En el vídeo enlazado abajo*, Jesús habla sobre «¿cómo medir, cómo evaluar dónde estoy en el proceso de entender y soltar mi yo desamoroso?«. Empieza en el minuto 2:00, tras escribir la pregunta, y va tratando la verdad (frente al miedo), la fe, la acción y la humildad.
En el minuto 6:26 Jesús comenta que el diagrama se refiere a emociones individuales, y no se aplica a nuestra condición completa, total, salvo por la parte central sobre el terror ─el rechazo global al dolor y al terror─, pues ese rechazo global afecta a todo, es decir, gobierna un enorme conjunto de emociones.
Hemos visto, entonces, cómo se pueden usar las «herramientas» primarias (fe, humildad, etc.) para determinar dónde estamos en nuestro proceso, mediante el diagrama.
El diagrama lo miramos también al principio del vídeo en un formato que pongo también aquí abajo (enlace) ─en una aplicación online para representar cosas─:
Los niños sienten los miedos y otras emociones heridas de los adultos (ver minuto del primer vídeo enlazado: 1:01:53 » … as a child they are your parent’s fears»), pero en cierta medida, de pequeños, todos aprendemos a no expresarlos ─a no llorar, no temblar─.
De pequeños nos volvemos incapaces de expresar esas emociones, pues los adultos dirían que «está mal»:
─ temblar de miedo: nos da miedo ver eso, hay que medicalizarlo en seguida, etc.,
─ o que «está mal» llorar intensamente, sollozar, sintiendo un verdadero duelo por lo que me pasa…
Entonces, como los adultos imponemos el estado emocional al entorno (todos lo hacemos), ese estado es sentido y tiende a ser expresado por los niños, que son más sensibles a las emociones y más naturales y sanos en cuanto a su expresión.
A todos se nos enseña a reprimir eso en alguna medida, para así no molestar a unos padres o madres que no se atribuirán esas emociones a sí mismos, sino que las atribuirán a los niños con juicios del tipo: «qué tontos emocionales que son los niños», etc.
Por eso se vuelve tan complicada la situación con los niños, porque los padres y madres no ven que los niños a menudo están reflejando la condición emocional de los adultos.
Entonces, cuando somos pequeños, esa represión y auto-represión nos hacen revertir en frustración y enfado.
Y todo esto, como dinámica y como contexto, no lo podemos entender mientras todavía somos tan pequeños que apenas hemos desarrollado la consciencia de nosotros mismos y el libre albedrío.
No lo podemos entender en el sentido de que nuestra situación es de entrada que: «algo tenemos que aprender».
Es decir, por nuestra propia naturaleza, como almas, tenemos que absorber emocionalmente algo, ya que todo aprendizaje comienza por el sentir, por lo emocional. No nacemos un intelecto desarrollado como para poder razonar sobre lo que está pasando «energéticamente», emocionalmente.
Y así, las respuestas de enfado o rabia de los niños son digamos «más naturales», «más comprensibles», aunque, en general, a la vez hemos de entender que no podemos justificar la ira ─el enfado, etc.─ sino entender su papel.
De pequeños, esa frustración o ese enfado simplemente los ejercemos o los tenemos ya que se nos ha enseñado a reprimir no sólo las emociones heridas (miedo, enfado…), sino también las emociones que están en armonía con el amor.
Uno de esos enfados es por ejemplo el que corresponde al miedo a sentir la represión de la propia personalidad única que somos cada uno de nosotros
(ver ejemplo en el minuto 1:12:08 en el vídeo enlazado a continuación : «Anger as «fear of the feeling of supression» (when it comes to the expression of the child’s true nature)» https://www.youtube.com/watch?v=aM0ml3RkMHI ─1er vídeo enlazado─).
En este ejemplo, por un lado se nos reprime nuestra verdadera naturaleza o personalidad; y por otro lado, de pequeños en general se nos enseña a reprimir la expresión del miedo y del duelo por la represión, pues en general ya hemos aprendido bastante a tener miedo de las emociones, a reprimir, etc. ─para agradar a los padres, no molestarles, etc.─.
Y resulta que cuando somos niños no sabemos esto; es decir, no sabemos que ese enfado corresponde al miedo a sentir la represión que los adultos ejercen sobre nuestra personalidad única.
Así es como los adultos traspasamos esta dinámica ─»sin querer queriendo»─ a las siguientes generaciones.
