¿Por qué el motivo del miedo es siempre real? :) ¿Por qué eso sería importante?

En este audio…
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… vemos por qué el motivo del miedo siempre es real.

El título puede parecer que va contra cualquier «verdad espiritual» básica, claro está, pero ahí está el truco 🙂 .

Además, vemos muchas cosas de pasada. Es decir, vamos relacionando entre sí, un poco, muchos de los ingredientes más fundamentales de todo lo que nos traemos entre manos aquí… y, en general, algunas ideas fundamentales del «sentido común».

Por cierto, ¿hay alguien, con una pistola, que me esté apuntado, que te esté apuntando, ahora, para tener miedo?

(Me debería preguntar, todo el rato… 🙂 … eso… ese tipo de cosas ).

Sobre el tema del título (motivos, miedo, alma, realidad…), podemos decir mucho más que lo que expongo en el audio, claro está… si nos centramos en describir el proceso de descubrir «qué nos motiva a tener miedo».

Es decir, por ejemplo no me he referido a posibilidades evidentes, como las de que tengamos «miedo al amor», «miedo a la acción», «miedo al cambio / miedo a lo nuevo», «miedo a la libertad»…

Lo que nos motiva a tener esos miedos sí puede ser real en el sentido de eterno, a veces, es decir, real en un sentido plenamente objetivo (es decir, «real» en sentido absoluto, «real» en tanto que eterno): El amor de Dios sería el caso de «un motivo que sería por siempre real» (de uno de esos posibles motivos que podría ser que motive nuestro «tener miedo»).

(Aunque en el fondo, ese supuesto miedo al amor de Dios tiene razones ilusorias acerca de lo que nos pasaría, etc…. aunque no deja de ser algo que está en nuestra alma, como «motivo», «intención de tener miedo»… y por tanto, no deja de ser algo que es «muy real para nosotros».)

Ya vemos, pues, que se le pueden dar muchas vueltas al tema… pero aquí se trataba de presentar un audio digamos que más o menos entretenido (aunque al final me alargo demasiado), e incidir en que el alma es real, en tanto que es potencialmente eterna (y es en el alma, como almas más o menos heridas, donde tenemos nuestras motivaciones, intenciones, pasiones, deseos, emociones…).

Como vimos, y estamos comprobando: el alma es eterna (con todas las letras, es decir, en tanto que potencial ya cumplido), es eterna… si no sólo recibe amor de Dios al pedirlo con un deseo sincero ─al pedir y recibir ese amor divino que no tenemos de entrada, ya, por diseño, por defecto─; sino que, además, es eterna, será eterna, en ese sentido de potencial ya cumplido, si seguimos recibiendo ese amor ─tal como siempre terminará ocurriendo, tarde o temprano (aunque quizá ocurra a trancas y barrancas… una vez que ya hemos recibido un poco de ese amor divino)─.

Lo iba a comentar también en términos de «verdad personal», tal como a veces lo hizo Jesús, por cierto; pero al final no lo hice, se me olvidó.

Nadie más que nosotros (como almas, que somos bien reales, como almas… e incluso potencialmente eternos)… nadie más que nosotros puede afrontar nuestra verdad personal, es decir, puede afrontar honestamente el estado real de nuestra alma, aquí y ahora, la condición que tenemos (normalmente bastante herida, aunque podamos ponernos muchas fachadas o máscaras, e incluso fachadas espirituales, para trucar eso, por cierto).

Y es que nuestra verdad es muy real para nosotros, y es por eso que es tan importante en ese sentido que nuestro miedo sea «verdad».

Es tan importante, tan relevante, eso… que sólo nosotros podemos responsabilizarnos de transformar, purificar, soltar… toda esa «verdad personal», más o menos «herida», situada como heridas emocionales en el alma (o como emociones armónicas sí absorbidas para nuestro bien).

Tanto de las heridas emocionales, así como de expresar más emociones armónicas (más verdad y amor), podemos tener miedo. Y el motivo de tener esos miedos, aquí y ahora, será bien real para nosotros… aunque esté destinado a desaparecer.

Estamos llenos de expectativas falsas sobre lo que va a pasarnos si, por ejemplo, sentimos hasta el final alguna emoción. Apenas somos conscientes de esas expectativas, por cierto.

