio: descarga / en ivoox
– Enlace al texto: pdf (versión 1.01, 13 junio 2023)

… tratamos principalmente el ejemplo de una niña que murió cuando era muy pequeña.

Se trata de ilustrar cómo es que el autoengaño «mata» (el cuerpo físico), con más o menos «ayuda» (presencia) de desencarnados (bienintencionados o no).

El ejemplo de la niña me lo contó «mi madre» (biológica) ayer mismo (hoy es 11 de junio, 2023), en una larga conversación donde surgió esa anécdota que ella vivió ─y otras cosas─.

Vemos también otros ejemplos relacionados ─más personales─.

El índice de la transcripción y «ampliación» parcial del audio es

Índice (versión 1.01)

1. El caso de la muerte temprana de una niña que mi madre vivió en su juventud
2. Relaciones compulsivas impersonales
3. Volviendo al caso de la niña
4. Mi caso de “mujeres enfadadas con los hombres” (mujeres espíritu y mujeres a secas)
5. Síntomas físicos: no querer oír. Un “triángulo de las bermudas”… y de un “calzonazos”