La imaginación, el deseo y la regeneración: un comentario a una publicación en instagram

Casi no entro en instagram, facebook, etc., ahora.
Pero hoy hice un comentario de respuesta a esta publicación en instagram.

Es una publicación de alguien que conozco desde hace tiempo.

Me surgieron la serie de preguntas, respuestas, ideas, que pongo abajo.

En concreto, hay algunas cosas sobre lo que estamos empezando a ver acerca de que, si sanamos el ánimo (el alma), o si no tenemos demasiado maltrecha el alma… van a surgir acciones espontáneas (van a surgir «de corazón», es decir, «del alma», y más o menos «con toda el alma» 🙂 , como se suele decir… 🙂 )… van a surgir… acciones relativas a ayudar «al universo» (o si queréis, «a Dios») a reparar el desaguisado que hemos hecho (y en concreto con la tierra y con la Tierra):

Hola,

cuando dices que se pierde biodiversidad…
lo dices primero sobre todo por el ejemplo claro y muy concreto que tenéis allí, con esas plantaciones de pinos en la zona de arriba de las montañas, donde estáis… (esos pinos que se han quedado un poco «pajaritos», de frío, por lo que se ve 🙂 ).

Y claro, ahí en realidad el «ecosistema» tendería a ser más «pasto», más matorral… o eso parece, al menos, si extrapolamos el modo como está ahora la cosa por esas altitudes en otras partes montañosas cercanas.

Además, claro está, habría cabras y otras especies autóctonas así. Es decir, habría especies no deformadas por la domesticación, o sea, no deformadas por la convivencia emocional con humanos — que sería lo que «epigenéticamente» produciría las pobres razas estas 🙂 …  — *.

Me surgió, entonces, un comentario variado y general, como aporte y pregunta a la vez… y propuesta quizá, digamos.

Es al hilo de esa afirmación de «se reduce la biodiversidad» (por contextualizar).

Al leerla creo que me saltaron algunas alarmas sobre el saber, o sea, sobre la verdad.

Son alarmas que en el fondo también serían científicas 🙂 (ya que tratan del tema del saber, es decir, de la verdad).

Son alarmas por si esa frase de que «se reduce la biodiversidad» se aplica muy en general, y no al caso concreto de la zona donde pasa eso con los pinos.

Otra cuestión, por cierto… una pregunta concreta… es si está demostrado que algunas de esas plantaciones hayan detenido algo la erosión y otros fenómenos similares (en esas montañas, por ejemplo), lo cual podría ser un buen punto o un buen recurso, al menos puntual — o sea, para sitios y momentos concretos — .

Entonces, parece que apenas podemos hacernos a la idea de cómo eran «los ecosistemas terrestres» sin la proyección de ansia, miedo, etc., por el ser humano;

y, claro está, sin las acciones que conlleva eso;
es decir, sin las acciones que acompañan a ese sentimiento de miedo, más o menos intenso, en el que en el fondo vivimos todavía casi todos, aunque bien «de tapadillo» 🙂 .

Con esto no quiero decir que el ser humano «sobra», sino que abro a la propuesta (pues «la ciencia» consiste también en abrirse a hipótesis e intuiciones), abro la propuesta de que en realidad el miedo no es natural.

No lo sería en el sentido original, amplio, de «lo natural».

Pero para siquiera entender esa hipótesis hay que abrirse a la posibilidad de que el miedo sólo provenga de nosotros.

Es decir, de que el miedo no provenga de nada que esté fuera del «ánimo humano» (o sea, que originalmente no provendría de nada fuera del ánimo nuestro).

Y el entorno (animales, etc.) simplemente reflejaría el miedo; e incluso sería reflejado en parte hasta por las formas biológicas que adquieren los seres.

(Y, por cierto, y ampliando el tema de forma muy evidente: está demostrado que ese miedo de los adultos lo reflejan los niños, también.)

Continuar leyendo «La imaginación, el deseo y la regeneración: un comentario a una publicación en instagram»

La enorme incultura de la gente de ciudad: lo que (no) se hace con la basura orgánica

Hay muchos cubos de basura dedicados sólo a materia orgánica, pero la gente, por lo poco que veo en la embrutecida Madrid, desprecia bastante eso.

El «reciclaje en general» lleva más tiempo, pero por lo poco que veo (ya que me relaciono poco) veo que a la gente nos pilla más desprevenidos esto de pensar en separar lo orgánico, lo biológico (cáscaras, mondaduras, restos orgánicos…) del resto de residuos.

Somos unos brutos, bestias.

Independientemente de que luego haya todo el cinismo que sea, en las autoridades… y en realidad no hagan nada con lo supuestamente reciclado.