Y eso es lo que Jesús llama «miedos»: expectativas falsas que aparentan ser reales, que parecen atenerse a realidades. En ese sentido el «miedo no es real». Pero nuestra alma sí que es bien real… nuestra alma que está motivada, sin tener a nadie que nos apunte con una pistola para ello… que está muy motivada incluso, a veces, a tener miedo y a vivir en él, y normalmente durante años y años en los que por tanto vamos acumulando literalmente terror.

 

¿Qué haría el amor? Las relaciones | Carta de Jesús, 2005

En este audio (y texto)…

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– Enlace al texto: pdf    (versión 1.01, 15 julio 2023)

… vemos esta carta de Jesús, del 2005 (la leo y comentamos algunas cosas).

En la carta se trata de las relaciones de pareja, pero se pueden extender muchas cosas básicas a cualquier relación, y respecto a otros temas, claro está.

En la página-guía B.6, sobre las relaciones, hace tiempo puse una parte de la carta donde Jesús plantea esta idea de abrirse a hacerse y a sentir las preguntas concretas de qué haría el amor en la perspectiva de ambos miembros de la pareja.

Es una pregunta digamos «muy complementaria» con la pregunta ética más básica, esa que nos hace ponernos en los zapatos de los demás, digamos… así como es una pregunta que nos lleva a sentir las creencias emocionales erradas sobre el amor, lógicamente, que es donde normalmente vivimos y lo que normalizamos (el error emocional, la codependencia, la conmiseración con miembros de la familia, con amigos, con parejas, etc.).

 

Lógica en torno al aborto: ¿cultivar el deseo de arrepentimiento? | A raíz de las llamadas con mi (bio)madre. Sinceridad y lógica

[Última actualización: texto añadido – 19 julio 2023. ]

Índice
– Enlaces (texto y audio) y presentación
– Índice del texto
– Notas

Enlaces (texto y audio) y presentación

En este audio (que tiene una transcripción/ampliación, ya que el tema del arrepentimiento es muy relevante ─ver pdf enlazado abajo─)…

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Enlace al texto:    pdf    (versión 1.01, 19 julio 2023)

… vemos varias cosas.

Al principio hablamos del arrepentimiento y un poco del perdón, ya que recientemente hice este audio breve sobre el arrepentimiento*.

Este otro, de hoy 14 de julio (2023) tiene mucho que ver, ya que principalmente tratamos sobre el aborto** ─aunque también, sobre todo al final, de otras cosas que podemos decir que son «más positivas»─.

Un tema principal hoy es el de la sinceridad:

Abrirse a examinar con sinceridad la lógica en torno al aborto.

Pongo el ejemplo de algunas frases e ideas que surgieron en recientes llamadas telefónicas con mi (bio)madre.
(Y por cierto, para las cosas «más positivas» del final, también empleo algún detalle de lo sucedido en dichas llamadas; son «anécdotas más bonitas», si lo podemos decir así.)

Volviendo a esa sinceridad… y al deseo que podamos tener de forma algo sincera: eso nos puede abrir a sentir.

Es decir, un deseo más o menos armónico con el amor (y «desear más verdad» sobre algún tema es en general armónico) nos abre a más «verdad emocional», a más de esa verdad que tenemos más o menos bloqueada en nosotros como «ánimo» (alma)… y que, de cierto modo, es lo que en el fondo anima, impulsa, o en gran parte motiva nuestras vidas (precisamente ponemos la fachada para evitar darnos cuenta de eso; pero paradójicamente, es con la fachada como conseguimos en realidad vivir en el yo herido ─con más o menos resistencia─, en vez de sentir esa parte de nosotros).

Ese deseo, cuando está en armonía con la verdad y el amor (con la verdad en torno al amor a sí mismo, por ejemplo), dará sus frutos en el discurrir de los eventos de la vida (eventos sobre los cuales apenas discurrimos ─o que apenas vemos y entendemos─ en tanto que serían «partes» de aquello que al final comento en el audio).

La vida la termino tratando al final del audio como un «discurso»: un discurso de eventos, en vez de con palabras; un discurso que le «echamos» a la vida, una charla que le estamos echando… con la que expresamos continuamente el estado de nuestra alma.

