El mayor regalo que podemos hacer a los niños: contarnos los secretos entre los adultos. Halloween como la verdad de la navidad

En este audio… (hay transcripción abajo)…

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… en este audio, hablamos sobre esto tan básico acerca de «lo que realmente pasa en navidad», pues las adicciones emocionales son sacralizadas, y encima en algunos casos se hace usando a Jesús, Dios, etc.

Tratamos sobre:
– la importancia del daño que provoca el secreto (en mi familia fueron muy importantes y condicionantes los secretos en torno al aborto, que fueron otro factor más para alimentar vidas de vergüenza y miedo),
– el «vampirismo» energético que las adicciones emocionales conllevan,
– por qué «la navidad» en la Tierra era tan desagradable para Jesús, vista desde el mundo espiritual,
– la figura del vampiro y el diseño simple del alma que queda ilustrado por algunos aspectos de ella,
– la importancia de no tener miedo, y en concreto, miedo a lo «monstruoso».

En un audio reciente celebrábamos que pude sensibilizarme mejor a lo dañino que es el secreto en las «familias». Por eso hoy hablamos de que uno de los «mayores regalos» que se puedan hacer a los niños es abandonar el secreto, emocionalmente.

O sea, el regalo de que los padres, etc., afrontemos el miedo que tenemos a comunicarnos, a ser transparentes sobre lo que realmente pasa en las emociones, deseos, etc.

Así podremos «asimilar la verdad» (que siempre libera, pero que antes necesita abrirse paso cuando nosotros sentimos humildemente los errores que son la vergüenza, etc.), y así nos habilitaremos cada vez más para poder recibir positivamente los regalos de Dios.

La necesidad de instituir un "permiso" para ser padre/madre

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parque
Otro de los rasgos más tragicómicos de nuestra sociedad quizá sea el de que no tenemos una educación profunda y divertida para los «futuros padres» en torno a lo que conllevan los niños.
Y el ambiente que absorben los niños de pequeños es muy importante (literalmente lo absorben).
Esto es tragicómico porque es como una inmensa muestra de masoquismo generalizado, relacionado quizá con esa extraña frase hecha que dice que «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra».
Es tragicómico tener un «carnet» o permiso de conducir automóviles, y no tenerlo para los hijos.
Y es que estamos viviendo una gran mentira, porque nosotros no somos animales, es decir, nuestro entorno no es directamente «natural» o «biológico», sino cultural. Es decir, no salimos de nuestra guarida y nos comemos lo primero que nos encontramos por ahí, como hacen básicamente los animales.
Nosotros interaccionamos primero con un entorno de ideas materializadas e instituciones, y de gran parte de la humanidad casi literalmente se podría decir que «come dinero».
Igualmente, por eso mismo, si queremos que las cosas funcionen con alegría, armonía, abundancia… no debemos dejar que los padres tengan hijos como los tienen los animales, es decir, «espontáneamente».
Si queremos vivir en paz no nos podemos engañar: lo humano no es «espontáneo» en ese sentido.
Para nuestro estado humano lo «natural» sería que hubiera mucha comunicación en torno a la crianza, es decir, que los padres tengan una educación profunda, divertida, amable… sobre lo que significa la crianza, el amor, etc., pues, como hemos dicho, está demostrado incluso «científicamente» que los primeros años de los niños son fundamentales*.
Es decir, no hablamos de aplicar prohibiciones o restricciones, como las que creo que hay explícitamente en China en cuanto al número máximo de hijos… sino que hablamos de «saberes», de sabiduría… es decir, de comunicación amable sobre la realidad de los sentimientos y de las necesidades de los niños y de las personas cercanas a los niños en general. Continuar leyendo «La necesidad de instituir un "permiso" para ser padre/madre»