De hecho, como hemos visto, eso es lo que nos muestra la ley de compensación:

– trayéndonos una literal guerra en forma de «proyectar el miedo» en las pandemias (subiéndose las mascarillas, todavía hoy… la gente… al pasar cerca de algunas personas…)…

– es decir, trayéndonos, entre muchas otras cosas (y a resultas de proteger nuestros miedos…) trayéndonos los engaños de las «pandemias televisadas», que no son sino invitaciones a viralizar el miedo (o sea, a la guerra… a sembrar semillas de guerra, que van como amplificándose «misteriosamente» (pero nada misteriosamente en realidad), como vemos en lo de Ucrania, etc.).

Vimos que «tener miedo de» alguien (en vez de simplemente sentirlo y tenerlo humildemente) ES UN ACTO DE VIOLENCIA.

Por eso, y como ya comentamos muchas veces…: «ya estábamos en guerra».

Lo que no sabemos es cuánto ni cómo se hará para conseguir que no hagan falta muchos encierros más, ni muchos engaños más… para que la gente nos sensibilicemos aunque sólo sea «con el amor natural» (que no pidamos peras al olmo de nuestra arrogancia… o sea, no pidamos que además seamos tan simples e infantilmente sanos como para pedirle amorcito a nuestro verdadero Padre, nuestra verdadera Madre: Dios)

En la ciudad no podemos ser más brutos y estultos: Somos, en acto, los verdaderos «paletos», hoy en día… paletos organizados via pantallas, videojuegos, netflix, youtube, etc.

Tontos orgullosos, pero tontos del bote.

Y recordemos, en realidad también muchas de las personas que viven en los pueblos más pequeños son así de insensibles, igualmente, pues ahora casi todo el mundo es «de ciudad».

La invitación de Jesús a la «permacultura». Entorno y alma: Natalia (desencarnada) y Jesús conversan. Ejemplos de permacultura

Índice

– Enlace al vídeo y al texto sobre «crear ecosistemas amorosos»
– Enlace al audio con la lectura de «crear ecosistemas amorosos»
– Explicación sobre ese vídeo y sobre el tema
– Los materiales de Natalia y Jesús: «Natalia pregunta sobre Dios, el alma y el medio ambiente» (enlace a esquema en pdf y a vídeos con traducción)
– Ejemplos «permaculturales» en internet
– Temas relacionados
– Varios enlaces más

__

Enlace al vídeo y al texto sobre «crear ecosistemas amorosos»

En una lectura y comentario en grupo (enlace al vídeo), invitamos a leer este texto de Miller que traduje ayer:

https://www.unplandivino.net/wp-content/uploads/2021/05/creando-ecosistemas.pdf

Enlace al audio con la lectura de «crear ecosistemas amorosos»

También unos meses despúes, en mayo del 2022, hice en audio la lectura de ese texto y una introducción:
Enlace a ese audio: en ivoox / descarga.

Explicación sobre ese vídeo y sobre el tema

A diferencia de los dos días anteriores, donde vimos los vídeos originales con una especie de subtítulos debajo, hoy es más comentado.

Se introduce el tema de crear entornos o ecosistemas amorosos.

No confiamos en las leyes de Dios, en la naturaleza, y la humanidad entra en ciclos y ciclos de milenios de miedo, donde el entorno nos devuelve nuestros miedos, y así confirmamos la creencia de que es necesario sufrir para poder subsistir, en una Tierra que ya no es para nada lo que diseñó Dios a través de sus leyes.

Ahora las leyes amorosas nos intentan corregir por todas partes, pero a menudo seguimos interpretando lo que pasa como una confirmación de nuestros miedos, o creencias falsas.

El amor es el primer «ingrediente» del que habla Miller, lógicamente, pues la interacción del alma es continua, o mejor dicho, el gobierno del alma, ya que el alma gobierna el entorno según su condición de amor.

Llevamos mucho tiempo proyectando miedo a la Tierra, y entonces, ese hecho lo corrigen automáticamente todas las leyes… (para que vuelva el amor al sistema como un todo).

Nuestra creencia falsa es que el humano tiene que intervenir mucho (esfuerzo: «ganarás con el sudor de tu frente…»). El miedo proyectado es captado por nuestro entorno, y no solo en el digamos «modo básico», el de que lo destruimos literalmente.

Idolatramos el miedo, lo vemos justificado porque el sistema responde «dándonos razón», ya que realmente hay que esforzarse mucho una vez que arrasamos y seguimos creyendo lo mismo… y apelotonándonos en ciudades, intentamos paliar muchos de los problemas fabricados creando más problemas… etc.

Es un círculo vicioso que, como vimos en el vídeo donde trató los ciclos terrestres, hace poco (tras el relato que protagoniza Raquel, amiga de María Magdalena):
https://www.youtube.com/watch?v=xF3QY9LjK0E

…»la Tierra» lo corrige a las bravas de vez en cuando.