En ese «discurso» metafórico podemos ejercer más responsabilidad emocional con nuestro deseo, y con todo en general, para hacernos cargo de cultivar el deseo y armonizarlo cada vez más con el amor y la verdad… y para hacernos cargo ─de modo humilde «infantil»─ de que en el fondo, aunque no lo conceptuemos así, estamos en una especie de experimento «inocente» (es decir, al modo de los niños, a ser posible, tal como los niños más «puros» querrían experimentar la vida y saberlo todo ─más en plan inocente─)… un experimento «inocente», pues, de aprendizaje sobre el amor (amor a uno mismo, a los demás, al entorno)… y que, por cierto es a la vez también un experimento ─que ha de surgir espontáneamente (si nos arrepentimos de verdad)─ de reparación amorosa de los resultados de nuestros pecados (ayudar a Dios y sus leyes naturales en tal regeneración o reparación).

Y así, eso que surge ─por ejemplo lo que surge en un simple diálogo sincero─ lo necesitamos expresar, pero humildemente, y ello para:

– bien sea para simplemente soltarlo, dejarlo fluir, expresándolo humildemente
(si es «negativo», o sea, emociones erradas);

– o bien sea para lo mismo, para simplemente poder expresarlo y así poder asimilarlo
(si son cosas «positivas», es decir, emociones en armonía con el amor ─tal como entiende o siente Dios el amor, claro; y no necesariamente tal como sienten que el amor debe ser, o es, las diversas otras entidades que nos inventamos: «la familia», «la mamá/papá», «los abuelos», el Estado, la TV, el periódico, la religión, alguna tradición, alguna «(seudo)espiritualidad nueva era», etc.─).

En este camino, el arrepentimiento es algo que necesitamos desear para vivirlo, pues es más difícil de llevar a cabo que el perdón.

El perdón ─como nos comenta Jesús─ se puede hacer así como a regañadientes (las leyes naturales nos pueden ir llevando, digamos que «más fácilmente», a ir sintiendo todos esos dolores emocionales relativos a lo que nos hicieron). Pero el arrepentimiento no se puede hacer así, a regañadientes ─dice Jesús─ sino que hemos de desearlo si queremos vivirlo y sanar.

Recordemos:

El perdón es sentir ese tipo de daño que tenemos en el alma y que es el relativo a lo que nos han hecho (o dejado de hacer ─si era realmente amoroso lo que nos podrían haber hecho─) otras personas a nosotros, como almas.

El arrepentimiento es lo mismo, pero respecto a lo que le hemos hecho a otros y al entorno ─y a nuestra alma a la vez─ al hacer algo que está en desarmonía con el amor (o al dejar de hacer algo que está en armonía con el amor)… así como es relativo a sentir y hacernos cargo de aquella intención desamorosa que teníamos ─y que seguramente aún tendremos «oculta» si no queremos arrepentirnos─  y de las causas de tal intención (haya sido ejercida o no tal deseo o intención ─por ejemplo el de matar un no-nacido─).

También aludí a un texto breve con algunas definiciones de «fe«, pero sólo aludí brevemente a «la fe». Enlazo aquí*** ese texto, que es un mero «repaso», digamos.

Índice del texto

Introducción
Cuando los secretos “de los demás” no son tan “de los demás”
Diálogo, apertura, sinceridad, deseo, lógica…
Secretos, aborto y miedo a las leyes naturales y las consecuencias por ellas administradas
Excusas, autoengaño, la ética más básica, arrepentimiento
Condición del alma, transparencia, miedo a la verdad
La extraña e inconcebible —pero universal— necesidad de perdón a la madre
Lógica, sinceridad, verdad, frutos emocionales
Una “verdad” tipo “Nueva Era” sobre el aborto: arrogancia y egoísmo
Sobre el disfrute amargo y vengativo de la ley de compensación negativa
El aborto en dos lugares tradicionales (Biblia)
El “discurso” de la vida, y el “lado positivo”


Notas

* El audio 2 ─enlazado en la siguiente página─ es ese sobre el arrepentimiento del que hablo al principio de esta presentación: unplandivino.net/oracion-contextos/

** Sobre el aborto: unplandivino.net/aborto

*** Definiciones básicas de «fe»: unplandivino.net/fe-definiciones/

 

La fe: definiciones básicas

[A esta entrada básica sobre la fe, remite la página-guía principal de esta web, la A.1]

A partir de estas enseñanzas* que estamos viendo y con un poco de lógica, tenemos:

1. La «fe» está basada en hechos;

como en los científicos:

es algo que tiene que ver con un proceso; algo que de cierta manera «abre» o acompaña un proceso.