De pequeños aprendemos a tener terror al duelo ─a la tristeza profunda que sería liberadora de esos miedos─. Y así, entramos en el camino de las adicciones, del enfado o de la insensibilidad (1:20:06).
Aprendemos a vivir en el enfado y frustración… y en posteriores estados de insensibilidad antestesiada, adormecida, o depresión, etc., con respecto a ciertas emociones.
Confusión sexual
Los padres y madres tienen miedos en torno a ser seres incompletos en la vida, en torno a estar incompletos. Y muchas veces van a tender a «completarse» a sí mismos con los hijos ─satisfacer sus anhelos heridos de pareja, sus anhelos heridos de amor, etc.─.
Esas motivaciones confusas, que motivan el cuidado, el amor, en una familia, son absorbidas por los niños como bases para la definición de la vida, para la definición del amor, etc.
Esas motivaciones miedosas son en realidad violentas, pues todo miedo que no sea sentido humildemente será «proyectado» (por el adulto en este caso), y eso mismo es la violencia ─esas motivaciones que están en desarmonía con el amor, cuando no son sentidas humildemente─.
Ese «amor» que los padres o madres dan, en adicción, para no sentir sus miedos y su duelo por no haber sido queridos en la infancia (o por no encontrar a su verdadera pareja, etc.), en realidad no es amor, por muchos gestos de atención, abrazos, besos, etc., que muestre dicho «amor» que en realidad no es amor ─unos gestos, estos, que muchas veces a los niños se les fuerza a realizar, para que ellos repitan superficialmente en su comportamiento, sin sentirlo, ese «amor» que supuestamente existe─.
Aquí tenemos pues una causa principal de la confusión enorme que hay sobre el amor y sobre la vida ─en el planeta y en muchos desencarnados─. La causa es el hecho de que no comprendemos emocionalmente los principios que estamos viendo todo este tiempo (sobre que la adicción emocional no es amor, sino lo contrario, etc.).
─ Ejemplo a visualizar:
48:31 «… lo que acabas haciendo» (en los años de pubertad) «…es unir el placer con el enredo con el progenitor del sexo opuesto» // «… what you end up doing» (puberty years) «is joining pleasure with the enmeshment with the opposite gender parent»: https://www.youtube.com/watch?v=7vk1nFBAshM (2º vídeo enlazado)
Sobre culpar a la madre, al padre, etc.
Y no se trata, entonces, de hacernos irresponsables con nuestros errores, nuestros pecados, culpando principalmente a madres o padres, y demás personas (minuto 49:10 del segundo vídeo enlazado).
Una vez que somos adultos, las causas de esos errores, ya implantadas desde la infancia ─y que en principio vienen de fuera de nuestra alma─ ya están en nosotros.
Así pues, sólo nosotros podemos volver a sentir esas causas y liberarlas.
Y en este camino, además, con la ayuda de Dios, con quien personalmente podemos contactar para que el arrepentimiento y el perdón sean hechos a la manera de Dios, y podamos así transformar un poco más nuestra alma con el amor de Dios ─si lo hemos empezado ya a recibir en algún punto─.
…vemos un fragmento de un encuentro del 2024 donde Jesús y María Magdalena hablan sobre liberarse realmente del enfado/ira, y no usar una supuesta «liberación» para reforzar resistencia a miedos y al duelo.
33:46 Miedos y egoísmo
─ / fears and selfishness
47:30 La pena profunda (duelo) y el terror son «procesar», pero no el miedo, la rabia o las adicciones
─ / Grief and terror are processing (not fear, rage or addictions)
51:49 La bolsa para golpear (liberar ira) y un «procesar real» del enfado o ira
─ / Boxing bag and a «real processing» of anger (getting underneath vs feeling powerful against grief)
Paradójicamente, el enfado sí está «justificado», si entendemos por eso que no hay casualidades, y que todo actúa por ley para nuestra redención (ley de atracción, etc…. para que dejemos de «negar nuestra alma»).
Hablo un poco de nuevo sobre el hecho (no juzgando, no juzgamos)… sobre el hecho de que los padres y madres (etc.) actúan literalmente todos ellos como torturadores emocionales.
También sigo hablando un poco del ejemplo personal ya comentado.
Y acabamos tratando la distinción entre misericordia y perdón.
