Los juicios-miedos en que vivimos: algunas cosas prácticas | Cómo funciona la manera de Dios, 7

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… vemos de dónde viene nuestro continuo «vivir en el miedo», y por qué tiene que ver con los juicios, con juzgar.

Es un panorama rápido sobre el alma y las capas emocionales, la crianza…, con recordatorios y conexiones sobre lo que venimos haciendo y que es más práctico – o lo que venimos «intentando hacer» -.

Palabras y cosas clave:
– volver a ser como niños
– las emociones que nos hacen juzgar (y por tanto enfadarnos, proyectarnos sexualmente, etc.)
– rezar hablando con desencarnados
– sacrificio y obligación aprendidos profundamente
– anteponer los padres a Dios
– la verdad de Dios
– la «culpa por sentir» que nos hicieron tener y sentir madres y padres
– es lógico que atraigamos como desencarnados a nuestras abuelas, madres, padres…
– la «borrachera» emocional en que estamos
– fachada y borrachera: autoengaños, etc.
– crecer en amor asumiendo la responsabilidad emocional de nuestra alma (a la manera de Dios, «infantil») recibiendo positivamente los regalos de Dios y deseando el cambio positivo
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Gracias manipulación global mediática, por ser espejo de nuestra inautenticidad

imagen florÍndice:
– ¿Manipulación?
– ¿Exportando «modelos terroristas»?
– El maltrato y la guerra
– Hipocresía
– ¿Cuál es el propósito del terrorismo para la humanidad, vista como una unidad de consciencia?


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¿Manipulación?
¿Por qué a veces nos choca tanto la manipulación tan masiva que se da hoy a causa del terrorismo, como tanto se ha dado en países como el mío, España, habiéndose utilizado como medio de hacer «política del miedo», a través de las televisiones y periódicos durante decenas de años?
«Manipulación» no es un juicio, ni es bueno ni malo que la tengamos expresada en nuestro campo humano.
Estamos observando, no juzgando. Observar también se puede hacer con el corazón, poniendo toda el «alma» que podamos…, afrontando lo que hay, no escondiéndonos (como hacemos a menudo).
Nada es bueno ni malo en sí.
Algo solo es «bueno» o «malo» porque nosotros lo decidimos así, en cada momento. Y el gran regalo es este poder de decisión, esta libertad de crearnos y volver a crearnos.
El único «problema» es que tenemos «creencias», es decir, muchas cosas que han decidido otros por nosotros, sobre lo que es bueno y lo que es malo «en general».
Y este problema consiste solamente en que no hemos hecho nuestras cada una de esas creencias: no nos hemos apropiado de ellas para realmente digerirlas, e incluso, para, en el camino hacia la maestría, trascenderlas plenamente -y ser ese amor que ya somos en unidad.
El único «mal», como tan amenamente contaba la revelación de Walsch, es no poder o no querer decidir por uno mismo, y cada vez más y mejor, qué somos ante las cosas, qué queremos ser… qué decidimos sentir y pensar… realmente desde el corazón.
La teoría la sabemos: sabemos que en la mente todos tenemos profundamente albergadas todas las condiciones y «emociones» que hacen posible la existencia de todos esos seres humanos que parecen ser tan distintos de nosotros.
Albergamos todos los pedazos distintos de la humanidad: un pedazo de asesino, tenemos otro de «manipulador de masas» o de ricachón obsesionado con el poder por el poder y que se siente enormemente superior al resto…, tenemos otro pedazo de religioso fanático adoctrinador de jóvenes, tenemos otro pedazo de niño inocente, etc.
Como sabemos, nuestra civilización aún expresa las creencias que dicen: «sobrevive el mejor adaptado»; «el mejor es quien lo puede demostrar con la fuerza»; «alguien tiene que perder para que alguien gane».
Y lo único que nos permitirá salir de esto es abandonar el único «mal», aquel de nuestra «inautenticidad»…, el «mal» que consiste en ver y querer ver diferencias de significado interiores y exteriores («lo que siento que tengo que hacer» frente a «lo que hago por obligación»)…, el «mal» del virus del «moralismo» (la «rectitud» mal entendida).
Y esta «manipulación» del terrorismo que realizan los medios de comunicación es simplemente «lo que hay», y es lo de siempre, algo muy viejo: es más y más inautenticidad en movimiento -y el movimiento de la nada es nada, tragándose a sí misma. Continuar leyendo «Gracias manipulación global mediática, por ser espejo de nuestra inautenticidad»