Uno no «espera» «cosas absurdas», sino cosas basadas en algo ya vivido de alguna manera, en algún grado, y ya comprobado en algún grado, o que se sospecha o se «intuye» que «podría ser así o asá»;

por cierto, en esto también vale la experiencia de otros, y cómo al conocer tal experiencia nosotros sintamos que son sinceros, etc.

Por ejemplo, el caso de que hayan visto un «espíritu» claramente

(hay millones de personas que así que lo recuerdan, y la hipótesis es que todos de pequeños habríamos visto «algo», simplemente por la razón de que ya seríamos también un cuerpo-espíritu; etc.)

2. La fe como «la sustancia de las cosas que se esperan»;

es decir, lo sustancial,
lo que hace que no sea insustancial esperar algo, y esperarlo uno de forma personal; y esperar algo muy concreto, esperar eso y no otra cosa, etc.

3. Sinónimamente a la anterior:

«la fe como certeza en cosas invisibles»;

igualmente, certeza «como la de los científicos»:

certeza más o menos «certera» a la larga; certeza en que podrán encontrar nuevas cosas y articulaciones lógicas en su discurso sobre la realidad, de modo que su discurso e ideas puedan portar y aportar más verdad, y ésta pueda ser transmitida y usada cada vez mejor (recordando que la verdad libera).

4. La fe como deseo efectivo y activo.

Esta última «definición», como se ve, complementaría muy bien lo anterior. También lo dice Jesús así: la fe genera deseo.

Por ejemplo, antes de tener deseo de arrepentirse o de perdonar, hemos de tener fe en lo que eso conllevará (como algo benéfico, como algo armónico con «lo que haría Dios», etc.).

_____

* enseñanzas de divinetruth.com, pero en las definiciones 2 y 3 están las inspiraciones muy célebres y antiguas, que podemos ver en Saulo de Tarso en diferentes traducciones, y que son fácilmente articulables con lo que estamos viendo (tal como hace el mismo Jesús, que articula algunos elementos clave de la tradición, aunque en general diríamos que pocos).

Reticencias con el arrepentimiento | Un comentario de hace meses en youtube

En un vídeo* de una charla de personas creo que todas católicas, puse este comentario hace 11 meses (hoy es julio, 2023).

Ahí hablaba así como metiéndome en el mismo saco con estas personas religiosas, o algo religiosas, que están sensibilizadas en general con el pecado ─el pecado como algo que efectivamente degrada el alma, y que por tanto es de vital importancia para la «gestión de lo común», la política─.

En esta no-secta en la que estoy en esta web (hola, aquí Iván), estemos poco o mucho en esto cada cual… y siendo que es no-secta porque «sólo» es
«desarrollo de la humildad»,
«amor a la verdad»
y desarrollo en el amor tal como lo entiende Dios

(que es mucho decir, pues es demasiado simple para cualquiera)…

… en esta no-secta, decíamos,
donde vamos aunque sea con mucha resistencia «algo de la mano» del Dios infinito y personal, ya reconocido…
resulta que ese «despertar al pecado» (del que ya hablamos),
es lo que «compartimos» ─entre otras cosas─
con alguien de cualquier espiritualidad y religión que se precie.

Este fue el comentario:

«Fíjemonos quizá en cómo hay reticencias a hablar de ARREPENTIMIENTO, incluso entre nosotros mismos, entre los que hemos despertado al pecado (que es el verdadero despertar / «woke» /awakening).

Cuando vemos algo mal fuera, y si hemos despertado al alma y al pecado, entonces «debemos» ejercitar el «músculo» del alma que consiste en buscar primero la paja en el ojo propio, buscar primero qué hay mal dentro de nosotros, qué error contribuía, contribuye o contribuirá a que ese mal continúe vivo (qué causa de pecados contenemos).