O sea, quien dice la Tierra, dice la expresión que depende del colectivo, de «la suma de todas las almas»… grabadas durante milenios… grabadas en justificar el miedo y ni darse cuenta de que actuamos en base a tremendo terror.

Ese tremendo terror parece bien simbolizado por los campos arrasados y casi desiertos, monocultivos… y nosotros agolpados en mini apartamentos, ahora mirando pantallas.

Así que las almas terminan viviendo el contraste entre:

– el amor que siempre está subyacente (y recordemos, las leyes de Dios siempre tratan de corregir o recompensar…)

– y el punto en que estamos de «falta de amor al entorno» y de «anti-verdad anti-sensatez» para con casi todo, etc.

Nosotros proyectamos desde el miedo, por ejemplo, el que haya que regar mucho algunos campos, o el que haya que arrasar los de secano,
etc.

Tras arrasar o artificializar mucho, etc…., en vez de amar y estudiar inteligentemente las combinaciones, las plantas, la interacción con animales… seguimos arrasando a menudo, y plantamos igual de adictivamente cosas.

Se termina eliminando / desgastando el nivel de sustrato o sostenedor de vida… que son bacterias, hongos, insectos… y se va creando tensión;
más codependencias.

Y eso es desde la creencia en miedo, el miedo grabado…
es desde ahí que los sistemas que nos dan comida y a veces agua necesiten mucho de nuestro trabajo, o tecnología…

Los materiales de Natalia y Jesús: Natalia pregunta sobre Dios, el alma y el medio ambiente

Hace tiempo, por cierto, hice dos vídeos en traducción «lenta», sobre el entorno, de Jesús en conversación con una desencarnada:

Parte 1 : https://www.youtube.com/watch?v=J5lCs4R4hxc

Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=zhB7pveB4nM

Enlace a la traducción del esquema de lo tratado en estos vídeos (4 páginas):
pdf

Algunos ejemplos «permaculturales» en internet

En esta entrada introduzco una serie de vídeos hechos por un permacultor hace poco tiempo. Tienen subtítulos en muchos idiomas. Son muy interesantes y amenos. Tratan de permacultura en la India, y parten de lo más básico, práctico y beneficioso: el manejo sensato del agua.

A continuación van algunos ejemplos y enlaces de otro canal de youtube (los subtítulos en este caso son automáticos, y parece que están muy bien pillados por youtube, al hablar inglés americano… y en un ordenador se puede activar fácilmente la opción de «traducción automática» de esos subtítulos automáticos, y seguramente salga más o menos bien).

El primer ejemplo es de una pareja que vive un poco en un lugar en medio de la nada.

Por cierto, Jesús, en Australia, que yo sepa, NO nos ha mostrado en vídeos muchos detalles de las operaciones de «observación» y amor… en su finca, o sea, del regenerar natural de la tierra, de los resurgires de la vida, concretos, en su finca, que está en proceso de recibir más y más amor…

Pero evidentemente eso es porque, en realidad, de las cosas parciales, concretas, en ese sentido… hay muchos ejemplos en «la permacultura», donde el plan es empezar observando y cuidando el entorno como red de relaciones, digamos…

Y ya solo ese acto, solo el meramente pararse a observar… ya es «amor». Y además, si se sabe el «truco final» de Jesús, entonces ese observar lógicamente da pie a que permitamos que entre «la percepción emocional» de que verdaderamente el entorno refleja el alma (y si el entorno es «nuestro»… si es uno donde, digamos, estamos comprometidos… la cosa es muy intensa – como el mismo Jesús y María Magdalena explicaron a veces -).

E insistamos, la permacultura no es exactamente «el tema de Jesús» – en el texto que hemos visto (Crear ecosistemas amorosos) -, ya que el asunto se trata en gran medida de algo muy profundo sobre la relación y el alma… o sea, de saber cada vez más, a nivel emocional, que el alma está reflejada en el entorno… y ese tipo de cosas. Hechos así lo cambian todo… y por lo tanto, el ejemplo de esta «pareja permacultural» norteamericana, que enlazo abajo, solo es indicativo… – y hay muchos ejemplos en el mundo -.

Este es el enlace sobre aquella pareja que nos muestra algunos detalles de un proceso muy práctico y viable de regeneración de lo que era un aburrido y desarmónico campo enorme de monocultivo.

Transformando campo de monocultivo ↓:
– «Un paraíso de finca: de tierra baldía, a impulsarla, y con ganancias»:
https://youtu.be/sRPP4Ilpxso

Y a continuación, este otro ejemplo es de unas personas despavimentando una zona de apartamentos bajos… en una ciudad, en EEUU también ↓
– «Apartamentos deteriorados renacen como Agritopia, un «coliving» en plan «bosque de alimentos»»:
https://youtu.be/iCGXVk-cBVk

Uno de los problemas de hacer compost con restos es las ratas; y no es plan, y menos estando en la ciudad… pero esta gente usa por ejemplo un truco sencillo para que no haya ratas, etc.