… hacemos un comentario de refuerzo de nuestro deseo de «ser nosotros mismos», para lo cual hemos de liberar las emociones causales que están en lo más profundo del yo herido… debemos acceder a sentir las emociones causales (penas, etc.) que a menudo andan por debajo de rabias, enfados… que necesitamos expresar sanamente para enseguida acceder a lo que hay debajo… y que andan por debajo de algunas rabias infantiles más profundas que también necesitamos expresar «sanamente».
Parece que la mayoría de personas, aunque en general quizá aún no lo hagamos en la vida física (y lo haremos tras morir, con más o menos consciencia de que es eso lo que estamos haciendo…)… parece que la mayoría sí que tenemos que acceder a la rabia infantil que nos provocó el que nos crearan una «identidad emocional falsa»… es decir, que nos enseñaran a crear eso (fachada/bloqueos), con el material que consiste en todas esas emociones que los adultos de nuestro entorno no querían sentir (y que a menudo siguen sin querer sentir – aunque ese ya no es nuestro asunto -)… emociones de las que no se querían apropiar.
Así, en este audio, hablamos de aumentar nuestro deseo, por encima de nuestro miedo, a sentir emociones causales.
Nota importante: Este es un proceso en marcha, es decir, voy realizando precisiones y matizaciones sobre mi caso con este tema tan escabroso del aborto, que puede que aparezca comentado en este y otros audios.
Lo digo porque a veces comento detalles para ilustrar esto con mi caso, y la página principal sobre «mi caso» contiene actualizaciones con datos (escribo esto a 1 de diciembre, 2022).
Por ejemplo, he sabido con este proceso que no era exactamente que mi madre me quisiera abortar a mí, sino que más adelante ella abortó de la vida física a otra alma, cuando yo era pequeño; fue mi padre quien le propuso la idea; más información y audio sobre ello en la página enlazada: https://www.unplandivino.net/aborto/
Índice
– Introducción
– Vídeos
– Textos del taller en pdf
– Introducción más amplia con algunos temas
– Introducción al vídeo 6
– Índices de tiempos y temas
– Enlaces vídeos originales
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Introducción
En esta serie vemos el taller de la La ira es tu guía, de abril del 2009, dado por Alan John Miller (Jesús).
Palabras clave y conceptos:
– relación entre la enfermedad y la supresión de emociones (heridas emocionales, adicciones emocionales, expectativas/exigencias, demandas. Ira, tristeza, superioridad)
– relación entre la enfermedad y la influencia de desencarnados (superioridad, ira)
– cáncer
– alma.
Andrew moriría a los pocos días de entrevistarse aquí, en el 2015.
Este es un caso muy gráfico, pues lo que nos pasa a todos (en cuanto a la relación entre la enfermedad, la influencia de espíritus en heridas emocionales (por ley de atracción), ver cómo la fachada «mata»…)… lo que nos pasa a todos… se ve representado aquí «a la vista», pues la exmujer, que había muerto hacía pocos años, tenía contacto consciente con espíritus y hacía de médium de espíritus que deseaban controlar a Andrew.
Estos vídeos los visualizamos con Clau*, Ana Pilar, Juani y Francisco (aunque no con todos a la vez en todos los vídeos).
Ver índices de los temas y tiempos abajo, de cada vídeo.
Intercalamos comentarios nuestros mientras lo vemos, como hacemos a veces, a diferencia de los vídeos donde vemos todo seguido, y luego al final comentamos.
Este tema pertenece por ejemplo a la página guía B.1 de la web.
0:00 Introducción
4:58 EMPIEZA VISUALIZACIÓN
7:43 Miller comenta el tema global de las causas del cáncer
8:49 Trasfondo de Andrew, personal: su madre también murió con cáncer, y su exmujer. Esta mujer hacía trabajo con espíritus («espiritista»)
12:18 Andrew comenta sobre su influencia de espíritus, que ya tenía de joven, y por eso buscó ayuda en la que luego sería su mujer. Ella era médium, se ponía en trance
18:58 Miller le invita a recordar lo que hablaron hace años en un taller al que acudió Andrew: allí ya le dijo que estaban influyendo mucho en su vida (espíritus)
22:05 Miller habla sobre «cualquier enfermedad»: supresión de emociones Continuar leyendo «Andrew habla con Jesús sobre las causas de lo que le llevó a su cáncer, poco antes de «morir»»