Nuestra alma contiene muchas «heridas» (miedos bloqueados, etc.), que luego nuestro entorno nos refleja (individual y colectivamente).

Este movimiento ideológico (de diseño, obviamente), del woke, es claramente anti-arrepentimiento.

Continuar leyendo «Reticencias con el arrepentimiento | Un comentario de hace meses en youtube»

Mi abuela: «salvada por el jamón serrano»… y aprovechamos para hablar de cómo es que «Dios es vegano»

En este audio…

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… vemos una anécdota muy ilustrativa.

Resulta que mi madre biológica recordó haber «salvado la vida», hace muchos años, a mi «abuela» (que ya falleció, por cierto, en el verano del 2019).

Le salvó la vida con jamón serrano.

(Es mi «madre»* quien usó esas palabras: «salvado la vida».)

Eso nos dará pie a hablar del otro gran tema del audio: veganismo, con el que tenía ganas de hacer algo ─pero lo explico más abajo; antes sigo con la anécdota ilustrativa─.

En el audio se me olvidó comentar un poco más un detalle que quizá sea crucial, y es que cuando en la llamada le dije a mi «madre» que todo esto se podría interpretar como:

«la abuela quiere jamón»

mi «madre» se rió.

Eso (la risa, el surgimiento del recuerdo, etc.) sería indicativo de uno de los aspectos que trato en el audio: un sentido de lo que significa «celebrar la verdad del amor» (en el audio lo vemos).

Aunque la risa podría significar muchas cosas: Es quizá un momento en el que mi «madre» sintió, así como en un relámpago, la verdad de que, efectivamente, la abuela está por aquí.

Pero, en seguida, quizá en parte mi «madre» reaccionaría con algo de orgullo contra la verdad, y la risa quizá en seguida no se torna digamos «tan pura», no tan pura como podría ser una risa que simplemente «celebre la verdad» (y la verdad del amor en general, por tanto).

En teoría, cuando hablamos de hechos, de verdades, y quizá sobre todo si nos pilla de improviso… quizá puede darse una certeza diferente, muy plena, digamos.

Y esos sentimientos de certeza, etc., que acompañarían a menudo a «la verdad», son totalmente «verdad», en el sentido de que sería algo captado emocionalmente en nuestra alma; es decir, a través del «órgano» de nuestra alma en el que Dios nos suministra continuamente verdad ─verdad como sentimientos, como sus opiniones emocionales sobre todos los aspectos (conciencia)─.

El detalle crucial, más concretamente y a la vez también podría tener que ver con que todo esto quizá esté abriendo una especie de «diálogo indirecto» a tres bandas:
– por un lado dos encarnados, «madre» e «hijo»,
– y por otro mi «abuela», y/o sus guías o guardianes.

Mi «abuela», por lo que estoy viviendo, parece estar muy pegada a mí como desencarnada ─al no tomar yo decisiones mucho más ágilmente, etc.─. (Yo, por cosas «aparentemente buenas» que hice antes de su muerte ─y que hago─, atraje esta situación ahora, claramente, además.)

El otro gran tema del audio es el del veganismo.

Aclaro que «soy» vegano, cosa fantástica para el cuerpo y el alma. Es decir, aquí no vamos «en contra del veganismo», por ejemplo.

Contextualizo el veganismo en esta no-amistad sacrificial que en general llamamos «la familia», que en gran medida es otro ídolo sustitutorio de Dios.

Y por cierto, de ello se aprovechaba el «Dios-Estado», y hoy quizá el Dios-Estado ampliado e interiorizado en radiaciones, intercambio de datos, etc…. que sería cada vez más una especie de mega-estado corporativo, el de las multinacionales de los datos, una especie de «complejo-militar industrial 2.0», a lo «Nueva Era», etc.
(y por cierto también: «all you need is data«, rezaba hace unas semanas un cartel bien grande en la fachada de una universidad privada de postín en Madrid ─pasé por delante en autobús─).

Para contextualizar el veganismo, pues, hablo de las relaciones de dependencia como un marco donde, inevitablemente, en el nivel emocional profundo, se da un intercambio constante más bien de «asco» y de «odio».

Al menos a la larga, la amistad sería literalmente imposible en un marco de dependencia (material y material-emocional).

