En el vídeo enlazado abajo*, Jesús habla sobre «¿cómo medir, cómo evaluar dónde estoy en el proceso de entender y soltar mi yo desamoroso?«. Empieza en el minuto 2:00, tras escribir la pregunta, y va tratando la verdad (frente al miedo), la fe, la acción y la humildad.
En el minuto 6:26 Jesús comenta que el diagrama se refiere a emociones individuales, y no se aplica a nuestra condición completa, total, salvo por la parte central sobre el terror ─el rechazo global al dolor y al terror─, pues ese rechazo global afecta a todo, es decir, gobierna un enorme conjunto de emociones.
Hemos visto, entonces, cómo se pueden usar las «herramientas» primarias (fe, humildad, etc.) para determinar dónde estamos en nuestro proceso, mediante el diagrama.
El diagrama lo miramos también al principio del vídeo en un formato que pongo también aquí abajo (enlace) ─en una aplicación online para representar cosas─:
Queremos a veces sanar un dolor (un dolor relativo en este caso a algo de la infancia) antes de aceptar la fachada, la que nosotros creamos en el pasado y seguimos alimentando… y que está relacionada ese dolor.
Vimos cómo Jesús examina el diagrama del yo desamoroso con un ejemplo relacionado con este tema, parcialmente*.
Jesús mismo dice que es un buen ejemplo de intentar llegar a nuestro dolor cuando en realidad en lo que necesitamos enfocarnos es en examinar las adicciones que tenemos en marcha y que tratan sobre el tema (el dolor en cuestión).
Trata sobre cómo hemos creado nuestro yo desamoroso.
En los encuentros del 2016 (de los cuales vemos parte de un esquema) Jesús nos habla del miedo global, el terror, que en un momento dado hemos de aspirar a sentir.
Es un miedo global a sentir las emociones, que no es tan grande como nos lo representamos normalmente. Es uno de los principales motores de nuestra fachada (el miedo a ese terror).
Enlazo abajo* (vídeo llamado «experiencia de Jesús») el vídeo al que me refiero en algunas partes del vídeo. En él Jesús comenta un poco más detalladamente su experiencia con este terror.
En el vídeo «grupal» ─que enlazo después─ Jesús comenta que hemos de aceptar la fachada para poder procesar algo sobre el terror. Pero «aceptarla» no quiere decir deconstruirla del todo (podríamos facilitar mucho las cosas con el atajo de aspirar a sentir y llegar efectivamente a sentir la emoción global de terror).
Dice que es altamente improbable que hagamos esto último si no aceptamos la fachada (y la gente suele abandonar la verdad divina porque no aceptan la fachada).
Así es que Jesús dice que podemos hacerlo por una especie de vía más rápida si vamos a:
─ a por el miedo al terror,
─ a por el terror mismo
─ y a por el dolor causal que vemos abajo en el esquema de la imagen, y del cual nos des-sensibilizamos mediante la fachada…
(nuestra resistencia a sentir ese terror y a sentir el dolor que acumulamos desde la infancia ─desde la concepción─ serían los dos factores causantes de fachada).
Visualizamos y comentamos parte del esquema que ofrecen como material para esta sesión sobre «Emociones que gobiernan/controlan».
(En el apartado: «The Main Reasons For Sin», en ese esquema de las «Emociones que gobiernan» ─»Governing Emotions«─, Jesús habla de lo apropiado de aspirar a lidiar con el terror.)
─ Jesús: sobre ser selectivos (no hay que serlo) en el proceso de afrontar el dolor, ese dolor que nos suele llevar a tocar algo de ese terror (emoción global de terror)
Minuto 16 ─mismo vídeo─:
la emoción global de terror: nos resistimos a sentirla porque no tiene memorias asociadas (cosas así, globales, que absorbemos en la concepción).
Minuto 33:
vuelve a hablar de su proceso con el terror (el que comenta en la sesión arriba titulada «experiencia personal»).
Miller presenta aquí una charla clave donde invita a ver las emociones con un enfoque algo diferente al acostumbrado, que nos va a servir mucho para ver la máscara.
Para realmente ver la máscara, para poder aceptarla e incluso disfrutar del proceso de darse cuenta de ella, del yo de fachada… la máscara… para poder ir deconstruyéndola… nos propone que es necesario que distingamos muy bien entre:
– las emociones globales, cuyo cultivo (de la fe, por ejemplo) o cuyo procesamiento (del terror, por ejemplo) comporta enormes cambios en nuestra vida…
– las emociones multievento (aquellas que hemos vivido repetidamente y se nos graban así), y
– las monoevento, de un único evento, que hemos vivido una sola vez, y como emoción o emoción-creencia son en el fondo y en realidad eso, algo único, una emoción «monoevento».