Un ejemplo un poco célebre y celebrado, en norteamérica, sobre un jubilado que se hizo su invernadero a base de aprovechar el calor del interior de la tierra (geotermia):
– «Jubilado de Nebraska usa el calor de la tierra para cultivar naranjas en la nieve»:
https://www.youtube.com/watch?v=ZD_3_gsgsnk

Temas relacionados

El pis y las mujeres: ¿Son más capturadas por el sistema debido a la vergüenza corporal enseñada en gran medida por las mamás? Y «limpiarse el ano armónicamente»: entrada

Varios enlaces más Continuar leyendo «La invitación de Jesús a la «permacultura». Entorno y alma: Natalia (desencarnada) y Jesús conversan. Ejemplos de permacultura»

La civilización y la caca (II)

mariquita en invierno
Hace un par de meses, esta mariquita en invierno, por el centro de España. Licencia CC.by-sa.2.0

[Aviso: algunas de las palabras empleadas en este artículo no suenan tan mal en mi país como quizá suenen en otros países de lengua hispana que no son el mío, España.
Aunque ahora, ahora que estamos todos más mezclados en el mundo, todos los hispanos de todas las regiones… quizá vayamos poco a poco a ir aceptando todos los usos, particularidades, etc.
]
La lección 2 de la vía del corazón, nos invitaba, en febrero, a llevar «consciencia» a cada cosa, a cada acto que hemos automatizado en la vida.
Esa consciencia va entre comillas porque es una «consciencia» que podríamos llamar «adorante», frente a la consciencia usual, de la mera percepción.
En esa «consciencia» o adoración, se trata de permitirnos sentir unidad en cada cosa… sentir «Dios» (o lo que es lo mismo: «Vida»).
Pongamos un ejemplo. Pongamos que nuestro hábito o nuestro trabajo consistiera en matar gente (verdugo).
Si trabajamos en eso, es quizá difícil que pudiéramos lidiar con las sensaciones que nos vendrían a la mente cuando «lleváramos consciencia» a esos actos de «matar gente».
Y así, al no poder seguir «trabajando» como verdugos, matando gente de forma automática tal y como solíamos hacer… así… cabe ciertamente la posibilidad de que dejáramos atrás ese «hábito», ese trabajo… y nos rebeláramos contra aquel «yo» antiguo, nuestro «yo» del pasado, el «yo» que eligió esa profesión, en una elección donde diríamos que se dejó influir, como casi siempre, por la consciencia colectiva (sistemas de ideas, sistemas sociales, etc.).
Pues siempre en alguna medida nos dejamos influir,  «inadvertidamente», por ideas y propósitos que, a menudo, no hemos «hecho nuestros»… es decir, que no nos hemos realmente responsabilizado por ellos, de todo corazón.
Y eso nos termina pasando con cada cosa que «hacemos». Y en el fondo todas las cosas tienen algo «parecido» al ejemplo del verdugo (ya que no hay grados o niveles en las ilusiones, todo es la misma cosa).
Ya hice algún comentario (aquí) donde empezábamos a comentar y a sentir algo sobre los propósitos o las ideas que hay en torno al famoso acto de «hacer caca».
Cuando hacemos caca, nuestra humanidad está (diríamos) en un cierto nivel de «desconexión» de la consciencia adorante, un nivel donde hemos automatizado un acto donde nos desentendemos socialmente (mecánicamente) de la caca.
Pero… mientras… la caca es literalmente una «joya», es decir, es pura vida para muchos microorganismos del suelo y para las plantas (de hecho la caca está repleta de seres vivos).
La caca es un regalo, dentro de la relación que podemos llamar «ecosistema Tierra», y que es en sí mismo también un regalo (si lo miramos con «Consciencia» más allá de la consciencia).
(Y con esto no estamos haciendo ninguna valoración. Es simplemente «un hecho» en el modo en que hemos construido nuestra realidad física como Mente que sueña universos físicos… y que, con estos universos, se da instrumentos para poder «adorar a Dios» a través de sus creaciones.)
Y bien, este es nuestro universo. Lo hemos creado de cierto modo Nosotros, como seres de luz que tienen poder creativo gracias a ser eso mismo, «seres de luz» (es decir, «hijos» de algo no físico)… y unidos además, todos, con múltiples «espíritus» que ahora desconocemos por completo… pero que son nuestros «hermanos»… en infinidad de «dimensiones».
Hemos creado este universo en el poder creativo que somos en unidad…, como luz divina creada por el Padre-Amor de toda Luz. Continuar leyendo «La civilización y la caca (II)»