Y, de hecho, en cierto sentido muy concreto, y hablando muy en general a la vez…: en este camino, la amistad** es a lo máximo que podemos aspirar, por mucho que sacralicemos el fenómeno de la maternidad y la paternidad, etc.

(Es a lo máximo que podemos aspirar tras la relación con Dios, que no es obligatoria ─claro─, y tras la relación con el alma gemela, que tampoco, pero que son las dos relaciones «supremas» ─lo que no quiere decir que estemos forzados a esperar a nadie para poder tener una relación con Dios, o con amigos, o con el alma gemela… con todos los posibles «viceversas» ahí).

– Hace poco vimos un audio que en parte es el anterior a este en la temática; fue sobre la fachada de buena mamá:
unplandivino.net/fachada-buena-mama/


* Pongo muchas comillas en madre, abuela, etc., porque «madre no hay más que una» (Dios).

** Quizá podemos decir que, en este camino, la amistad va a ir rimando y conjugándose cada vez más y mejor con eso que tradicionalmente se llamaría «caridad». Pues en realidad tenemos sólo alguien que para nosotros es «más que amigo» (el alma gemela), y todo el resto de humanos físicos y desencarnados son «hermanos» (almas que objetivamente son igual de valiosas, y que son potencialmente eternas «a la manera de Dios»).

 

La fachada de buena mamá: ¿qué consigue?

En este audio…

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… vemos el tema de la fachada de ser «buena madre», con ejemplos de «mi caso», donde hay una gran cantidad de sacrificio, como en tantos otros casos.

Es decir, la vida se llena de «actitud de sacrificio», muy profundamente asimilada.

Esa actitud queda digamos así como bloqueada en el alma, y en muchas almas a la vez, en los hogares, en una especie de «cámaras de reverberación» emocional.

Arrastramos eso, y lo llevamos también al mundo espiritual con nosotros; es decir, nos preocupamos por los hijos (con el fatídico «mi»: «mis hijos»), en vez de ocuparnos de nuestra alma, es decir, de los motivos reales por los que hacemos eso (para no sentir nuestras heridas profundas); de lo que realmente nos anima, que es a menudo una actitud de sacrificio, y que termina facilitando la creación de «más muerte» ─como vimos en otros sitios: «aborto y antepasados»─ .

Como sabemos, esa vida en sacrificio se trata de mucho miedo, de vivir en mucho miedo, un miedo que por tanto es inevitablemente bombeado al entorno al no sentirlo uno mismo, es decir, al no hacernos responsables emocionalmente de cómo estamos realmente… y al no disolverlo ─de ese modo─ en uno mismo ─disolviéndolo como la «nada» que efectivamente es, es decir, como lo insustancial que es, tal como nos recuerda Jesús mismo que es: «expectativas falsas que parecen ser reales»─.

En ese entorno más o menos «oscuro» tuvimos que aprender lo más básico de «cómo empezar a ser nosotros mismos». (Lo vimos un poco en otros audios, muy explícitamente ─en mi caso con, digamos, «dos madres», etc.─.)

Recientemente estoy teniendo muchas llamadas telefónicas con mi madre biológica sobre el tema.

 

Una introducción a «la verdad divina»

[Versión 1.01. 29 junio 2023]

Hola, aquí Iván. Estamos a 29 de junio del 2023, y valga este escrito a modo de introducción a muchas cosas que hemos visto durante este tiempo, y que quizá puede servir para algunas personas «religiosas», ahora que lo pienso ─aunque también aludo a lo más básico de lo que llaman «filosofía»─.

Me salió como comentario, es decir, me surgió al ver un poco un vídeo de youtube, donde alguien hacía una pregunta, y quise responder. Pero al final tiendo un poco a contar «todas» las verdades básicas que vamos comprobando ─por lo aclarador que fue esto para mí y para más personas─.

Como comentario es muy largo; es decir, no sé cómo lo colocaré en respuesta a ese otro comentario. Era un vídeo de una charla dada en el 2019 por Carmen Herrando, que se puede encontrar en youtube y trata sobre Simone Weil (habla sobre «el legado místico»).

