La vida elísea | Capítulo 1: El sepulcro abierto (y prefacio)

Índice
─ Introducción
─ Notas al capítulo
─ Versión en español

─ Versión en inglés

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Introducción

Este texto es introducido en esta página (y es enlazado en ella):
Página-guía B.9:
unplandivino.net/transicion/

Está en el apartado de esa página dedicado a Robert J. Lees (buscar «Robert» en esa página).

Para los audios:
En esa misma página estarán enlazados y ordenados los audios. Y, como en otros audios, hice un comentario al final de este, tras la lectura del texto. En el comentario vemos algunas ideas importantes y a veces aclaramos algunas cosas.

Reuniré todos los textos de este segundo libro de la trilogía de R. J. Lees (La vida elísea) cuando vaya terminando de hacer esta «primera» versión de la traducción (que hago con ayuda de deepl, google, wordreference…) ─»primera» versión en el sentido de «para mi web»─.

Notas al capítulo

─ Ver el audio correspondiente.
─ Esta parte está en dos audios, el primero para el prefacio, y otro para el capítulo 1.

La siguiente nota es pertinente ahora (sobre las citas bíblicas); la nota se encuentra al final de la versión original del pdf en inglés:

«Los lectores pueden considerar innecesarias las numerosas referencias a la Biblia. Sin embargo, cuando este libro se publicó por primera vez, había mucha oposición por parte de las Iglesias ortodoxas a la comunicación con espíritus [with Spirit], por lo que ser capaz de afrontar ese desafío formaría parte de cualquier trato con el plano terrenal. Esto ya no es tanto un requisito, pero todavía existe. El clero está dividido en este asunto; conozco a algunos que están muy contentos con la comunicación con espíritus, mientras que otros dicen que es obra del diablo.

Si uno entiende que el «Diablo» fue creado por la Iglesia para controlar a las personas y, como Dios es «todo lo que es» (infinito), entonces no puede haber un «diablo» que esté fuera de Dios o en contra de Dios. Hay personas negativas, en diversos grados, tanto en el espíritu («astral») como en la Tierra. Las leyes de «lo similar atrae a lo similar» siempre se aplican».

Versión en español

LA VIDA ELÍSEA

¡Allí el alma se desprende de todo peso
y por sí misma contempla y comprende!
En ese claro amanecer de la verdadera luz matutina de la vida,
se vuelve, revisa, y entonces debe aceptar
lo que resulte del desenfreno de la noche anterior
y de la febril codicia, en el vestidor de la Tierra.

Es entonces cuando aprende c ómo la ignorancia acariciada
falsa guía ha sido, y ha llevado al alma por mal camino,
valorando el oropel a precio de oro,
y enseñando cómo el metal común y la verdadera riqueza eran uno solo,
y que, también, todo el despliegue salvaje de la mascarada,
que los tontos habían reunido para sus juergas,
eran ropajes, insignias, órdenes y recompensas
proporcionados por el Rey, para que todos sus hijos
se vistieran para el banquete nupcial y lo engalanaran.

Ahí viene la verdad, y toda la falsa vestimenta
en la que nos pavoneamos, señorial y codiciada,
debe ser desechada y dejada atrás,
como algo peor que inútil ─ tenemos que pagar su coste
antes de poder avanzar─. Cada alma, con doloroso pesar,
se despoja allí de su manto de hipocresía, para encontrarse con que
su brillo real [royal] y su riqueza se desvanecen con la noche,
no dejando, tras de sí, sino la señal de la pobreza.

Entonces suspira el alma al reconocer su estado de bancarrota,
porque hasta ese momento nadie puede saber
el precio que paga por tan traicionero manto,
y falso traje engañoso;
nos lo ponemos por conveniencia y prisa,
nos lo quitamos a la luz escrutadora de Dios,
cuando quedan al descubierto todos los moretones, cicatrices y heridas
que no sentíamos, cuando las recibíamos, en la loca carrera
para salvar de otras manos el objeto de nuestra elección.
¡Pero en nuestro camino al festín [feast] tenemos que hacer una pausa,
considerar, y cumplir con esa cuenta de lo que pensábamos
que era gratis para quienes podían asegurarlo y guardarlo!
Y esto es un doloroso ajuste de cuentas.

Cuando esto se acaba, quebranta el alma,
y aprende que tiene otro papel que la mascarada
representada en el escenario eterno de la vida. Deja de lado
todas las reliquias de los gustos brutos, salvajes y bárbaros,
y haciendo restauración, con un arrepentimiento puro,
camina hacia la diana de la vida,
no vestida más que con el ropaje de la libertad,

sin nada que pese, obstaculice o retrase su curso,
y como hombre comienza en esa carrera
que tiene su meta y destino en Dios.

Es de esta carrera que yo canto, y ahora te pido que vengas
y veas cómo se vive, en el propio curso de Dios…

¡la vida elísea!

PREFACIO DEL RECEPTOR

Este libro no es una novela, ¡ni tengo más derecho a su autoría que el editor, tipógrafo o encuadernador que ahora harán su parte al presentarlo al público!

Este descargo de responsabilidad exige naturalmente una explicación, y mi objetivo actual es proporcionarla de la forma más breve y sencilla posible. Pero la tarea no es en absoluto ordinaria, porque la declaración jurada que requiere, y que hago reverentemente en presencia de Dios, es de tal naturaleza que probablemente la constituya en única en los anales de la literatura. Continuar leyendo «La vida elísea | Capítulo 1: El sepulcro abierto (y prefacio)»