Este sería el «comentario», aunque ya muy re-elaborado:

Hay gente que quiso ayudar a los desfavorecidos empezando en el ámbito digamos político-material, pero terminó dándose cuenta de la importancia de lo que a veces llamamos «espiritualidad»; o sea, las cosas del alma; incluso la importancia del controvertido tema de Dios; o de la relevancia del amor en general… de nuestros problemas con los deseos ─que son vitales─ y la patente necesidad de «purificarlos», etc.

Podríamos decir que Simone Weil es un caso paradigmático, al estar además tan bien «documentado».

Entre otras cosas, a bote pronto, diríamos que lo que ella quería en la vida es sobre todo ayudar de verdad a los «desfavorecidos» ─de verdad─. (Eso se ve claramente en lo que escribió, en lo que dice.)

Pero ¿cómo hacer tal ayuda, y que sea algo efectivo? Esto no es  «inmediato».

Y que no sea algo inmediato lo podemos comprobar cualquiera que miremos un poco lo que realmente sucede con los partidos políticos, sindicatos, etc.

De hecho, yo todo esto lo empiezo a entender ahora… o bien, más rimbombante y vulgarmente expresado: Es ahora que empiezo a «entenderlo todo», tras 49 años ─que ya me ha costado (!)─. 🙂

Empecemos por el principio… o por un principio a todas luces relevante, y ya que hemos tratado de esto un poco en algunos otros audios y textos por aquí:

Lo que llaman «tradición occidental» casi empieza con Sócrates, digamos.

Y la actitud socrática es «primero el cuidado del alma».

¿Alma? Continuar leyendo «Una introducción a «la verdad divina»»

Aunque no somos de ninguna religión (Dios no lo es)… veamos un fragmento de «San Juan» con la verdad divina… y más cosas

Cuidado, aquí, como siempre decimos, no somos de ninguna religión ni nada parecido, y por el simple motivo de que Dios no es de ninguna.

Os juro que no me di cuenta de que hoy era «el día de San Juan» ─el 24 de junio─, pero tuve la inspiración de grabar este audio para reinterpretar completamente unas pocas líneas del célebre evangelio de Juan, tan metafísico él.

Por cierto, de ese escrito parece lógico suponer que, en un principio, tal como quizá fue escrito realmente, quizá no sería tan «metafísico-inductor»… tan «inductor de metafísicas» ─con todo el tema de la Trinidad, etc.─.

Enlaces al audio: descarga // en ivoox / en spotify

Así que en esas estamos 🙂 , pero no con el ánimo de seguir haciendo estas lecturas mucho más; ni de decir que sea necesario hacerlas; sino para ver qué simples y profundas se han vuelto las cosas desde el fundamento de la verdad divina, desde esa «base» que vamos absorbiendo en el alma al ritmo de nuestra «sagrada resistencia» 🙂 ; o sea, al ritmo de mi falta de deseo apasionado de sentirlo todo por igual, y mi falta de deseo de descubrir todo lo que tengo realmente animándome en mi vida como emociones erradas ─es decir, al ritmo no de Dios, sino de toda mi falta de humidad ─en el sentido de Jesús─… con toda esa resistencia a la verdad, a la fe, al amor… a nivel emocional… y todo el autoengaño que aún queda en la fachada─.

Así pues, «destorciendo» vamos… destorciendo muchas «interpretaciones» para «desinterpretar» y encauzar la denostada «tradición».

Pero claro, sólo si ella «quiere» (ese ente impersonal… la tradición), ya que en general, por «lógica», es difícil que, con todas las heridas emocionales que tantos tenemos, la tradición pueda querer «auto-superarse», pero a la manera de Dios :); es decir, conforme al plan o diseño divino, que es que Dios hizo todas las cosas para poder amarnos ─como nos enseña Jesús─.

Cité dos versiones de Juan 1, 1-5 (el comienzo del prólogo de ese escrito). Ahora veréis por qué lo preciso.
La segunda es la Biblia de Jerusalén, que tiene muchos traductores, creo.

Y la primera citada es una traducción de Evaristo Martín Nieto, del 1962, un libro muy pequeño que contiene sólo los 4 evangelios «normales», y que parece que me regaló mi madre aposta; es decir, que quiso dedicarlo y todo; y esto para su sorpresa, pues cuando recientemente se lo enseñé, al ella ver la dedicatoria, le dio vergüenza ─no lo recordaba haber hecho; habrán pasado unos 40 años─.

Nos da vergüenza de lo que hemos hecho… jajaja… vergüenza ajena… pues al estar en la fachada estamos enajenados, como vemos.

En el audio «se me olvidó» comentar esto último, más anecdótico.

La dedicatoria expresa la fachada de madre buena. Y el hecho que demostraría que en la dedicatoria expresó un deseo de esa fachada, es mismamente la vergüenza que sintió unos 40 años después, cuando, como dije, le mostré este texto:

A mi hijo Iván deseando que su vida vaya siempre por el buen camino.
Con todo el cariño de su madre. (firma)

Ahora que le digo en las llamadas telefónicas que no soy su hijo, que ella no es realmente mi madre… y que de cierto modo quizá lo va aceptando a nivel del alma… qué mejor que celebrar la verdad de haber satisfecho efectivamente el deseo de mi madre ─aunque fuera ese de la fachada de «buenita»─, y celebrar la verdad de haberme sumado al camino bueno ─»bueno» en sentido absoluto─.

Pues efectivamente, sí, Dios existe; Dios es verdad infinita y absoluta, con todas esas leyes, sus fiables y amorosas y maravillosas leyes «naturales»; es decir, toda esa «verdad en torno a los hechos», que son las leyes ─o todo ese «esplendor de la realidad» que escribía Simone Weil que es en realidad la verdad─.

Estas leyes están así como «a nuestro servicio», pero, claro, en  principio, por diseño, no están sirviéndonos «para gloria del hombre», sino para gloria de Dios, que es quien las «hizo».

Tiene lógica que Jesús, como fue el primero en aunarse con Dios en el amor personal de un ser tan diferente a nosotros ─seres finitos─ como es Dios… lógico que Jesús… tenga este papel de responsabilidad y/o «liderazgo» ─el Jesús real─, a la hora de encontrar el verdadero camino a la vida eterna.

Gracias PapiMami, Dios.

(Gracias, Jesús y María Magdalena, gracias Juan…, etc.)

(Y gracias, a mi madre y padre biológicos… 🙂 que se me olvidaba… y primero de todo, por no haberme abortado, ante todo…
…y a mi abuela, que, quizá a veces junto a mi abuelo, es la que más se encargó de mí en lo que toca a «estar», aunque proyectando su enorme actitud de sacrificio sobre mi madre y sobre mí… de forma innecesaria, «intensamente emocional».
Y, recordemos: nada esencial habría cambiado para ninguno de nosotros si nos hubieran dado en adopción.
Sólo hay un Dios, y no es ni nuestra madre, ni padre, abuelos, familia, matria, patria, religión…, ni Jesús… ni «la virgen»…, etc.)

Morimos de autoengaño: la muerte temprana de una niña, el alma y la influencia de desencarnados

[Actualización, 13 junio 2023: añadido el texto]

Índice
– Enlaces e introducción
– Índice del texto


Enlaces e introducción

En este audio (y texto de la transcripción ampliada y remodelada)…

– Enlaces del audio: descarga / en ivoox
– Enlace al texto: pdf (versión 1.01, 13 junio 2023)

… tratamos principalmente el ejemplo de una niña que murió cuando era muy pequeña.

Se trata de ilustrar cómo es que el autoengaño «mata» (el cuerpo físico), con más o menos «ayuda» (presencia) de desencarnados (bienintencionados o no).

El ejemplo de la niña me lo contó «mi madre» (biológica) ayer mismo (hoy es 11 de junio, 2023), en una larga conversación donde surgió esa anécdota que ella vivió ─y otras cosas─.

Vemos también otros ejemplos relacionados ─más personales─.

El índice de la transcripción y «ampliación» parcial del audio es

Índice (versión 1.01)

1. El caso de la muerte temprana de una niña que mi madre vivió en su juventud
2. Relaciones compulsivas impersonales
3. Volviendo al caso de la niña
4. Mi caso de “mujeres enfadadas con los hombres” (mujeres espíritu y mujeres a secas)
5. Síntomas físicos: no querer oír. Un “triángulo de las bermudas”… y de un “calzonazos”